C¨®mo levantar ecobarrios sin tirar todo abajo
Rehabilitar, regenerar, acondicionar. El nuevo urbanismo evita demoler y volver a construir como modelo de transici¨®n a ciudades m¨¢s sostenibles
En los pr¨®ximos meses, el municipio de Elche, en Alicante, derribar¨¢ 14 edificios antiguos en el barrio de San Ant¨®n para reemplazarlos por nuevas parcelas y zonas verdes. En Las Palmas de Gran Canaria, despu¨¦s de 14 a?os de actuaciones, el gobierno local afronta la recta final de la regeneraci¨®n del barrio de Tamaraceite con la reposici¨®n del ¨²ltimo bloque de los tres centenares de viviendas que fueron demolidas para dar paso a nuevos domicilios m¨¢s habitables.
Echar todo abajo para reconstruir desde cero es la medida de renovaci¨®n urbana m¨¢s extrema y solo se justifica en casos excepc...
En los pr¨®ximos meses, el municipio de Elche, en Alicante, derribar¨¢ 14 edificios antiguos en el barrio de San Ant¨®n para reemplazarlos por nuevas parcelas y zonas verdes. En Las Palmas de Gran Canaria, despu¨¦s de 14 a?os de actuaciones, el gobierno local afronta la recta final de la regeneraci¨®n del barrio de Tamaraceite con la reposici¨®n del ¨²ltimo bloque de los tres centenares de viviendas que fueron demolidas para dar paso a nuevos domicilios m¨¢s habitables.
Echar todo abajo para reconstruir desde cero es la medida de renovaci¨®n urbana m¨¢s extrema y solo se justifica en casos excepcionales. En Europa, el ejemplo m¨¢s estudiado es el del barrio de Le Mirail, en Toulouse (Francia), aunque el proyecto fracas¨® por una serie de problemas econ¨®micos, pol¨ªticos y sociales.
Las grandes ciudades de Espa?a est¨¢n llenas de edificios que se levantaron en los a?os sesenta y setenta para responder al fen¨®meno migratorio interno de la ¨¦poca, pero que no cumplen los criterios medioambientales actuales. El parque inmobiliario tiene una antig¨¹edad media de 45 a?os y una certificaci¨®n energ¨¦tica E, es decir, se encuentra en la parte baja de la clasificaci¨®n de eficiencia, seg¨²n Idealista.
Pero Javier Garc¨ªa-Germ¨¢n, del estudio Totem Arquitectos Asociados (TAAs), se pregunta hasta qu¨¦ punto es necesario hacer tabla rasa. ¡°El caser¨ªo edificado atesora un gran valor patrimonial que no se puede desperdiciar. En lugares como Europa, donde casi todo est¨¢ ya construido, las estrategias inmobiliarias deben ir encaminadas a la revalorizaci¨®n de ese patrimonio bas¨¢ndose en correcciones o intervenciones puntuales que puedan actualizar e inyectar nuevo valor en los edificios existentes¡±, argumenta.
Preservar la identidad
Ester Higueras, profesora titular del Departamento de Urban¨ªstica y Ordenaci¨®n del Territorio de la Escuela T¨¦cnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM), coincide en que ¡°es mala idea tirar abajo los barrios porque en ellos viven las personas, tienen una identidad. Lo mejor es reconvertir, acondicionar, regenerar, rehabilitar¡±, puntualiza.
En Valladolid han optado por esa pol¨ªtica. El viejo plan para demoler 570 viviendas del pol¨ªgono 29 de Octubre y reconstruir la zona haciendo borr¨®n y cuenta nueva ha sido sustituido por otro enfocado a la rehabilitaci¨®n, que incluye mejoras de aislamiento t¨¦rmico y ac¨²stico.
La densidad es sostenible
I?aki Alday, codirector del estudio de arquitectura Alday Jover, tambi¨¦n est¨¢ de acuerdo en que ¡°no hay que tirar nada¡±. ¡°La estrategia m¨¢s sostenible es corregir, reconstruir, modificar, adaptar¡±. Pero, si de lo que se trata es de proyectar una manzana nueva, sugiere aprender de lo hecho y ajustar varios aspectos cr¨ªticos.
¡°Por ejemplo, incrementar¨ªamos la cantidad de espacios comunes, desde la calle hasta el interior de los edificios, llegando hasta las azoteas comunitarias ajardinadas. Mantendr¨ªamos una densidad alta, que es lo que hace a las ciudades interesantes y sostenibles, con viviendas muy diferentes para tener una poblaci¨®n diversa social, cultural y econ¨®micamente. Las plantas bajas se dedicar¨ªan a comercios y usos p¨²blicos, y mezclar¨ªamos tantos usos como fuera posible a nivel de calle, pero tambi¨¦n en plantas altas¡±, detalla.
Igualmente, este experto a?adir¨ªa espacios exteriores para que cada apartamento tenga su propio jard¨ªn y su huerto, y se asegurar¨ªa de que las viviendas est¨¦n sombreadas en verano y soleadas en invierno para eliminar los aires acondicionados y minimizar el gasto en calefacci¨®n. Lo que definitivamente no har¨ªa son ¨¢ticos privados con terraza, interiores de manzanas inaccesibles y edificios con una sola funci¨®n.
Higueras propone pasar de barrios a ecobarrios, concepto que debe cumplir cuatro premisas: alta densidad (m¨¢s de 60 viviendas por hect¨¢rea), con cohesi¨®n social, complejo y eficiente. ¡°Las dos primeras ya las tenemos, las otras dos se consiguen metiendo m¨¢s usos aparte del residencial, instalando energ¨ªas renovables, renovando calderas y aislando las fachadas¡±, dice.
Para las zonas c¨¦ntricas, Garc¨ªa-Germ¨¢n plantea medidas enfocadas a su renaturalizaci¨®n: ¡°Las ciudades se deben entender como ecosistemas sociales. A la capa geol¨®gica que conforman las calles, aceras y edificios hay que superponer la del clima, el agua, la energ¨ªa y la materia org¨¢nica y, por supuesto, la sociedad. Hay que entender c¨®mo interaccionan y trabajar con todas ellas de un modo integral¡±.
El certificado energ¨¦tico, un papel mal valorado
Fraudes. La certificación energética es obligatoria para la venta o alquiler de cualquier piso. Idealista ha denunciado que durante la pandemia han proliferado empresas que tramitan este documento sin una inspección previa de la vivienda, lo cual puede acarrear al propietario multas de hasta 6.000 euros. Marta Vall-llossera, presidenta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, recuerda que la legislación obliga a que el técnico competente realice al menos una visita al inmueble con una antelación máxima de tres meses antes de la emisión del certificado. “Cualquier otra situación no se ajusta a la ley. Por eso, es necesario contar con los profesionales adecuados”, expresa.
Difusión. Fernando Prieto, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Rehabilitación y Reforma (Anerr), advierte que el usuario ve el certificado como “un papelito más, necesario al comprar o alquilar una vivienda. Si no le damos importancia, queremos que al menos nos cueste lo menos posible, por lo que acudimos a empresas que nos lo facilitan a precios casi irrisorios y se realiza de una manera rápida para cubrir el expediente”. En su opinión, aparte del control de las administraciones, la solución pasa por mejorar la difusión de lo que supone el certificado, “para que el usuario exija que se realice bien y que sea útil aunque el coste sea mayor”.