Para cuidar un jard¨ªn
Vamos a indagar qu¨¦ cualidades ha de cultivar un jardinero para que un espacio verde cualquiera prospere, ya sea un parque o unas macetas en la terraza
Para cuidar un jard¨ªn hay ciertas cualidades indispensables. No son tan distintas a las que hay que dedicar a cualquier ser vivo, o quiz¨¢s a la vida misma. Una de estas cualidades ha de ser, por imperativo, la constancia. Un jard¨ªn es una de las creaciones humanas m¨¢s fr¨¢giles que existen, porque en cuanto desaparecen los cuidados, la naturaleza se encarga de asilvestrarlo todo en muy poco tiempo. Ante el olvido, en el jard¨ªn va a actuar la ley del m¨¢s fuerte, como no pod¨ªa ser de otra forma. Aquellas especies m¨¢s vigorosas ser¨¢n las que sobrevivir¨¢n a la falta de atenci¨®n. El resto se ver¨¢ fagocitada por esas plantas y por el paso de los meses, en cuanto la persona encargada de domar lo salvaje desaparezca de all¨ª. Aunque la belleza de un jard¨ªn abandonado, del que ya solo queden unas pocas trazas de lo que fue, no deja de tener un punto rom¨¢ntico.
Es una de las creaciones humanas m¨¢s fr¨¢giles que existen, porque en cuanto desaparecen los cuidados, la naturaleza se encarga de asilvestrarlo todo en muy poco tiempo
En estas semanas llegan los d¨ªas en los que las plantas de un jard¨ªn nos necesitan quiz¨¢s m¨¢s que en otros momentos: las temperaturas ascienden cada jornada, el agua del cielo escasea, la humedad del aire es menor y el sol no da ni un minuto de descanso a la tierra en gran parte de la geograf¨ªa. Muchas plantas llegan exhaustas al verano, despu¨¦s de todo el despliegue de tallos nuevos y de flores que han realizado en las ¨²ltimas semanas. Es por todo esto que ahora los jardines necesitan cuidados urgentes. As¨ª que vamos a indagar qu¨¦ cualidades ha de cultivar un jardinero para que un espacio verde cualquiera prospere, ya sea un parque o unas macetas en la terraza.
¡°Un apasionado de las plantas¡±
Benito Cotarelo, maestro jardinero que ha formado alumnos durante m¨¢s de 30 a?os, piensa que para convertirse en un buen profesional, ¡°tienes que ser un apasionado de las plantas. La pasi¨®n es la clave, porque este es un oficio vocacional. Un jardinero no solo tiene que saber manejar bien el azad¨®n, es mucho m¨¢s que eso¡±. Entre los atributos que considera indispensables enumera ¡°la sensibilidad, la paciencia y la entrega; ¨¦stas nunca pueden faltar¡±.
Otra cosa es si dejamos desarrollar al jardinero todo ese potencial de cualidades. En ello hace hincapi¨¦ Gilberto Segovia, encargado de mantenimiento de jardines hist¨®ricos en Madrid con m¨¢s de 20 a?os de experiencia. Este disc¨ªpulo de Benito Cotarelo, enamorado del cuidado de las plantas y con una sensibilidad patente en su d¨ªa a d¨ªa, cree que muchas veces los clientes no aprecian la labor de los jardineros. ¡°Es una profesi¨®n que est¨¢ altamente devaluada. Solo se busca que se trabaje barato y que el jardinero lo deje todo limpio, sin m¨¢s. Es un oficio que deber¨ªa estar m¨¢s reconocido, algo como lo que ocurri¨® hace a?os con los cocineros, a los que afortunadamente se les valor¨® su tarea¡±. Es cierto que en muchas ocasiones hay una falta de confianza en el criterio del jardinero, por malas experiencias quiz¨¢s con personas poco cualificadas. Adem¨¢s, parece que cualquiera puede plantar algo y ver c¨®mo prospera. Pero de ah¨ª a que el dise?o, el cuidado de la tierra, la elecci¨®n de las especies, la implantaci¨®n y el mantenimiento sean los apropiados, hay un vasto camino que recorrer y a?os de formaci¨®n.
¡°Un jardinero debe tener una mente inquieta, con ganas de aprender, ha de ser polivalente para saber de bot¨¢nica, de mec¨¢nica, de hidra¨²lica¡¡±, a?ade Gilberto. Ese bagaje se palpa en los jardines que cuida.
Las plantas han de ser tambi¨¦n nuestras maestras, y debemos dejarnos guiar por ellas. Se encargar¨¢n de sorprender al jardinero, y de ense?arle a la fuerza, lo quiera o no. Precisamente, una especie que nos puede demostrar la fiereza de ciertas plantas ante el calor del verano que se avecina, e incluso frente a la falta de cuidados, es la salvia de Jerusal¨¦n (Phlomis fruticosa). Es un arbusto muy vigoroso originario del Mediterr¨¢neo occidental y que est¨¢ pr¨¢cticamente libre de plagas y de enfermedades. Una vez que se establece y su sistema de ra¨ªces est¨¢ bien anclado, nos ofrece contrastes inesperados con sus tonos glaucos tan atractivos.
Miles de plantas y cientos de alumnos han pasado por las clases de Benito. A estos ¨²ltimos les ha inculcado la humildad y la curiosidad por descubrir algo nuevo todos los d¨ªas, sea por el medio que sea: la observaci¨®n, los libros, el di¨¢logo con otros profesionales¡ ¡°Pero dar¨ªa tambi¨¦n una recomendaci¨®n final: un buen jardinero siempre estar¨¢ provisto de su libreta para tomar anotaciones, para apuntar todas las novedades que la naturaleza nos ofrece¡±. Escribir en un jard¨ªn, sobre las hojas. Porque en ¨¦l somos aprendices.
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