Los tres d¨ªas de Marta en su pueblo tras asesinar supuestamente a la presidenta de su comunidad de vecinos
La polic¨ªa trata de reconstruir c¨®mo la mujer detenida por el homicidio en Madrid se deshizo del cad¨¢ver y recopila pruebas en una escombrera, un corral y la gasolinera de la localidad toledana de Las Ventas con Pe?a Aguilera
El lunes 27 de febrero por la ma?ana Marta C. lleg¨® a su pueblo, Las Ventas con Pe?a Aguilera (Toledo), con un cad¨¢ver en el maletero del coche, seg¨²n la investigaci¨®n. El d¨ªa anterior, hab¨ªa hecho el camino opuesto: hab¨ªa vuelto a Madrid, donde resid¨ªa, tras haber disfrutado de las fiestas de carnaval en el municipio, seg¨²n los testimonio de varios vecinos. Al entrar en esa localidad de 1.000 habitantes que ...
El lunes 27 de febrero por la ma?ana Marta C. lleg¨® a su pueblo, Las Ventas con Pe?a Aguilera (Toledo), con un cad¨¢ver en el maletero del coche, seg¨²n la investigaci¨®n. El d¨ªa anterior, hab¨ªa hecho el camino opuesto: hab¨ªa vuelto a Madrid, donde resid¨ªa, tras haber disfrutado de las fiestas de carnaval en el municipio, seg¨²n los testimonio de varios vecinos. Al entrar en esa localidad de 1.000 habitantes que vive del cuero, la caza y el granito, la mujer, de 34 a?os, gir¨® a mano derecha desde la carretera principal y accedi¨® a una estrecha calle en la que su familia tiene lo que los paisanos llaman un corralillo. Un peque?o terreno al aire libre en el que crece un peque?o huerto, donde la ¨²nica edificaci¨®n es una cochera y al que se accede por una puerta verde. Dos bidones azules completan el paisaje de esta humilde propiedad. Este es el lugar en el que los investigadores de la polic¨ªa creen que Marta carboniz¨® el cuerpo de Pilar M., la presidenta de su comunidad de vecinos en el distrito madrile?o de Carabanchel, tras matarla por una disputa por los impagos de varios recibos.
A solo unos metros, Luis, un conocido de la familia de Marta, se lamenta del calvario que est¨¢ viviendo la familia de la supuesta autora del homicidio: ¡°He podido hablar esta semana con su padre y no para de llorar, dice que ella lo admite, que lo ha hecho. ?l no entiende nada, no ten¨ªa ni idea de que ella no pagaba sus recibos y no ha criado a sus hijos para que hagan algo as¨ª¡±. A unos metros, un cord¨®n policial corta la calle y se ve a algunos investigadores entrar y salir de la menuda finca. A este punto tambi¨¦n han acudido perros especialistas en la detecci¨®n de aceleradores del fuego. Una vez detenida la principal sospechosa , la investigaci¨®n se centra ahora en recopilar pruebas para reconstruir el crimen.
¡°El corralillo es propiedad de una se?ora que se march¨® a vivir con su hijo y dej¨® las llaves al padre de Marta para que lo usara como quisiera y lo mantuviera un poco¡±, apunta un lugare?o que pasea a su perro, aprovechando los ¨²ltimos rayos de sol. Patro, otro vecino que se dirige a tirar la basura, asegura que se cruz¨® con la presunta asesina esta semana frente a la puerta verde y la salud¨® como de costumbre. ¡°Ellos llegaron al pueblo hace 20 o 25 a?os, para m¨ª son como paisanos. Muy trabajadores. A ver c¨®mo superan esto...¡±, reflexiona. Marta hab¨ªa sido auxiliar de personas mayores en la localidad. ¡°A mi cu?ada la cuid¨® ella, y estuvo encantada, la atendi¨® muy bien. No s¨¦ qu¨¦ le ha podido pasar...¡±, se?ala Almudena, otra vecina. Hace 10 meses, la detenida se traslad¨® a vivir a Madrid con su novio, del que algunos conocidos de la mujer aseguran que se separ¨® hace unas semanas, pero con el que convivi¨® en la casa del distrito de Carabanchel donde sucedieron los hechos.
