Benito Cotarelo, maestro jardinero: ¡°Con las plantas hay que evitar las modas exageradas¡±
La fascinaci¨®n de este profesor por el mundo vegetal que le rodeaba le llev¨® a transmitir sus conocimientos a cientos de alumnos, aunque reconoce que, en esta profesi¨®n, nunca puedes dar por hecho que sabes mucho
Cuando se ama lo que se hace, cuando se disfruta tanto con el trabajo que todas las horas del d¨ªa son pocas, transmitir esa pasi¨®n se convierte en un placer. El gusto por aprender y por compartir lo que se sabe se dan entonces la mano, y caminan ligeros por la senda de los d¨ªas. Para un asturiano como Benito Cotarelo, la jardiner¨ªa se convirti¨® en su oficio, y ense?arla le llev¨® a ser un maestro jardinero con may¨²sculas. Sus alumnos, agradecidos, rememoran esas ense?anzas cuando ejercen su labo...
Cuando se ama lo que se hace, cuando se disfruta tanto con el trabajo que todas las horas del d¨ªa son pocas, transmitir esa pasi¨®n se convierte en un placer. El gusto por aprender y por compartir lo que se sabe se dan entonces la mano, y caminan ligeros por la senda de los d¨ªas. Para un asturiano como Benito Cotarelo, la jardiner¨ªa se convirti¨® en su oficio, y ense?arla le llev¨® a ser un maestro jardinero con may¨²sculas. Sus alumnos, agradecidos, rememoran esas ense?anzas cuando ejercen su labor por todos los rincones de Espa?a.
Pregunta. Un buen d¨ªa decidi¨® salir de su Asturias natal.
Respuesta. S¨ª, eran momentos dif¨ªciles para los j¨®venes que habit¨¢bamos en el medio rural. Hab¨ªa que vivir bas¨¢ndonos en unas explotaciones agr¨ªcola-ganaderas de pura subsistencia, a lo que se un¨ªa un aislamiento muy limitante para los habitantes de aquellas comarcas.
P. ?Qu¨¦ le llev¨® a cultivar plantas?
R. Haber nacido y pasado mi ni?ez en un pueblo donde cualquier mirada te llevaba a un inmenso mundo de plantas y ¨¢rboles con sus flores, frutos y colores oto?ales. Creo que eso me marc¨® para el resto de mi vida.
P. Si no se hubiera dedicado a la jardiner¨ªa, ?qu¨¦ otra profesi¨®n habr¨ªa escogido?
R. Siempre he so?ado desarrollarme profesionalmente en el ¨¢mbito de la agricultura, de la ganader¨ªa o de la silvicultura. Al final, culmin¨¦ mis aspiraciones dentro de ese campo tan creativo y hermoso que es la jardiner¨ªa, y m¨¢xime la ense?anza.
P. Precisamente, la ense?anza ha ocupado una gran parte de su vida. ?En qu¨¦ momento pas¨® a dedicarse a la docencia?
R. Hubo un momento en el que ten¨ªa previsto marcharme a M¨¦xico a gestionar una finca de c¨ªtricos, cuyo propietario era un asturiano de Pravia del que guardo un gran recuerdo. Pero por el medio apareci¨® una oferta del Ministerio de Agricultura que buscaba profesores para los Centros de Capacitaci¨®n Agraria. Realmente esa era mi vocaci¨®n y me seleccionaron. He de constatar que las personas que nos formaron, con Antonio Hern¨¢ndez como impulsor, aparte de los conocimientos, nos imprimieron tales dosis de entusiasmo y de motivaci¨®n que se mantuvieron a lo largo de todos mis a?os de profesi¨®n.
P. Por sus clases han pasado cientos de alumnos que han recibido ese mismo entusiasmo por el oficio de jardinero.
R. S¨ª, primero ense?ando materias de agricultura, ganader¨ªa y maquinaria en los centros de Cangas de On¨ªs y Arriondas (Asturias), luego en Monterroso (Lugo), y despu¨¦s jardiner¨ªa en la Escuela Central de Capacitaci¨®n Agraria (Madrid).
