El Museo del Prado re¨²ne, por primera vez, la mayor parte de las obras de este maestro cordob¨¦s afincado en la Corona de Arag¨®n y cuyo sugestivo universo visual y virtuosismo t¨¦cnico lo convirtieron en una de las figuras m¨¢s atractivas de la Europa del Cuatrocientos.
Manuel Morales
expo. Madrid. 09.OCT /18 27.ENE /19
El periplo vital de un virtuoso de la pintura
Bermejo se vio siempre perseguido por las sospechas sobre sus or¨ªgenes jud¨ªos, pero solo eso no explica su itinerancia art¨ªstica: una compleja, inquietante e insatisfecha personalidad colaboraron con su constante huida.
Jos¨¦ ?ngel Monta?¨¦s
Tres d¨¦cadas (y un renacimiento) en siete pinturas
La obra conocida hasta ahora del cordob¨¦s comenz¨® con su ¡®San Miguel triunfante¡¯ y termin¨® con la ¡®Piedad Despl¨¤¡¯. Tras siglos de olvido, la fuerza de su resurgimiento a principios del XX llev¨® incluso al encargo de copias y falsificaciones.
Francis Pach¨¢
Bermejo es uno de los pintores m¨¢s destacados del siglo XV, no solo peninsular, sino europeo
El comisario de esta exposici¨®n antol¨®gica nos descubre la fascinante y problem¨¢tica personalidad del pintor, su virtuosismo y capacidad para renovar su iconograf¨ªa tradicional y algunas de las mejores obras expuestas para la ocasi¨®n en el Prado
El mejor flamenco fuera de Flandes
Dominaba la t¨¦cnica del ¨®leo de tal manera que logr¨® unos efectos ilusionistas semejantes a los de los mejores creadores flamencos. La sugesti¨®n del volumen, la luminosidad de los objetos, el detallismo del paisaje y las espectaculares gamas crom¨¢ticas lo hicieron ¨²nico entre sus coet¨¢neos hispanos.
Joan Molina Figueras
Del 9 de octubre de 2018 al 27 de enero de 2019
De lunes a s¨¢bado de 10.00 a 20.00 h
Domingos y festivos de 10.00 a 19.00 h
General: 15 euros
Reducida: 7,50 euros
Compra en www.museodelprado.es
El conocimiento de Bartolom¨¦ Bermejo sobre la pintura flamenca es patente en esta su primera pieza documentada. Realizada en Valencia, la ciudad era, por aquel tiempo, un puerto de llegada de algunos de los principales maestros septentrionales y un foco de importaci¨®n de sus estampas, pinturas y dibujos. Bermejo no solo qued¨® cautivado por estos modelos pict¨®ricos, sino que los aplic¨® como ninguno de sus contempor¨¢neos. En este cuadro, los brillos luminosos de la armadura o el reflejo en ella de la Jerusal¨¦n celestial dan testimonio de ello.
?leo y dorado sobre tabla de pino, 179,7 x 81,9 cm.
1468
The National Gallery (Londres)
La r¨²brica de algunas de sus obras, como la que se observa en la imagen (en la esquina inferior izquierda del San Miguel triunfante), da muchas pistas sobre la vida del pintor. Se cree que incluir en ella las siglas IHS (Ihesus) era una estrategia para expresar claramente su nueva fe cristiana, toda vez que, como casi seguro judeoconverso, fue uno de los principales damnificados por el clima de intolerancia y exclusi¨®n religiosa de la ¨¦poca. Que firmara con el alias Rubeus en vez de con su apellido (De C¨¢rdenas), indica que hac¨ªa referencia a alguna caracter¨ªstica f¨ªsica, probablemente su pelo o su barba rojiza, es decir, bermeja.
Del retablo de Santa Engracia de San Pedro de Daroca se conservan seis tablas, cinco de las cuales forman parte de la exposici¨®n. Si hay algo que las caracteriza es su espectacular y variada gama crom¨¢tica, consecuencia del dominio de Bermejo de la t¨¦cnica del ¨®leo y de f¨®rmulas como la aplicaci¨®n de lacas y transparencias que le permitieron aumentar la sensaci¨®n de profundidad y brillantez de los colores (rojos y verdes fundamentalmente). Esta fue una de las principales se?as de identidad y del ¨¦xito del artista.
?leo sobre tabla, 92,5 x 52 cm.
