La pesadilla sin fin del abogado que sobrevivi¨® al triple asesinato de Usera
Venezuela convoca por cuarta vez el juicio a un exmilitar estadounidense acusado de matar en 2016 en Madrid a tres personas en el despacho de V¨ªctor Salas, su verdadero objetivo
Devastado por la ansiedad y derrotado por las l¨¢grimas, el abogado V¨ªctor Salas cay¨® dormido en su casa, al final del d¨ªa m¨¢s largo de su vida. El 22 de junio de 2016, un individuo asesin¨® en su despacho del barrio madrile?o de Usera a sus colegas Maritza Osorio y Elisa Consuegra y a su cliente Pepe Castillo. Pero el objetivo era ¨¦l. En el sue?o que tuvo esa noche, V¨ªctor vio a las mujeres corriendo de un lado a otro del despacho y ¨¦l les ped¨ªa a gritos que pararan y le dijeran qu¨¦ hab¨ªa pasado. Seis...
Devastado por la ansiedad y derrotado por las l¨¢grimas, el abogado V¨ªctor Salas cay¨® dormido en su casa, al final del d¨ªa m¨¢s largo de su vida. El 22 de junio de 2016, un individuo asesin¨® en su despacho del barrio madrile?o de Usera a sus colegas Maritza Osorio y Elisa Consuegra y a su cliente Pepe Castillo. Pero el objetivo era ¨¦l. En el sue?o que tuvo esa noche, V¨ªctor vio a las mujeres corriendo de un lado a otro del despacho y ¨¦l les ped¨ªa a gritos que pararan y le dijeran qu¨¦ hab¨ªa pasado. Seis a?os despu¨¦s, esa pesadilla a¨²n no ha terminado, porque el juicio al acusado de ese triple crimen acaba de volver a convocarse por cuarta vez, despu¨¦s de cambios de jueces y fiscales que han provocado que haya que volver a empezar de cero. Se le procesar¨¢ en Venezuela, cuya nacionalidad comparte con la estadounidense.
¡°No hay un solo d¨ªa que no piense en ellas y cada vez que puedo, visito sus tumbas, en Getafe. Es imposible olvidarse de las fotos de la escena¡±, relata el letrado peruano. Salas rememora una y otra vez con todo lujo de detalles lo que sucedi¨® aquel d¨ªa. Maritza le llam¨® poco antes de las tres de la tarde y le anunci¨® que hab¨ªa llegado un cliente sin cita, con una causa de un mill¨®n de euros. Como faltaba poco para la pausa de la comida, acordaron pedirle que regresara por la tarde. ¡°La ¨²ltima vez que habl¨¦ con ella, ten¨ªa la voz nerviosa, me dijo que el hombre se hab¨ªa metido en el ba?o y no sal¨ªa¡±, apunta.
Ese d¨ªa V¨ªctor se qued¨® traspuesto despu¨¦s de comer y lleg¨® tarde al despacho. A las seis menos cuarto aparc¨® su moto en la calle Marcelo Usera y se encontr¨® con varios clientes en el portal del bloque en el que estaba su oficina. Llevaban llamando desde las cinco y nadie abr¨ªa. ¡°Fue entonces cuando vi el fuego por las ventanas y sub¨ª corriendo, solo pensaba en Elisa y Maritza¡±, relata Salas. Los bomberos sofocaron las llamas y descubrieron los cuerpos de las mujeres y el de una tercera v¨ªctima. Desde ese primer momento, los polic¨ªas se dieron cuenta de que no era el incendio lo que hab¨ªa acabado con sus vidas. Ellas hab¨ªan sido degolladas y al hombre le golpearon con mucha contundencia en la cabeza.
Como sucede en muchas investigaciones, la inspecci¨®n ocular fue vital. Y en este caso, en un escenario chamuscado, esa labor fue especialmente ardua. En medio del desastre, encontraron un detalle que hab¨ªa dejado el asesino. Un tap¨®n de una botella. De una marca que solo se vend¨ªa en Alemania. Justo desde Alemania, el abogado Salas hab¨ªa recibido una llamada amenazante dos meses antes. Al otro lado, estaba Dahud Haniz-Ortiz.
¡°Me dijo que dejara a Irina, que le hab¨ªan entrenado para matar y que yo era un obst¨¢culo en su objetivo de reconquistarla¡±, cuenta el letrado. Salas hab¨ªa conocido a esa mujer unos meses antes, durante un caso que llev¨® en Alemania. Les present¨® un amigo com¨²n y poco despu¨¦s comenzaron una relaci¨®n. En unos meses se vieron en Barcelona, Madrid, Mallorca e hicieron un viaje a las Maldivas. ¡°Ella nunca me hablaba de su pasado, solo del futuro¡±, rememora el abogado. Pero el pasado, volvi¨® de la forma m¨¢s salvaje.
Seg¨²n la reconstrucci¨®n policial, el d¨ªa antes de los asesinatos, Haniz-Ortiz, un exmilitar que hab¨ªa participado en la guerra de Irak, hab¨ªa partido en coche desde Alemania. Lleg¨® a Madrid y al no encontrar a su objetivo en el despacho, mat¨® a las dos mujeres y esper¨® pacientemente con los dos cuerpos. Hasta que a las cinco de la tarde lleg¨® un cliente al que confundi¨® con el abogado y le atac¨® con ferocidad. ¡°Se equivoc¨® porque ese d¨ªa ¨¦l tambi¨¦n iba con traje¡±, apunta Salas, el superviviente de una muerte segura.
A pesar de todas las cautelas que el veterano de guerra hab¨ªa tomado, todo apuntaba a ¨¦l, pero cuando lleg¨® la orden de detenci¨®n, hab¨ªa escapado. El periplo le llev¨® a Estados Unidos, Colombia y finalmente, Venezuela, donde contaba con familiares que le protegieron. Fue detenido en ese pa¨ªs en 2018, pero Caracas deneg¨® su extradici¨®n. Hace un a?o comenz¨® all¨ª el juicio, en el que V¨ªctor tuvo que testificar. Era la primera vez que ve¨ªa a su asesino cara a cara. Se arm¨® de valor para decirle en la sala: ¡°La justicia tarda, pero llega¡±. Era la promesa que ¨¦l hab¨ªa hecho a las v¨ªctimas tantas veces en su cabeza. Salas tuvo que vivir con protecci¨®n policial todo el tiempo en el que Haniz-Ortiz estuvo fugado y lo dej¨® con Irina poco despu¨¦s de los asesinatos, aunque todav¨ªa hoy mantiene relaci¨®n con ella.
La justicia est¨¢ tardando m¨¢s de lo que ¨¦l nunca crey¨®. Cuando solo faltaba un testigo por comparecer -el del amigo al que el acusado hab¨ªa dejado su tel¨¦fono en Alemania para que la antena no le situara en Madrid- la jueza que presid¨ªa el tribunal fue relegada. Esto ha provocado que, de nuevo, haya que volver a empezar de cero. Despu¨¦s de eso, ha habido dos cambios de fiscal que han seguido dilatando el proceso. En todo este tiempo, el acusado ha permanecido en prisi¨®n. El abogado, que ya no tiene una relaci¨®n con Irina, volver¨¢ a presentarse al tribunal de Venezuela porque su testimonio es clave: ¡°No s¨¦ qu¨¦ est¨¢ pasando, pero si tengo que volver, ir¨¦. Se lo promet¨ª a ellas¡±.
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