En pie de guerra contra el Bernab¨¦u
Desde que hace un mes el estadio comenzara a programar m¨²sica, ha habido cinco veces m¨¢s horas de conciertos que de f¨²tbol. A la llegada de los 63 tr¨¢ileres de Taylor Swift se suman los conciertos de reguet¨®n y Dj¡¯s, que amargan la vida a miles de vecinos
Son las diez de la noche del s¨¢bado 18 de mayo y el son¨®metro de El PA?S marca 86 decibelios (dB), diez veces m¨¢s de lo permitido, seg¨²n la evoluci¨®n exponencial con la que se mide el sonido. Dentro del Santiago Bernab¨¦u, Alejandro Sanz canta ante m¨¢s de 50.000 personas y fuera lo hace en el sal¨®n de casa de m¨¢s de 4.000 vecinos.
Desde la ventana de un tercer piso de la calle Rafael Salgado casi se puede tocar la elegante mole plateada y curvil¨ªnea del nuevo estadio de f¨²tbol. Desde que hace un mes el Santiago Bernab...
Son las diez de la noche del s¨¢bado 18 de mayo y el son¨®metro de El PA?S marca 86 decibelios (dB), diez veces m¨¢s de lo permitido, seg¨²n la evoluci¨®n exponencial con la que se mide el sonido. Dentro del Santiago Bernab¨¦u, Alejandro Sanz canta ante m¨¢s de 50.000 personas y fuera lo hace en el sal¨®n de casa de m¨¢s de 4.000 vecinos.
Desde la ventana de un tercer piso de la calle Rafael Salgado casi se puede tocar la elegante mole plateada y curvil¨ªnea del nuevo estadio de f¨²tbol. Desde que hace un mes el Santiago Bernab¨¦u comenz¨® a programar conciertos, se han celebrado cuatro partidos y cinco conciertos con varios artistas. O, lo que es lo mismo, seis horas de f¨²tbol y casi 30 horas de m¨²sica de g¨¦neros tan dispares que van desde Modestia Aparte a reguet¨®n, tecno y Dj¡¯s. El primer fin de semana de mayo incluso se bati¨® un r¨¦cord para cualquier experimentada sala de conciertos: 17 horas seguidas de altavoces, viernes, s¨¢bado y domingo, a las que hay que sumar los ensayos. Y la agenda que viene pone los pelos de punta.
-?Podemos cerrar la ventana?
Mientras canta Alejandro Sanz es imposible mantener una conversaci¨®n con los due?os del apartamento. No es una ventana cualquiera, ¡°es la mejor del mercado¡±, dice el propietario bajando el picaporte de una hoja con dos cristales que podr¨ªan estar en un banco. Al cerrarla, el n¨²mero de decibelios desciende a 71, pero entonces el sonido deriva en algo distinto. Un murmullo pesado que incluye vibraci¨®n y que impide hacer cosas tan b¨¢sicas como cenar sin gritar, ver la televisi¨®n o dormir. La pareja que vive frente al Bernab¨¦u lleva as¨ª dos horas y a¨²n quedan otras dos m¨¢s de concierto. A las 30 horas de m¨²sica del ¨²ltimo mes hay que a?adir pruebas de sonido, ensayos y camiones descargando d¨ªa y noche. ¡°Estamos acostumbrados a convivir con el futbol, incluso alg¨²n concierto puntual, pero esto supera todos los l¨ªmites¡±, dice Javier Garc¨ªa, que se ha unido a los miles de vecinos que han presentado denuncias ante el Ayuntamiento. Actualmente, el Bernab¨¦u opera con una licencia para uso deportivo privado, pero para los conciertos el club solicita un permiso especial que el Ayuntamiento de Madrid avala y la Comunidad autoriza.