Hacia 1474-1477
Museo de Bellas Artes (Bilbao)
La personalidad inconformista y rebelde de Bermejo se testimonia en esta obra: se trata de la tabla central de un retablo encargado en 1474 para la parroquia de Santo Domingo de Silos de Daroca. Bermejo termin¨® esta esplendorosa imagen en 1477¡ y se march¨® sin culminar el resto. Tras amenazarle con la excomuni¨®n (una cl¨¢usula com¨²n en los contratos de la ¨¦poca, y que comportaba m¨¢s bien restricciones laborales que penas espirituales), Bermejo firm¨® un nuevo contrato que volvi¨® a incumplir, dejando sin terminar las dos tablas laterales, que realizaron en el taller de su socio Mart¨ªn Bernat y que han llegado hasta hoy. Mala remuneraci¨®n, incomodidad por tener que pintar con artistas que consideraba menos cualificados o rebeld¨ªa ante los conservadores criterios est¨¦ticos de los clientes podr¨ªan ser las causas de dichas huidas.
?leo sobre tabla de con¨ªfera, 242 x 130 cm.
1474-1477
Museo Nacional del Prado (Madrid)
Otra constante en la vida del pintor fue la asociaci¨®n con otros artistas para sortear las restricciones del sistema gremial. Juan de Bonilla en Daroca, Mart¨ªn Bernat en Zaragoza o los Osona en Valencia son ejemplos de ello. Esto tuvo una consecuencia negativa y otra positiva. La primera fue que el m¨¦todo compartido afect¨® a la calidad del resultado final, toda vez que la destreza y buena mano de sus socios no alcanzaban las capacidades de Bermejo. La positiva fue que el asociacionismo facilit¨® la difusi¨®n de sus modelos (especialmente con Mart¨ªn Bernat, de cuya uni¨®n deriva la obra de la imagen), lo que lo convirti¨® en la ¨¦poca en una referencia respetada y admirada.
?leo sobre tabla de con¨ªfera, 181 x 103 cm.
Grand Rapids Art Museum (Michigan), Gift of Friends and Familly of Eugene Masselink, 1965.1.1
He aqu¨ª una muestra de ese trabajo en equipo y de la fama del cordob¨¦s: este tr¨ªptico, realizado en Valencia, lo compuso con los hermanos Rodrigo y Francisco de Osona y por encargo de Francesco della Chiesa, mercader italiano que lo quer¨ªa para presidir la capilla que fund¨® en la catedral de Acqui Terme, su ciudad de origen.
?leo sobre tabla de roble. Central: 156,5 x 100,5 x 2,1 cm. Batiente izquierdo: 156,2 x 50,2 x 1,6 cm. Batiente derecho: 156,2 x 50,2 x 1,6 cm.
Hacia 1483-1484
Cattedrale Nostra Signora Assunta, Aula Capitolare (Acqui Terme, Alessandria)
La ¨²ltima obra referenciada de Bermejo es, sin duda, absolutamente ¨²nica. Encargada por el arcediano Llu¨ªs Despl¨¤ en torno a 1490, este barcelon¨¦s era un aut¨¦ntico humanista (de ah¨ª la presencia de san Jer¨®nimo, que evoca ese car¨¢cter) y un eclesi¨¢stico de cultura y gustos filoitalianos, como se observa en el texto all¡¯antica grabado en la base de la pintura, testimonio del gusto de Despl¨¤ por las inscripciones antiguas. Destaca tambi¨¦n el car¨¢cter expresionista y simb¨®lico del fant¨¢stico paisaje, que parece propiciar una meditaci¨®n sobre el significado del sacrificio de Cristo y su papel redentor.
?leo sobre tabla de ¨¢lamo o chopo, 175 x 189 cm.
1490
Catedral de Barcelona
Bartolom¨¦ de C¨¢rdenas muri¨® a comienzos del siglo XVI y, con ¨¦l, se apag¨® su recuerdo y se perdi¨® su rastro. Solo cuando, a finales del XIX y principios del XX, la pintura medieval comenz¨® a suscitar un renovado inter¨¦s, se recuperaron algunas de sus obras y se descubri¨® una conexi¨®n estil¨ªstica entre varias de ellas. Comenzaron a aflorar estudios, cat¨¢logos, art¨ªculos y, tambi¨¦n, reproducciones. Una de las m¨¢s celebradas fue la que Edmond Dyer realiz¨® del San Miguel triunfante, encargada por Jos¨¦ Saavedra y Salamanca, II marqu¨¦s de Viana, para su palacio en C¨®rdoba (en la imagen). Fue el inicio de la vuelta de Bermejo al lugar que nunca debi¨® perder: el de uno de los mejores pintores del siglo XV.
San Miguel de Tous
Edmond Dyer (copia de Bartolom¨¦ Bermejo)
?leo sobre tabla, 182,5 x 82 cm.
1926
Palacio de Viana, Fundaci¨®n Cajasur (C¨®rdoba)