Mar¨ªa, residente de 92 a?os en uno de los hogares de mayores m¨¢s sancionados de Madrid: ¡°Vivir aqu¨ª es muy duro¡±
La presidenta de los usuarios de una residencia problem¨¢tica ha sido invitada este jueves a la Asamblea regional, donde ha sido rechazada una proposici¨®n para que la Comunidad se haga cargo de ese y otros 17 centros privatizados
Mar¨ªa Gonz¨¢lez Mart¨ªn, de 92 a?os, es distinta a muchas otras personas que viven en residencias de mayores. Ella es consciente de lo que pasa a su alrededor y no tiene miedo a las represalias, as¨ª que no se calla. Ha visto c¨®mo se ha deteriorado el servicio a lo largo de los 13 a?os que lleva viviendo en Pe?uelas, uno de los hogares m¨¢s sancionados por la Comunidad de Madrid. Se trata de un centro de titularidad p¨²blica, pero cedido a una empresa, Aralia, tan poco interesada en este negocio que quiere marcharse. El concurso p¨²blico para continuar con la gesti¨®n por otros tres a?os qued¨® desierto en diciembre. Mar¨ªa ha ido este jueves a un palco de la Asamblea regional, invitada por el grupo del PSOE, que ha presentado una Proposici¨®n No de Ley (PNL) para que Pe?uelas y otros 17 hogares de la comunidad gestionados por empresas privadas vuelvan a ser p¨²blicas al 100%. La moci¨®n ha sido rechazada, como era previsible por la relaci¨®n de fuerzas, con el voto en contra del PP y Vox y los apoyos de M¨¢s Madrid, PSOE y Unidas Podemos.
Mar¨ªa recibe a este peri¨®dico un d¨ªa antes en su dormitorio de la residencia, que se encuentra en un lugar c¨¦ntrico de Madrid, solo dos kil¨®metros al sur de la Puerta del Sol. La acompa?a su hijo Pablo Bravo, que empuja su silla de ruedas. En las salas comunes de la planta baja, los mayores se entretienen viendo la tele o dibujando. Antes hab¨ªa animadores que organizaban actividades y personal en la cafeter¨ªa, pero la empresa que gestiona el centro a cambio de una contraprestaci¨®n que paga la Comunidad ha recortado esos servicios. Tampoco hoy han venido los fisioterapeutas. Cada d¨ªa faltan m¨¢s cosas: toallas, papel higi¨¦nico, cubiertos...
¡°Vivir aqu¨ª es muy duro¡±, empieza ella. ¡°Ah¨ª abajo, hay ahora mismo una cola para hacer pip¨ª que ni te imaginas¡±, dice. Como la inmensa mayor¨ªa de los residentes son dependientes, necesitan ayuda de trabajadores para que los acompa?en al ba?o, pero apenas hay personal para tantos mayores que necesitan esa ayuda tan b¨¢sica y tan privada.
Mar¨ªa es presidenta del comit¨¦ de residentes, un ¨®rgano inusual en el sector porque muchas veces no hay candidatos interesados o porque las residencias boicotean las elecciones, seg¨²n denuncia la asociaci¨®n de derechos Pladigmare. Ella y otros dos vocales se re¨²nen una vez al mes o cada dos meses con el director de la residencia. ¡°Le contamos todos los problemas y ¨¦l va apuntando. Cuando terminamos nos dice ¡®har¨¦ lo que pueda¡¯, pero nunca hace nada¡±.
¡°La culpa no es de los trabajadores ni del director¡±, contin¨²a, ¡°sino del due?o de la empresa, que se ha metido el dinero a mantas, as¨ª¡±, dice, llev¨¢ndose la mano al bolsillo. La empresa Aralia fue fundada por el empresario castellanoleon¨¦s Jos¨¦ Luis Ulibarri, que el a?o pasado fue condenado a 19 meses de prisi¨®n en una de las piezas de la trama de corrupci¨®n G¨¹rtel. Aralia ha gestionado Pe?uelas desde 2015. Es una de las empresas con peor reputaci¨®n del sector. Entre 2015 y principios de 2020, la Comunidad de Madrid sancion¨® a Aralia por 76.000 euros por su mala gesti¨®n de Pe?uelas (mala higiene, falta de personal, asistencia inadecuada), seg¨²n una investigaci¨®n de EL PA?S. El diario El Mundo public¨® el mes pasado que Pe?uelas hab¨ªa recibido una nueva sanci¨®n de 25.000 euros. La multa fue impuesta tras una inspecci¨®n en octubre del a?o pasado, que detect¨® varias incidencias. La asociaci¨®n Pladigmare hab¨ªa denunciado mala atenci¨®n y malos tratos. En diciembre se conoci¨® su voluntad de salir del contrato, cuando la Comunidad anunci¨® que nadie se hab¨ªa presentado al nuevo contrato. Sin embargo, Aralia sigue a¨²n a cargo.
