El Harvard de las madres adolescentes sin recursos

Todo empez¨® con un voluntariado. Catalina Escobar (Bogot¨¢, 50 a?os) se mud¨® junto con su marido a Cartagena en el 98. Esta empresaria de familia acomodada decidi¨® ¡°echar una mano¡± en la Cl¨ªnica de Maternidad Rafael Calvo, un hospital p¨²blico de la ciudad colombiana. El plan era ayudar ¡°en todo lo que se pudiera¡±: partos, atenci¨®n a reci¨¦n nacidos, acompa?amiento a las madres primerizas¡­ A los pocos meses de servicio, falleci¨® un beb¨¦ en sus brazos por falta de un medicamento que costaba 20 euros. ¡°Yo los ten¨ªa en el bolsillo, pero eran requeridos antes¡±, cuenta por tel¨¦fono.

Tres d¨ªas despu¨¦s muri¨® su propio hijo de apenas un a?o y medio en un accidente dom¨¦stico. Lo que pens¨® entonces fue casi una premonici¨®n: ¡°Tengo que hacer algo para impedir que m¨¢s beb¨¦s mueran por causas evitables¡±. Veinte a?os despu¨¦s, Escobar recoge el premio de la Fundaci¨®n Mapfre al mejor proyecto social por el Modelo 360? de desarrollo social, una iniciativa de formaci¨®n laboral a madres adolescentes sin recursos.

Con la visi¨®n de una empresaria y la empat¨ªa de una madre que conoce el dolor del duelo, Escobar se embarc¨® en la creaci¨®n de la Fundaci¨®n Juanfe (en honor al hijo que perdi¨®, Juan Felipe). El inter¨¦s inicial estaba puesto en la mortalidad perinatal y, para profundizar en la materia, viaj¨® a California, donde se encontraban las tasas m¨¢s bajas del hemisferio. ¡°Me cost¨® entender que all¨¢ no hab¨ªa ning¨²n modelo que yo pudiera copiar. Hab¨ªa un equipo de alta tecnolog¨ªa, personal m¨¦dico de alto rango y unos protocolos. Exist¨ªa una infraestructura con la que claramente no contaba Cartagena¡±. As¨ª que decidi¨® montar ella misma una unidad de cuidados intensivos neonatal.

La financiaci¨®n fue la primera traba: ¡°?Qui¨¦n iba a creerle a una loca a la que se le acaba de morir un beb¨¦? Nos toc¨® estirar la mano y el sombrero¡±. Los primeros fondos llegaron de amigos, empresarios y particulares. Actualmente, la financiaci¨®n de ¡°la Juanfe¡± sigue siendo eminentemente del sector privado, pero tambi¨¦n de los gobiernos espa?ol, belga, alem¨¢n y japon¨¦s. ¡°Del colombiano muy, muy poquito¡±, a?ade. La dotaci¨®n del galard¨®n de Mapfre es de 120.000 euros y se entreg¨® este mi¨¦rcoles en un acto presidido por S.M. la Reina Do?a Sof¨ªa en el Casino de Madrid.

Conforme iban llegando pacientes, se dieron cuenta de dos patrones que se repet¨ªan: el 60% de los ni?os que atend¨ªan no estaban siquiera registrados en el sistema nacional de salud y las madres que daban a luz eran en su mayor¨ªa adolescentes. ¡°Esta es la mayor espiral de pobreza¡±, zanja la lideresa. ¡°En Colombia, cuando una ni?a est¨¢ debajo de la l¨ªnea de pobreza y es menor de 15 a?os, tiene un 86% de probabilidades de que antes de los 20 a?os tenga tres hijos. Imag¨ªnate este desastre¡±, expone.

El d¨ªa en que estos desaten el mismo furor que desata el f¨²tbol, estar¨¢n salvados. Pero los ni?os colombianos no remueven nada

Cada a?o 16 millones de j¨®venes de entre 15 y 19 a?os dan a luz en el mundo y las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de mortalidad en este colectivo, seg¨²n alerta la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Adem¨¢s, los hijos de estas chicas se enfrentan a un riesgo ¡°considerablemente superior de morir¡± que los nacidos de mujeres de 20 a 24 a?os.

