?Cu¨¢ntas casas a pie de calle hay en Madrid? Uno de cada diez locales es ya una vivienda en Hortaleza, Puente de Vallecas y Latina
En cinco a?os, al menos 700 comercios se han convertido en viviendas, principalmente en las zonas con menos renta de la capital
Pegado en la fachada del n¨²mero 12 de la calle de Buenavista, en el barrio Lavapi¨¦s, hay un candado con c¨®digo que resguarda las llaves del inmueble. Es un mecanismo que en plataformas como Airbnb se promociona como ¡°acceso aut¨®nomo¡± al alojamiento. Hasta hace poco este bajo era una vivienda para los vecinos y no para viajeros fugaces. El local de enfrente, en el n¨²mero nueve, es un taller de costura que Felisa Men¨¦ndez (74 a?os) regenta desde hace 28 a?os. Su hijo, Pedro Ruiz (51), relevo generacional del comercio, no tiene dudas sobre lo que est¨¢ pasando en ese y m¨¢s estudios que hay alrededor de su calle: ¡°S¨¦ que si cerrara ahora mismo y convirtiera el local en un apartamento tur¨ªstico probablemente sacara lo mismo o m¨¢s que cosiendo todo el santo d¨ªa¡±, afirma.
En Madrid hay alrededor de 8.300 casas a pie de calle, como se puede comprobar en el mapa distribuido por secci¨®n censal. Muchas lo han sido por a?os, algunas eran antes comercios. En los ¨²ltimos cinco a?os, al menos 700 establecimientos ¡ªbares, tiendas o guarder¨ªas, entre otros¡ª han echado el cierre para convertirse en viviendas, sum¨¢ndose as¨ª a miles de casas en bajos que ya hab¨ªa en la ciudad.
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El plano de Madrid revela un patr¨®n: las viviendas en bajos y locales son m¨¢s frecuentes en barrios fuera de la M-30 y, por tanto, tienen una renta m¨¢s baja. En los distritos de Hortaleza, Puente de Vallecas y Latina, uno de cada diez de locales a pie de calle es un alojamiento. Tambi¨¦n destacan Tetu¨¢n, Usera, Ciudad Lineal y Vic¨¢lvaro, donde son m¨¢s de un 7%. En el extremo contrario aparecen otros distritos como Centro, Salamanca, Retiro o Chamber¨ª, donde estas viviendas apenas llegan al 2% de los establecimientos. El registro del Ayuntamiento est¨¢ actualizado al primer semestre de 2024, aunque algunas viviendas pueden estar pendientes de ser grabadas en el censo.
¡°Aqu¨ª hab¨ªa un charcutero, un huevero, fontaneros...¡±
La conversi¨®n de comercios en viviendas en ciertas zonas de Madrid salta a la vista con un breve recorrido. Ocurre por ejemplo en la calle de San Emilio, en el distrito de Ciudad Lineal: en el n¨²mero 20 estaban hasta el a?o 2018 la alba?iler¨ªa Segundo Jim¨¦nez y hasta 2016 el Bar Seve: ahora hay dos viviendas. En el n¨²mero 26, un local de arquitectura y dise?o se ha reducido a la mitad para dar paso a una vivienda, seg¨²n se puede corroborar en im¨¢genes tomadas de por el GPS Google Maps. En el n¨²mero 4, lo que antes era un almac¨¦n de lanas, ahora son dos viviendas. En la de la izquierda vive Agostina B¨¨gue, de 28 a?os, quien migr¨® con su esposo hace seis meses desde su natal Argentina. Inicialmente, llegaron a un Airbnb en el que conocieron a Tony, el encargado de administrar las propiedades de un tercero que, narra B¨¨gue, se dedica al negocio de transformar establecimientos en viviendas. Esta inquilina paga un alquiler de 900 euros mensuales por 40 metros cuadrados aproximadamente. En ese sector, un local comercial de esas dimensiones se alquila por 700 euros, seg¨²n un anuncio en Fotocasa, mientras que una noche en un piso tur¨ªstico de un bajo puede superar los 150 euros, seg¨²n un anuncio en la plataforma Booking.
El otro estudio, el del bajo 4B, es un piso tur¨ªstico. Lo delata un candado anclado a la entrada principal y lo corrobora Elena Lezcano, de 47 a?os, administradora del Bar El¨ªas, contiguo al alojamiento en cuesti¨®n, quien ve con frecuencia la entrada de extranjeros en el inmueble. Para esta comerciante, el auge de pisos tur¨ªsticos ¡°acaba much¨ªsimo con el barrio¡±, una percepci¨®n que comparte un vecino de toda la vida que se apura una ca?a de pie, junto a la barra. El hombre echa de menos el tejido comercial de hace d¨¦cadas: ¡°Hab¨ªa un charcutero, un huevero, fontaneros, gente que trabajaba la piel, gente que hac¨ªa bolsos...¡±, evoca.
