"La tecnolog¨ªa es un medio, no un fin": la frase la comparten investigadores, pensadores, expertos e incluso los tecn¨®logos m¨¢s ac¨¦rrimos. El incre¨ªble poder de las m¨¢quinas ha de estar al servicio de la vida. En este caso, de la marina, un h¨¢bitat cada vez m¨¢s amenazado por el cambio clim¨¢tico planetario. M¨¢s all¨¢ de inventos como el pintoresco y medi¨¢tico muro de burbujas de ?msterdam, creado para capturar los pl¨¢sticos que arriban a sus canales, centenares de investigadores espa?oles se afanan en la creaci¨®n de ingeniosos mecanismos de observaci¨®n y preservaci¨®n del medio marino, un h¨¢bitat que se enfrenta a grandes amenazas derivadas de la crisis clim¨¢tica.
De todos los proyectos desarrollados por espa?oles, te mostramos tres en los que los protagonistas son desde peces que casi hacen de smartphones cient¨ªficos hasta drones y GPS para monitorizar la costa gaditana o algas microsc¨®picas con el potencial de reducir la contaminaci¨®n y la sobrepesca derivadas de la acuicultura.
Las criaturas que exploran el mar
Atisbar el oc¨¦ano desde dentro, captando cada una de sus sutiles variaciones, mirando con los ojos de un pez y casi respirando por sus branquias. Es una met¨¢fora de lo que el ocean¨®grafo Carlos Duarte y sus colegas persiguen desde hace cuatro a?os: convertir a distintas criaturas marinas, mediante la colocaci¨®n en ellas de sensores de ¨²ltima generaci¨®n, en observadoras perfectas e inadvertidas de lo que ocurre en su propia casa. "Estamos llevando al mar el concepto de wearable", afirma Duarte, profesor titular de la saud¨ª King Abdullah University of Science and Technology (KAUST), financiadora del proyecto, nombrado CAASE. "El objetivo es colaborar con los animales para explorar el oc¨¦ano desde su perspectiva".
Para este fin, los investigadores han desarrollado varios tipos de sensores que recogen el movimiento de los animales y los cambios de temperatura o salinidad del agua, entre otras cosas. Pero la gran diferencia estriba en que estos aparatos tambi¨¦n monitorizan la salud de los moradores del mar. "Obtenemos datos sobre su estado fisiol¨®gico: por ejemplo, el estr¨¦s que sufren, c¨®mo les afecta el ruido marino o c¨®mo se producen sus migraciones", detalla Duarte. "As¨ª evaluamos el impacto de las actividades humanas sobre su bienestar, tanto en los m¨¢s grandes como en los peque?os invertebrados". Una informaci¨®n que despu¨¦s es transmitida a antenas dise?adas "para integrar y procesar estos datos y mejorar las estimaciones". "Adem¨¢s, hemos desarrollado una plataforma de an¨¢lisis de medidas de movimiento complejas para detectar desviaciones, animal a animal, que indiquen posibles problemas de salud", ampl¨ªa.
M¨¢s de cien animales portan en la actualidad estos sensores, una tecnolog¨ªa que ha dado el salto a la F¨®rmula 1 y que se est¨¢ probando en b¨®lidos de la escuder¨ªa McLaren. La mayor¨ªa de los exploradores marinos son peces, pero en esta fant¨¢stica entente entre humanos y animales tambi¨¦n colaboran aves, bivalvos, gaster¨®podos o tortugas.
?C¨®mo est¨¢n cambiando nuestras costas?
La costa del sudoeste de la Pen¨ªnsula lleva d¨¦cadas perdiendo terreno. Baste como ejemplo Punta de los Saboneses (en la imagen inferior), ubicada en El Puerto de Santamar¨ªa (C¨¢diz), donde la l¨ªnea costera retrocede sin pausa desde 1977. "Nos dedicamos a evaluar la vulnerabilidad del litoral ante el cambio clim¨¢tico y dos de los fen¨®menos que amplifica: las inundaciones y la erosi¨®n", sintetiza Laura del R¨ªo, profesora de la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de la Universidad de C¨¢diz.