¡°Pliegos de miseria¡±
Mar¨ªa se mud¨® a la residencia en 2010 junto con su marido enfermo de alzh¨¦imer, que muri¨® tres a?os m¨¢s tarde. La residencia siempre tuvo problemas, pero se agravaron con la llegada de Aralia en 2015. Un pu?ado de residentes y los hijos de otros dependientes empezaron a organizarse. Uno de sus compa?eros, Tom¨¢s Plaza, se hizo conocido el a?o pasado cuando la diputada socialista Lorena Morales lo invit¨® a la Asamblea y cont¨® su historia. Desde los asientos de visitantes, Tom¨¢s se ech¨® a llorar mientras recib¨ªa el aplauso de la oposici¨®n. Tom¨¢s se march¨® hace poco a otra residencia y, ahora, quedan pocos como ella que puedan defender al resto.
Este jueves, Mar¨ªa ha acudido a la Asamblea acompa?ada de su hijo Pablo y de Tom¨¢s. La diputada Morales ha defendido a las 15.00 la PNL para revertir la privatizaci¨®n de las 18 residencias porque, argumenta, las empresas que las gestionan aceptan ¡°pliegos de miseria¡±. Morales habl¨® de Mar¨ªa y Tom¨¢s desde la tribuna, que recibieron un aplauso de parte del pleno.
¡°La Comunidad de Madrid invierte en sus residencias p¨²blicas de gesti¨®n directa 110 euros por residente y d¨ªa. Pero solo paga a la empresa que gestiona Pe?uelas menos de 50 euros por residente y d¨ªa¡±, le dijo Morales a este peri¨®dico antes del debate. ¡°De ah¨ª la empresa tiene que sacar su ganancia, con lo cual la atenci¨®n que reciben esas personas es nefasta¡±, insiste.
Con esas condiciones, a la Comunidad le cuesta encontrar candidatos para llevar estas residencias. El a?o pasado la fundaci¨®n del Padre ?ngel quiso abandonar la residencia Fundaci¨®n Reina Sof¨ªa Alzh¨¦imer, en Vallecas, pero la Comunidad lo forz¨® a continuar en el contrato. Otras tres empresas hab¨ªan descartado la gesti¨®n por la dificultad de dar un servicio de calidad. Otra empresa, Centenari, ha sido noticia por los atrasos en los pagos a sus trabajadores en dos residencias, Ensanche de Vallecas y Parque de los Frailes (Legan¨¦s).
A pesar de esos casos, la PNL no sali¨® adelante porque a la izquierda no le dan los n¨²meros. Los diputados votaron este jueves a las 20.00, cuando terminaron de debatir todos los asuntos del d¨ªa. Mar¨ªa recibi¨® la noticia con decepci¨®n: ¡°No tienen verg¨¹enza. Nos quieren dejar tiraos¡±.
En 2018, el PSOE present¨® otra iniciativa similar que s¨ª fue aprobada gracias al apoyo de Ciudadanos y Podemos. Pero no sirvi¨® de nada, porque incluso cuando gozan, como entonces, de la mayor¨ªa parlamentaria, el Ejecutivo no est¨¢ obligado a cumplir este tipo de mociones.
Mar¨ªa ha pasado muy malos tragos en la residencia. Una noche de principios de enero, cre¨ªa que iba a llegar su fin. Enferma, presion¨® el bot¨®n del intercomunicador, pero nadie contest¨® porque, durante la noche, nadie atiende en recepci¨®n. Pidi¨® auxilio a gritos: ¡°?Que me muero, que me muero!¡±. Cuando lleg¨® una cuidadora, le rog¨® sin suerte que llamara a una ambulancia. ¡°Vino, me trajo un vaso de agua y me dijo ¡®a ver si se te pasa¡¯¡±. No hab¨ªa m¨¦dico ni enfermera para verla. A la ma?ana siguiente, cuando los especialistas la vieron, la mandaron r¨¢pido al hospital. Ten¨ªa una neumon¨ªa.
Los hijos de los residentes de Pe?uelas han denunciado recientemente graves errores m¨¦dicos, seg¨²n Pladigmare: una mujer que sufri¨® un ictus pas¨® toda una ma?ana sin atenci¨®n en su habitaci¨®n y otros dos residentes fueron asistidos de urgencia despu¨¦s de que los empleados confundieran la medicaci¨®n. ¡°Si a m¨ª, que tengo bien la cabeza, me hacen esto, ?qu¨¦ no har¨¢n a los otros?¡±, lamenta Mar¨ªa.
La mujer no pierde la esperanza de que las cosas mejoren en Pe?uelas. Su puesto de presidenta del comit¨¦ de residentes le da vida. ¡°Lo hago por mis ni?os¡±, dice pensando en los mayores sin capacidad para defenderse. ¡°Yo no puedo dejar esto porque vale la pena que yo est¨¦ aqu¨ª¡±.
?Tienes m¨¢s informaci¨®n? Escribe al autor a fpeinado@elpais.es o por Twitter a @FernandoPeinado
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