Al otro lado del estadio, en la calle Concha Espina, 8, el son¨®metro de EL PA?S registra 84 dB. Al ruido de la m¨²sica se a?ade otro problema, cuatro generadores del tama?o de una habitaci¨®n rugen y expulsan humo de forma continua. ¡°Tragamos con cuatro a?os de obras y ahora esto¡±, dice se?alando a la calle desde el sal¨®n de su casa Soledad J¨¢udenes. La polic¨ªa acaba de abandonar el domicilio tras registrar una medici¨®n similar. Seg¨²n la Ordenanza de Protecci¨®n Contra la Contaminaci¨®n Ac¨²stica, el m¨¢ximo permitido de emisiones al exterior durante la noche (19.00 a 23.00 ) no puede superar los 58 dB. En horario de ma?ana o tarde el l¨ªmite aumenta a los 63 dB. Sin embargo, las mediciones de sonido no tienen una evoluci¨®n lineal, sino exponencial, o sea cada 3 dB se duplica el nivel de ruido. Pasar de 55 dB a 85 dB supone aumentar diez veces lo permitido. En una discoteca con la puerta cerrada el volumen es de 95 dB, reconoce el agente que deja el domicilio.
Con estos l¨ªmites, el calendario de las pr¨®ximas semanas asusta a los vecinos. El mi¨¦rcoles y el jueves Taylor Swift y sus 63 tr¨¢ileres de producci¨®n llegar¨¢n a Chamart¨ªn. Una semana despu¨¦s, el 8 de junio, actuar¨¢ Manuel Carrasco, y, a principios de julio, durante dos d¨ªas seguidos lo har¨¢ Luis Miguel. La semana siguiente se celebrar¨¢ la gala de Ibai Llanos y Karol G volver¨¢ revolucionar el barrio entre el 20 y el 24 de julio en cuatro conciertos seguidos. Ante este panorama, los vecinos son conscientes de que la maquinaria del Bernab¨¦u no ha hecho m¨¢s que arrancar y que la ¨²nica orden del club en la explotaci¨®n del campo es el calendario de f¨²tbol. Seg¨²n Roc¨ªo Vallejo-N¨¢jera, directora de eventos del Real Madrid, ¡°al a?o hay entre 27 y 29 partidos en el Bernab¨¦u. Aparte de eso, no hay l¨ªmites¡±, dijo en una entrevista en un p¨®dcast.
En 2020, el presidente del Real Madrid, Florentino P¨¦rez, calcul¨® la facturaci¨®n anual por la explotaci¨®n del campo en 150 millones de euros anuales. Para ello, cre¨® una empresa nueva de la que el Real Madrid posee el 70% y vendi¨® el otro 30% a la estadounidense Legends, una empresa creada por los New York Yankees y los Dallas Cowboys de la NFL y adquirida en 2021 por el fondo Sixth Street, que tambi¨¦n asesora al FC Barcelona o el Paris Saint-Germain (PSG). Seg¨²n este acuerdo, la compa?¨ªa explotar¨¢ el recinto deportivo los pr¨®ximos 20 a?os. A cambio, el equipo de f¨²tbol percibir¨¢ 360 millones de euros. La rentabilidad para los nuevos accionistas depender¨¢ de los beneficios que genere la organizaci¨®n de conciertos y espect¨¢culos, la explotaci¨®n de la zona VIP (hospitality), el museo y el resto de las zonas comerciales. El tiempo que durar¨¢ la alianza se ha acompasado con la devoluci¨®n de la deuda que ha contra¨ªdo el Madrid para financiar las obras del estadio. En 2019 se pidieron 575 millones de euros a un inter¨¦s del 2,5% y un plan de amortizaci¨®n anual de 29,5 millones de euros entre 2023 y 2049. A finales de 2021, el club blanco pidi¨® otros 225 millones adicionales a 27 a?os, con un inter¨¦s del 1,53% seg¨²n 2playbook.com, una plataforma de negocios para la industria del deporte. En cifras que se retroalimentan, el club ronda los 800 millones de euros de facturaci¨®n anual y los dos conciertos de Taylor Swift en la capital dejar¨¢n 20 millones de ingresos a los hoteles.
El Real Madrid ha rechazado responder a los intentos de este peri¨®dico por obtener una respuesta a las quejas de los vecinos. Algunas como las de un jubilado que acudi¨® la semana pasada al centro de salud de la calle Segre, a pocos pasos de su domicilio, el d¨ªa que se realizaban las pruebas de sonido del concierto de m¨²sica tecno de hace un par de semanas. El hombre, recuerda quien lo acompa?¨®, tuvo que volver al d¨ªa siguiente porque el enfermero no pudo tomarle la tensi¨®n debido al volumen y las vibraciones que sal¨ªan del estadio, a 300 metros del ambulatorio.