P. ?Hay alg¨²n rasgo com¨²n que haya visto en sus alumnos m¨¢s entusiasmados por las plantas?
R. Generalmente han sido gente muy apasionada y sensible a todos los temas relacionados con el mundo jardinero y el medioambiental, hasta el punto de abandonar sus profesiones, seducidos por el atractivo que les ofrec¨ªa la jardiner¨ªa.
P. ?Qu¨¦ plantas no pueden faltar en su jard¨ªn ideal?
R. Todas las plantas tienen su encanto. Podr¨ªa citar algunas como el ¨¢rbol de J¨²piter (Lagerstroemia indica), las gaillard¨ªas (Gaillardia cv.), los hibiscos (Hibiscus spp.) o las alegr¨ªas (Impatiens spp.), entre otras. Hace tiempo que me he vuelto muy pr¨¢ctico. En mi opini¨®n, dependiendo del lugar siempre hay que utilizar las especies que mejor se adapten, f¨¢ciles de mantener y que se integren con el paisaje del entorno. Pienso que hay evitar en lo posible las modas exageradas, ya que en muchos casos se han plantado especies totalmente inadaptadas.
P. En su andanza jardinera el ¨¢rbol ocupa un lugar muy especial.
R. Por supuesto, los ¨¢rboles son los grandes benefactores de nuestro planeta, generadores de vida a cambio de muy poco. Siempre que el espacio lo permita, han de estar presentes en el jard¨ªn, ya que estructuran los espacios, marcan hitos, definen escalas¡ Asimismo, muchas especies aportan floraciones y colores oto?ales muy interesantes y generar espacios de sombra. Eso s¨ª, debemos ser muy previsores en su elecci¨®n, plantaci¨®n y manejo, para prevenir futuros problemas. Entonces, conocer la extensi¨®n de sus ra¨ªces y de la copa en su estado adulto es fundamental. Hemos de tener paciencia, muchas especies arb¨®reas son lentas en su implantaci¨®n y desarrollo, pero hay que darles su tiempo y su espacio.
P. Hoy en d¨ªa, ?hay algo que le siga sorprendiendo de las plantas?
R. Nunca dejan de sorprenderme. Cuanto m¨¢s las observo, m¨¢s inc¨®gnitas encuentro en su forma de vida y desarrollo. Este verano no me cansaba de comprobar c¨®mo las dipladenias (Mandevilla sanderi) cambiaban la orientaci¨®n de sus brotes a medida que yo les cambiaba la ubicaci¨®n de los tutores por los que trepaban.
P. ?Sigue aprendiendo de su oficio o ya alcanz¨® una visi¨®n global de ¨¦l?
R. En esta profesi¨®n, como en cualquier otra, nunca puedes considerar que sabes mucho. Con humildad, cada ma?ana hay que reflexionar y preguntarse qu¨¦ cosas nuevas puedo aprender hoy dentro de las muchas que ignoro. A medida que cumplo a?os me inquieta pensar que cada vez me queda menos tiempo para aprender cosas nuevas y poder trasmitirlas a mi entorno. Ser ¨²til a los dem¨¢s creo que es lo m¨¢s gratificante que a una persona le puede ocurrir.
P. ?Qu¨¦ le ense?aron sus alumnos a usted?
R. Muchas cosas: escuchar, aprender de sus experiencias, qu¨¦ cosas hay que mejorar cuando los objetivos no se cumplen¡ Comprob¨¦ que cuando el profesor irradia entusiasmo y pasi¨®n por las materias, los alumnos lo captan de inmediato.
P. ?Nos despide con un momento m¨¢gico vivido en un jard¨ªn?
R. Han sido y siguen siendo muchos, en los jardines todos los momentos son m¨¢gicos. Quiz¨¢s la entrada al Keukenhof, en los Pa¨ªses Bajos, me caus¨® un impacto dif¨ªcil de olvidar. No me extra?a que est¨¦ considerado como uno de los jardines m¨¢s bellos del mundo.