Lavapi¨¦s tambi¨¦n siente el ruido de la extremaderecha
Los vecinos alertan ante la presencia de grupos fascistas que llevan la tensi¨®n a sus calles
El ruido de los grupos de ultraderecha que se siente en la calle o frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz ha llegado tambi¨¦n a Lavapi¨¦s, en busca de victorias morales en un simb¨®lico barrio movilizado contra el fascismo de nuevo cu?o. El episodio m¨¢...
El ruido de los grupos de ultraderecha que se siente en la calle o frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz ha llegado tambi¨¦n a Lavapi¨¦s, en busca de victorias morales en un simb¨®lico barrio movilizado contra el fascismo de nuevo cu?o. El episodio m¨¢s reciente fue pintar la fachada del Achuri, un popular restaurante de Lavapi¨¦s nacido de una cooperativa, que a primeros de diciembre apareci¨® con pintadas en las que se le¨ªa ¡°Etarras¡±. Cansados de ello, los due?os del local decidieron hacer p¨²blico un comunicado en el que resumen una situaci¨®n que se repite. ¡°Desde hace meses estamos siendo objeto de amenazas, intimidaciones y agresiones por parte de individuos neonazis¡±, dijeron en un mensaje p¨²blico. Seg¨²n explicaron, el fascismo se ha instalado en un barrio que consideraban ¡°un espacio seguro¡± y ha generado un clima que afecta tanto a su proyecto como a la comunidad que lo rodea.
El restaurante Achuri, un viejo conocido del barrio abierto hace casi 30 a?os y lugar de acogida para muchas causas vinculadas a la defensa de los Derechos Humanos, la emigraci¨®n o la causa Palestina, denunci¨® con pesar que ¡°nos est¨¢n pasando por encima¡±. En ocasiones anteriores, individuos agresivos hab¨ªan entrado al local de forma provocadora, hab¨ªan intentado montar l¨ªo y se hab¨ªan marchado, explica una trabajadora del local que prefiere no dar su nombre. Pero esta vez la provocaci¨®n lleg¨® en forma de pintadas y pidieron ayuda a los vecinos para que se movilizaran acompa?¨¢ndolos algunas noches durante el cierre diario del local. ¡°Queremos hacer un llamamiento a la gente del barrio, as¨ª como a diferentes colectivos y asociaciones, para acompa?arnos y apoyar nuestro proyecto frente a sus agresiones¡±, se?alaba el comunicado publicado a principios de mes.
Una semana despu¨¦s, el s¨¢bado 14 de diciembre, se repiti¨® un episodio parecido en el bar Garibaldi, que Pablo Iglesias abri¨® con dos socios hace nueve meses. El lugar se ha convertido desde entonces en un punto de encuentro de la izquierda en esa zona de Madrid. Pasada la una de la madrugada de ese s¨¢bado, tres personas fumaban en la puerta y dentro del local una docena charlaban y apuraban la cerveza con rock espa?ol de fondo, a un volumen propicio para la conversaci¨®n. En ese momento, un hombre de entre 20 y 30 a?os entr¨® con la mano izquierda tap¨¢ndose la nariz y con la derecha sujetando el m¨®vil mientras se grababa. ¡°Chicos, aqu¨ª apesta a socialistas¡±, dijo atravesando el local. Los clientes le abrieron un pasillo hasta el fondo y le segu¨ªan con la mirada. Cuando alguien le pregunt¨® por el sentido de su performance respondi¨® con una oferta. ¡°Si quieres te rompo los dientes¡±.
Zarga Abdalahe lleva 12 a?os viviendo en Lavapi¨¦s y trabaja desde hace algunos unos meses en Garibaldi. Cuenta que hace tres semanas se repiti¨® un suceso parecido. Tres j¨®venes entraron y no quer¨ªan pagar. ¡°Nos dec¨ªan: ¡®sois comunistas, aqu¨ª todo es gratis¡¯¡±, se?ala Abdalahe. La historia se resolvi¨® echando a los tres chicos, que abandonaron el local no sin antes reventar las copas contra el suelo. Hace seis meses el suceso fue peor. Un grupo de cabezas rapadas dieron una paliza a dos hombres que fumaban en la puerta. ¡°De este bar vivimos nueve familias¡±, se?ala Abdalahe. ¡°No tiene sentido que vengan a incordiar a gente que solo est¨¢ trabajando¡±.