Seg¨²n las investigaciones, Marta y su v¨ªctima, Pilar, quedaron el lunes por la ma?ana para acudir a la sucursal de Ibercaja que hay al lado del inmueble en el que ambas viv¨ªan, en el tercer piso. Sus puertas est¨¢n a tan solo unos metros de distancia. La presidenta de la comunidad, de 68 a?os, trataba de sanear las cuentas de la finca desde noviembre, cuando le toc¨® el cargo por turno, y la inquilina era una de las que m¨¢s deudas acumulaba. Pilar le hab¨ªa requerido el pago una y otra vez, y Marta le daba largas o le insist¨ªa en que ya hab¨ªa hecho algunas de las transferencias. Los investigadores sospechan que el homicidio se produjo en la vivienda de la detenida y que despu¨¦s meti¨® el cuerpo de la mujer, que apenas pesaba 47 kilos, en una maleta. A la acusada todos la definen como de constituci¨®n robusta. Esa misma ma?ana se fue a su pueblo. All¨ª permaneci¨® tres d¨ªas en los que intent¨® ocultar el rastro de lo que hab¨ªa hecho.
Tres garrafas de gasolina
El dependiente de la gasolinera del municipio toledano explica, como ya lo hizo con los polic¨ªas, que el mi¨¦rcoles por la ma?ana, Marta acudi¨® sola a comprar tres garrafas de gasolina. ¡°No es extra?o porque aqu¨ª mucha gente quema cosas o necesita gasolina para sus motosierras, por ejemplo¡±, se?ala sentado en su mesa de trabajo, antes de salir a atender a un cliente. La casa familiar de Marta se encuentra a tan solo unos metros de esta gasolinera, pero permanece muda ante el sonido del timbre. Esa misma noche regres¨® a su piso de Carabanchel, donde la polic¨ªa la detuvo. Solo unas horas despu¨¦s, unas luces alumbraron la noche cerrada en la escombrera del pueblo. Los polic¨ªas estaban rastreando el lugar en busca del cuerpo. Los datos de ADN todav¨ªa tienen que confirmar que corresponde a Pilar.
Los lugare?os se?alan la escombrera a las afueras del pueblo en la que fue hallado el cad¨¢ver de Pilar el mi¨¦rcoles por la noche. Lo han indicado una y otra vez desde hace dos d¨ªas. El cuerpo estaba incompleto y carbonizado, en un contenedor en el que tambi¨¦n hab¨ªa algunos electrodom¨¦sticos. Al lugar se accede por un camino de tierra, tras dejar atr¨¢s un parque infantil y las antiguas escuelas del pueblo, que se van a convertir en un centro m¨¦dico. El paraje rocoso est¨¢ dominado por un molino y a un lado del camino una treintena de vacas rumian mientras la noche cae. Aqu¨ª acudieron tambi¨¦n los perros especialistas en localizar cad¨¢veres y la polic¨ªa cient¨ªfica.
En el pueblo, v¨ªctima de la despoblaci¨®n como tantos otros de esta zona de Castilla-La Mancha, todos tratan de proteger a la familia ante la tormenta que ha supuesto la detenci¨®n de Marta. El camarero del bar en el que trabajaba la hermana peque?a de la supuesta asesina cuenta que el jueves, cuando se conoci¨® el crimen, dej¨® el trabajo, aturdida por lo que hab¨ªa sucedido. ¡°No encontrar¨¢s aqu¨ª a nadie que hable mal de ellos. Aqu¨ª no hay nada que nos guste m¨¢s que la monoton¨ªa y esta es una familia que no destacaba por nada¡±, zanja el hostelero tras la barra. El padre era alba?il y la madre hab¨ªa trabajado como cocinera en un bar del pueblo. Antes, ¨¦l hab¨ªa sido guard¨¦s en una finca de la zona.
El corralillo, la gasolinera, la escombrera. Ese es el tri¨¢ngulo en el que trat¨® de borrar su culpabilidad la presunta responsable de la muerte de Pilar. Una mujer que se propuso sanear las cuentas vecinales y se top¨® con su final en el rellano de su casa.
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