?Qu¨¦ diferencia hay entre alquilar un local o una vivienda en el bajo? Lezcano, del Bar El¨ªas, paga 1.200 euros mensuales de alquiler por una superficie donde cabr¨ªan dos pisos como los del n¨²mero 4 de esta misma calle: alquilarlos supondr¨ªa para el casero una renta de 1.800 euros e incluso m¨¢s, porque si se destina a uso tur¨ªstico la rentabilidad se dispara.
Esta conversi¨®n urban¨ªstica se ha multiplicado por el barrio. Incluso en la muy comercial avenida de Ricardo Ortiz, algunas viviendas reformadas revelan ciertas cicatrices del pasado, como la del n¨²mero 30, que tiene pegada con cinta una nota escrita a mano: ¡°No es un estanco (no llamar) Gracias¡±, se lee en lo que, hasta abril de este a?o, era una franquicia de Tabacos, como muestran las im¨¢genes de Google Maps.
M¨¢s comunes en zonas de rentas m¨¢s bajas
Los locales reconvertidos en viviendas son m¨¢s habituales en zonas de rentas m¨¢s bajas como comprueba si ordenamos por ingresos las secciones censales de Madrid y contamos cu¨¢ntas viviendas a pie de calle existen en cada grupo. En el primer decil ¡ªintegrado por las zonas m¨¢s empobrecidas ¡ª, alrededor del 9% de los bajos son casas. Esta proporci¨®n se mantiene m¨¢s o menos hasta el cuarto decil, cuando comienza a caer progresivamente a medida que suben las rentas. En los vecindarios m¨¢s ricos, apenas el 2% de los locales se usa como vivienda.
La informaci¨®n que publica el Ayuntamiento de Madrid no permite dimensionar con exactitud la transformaci¨®n de locales en bajos residenciales. En las series que publica su servicio estad¨ªstico aparece un importante aumento de m¨¢s de 1.700 viviendas entre julio de 2021 y enero de 2022 que, seg¨²n el propio organismo, obedece a una actualizaci¨®n de los datos y no a un cambio real en ese periodo.
Esto dificulta saber cu¨¢ntos de los locales que ahora mismo son viviendas eran locales hace unos a?os. Si buscamos en el censo de locales de 2019 las viviendas actuales, nos encontramos con que 704 de las 8.313 eran locales que estaban entonces abiertos. Otras 2.138 casas aparecen como locales cerrados, aunque es posible que muchas de ellas ya se usaran como residencias y entrasen en la actualizaci¨®n de datos de 2021.
La calle de Manuel Aleixandre en el barrio de Legazpi, donde parece que hay un bar en cada bajo, es un ejemplo palpable de la transformaci¨®n de puertas comerciales en ventanas residenciales. En el n¨²mero 13, por ejemplo, el local del restaurante La estrella del Pac¨ªfico se vendi¨® en 2017 a un comprador que opt¨® por convertirlo en un par de pisos. Las persianas fueron tapizadas y el antiguo n¨²mero 13, a¨²n pegado en la pared exterior, causa confusi¨®n solo con verlo, pues no conduce a ning¨²n lado ya que los inmuebles tiene nueva entrada por el bloque. Tres agencias de transporte, abiertas en esta calle hasta 2018, se han convertido en viviendas, una de ellas de uso tur¨ªstico.
En n¨²mero 10 de esa misma calle, el antiguo local de desayunos La Valenciana ahora son tres viviendas. ¡°El due?o se jubil¨®, vendi¨® el local y sacaron dos pisos¡±, ha precisado Edwin Yauti, de 32 a?os, quien lleva el colindante restaurante ecuatoriano La mitad del mundo y conoce al antiguo due?o. El uso comercial de este espacio ser¨ªa del todo imperceptible de no ser por un detalle en el telefonillo del bloque, que revela un vestigio del pasado. El bot¨®n del bajo 1 a¨²n tiene en tinta negra un aviso que han intentado borrar, pero en el que a¨²n se lee ¡°restaurante¡±. Nadie contesta al otro lado, aunque s¨ª lo hace el inquilino del bajo 2, que prefiere no dar su nombre, pero confirma que el restaurante La Valenciana se convirti¨® en tres viviendas. Cada inquilino paga 900, lo que vendr¨ªan a sumar 2.700 que factura el casero cada mes.
Otro caso muy ilustrativo es el del antiguo restaurante D¡¯Kelvin, operativo hasta 2019, en el mismo punto en que hasta 2015 funcionaba un bar dominicano legendario, Ceniza Fr¨ªa, que en 2012 era el Bar D¡¯Antonhy. Ahora, en la fachada de aquellas sedes de aperitivo y jolgorio, se aprecian tres portales de reciente construcci¨®n con aire acondicionado. Quien pensar¨ªa que el bar que no dejaba descansar a los vecinos se convertir¨ªa en un lugar para pernoctar placidamente.
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