Ni?as teniendo ni?as:
el embarazo adolescente secuestra la infancia

La antigua habitaci¨®n de Karina es hoy un trastero. Ese peque?o espacio en el que antes estaban sus libretas, pegatinas y mu?ecas, est¨¢ hoy soterrado por kilos de arena y cemento para la construcci¨®n, la tarea que ocupa al abuelo de esta menuda y risue?a ni?a de 15 a?os. Al dejar la escuela, con 13, le dijeron que no necesitar¨ªa tanto espacio. Un a?o despu¨¦s, cuando qued¨® embarazada, la echaron de casa. La habitaci¨®n dej¨® oficialmente de ser suya; regal¨® los cuadernos, el uniforme y los libros. Ahora comparte sus juguetes con Jazm¨ªn Alexandra, su hija de cuatro meses.

¡°Criar no es f¨¢cil¡±, repite una y otra vez esta joven colombiana. ¡°No tengas hijos¡±, le dice a su cu?ada. Desde que sus abuelos la echaron de la casa, vive con la familia del pap¨¢ de su hija, su exnovio Jhoiber Javier, de 21 a?os, en un humilde ranchito en la frontera entre Colombia y Venezuela, a 50 metros del puente que conecta ambos pa¨ªses. ¡°Al menos tuve suerte con mis suegros¡±, dice. Jhoiber viene y va; apenas se hace cargo del beb¨¦. ¡°Las que cuidamos somos nosotras. ?l tiene ya otra¡±, zanja molesta.

Los embarazos adolescentes son un mal que arrastra Colombia desde hace demasiado tiempo. Si bien el mayor acceso a anticonceptivos y una mejor educaci¨®n sexual ha reducido las tasas de natalidad un 17% en el ¨²ltimo lustro, s¨®lo en 2022 nacieron 98.203 beb¨¦s de madres menores de 19 a?os. 4.226 fueron ni?as entre 10 y 14 a?os.

El ambiente en el barrio es hostil. Adem¨¢s de las tienditas y fruter¨ªas, pasear alrededor de la casa es ver chatarrer¨ªas, un billar y decenas de trocheros que intentan ganarse la vida pasando mercanc¨ªa de un pa¨ªs a otro. ¡°Prefiero que se queden en casa¡±, dice temerosa Iv¨®n, la abuela de Jazm¨ªn y matriarca de la familia. ¡°Aqu¨ª pasa de todo y siendo ellas hembras¡­ Me da miedo¡±, reconoce la venezolana. ¡°Para nosotros, los migrantes, todo es m¨¢s dif¨ªcil¡±.

Para Catalina Escobar, presidenta de la Fundaci¨®n Juanfe, que apoya a madres adolescentes a estudiar, el embarazo adolescente es ¡°el peor generador de pobreza, exclusi¨®n y violencia que existe en el mundo¡±. ¡°En Colombia, las ni?as que dejan de estudiar para cuidar tienen el segundo hijo en menos de dos a?os. Y ah¨ª ya qued¨® atrapada. Ese es el nefasto c¨ªrculo de la pobreza¡±, explica por tel¨¦fono.

La vida de Karina le arrebat¨® muy pronto la infancia. Su madre no pudo hacerse cargo de ella y sus diez hermanos y la abandon¨® en la calle cuando ten¨ªa apenas unos meses. Desde entonces, fue criada por sus abuelos y, de vez en cuando, por su padre, maternando desde peque?a a sus primas. Con 14 a?os empez¨® a planificar y un mes despu¨¦s qued¨® embarazada. Aunque no lo buscaba, nunca pens¨® en abortar. ¡°Mi madre quiso abortarme, yo no iba a hacer lo mismo. Voy a criarla mejor que ella a m¨ª¡±, cuenta.

Iv¨®n es la mam¨¢ de todos en el barrio. Es la que peina a las vecinas, ayuda con las tareas, cocina (aunque lo deteste) y mima. ¡°Hay veces que me provoca salir corriendo¡±, susurra cuando nadie la escucha. ¡°Es duro porque a m¨ª tambi¨¦n me toc¨® muy joven, llevo toda la vida criando y cuidando¡±, reconoce, ¡°pero si Karina no nos tuviera a nosotros, no tiene a nadie¡±. Desde que naci¨® Jazm¨ªn, puede contar con los dedos de una mano las veces que ha visto a su familia.