Durante los ¨²ltimos cuatro a?os, el equipo del proyecto, financiado por el Plan Nacional de Investigaci¨®n, ha monitorizado la provincia de C¨¢diz en busca de patrones y relaciones que expliquen el deterioro costero. La elecci¨®n del lugar no es casual. "Aqu¨ª tenemos zonas con diferentes mareas, distintos grados de oleaje, acantilados, marismas, zonas de dunas", se?ala Del R¨ªo. "Cubrir un espectro amplio posibilita extrapolar conclusiones a otros lugares".
As¨ª ha retrocedido la costa gaditana en los ¨²ltimos 40 a?os
Mapa elaborado a partir de fotograf¨ªas a¨¦reas que indica la evoluci¨®n de los ¨²ltimos 40 a?os de la l¨ªnea de costa en la Punta de los Saboneses (El Puerto de Santa Mar¨ªa, C¨¢diz). Se observa una gran erosi¨®n, con p¨¦rdida de amplias superficies de playa, dunas y marismas. Fuente e im¨¢genes: Laura del R¨ªo.
Para sus observaciones se han valido de varias tecnolog¨ªas. Una de ellas es la fotograf¨ªa con drones, que deja im¨¢genes como la mostrada a continuaci¨®n: es la playa de Camposoto (San Fernando) arrasada tras el paso de la tormenta Emma, en marzo de 2018. "Con esta t¨¦cnica podemos medir, por ejemplo, si cuando llega el buen tiempo una playa recupera la arena perdida en invierno, algo que es un ciclo natural. Los drones detectan fen¨®menos que de otra manera pasar¨ªan desapercibidos", pormenoriza.

Se sirven tambi¨¦n de videomonitorizaci¨®n, que no es ni m¨¢s ni menos que un sistema de c¨¢maras dispuesto en un punto lo suficientemente alto del paisaje. "Hacemos un seguimiento continuo de los cambios costeros con gran detalle espacial y temporal", se?ala la investigadora. Con estas c¨¢maras ponen el ojo tanto en la playa como en sus construcciones: se puede llegar a estimar cu¨¢ndo, con el paso del tiempo, el agua alcanzar¨¢ a un chiringuito. Para el trabajo de campo usan GPS diferenciales, aparatos que miden la topograf¨ªa del terreno y c¨®mo le afectan los temporales invernales, o d¨®nde se gana y pierde sedimento. As¨ª se extraen cronolog¨ªas como la de Punta de Saboneses.
No toda la erosi¨®n se debe a factores ambientales. "Gran parte de la problem¨¢tica descansa en los efectos de la actividad humana", entiende Del R¨ªo. "Por ejemplo, observamos falta de sedimento a causa de la regulaci¨®n de las cuencas fluviales, o vemos c¨®mo el litoral se ocupa de manera inadecuada y c¨®mo eso rompe el equilibrio sedimentario... Son impactos que solo cabe esperar, por desgracia, que empeoren".
Recreaci¨®n en 2099 de una subida de dos metros del nivel del mar en la bah¨ªa de C¨¢diz
En este escenario extremo, que evidencia una situaci¨®n de vulnerabilidad, se observa una inundaci¨®n completa de las zonas m¨¢s bajas de la ciudad. Esta estimaci¨®n fue publicada hace unos meses en la revista PNAS y supone el doble de lo previsto por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Clim¨¢tico. Fuente e im¨¢genes: Laura del R¨ªo.
La investigadora, sin embargo, aleja ciertos fantasmas clim¨¢ticos: cada zona del planeta es un mundo y en Espa?a queda muy lejos eso de volver a casa en barca. Pero s¨ª advierte de que estas observaciones deber¨ªan servir de alerta. M¨¢s cuando el calentamiento global multiplica, por as¨ª decir, la base de la ecuaci¨®n: "Con la subida del nivel del mar, los mismos fen¨®menos de hoy causar¨¢n muchos m¨¢s da?os dentro de 20 a?os sin que aumente su intensidad".
Microalgas, una biotecnolog¨ªa con gran potencial
"No te imagines las algas cl¨¢sicas del mar", describe el catedr¨¢tico Jos¨¦ Antonio Perales, del Instituto Universitario de Investigaciones Marinas. "Son microsc¨®picas, con una alt¨ªsima velocidad de reproducci¨®n, ricas en omega 3 y capaces de asimilar nutrientes como el nitr¨®geno". La descripci¨®n corresponde a un organismo que en las im¨¢genes (como la que se muestra abajo) parece una masa gelatinosa y verde. Son microalgas, unos microorganismos que Perales y su equipo est¨¢n utilizando para afrontar un reto complejo: disminuir la huella ambiental que generan las explotaciones de acuicultura.