Justo frente del estadio, unos 2.500 alumnos entre los 2 y los 18 a?os acuden cada d¨ªa al colegio San Agust¨ªn. Una cantidad similar estudia en los dos colegios de la zona: Mar¨ªa Virgen y los Sagrados Corazones, lo que supone una de las concentraciones de alumnos m¨¢s alta de Madrid. Miles de ni?os en unas pocas calles, que estos d¨ªas ver¨¢n alterado el ritmo normal de clase o tendr¨¢n que suspender alguna actividad por el ruido en jornada escolar. ¡°La m¨²sica de los ensayos se oye perfectamente en las clases¡±, dice Ildefonso Trigueros, director del colegio San Agust¨ªn. ¡°As¨ª es dif¨ªcil mantener la concentraci¨®n porque los alumnos se despistan. Ahora es m¨¢s preocupante porque estamos en temporada de ex¨¢menes finales y de preparar la EBAU¡±, dice. Desde el Ayuntamiento, Mart¨ªnez-Almeida ha respondido que se est¨¢n tomando las mediciones ¡°para poder acreditar si se han producido vulneraciones¡±.
Para muchos vecinos, la llegada del samb¨®dromo blanco a sus vidas podr¨ªa suponer la revalorizaci¨®n de sus pisos, sin embargo, un mes despu¨¦s de la inauguraci¨®n, la sensaci¨®n es la contraria. ¡°?Qui¨¦n va a querer comprar una casa con este ruido y que vibra con cada con cierto¡±, dice Garc¨ªa. ¡°El Bernab¨¦u no est¨¢ insonorizado y el hecho de que haya un bar en la parte de arriba hace que salga el sonido de forma m¨¢s potente¡±, dice Enrique Mart¨ªnez de Azagra, de la Asociaci¨®n de vecinos Perjudicados por el Bernab¨¦u.
Uno de los promotores del concierto por los 100 a?os de Telef¨®nica que se celebr¨® el fin de semana pasado y que prefiere no dar su nombre, cont¨® a este peri¨®dico que el Ayuntamiento les obliga a poner el techo del estadio, ¡°por lo que el sonido no escapa hacia arriba, sino que sale por los laterales impactando con m¨¢s fuerza en los pisos que hay justo enfrente¡±, explica. Con esta l¨®gica, medir el volumen no es solo cuesti¨®n de decibelios. ¡°Se pueden conseguir par¨¢metros de sonido m¨¢s aceptables, pero si subes el subwoofer (graves) consigues un impacto y una reverberaci¨®n en el entorno que vuelves loco a cualquiera¡±, explica. Este promotor reconoce que el Bernab¨¦u est¨¢ de moda ¡°y ahora mismo todo el mundo quiere tocar aqu¨ª¡±.
La llegada de un d¨ªa para otro de conciertos masivos a la vida del barrio tiene en Madrid un precedente similar en el WiZink de la plaza Felipe II de Goya. Hace diez a?os dej¨® de ser una cancha de baloncesto para convertirse en un recinto para casi 18.000 espectadores. Cinco inmobiliarias de la zona, consultadas sobre el impacto que tuvo su llegada al barrio, reconocen que los pisos no se han devaluado, a pesar de que ha dejado de ser un barrio tradicional para realizar 200 eventos al a?o. El WiZink es el cuarto recinto del mundo por actividad y entradas vendidas, por detr¨¢s del Madison Square Garden de Nueva York, el Movistar Arena de Buenos Aires y el O2 de Londres. Seg¨²n estas inmobiliarias, la demanda de pisos en Madrid es de tal dimensi¨®n que no ha ca¨ªdo el valor de las viviendas, aunque s¨ª ha cambiado el perfil de los vecinos. ¡°Antes hab¨ªa gente mayor, y ahora hay m¨¢s j¨®venes de alto poder adquisitivo¡±, admiten. Sin embargo, la historia del WiZink es tambi¨¦n la de la lucha de unos vecinos movilizados que lograron que la empresa adjudicataria insonorizara el recinto y rebajara la intensidad de las luces.
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