C¨®mo hablar de sexo con tu hijo adolescente: ni con tecnicismos ni como si fueras su amigo
Pocos padres educan en sexualidad o abordan el tema con naturalidad. La mayor¨ªa aplaza el momento a un serm¨®n puntual, cuando el menor de edad ya se ha licenciado en pornograf¨ªa, o lo dejan para las charlas en el colegio
Carlos y Ana tienen dos ni?os; una chica de 10 a?os y un chico de 13. La relaci¨®n de esta pareja con sus hijos es ejemplar, han cambiado de lugar de residencia para llevarlos a determinados colegios y se podr¨ªa decir que son unos padres vocacionales. Ahora, Carlos siente que es el momento de hablar de sexo con su hijo, que es algo m¨¢s introvertido que su hermana. Este ha ingresado en la adolescencia con ese voto de silencio que algunos chicos parecen haber firmado, y que solo es excusable para casos extremadamente graves y con la utilizaci¨®n de monos¨ªlabos. ¡°No s¨¦ c¨®mo abordar el tema¡±, confie...
Carlos y Ana tienen dos ni?os; una chica de 10 a?os y un chico de 13. La relaci¨®n de esta pareja con sus hijos es ejemplar, han cambiado de lugar de residencia para llevarlos a determinados colegios y se podr¨ªa decir que son unos padres vocacionales. Ahora, Carlos siente que es el momento de hablar de sexo con su hijo, que es algo m¨¢s introvertido que su hermana. Este ha ingresado en la adolescencia con ese voto de silencio que algunos chicos parecen haber firmado, y que solo es excusable para casos extremadamente graves y con la utilizaci¨®n de monos¨ªlabos. ¡°No s¨¦ c¨®mo abordar el tema¡±, confiesa, ¡°y conozco a varios amigos en la misma situaci¨®n¡±.
Ese discurso que muchos padres se sienten obligados a dar a sus hijos produce tanto desasosiego que, cuando llega el momento, se hace torpemente, deseando acabar y con la exclusiva audiencia de un adolescente que no ve motivo para romper su mutismo o dejar de mirar su iPhone. El joven, que registra ya muchas horas de visionado de porno y que, probablemente, haya tenido ya alg¨²n que otro escarceo con alguien del sexo contrario o del propio, mira a su padre con cara inexpresiva mientras sus pensamientos oscilan entre ¡°?Venga pap¨¢, si ya me lo s¨¦ todo!¡± y ¡°?Jo, pues s¨ª que lo est¨¢ pasando mal el pobre!¡±.
¡°Lo que no saben algunos padres es que ya llevan hablando de sexo a sus hijos desde que nacieron¡±, comenta Noem¨ª Dom¨ªnguez, sex¨®loga y psic¨®loga del gabinete de psicolog¨ªa Lo Bueno Si Breve, en Barcelona, y con amplia experiencia impartiendo charlas sobre sexualidad en centros educativos. ¡°No con palabras, pero s¨ª en la forma en la que se comportan en casa, con su pareja y sus muestras de afecto hacia ella. En la manera en que reaccionan ante las escenas ¨ªntimas de una pel¨ªcula, en la cara que ponen cuando van por la calle y ven a dos personas del mismo sexo bes¨¢ndose o en el grado de naturalidad o incomodidad cuando, accidentalmente, alg¨²n miembro de la familia ve a otro semidesnudo en el ba?o. Es imposible no educar. Inevitablemente, estamos educando siempre a nuestros hijos con nuestra manera de actuar frente a las situaciones de la vida¡±, sostiene Dom¨ªnguez.
La educaci¨®n de la sexualidad no se limita al apartado mecanicista o t¨¦cnico (como ponerse un cond¨®n, por ejemplo) sino que abarca todos los aspectos de la personalidad. ¡°Cuando obligamos a un ni?o a darle un beso a un amigo nuestro, estamos entrando en el terreno de la sexualidad, de los l¨ªmites del cuerpo y hasta del consentimiento¡±, apunta Dom¨ªnguez, ¡°y no deber¨ªamos forzarlo, porque as¨ª pensar¨¢ que para ser querido tiene que dar algo a cambio, aunque no le apetezca¡±.