Para entender por qu¨¦ este peque?o organismo encierra una potencial soluci¨®n, hay que explicar antes c¨®mo funcionan estos caladeros, es decir, una granja donde se cr¨ªan lubinas, salmones o doradas para su consumo posterior. "Actualmente estas instalaciones est¨¢n sobreexplotadas y el futuro est¨¢ en ellas", deja claro Perales, cuyo proyecto est¨¢ financiado por el Programa Estatal de I+D+i Orientada a los Retos de la Sociedad. "Pero aparejan dos impactos. El primero es que se generan efluentes con altos flujos de contaminantes, como s¨®lidos en suspensi¨®n o nitr¨®geno".
El segundo, de m¨¢s peso, concierne a su alimentaci¨®n. "Para alimentar a un pez se necesita pienso. Y ese pienso se fabrica con harinas y aceites de pescado salvaje, como pueden ser anchoas de la zona de Ecuador y Per¨²", contin¨²a. Aqu¨ª lo preocupante es cu¨¢nta pesca requiere la producci¨®n en piscifactor¨ªa. "Este ratio, llamado fish in-fish out (pez dentro, pez fuera), alcanza valores que rondan la unidad", lamenta Perales. Es decir, para criar un kilo de pescado en granja se precisa de otro salvaje.
En este punto entran en juego las microalgas, capacitadas para aliviar estas dos presiones ambientales. ?Por qu¨¦? Porque por sus caracter¨ªsticas nutricionales las convierten en una alternativa al pienso de origen animal usado en los criaderos, lo que reducir¨ªa la captura salvaje destinada a su producci¨®n y el mencionado fish in-fish out. Y, por otro lado, porque la biotecnolog¨ªa de microalgas, que es sobre lo que investiga Perales y su equipo, requiere luz solar, f¨®sforo y nitr¨®geno: el mismo nitr¨®geno que descargan las piscifactor¨ªas y que ya no alterar¨ªa los ecosistemas costeros. "Intentamos crear un modelo de producci¨®n de pescado que reduzca estos dos impactos. Es una forma m¨¢s de contribuir a un modelo de econom¨ªa circular", determina Perales.
La aportaci¨®n de Coca Cola
Coca-Cola en Espa?a se ha propuesto recoger y reciclar el 100% del equivalente a todos los envases que comercialice para 2025. Con este objetivo en mente, en 2018 puso en marcha Mares Circulares, un proyecto de limpieza de mares, costas y fondos marinos, sensibilizaci¨®n en temas de reciclaje e impulso de la econom¨ªa circular. Gracias a esta iniciativa cada a?o se limpian m¨¢s de 80 reservas y fondos marinos de toda Espa?a y Portugal junto a voluntarios, ONG ambientales, organismos p¨²blicos y privados.
La compa?¨ªa adem¨¢s apoya la investigaci¨®n cient¨ªfica para encontrar soluciones al problema de la basura marina. Respalda un proyecto de la Universidad de C¨¢diz basado en el uso de drones que ha servido para desarrollar una metodolog¨ªa que permite monitorizar de forma remota la basura en las costas y facilitar as¨ª las labores de limpieza.
Cr¨®nicas del futuro
Un podcast de ficci¨®n para imaginar el mejor de los porvenires. Escucha aqu¨ª todos los episodios.
Kilian es un mago callejero que regala ¡°cajas de tiempo¡±, recipientes que fabrica con materiales reciclados. La econom¨ªa circular forma parte del ADN de Coca-Cola. Se integra en la cadena de valor desde la elecci¨®n de la materia prima hasta la log¨ªstica, bas¨¢ndose en tres conceptos: reducir, reutilizar y reciclar.
David y Lucas son dos voluntarios que se disponen a transportar un cargamento de agua potable hasta una zona aislada, afectada por una terrible sequ¨ªa. Ante la escasez de recursos h¨ªdricos, Coca-Cola fomenta planes de gesti¨®n eficaz del agua centrados en la recuperaci¨®n de acu¨ªferos y en propuestas de agricultura sostenible.