Tambi¨¦n se han dejado ver este tipo de personas por el bar Alfaro, que est¨¢ justo al lado del Garibaldi. ¡°No son rollo skin, son m¨¢s de llevar camisa y pulserita de Espa?a¡±, cuenta el camarero, que no quiere dar su nombre para no meterse en l¨ªos con ellos. ¡°Aun as¨ª, solo hay que poner la oreja un poco para asustarse con lo que dicen¡±, comenta. Lavapi¨¦s es uno de los lugares con m¨¢s mezcla cultural de Madrid y muchos garitos est¨¢n regentados por personas de fuera. Philippe Dasylva es senegal¨¦s y abri¨® el bar Dakar hace unos a?os. Sus clientes son principalmente otros senegaleses, pero todo el mundo es bien recibido. Todos menos los nazis. ¡°Aqu¨ª no entran porque los echamos r¨¢pido¡±, se?ala el hostelero. Seg¨²n ¨¦l, la forma de evitar que entren estos grupos es el apoyo entre vecinos. ¡°Si tienen problemas, yo ayudar¨ªa al bar de al lado¡±, remata.
Lavapi¨¦s no solo es el barrio m¨¢s multicultural de Madrid, sino que es tambi¨¦n un s¨ªmbolo de la lucha contra los fondos que tratan de hacerse con parte del mercado inmobiliario del barrio, en una de las zonas m¨¢s atractivas para la especulaci¨®n, dada su cercan¨ªa al cotizado centro. Pol¨ªticamente, es tambi¨¦n el principal feudo de la izquierda en la capital, donde la uni¨®n de PSOE, Sumar y Podemos rozaron el 65% de los votos en las ¨²ltimas elecciones europeas.
Que algo est¨¢ cambiando en Lavapi¨¦s lo notaron hace tres semanas los c¨®micos Miguel Maldonado y Facu D¨ªaz, quienes anunciaron que dejar¨¢n de grabar su p¨®dcast en el Teatro Pav¨®n. La raz¨®n es que los due?os del establecimiento hab¨ªan permitido celebrar en el lugar ¡°un aquelarre fascista¡± orquestado por ¡®Tierra Ignota¡¯, una productora cercana a Hazte O¨ªr. La organizaci¨®n hab¨ªa proyectado un documental cr¨ªtico sobre el nacionalismo catal¨¢n que llam¨® la atenci¨®n de algunos vecinos poco habituados a este tipo de eventos en el barrio. El anterior documental producido por ¡®Terra Ignota¡¯ abordaba el tema del Valle de los Ca¨ªdos, y hace un a?o, desde sus redes sociales, jalearon las manifestaciones ultraderechistas contra el PSOE en Ferraz. Maldonado y D¨ªaz pidieron explicaciones a los responsables del teatro, pero la respuesta recibida ¡°no fue tan convincente¡± como ellos quer¨ªan, dijeron en un video, por lo que decidieron marcharse del lugar. ¡°Todo el mundo es libre de tomar las decisiones que toma, en el marco de sus valores¡±, a?adieron.
El teatro Pav¨®n, un ic¨®nico lugar para la cultura de Lavapi¨¦s, respondi¨® apelando a la libertad de expresi¨®n. ¡°En l¨ªnea con nuestra misi¨®n como espacio cultural, no ejercemos censura ni nos posicionamos ideol¨®gicamente con relaci¨®n a los ideales pol¨ªticos o cualquier otra corriente de pensamiento que representen quienes hacen uso de nuestras instalaciones¡±, dijo Esther Bravo, la directora del teatro. Seg¨²n Bravo, ¡°respetamos y respetaremos siempre las diferentes visiones y expresiones art¨ªsticas e ideas¡±, en tanto en cuanto estas se expresen y desarrollen ¡°dentro de los marcos legales, constitucionales y ¨¦ticos que nos rigen¡±, se?al¨®. Sin embargo, la cancelaci¨®n de los dos humoristas fue r¨¢pidamente capitalizado por ¡®Terra Ignota¡¯ que celebr¨® con un ¡°hemos pasao¡± escrito en X (antes Twitter) la proyecci¨®n del documental. Una expresi¨®n retuiteada por el eurodiputado de Vox, Jorge Buxad¨¦.