¡°La sexualidad est¨¢ tan impl¨ªcita en todos los ¨¢mbitos de la vida que lo natural es ir habl¨¢ndoles del tema a medida que los peque?os van formulando preguntas¡±, cuenta Ana Y¨¢?ez Otero, psic¨®loga sanitaria y sex¨®loga cl¨ªnica, directora del Instituto Cl¨ªnico Extreme?o de Sexolog¨ªa, miembro del Comit¨¦ Asesor de la Asociaci¨®n Mundial para la Salud Sexual (WAS en sus siglas en ingl¨¦s) y de la Junta Directiva de la Federaci¨®n Espa?ola de Sociedades de Sexolog¨ªa (FESS). ¡°Es entonces donde se les puede hablar de las diferentes partes de la anatom¨ªa, de c¨®mo respetar otros cuerpos, de los l¨ªmites, de los afectos, de qui¨¦n puede tocar tu cuerpo y qui¨¦n no, de los diferentes tipos de familias y de todo lo que surja¡±, sentencia Y¨¢?ez.
La informaci¨®n sin educaci¨®n no sirve de mucho
El ejemplo de ponerse o no preservativo cuando hay sexo ocasional es ilustrativo de c¨®mo el poseer la informaci¨®n no siempre es suficiente para elegir la opci¨®n m¨¢s adecuada. Casi todo el mundo sabe que prescindir del cond¨®n, cuando se practica el sexo con personas de las que desconocemos su curr¨ªculo sexual, es comprar un boleto para la rifa de las enfermedades de transmisi¨®n sexual (ETS). ?Qu¨¦ es lo que hace entonces que unos se lo pongan y otros no? Seg¨²n Noem¨ª Dom¨ªnguez, la respuesta a esta pregunta estar¨ªa en ¡°la educaci¨®n recibida sobre temas como el autocuidado, el riesgo, la capacidad de decir no, la habilidad para negociar, el respeto a nosotros mismos; la autoestima, que nos previene de hacer lo que los dem¨¢s nos digan para caer bien o encajar en el grupo, o el hecho de llevar siempre condones, por si acaso¡±.
La educaci¨®n es algo as¨ª como un buen sistema inmunitario. No podemos pretender vivir en un mundo sin virus ni bacterias, lo que si podemos intentar es tener las defensas en forma para que, cuando llegue la ocasi¨®n, podamos hacer frente a los pat¨®genos como es debido.
Dom¨ªnguez reconoce que, incluso hoy en d¨ªa, la primera menstruaci¨®n suele estar revestida de cierta gravedad, y suele ser el momento que, generalmente, muchas madres eligen para hablar del temido asunto con sus hijas. As¨ª, abundan las frases lapidarias como ¡°ya eres mujer¡±, ¡°ya puedes tener hijos¡± o ¡°ahora tienes que tener m¨¢s cuidado con los chicos¡±. ¡°Lo ideal ser¨ªa que los ni?os y ni?as tuvieran ya una idea de lo que les va a ocurrir en la pubertad, a sus cuerpos y a sus mentes. Pero una idea realista, ni idealizada ni centrada exclusivamente en los peligros del sexo¡±, recomienda la sex¨®loga y psic¨®loga.