Para la empresaria y una de las lideresas sociales de mayor calado del pa¨ªs, esto no solo se traduce en injusticia social, tambi¨¦n en un gasto. ¡°Son ni?os que entran al sistema de salud y de educaci¨®n¡­ a todos nos cuesta¡±, dice. Con el fin de crear un sistema de desarrollo, surge el Modelo 360, un programa de acompa?amiento e inserci¨®n laboral de estas madres adolescentes que no lo han tenido nada f¨¢cil. Y es que en Colombia una de cada cinco progenitoras es menor de 19 a?os, seg¨²n la sociedad de pediatr¨ªa del pa¨ªs. ¡°Lo que ¡®la Juanfe¡¯ busca son ni?as pobres, pero brillantes. Como en todo, hay gente que en verdad no quiere salir adelante, que le importa un bledo. Nosotras buscamos a ni?as que despu¨¦s de nuestra intervenci¨®n, vayan a ser exitosas. Somos el Harvard de las madres adolescentes. Entrar es m¨¢s dif¨ªcil que ser aceptado en Harvard¡±.

En los primeros siete a?os, seg¨²n la medici¨®n de impacto de la propia fundaci¨®n, la mortalidad infantil en Cartagena baj¨® en un 81%. Salvaron m¨¢s de 4.800 beb¨¦s, atendieron 205.000 pacientes y abrieron un centro m¨¦dico donde tener seguimiento de vacunaci¨®n. M¨¢s de 10.000 madres salieron del c¨ªrculo de pobreza.

En Colombia una de cada cinco progenitoras es menor de 19 a?os, seg¨²n la sociedad de pediatr¨ªa del pa¨ªs

El objetivo es integrar a las adolescentes en la pir¨¢mide de desarrollo de una manera sostenible: con educaci¨®n, reparaci¨®n psicosocial, inclusi¨®n laboral digna y fortaleciendo su rol materno para que ellas mismas sean autosuficientes. Despu¨¦s de la fase de selecci¨®n de las j¨®venes, se inicia un proceso formativo de tres etapas.

La primera dura seis meses y el reto es ¡°drenar sus corazones¡±: ¡°Muchas vienen con traumas, con abusos, son ni?as que vienen desbaratadas y nos toca componer la parte emocional, construir cimientos s¨®lidos¡±. Despu¨¦s, entran a cursar unas carreras t¨¦cnicas, que duran un a?o y que se ofrecen desde la propia fundaci¨®n. Actualmente, cuentan con tres modalidades certificadas en hoteler¨ªa, belleza integral y gastronom¨ªa. Tras la graduaci¨®n, entran en un ¨²ltimo ciclo, de cuatro a seis meses, en el que se las forma para inyectarse a la vida laboral. ¡°C¨®mo hacer una buena entrevista de trabajo, c¨®mo redactar curr¨ªculos o presentar sus proyectos¡­¡±, enumera.

La Fundaci¨®n Juanfe tiene alianzas con m¨¢s de 400 empresas de Cartagena. Anualmente, en Cartagena, se grad¨²an 850. Y en Medell¨ªn unas 380. Adem¨¢s de estar en Colombia, el programa tambi¨¦n se ha implantado en Panam¨¢ y Chile, y pronto llegar¨¢ a M¨¦xico. ¡°El modelo promete entrarlas en el sistema formal de empleo para que salten a la clase media y solo vuelvan a tener hijos cuando est¨¦n empoderadas y sean independientes y, a la vez, nutrimos el mercado laboral que m¨¢s demanda tiene de la ciudad¡±.

En palabras de esta activista, est¨¢n liderando ¡°una cruzada por las ni?as de Am¨¦rica Latina¡±. Las historias de terror, abuso y maltrato con las que cargan las adolescentes que llegan a su fundaci¨®n son reveladoras, dice. ¡°Vivimos en un pa¨ªs de mucha injusticia y muy corrupto en el que los ni?os no importan. El d¨ªa en que estos desaten el mismo furor que desata el f¨²tbol, ese d¨ªa estar¨¢n salvados. Pero los ni?os colombianos no remueven nada¡±.

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