A Eucaris Olaya, profesora asociada de la Universidad Nacional experta en pol¨ªticas feministas, lo que m¨¢s le preocupa de estos embarazos es la violencia y el abandono que suele haber detr¨¢s. ¡°La gente normaliza la diferencia de edad entre las ni?as y sus parejas, y eso no puede ser. Es abuso sexual, as¨ª lo recoge la ley¡±, lamenta. Seg¨²n la legislaci¨®n, el consentimiento sexual en menores de 16 a?os solo existe si la pareja no es tres a?os mayor. Jhoiber es seis a?os mayor que Karina.

Aunque la casa de los Valero est¨¢ llena de ni?os, el mototaxista de confianza, que lleva a los peque?os al colegio, para por una: Luc¨ªa, de 13 a?os. Es la ¨²nica que sigue yendo a la escuela. Para cuando llega de clase, Karina ya hizo aseo, prepar¨® la sopa de Jazm¨ªn y le dio tres o cuatro veces el pecho. ¡°M¨¢s vale que t¨² te cuides, para que no te pase lo que le pas¨® a Karina¡±, dice Iv¨®n.

Karina tambi¨¦n sue?a con volver a la escuela. Quiere ser farmac¨¦utica o programadora inform¨¢tica, tener su casa, ganar un buen sueldo¡­ ¡°Las ni?as como yo tenemos que estar estudiando, no cuidando hijos¡±, dice entre suspiros, mientras espera que la mascarilla de pelo que le prepar¨® Iv¨®n haga efecto. Una vecina que las acompa?a en la sesi¨®n de belleza es clara: ¡°Para eso tienes que salir de aqu¨ª. Este barrio es como una telara?a que aprieta. Aqu¨ª no hay oportunidades¡±.

Olaya, de la Universidad Nacional, lamenta que ¡°las otras Colombias¡± est¨¦n m¨¢s azotadas por este abandono estatal. ¡°Lo que m¨¢s me preocupa son las ni?as ind¨ªgenas, las campesinas y las de la periferia. Porque es donde m¨¢s atenci¨®n se necesita y donde m¨¢s estigma hay para abortar o para hacer uso de la planificaci¨®n¡±, se?ala. ¡°Y no hay que olvidar que planificar es una carga econ¨®mica que solemos llevar nosotras. En estas zonas, adem¨¢s, suele ser casi en secreto¡±.

Karina tiene pocas fotos en su celular previas al embarazo. No hay ni huella de cuando iba al colegio ni de sus compa?eras de clase, con las que ya no se lleva bien. Borr¨® tambi¨¦n casi todas en las que aparece su exnovio. Cuando mira a la de sus primeras ecograf¨ªas, pareciera que fueran ajenas. Dice que fue un embarazo sin complicaciones, pero que el parto fue horrible. ¡°Me hicieron ces¨¢rea. Se complic¨® porque dejaron l¨ªquido dentro y me hospitalizaron una semana completa. Menos mal que estaba mi suegra¡±.

Escobar critica que los Gobiernos no se ocupen del embarazo adolescente: ¡°Adem¨¢s, sale much¨ªsimo m¨¢s caro en la salud p¨²blica. Los riesgos de que la madre desarrolle enfermedades inherentes al embarazo o que ella o el beb¨¦ mueran, son 70% m¨¢s altos que cuando la madre es mayor de 19 a?os¡±. Seg¨²n un informe del Fondo de Poblaci¨®n de las Naciones Unidas, los embarazos de menores de edad generan unos costos en la regi¨®n de unos 1.242 millones de d¨®lares anuales por pa¨ªs.

Los d¨ªas de Karina pasan lentos, entre las cuatro paredes de su nueva casa. A veces, sale a comprar alguna cosa en la tiendita o a coger un poco de aire. Sigue viendo v¨ªdeos de terror en Youtube y chatea con alg¨²n amigo por Facebook mientras la ni?a duerme. ¡°Es muy aburrido. Tal vez vaya a ver a mi mam¨¢ (abuela) pronto¡±, dice. ¡°Pero volver¨¦ para dormir porque mi cama all¨¢ est¨¢ ocupada¡±.