¡°La idea de decirle al hijo: ¡®Mira, hoy quedamos a las seis de la tarde en el sal¨®n para hablar de sexo¡¯ no me parece muy buena¡±, se?ala por su parte Antonio Daniel Garc¨ªa Rojas, psic¨®logo, sex¨®logo, director del Departamento de Pedagog¨ªa de la Universidad de Huelva y miembro de FESS, quien tambi¨¦n imparte clases de sexualidad a familias. ¡°Yo siempre hablo que lo que tiene que prevalecer es la naturalidad; pero muchos padres abordan este tema con mucho miedo porque son conscientes de que sus hijos poseen mucha informaci¨®n que ellos no tienen (diferentes sexualidades, nuevos t¨¦rminos para designar gustos o actitudes, etc¨¦tera). Muchos me han dicho: ¡®?Y qu¨¦ hago si mi hijo me pregunta qu¨¦ son, por ejemplo, los pansexuales y yo no s¨¦ qu¨¦ contestarle?¡±.
M¨¢s que adoctrinar, acompa?ar
Aproximarse al adolescente esperando que este se confiese como lo har¨ªa con un amigo tampoco da buenos resultados: ¡°Durante la pubertad aparece un proceso mediante el cual el ser humano empieza a darse cuenta de la importancia de su privacidad e intimidad, y en esa esfera se encuentra el ¨¢mbito de la sexualidad¡± se?ala Dom¨ªnguez. ¡°Es, por lo tanto, poco probable que nuestros hijos nos cuenten sus aventuras y nosotros tampoco deber¨ªamos ped¨ªrselo. M¨¢s que preguntar de forma directa, hay que sugerir o tambi¨¦n podemos contarle experiencias nuestras que les puedan servir de lecci¨®n, sin necesidad de entrar en intimidades, si no lo queremos¡±.
¡°Lo importante es que sepan que los padres son siempre un apoyo al que poder recurrir cuando existe un problema o algo que les preocupa demasiado, y que estos no van a reaccionar enfad¨¢ndose con ellos o criminalizando su actuaci¨®n¡±, comenta Y¨¢?ez.
El miedo de los progenitores a que sus hijos sufran por amor, tengan desenga?os, contraigan una ETS o, lo que es a¨²n peor, sean v¨ªctimas de abusos sexuales es l¨®gico, pero enfatizar el lado peligroso del sexo no es lo adecuado. ¡°Se sabe ya que los chicos que reciben educaci¨®n sexual empiezan sus relaciones m¨¢s tarde, eligen mejor sus parejas y tienen m¨¢s recursos para tomar decisiones responsables, al margen del grupo. Aun as¨ª, nadie est¨¢ a salvo de tener problemas y hay que proporcionarles algunas herramientas y reglas b¨¢sicas como, por ejemplo, no irse nunca con alguien que no conozcan bien, informar siempre a los amigos o padres d¨®nde se est¨¢, no dejar las bebidas fuera de control o beber cosas que ofrecen desconocidos y no abandonar a nadie que haya bebido demasiado¡±, comenta Ana Y¨¢?ez.
El porno es otro caballo de batalla. Intentar prohibirlo es como poner puertas al campo porque, de todas formas, lo ver¨¢n tarde o temprano. ¡°Yo aqu¨ª s¨ª que estoy a favor de un pin parental¡±, comenta Antonio Daniel Garc¨ªa Rojas, ¡°controlar el consumo del m¨®vil porque los ni?os empiezan a ver porno a los siete y ocho a?os, cuando se les regala su primer tel¨¦fono y luego las consultas est¨¢n llenas de j¨®venes con disfunci¨®n er¨¦ctil o chicas con desgarros vaginales, que intentan hacer lo que han visto¡±, explica el sex¨®logo. ¡°Cuando tienen 14 o 15 ya es distinto, pero yo antes de hablar de pornograf¨ªa les hablar¨ªa de otras cosas, de lo que es una sexualidad sana, de la diversidad, del compromiso, del amor, de los sentimientos. Cuando doy charlas sobre ello a los adolescentes, lo que m¨¢s me piden es que les explique la diferencia entre el amor y la amistad o c¨®mo saber cu¨¢ndo uno est¨¢ realmente enamorado¡±, a?ade.
Rita Abundancia es periodista, sex¨®loga y autora de la web RitaReport.net.