C¨®mo matar a tus amantes con un plato de ¡®noodles¡¯ repleto de mantequilla
La novela ¡®La Gula¡¯ es un ¡®thriller¡¯ gastron¨®mico, un relato feminista y una visi¨®n cr¨ªtica de Jap¨®n, que muchos han comprado con ¡®El silencio de los corderos¡¯. Su autora, Asako Yuzuki, estudi¨® pasteler¨ªa antes de escribirla
En el siglo XX, se acu?¨® el t¨¦rmino foodie para referirse a aquellos apasionados por la comida, los restaurantes y las tendencias culinarias. Parece ser que el t¨¦rmino sali¨® del libro The Official Foodie Hadbook de Paul Levy y Ann Barr, publicado en 1984. Y en ese manual de c¨®mo ser un aut¨¦ntico foodie naci¨® el movimiento abanderado por youtubers, influencers y dem¨¢s ¡®comunicadores¡¯.
Pero si echamos la vista atr¨¢s y nos remontamos al siglo XIV, sin pecar de casposos, la persona entendida en temas de alimentaci¨®n se les llamaba gourmets. As¨ª lo define el Diccionario de Gastronom¨ªa (LID): ¡°Gourmet: caracter¨ªstica que se atribuye a la persona entendida en gastronom¨ªa o al alimento de extrema calidad. Debe tener un fino paladar, contrastada experiencia y capacidad de percepci¨®n¡±. Hay quien ha afinado mucho m¨¢s y se ha atrevido a diferenciar entre un gourmet y un gourmand (esto ¨²ltimo: un sibarita que se gasta el dinero en comer bien). A¨²n m¨¢s.
La moda de la terminolog¨ªa tiene semejanza a lo que est¨¢ ocurriendo hoy en d¨ªa con la tendencia gastron¨®mica. Anta?o, Francia era la capital de la gastronom¨ªa en el mundo, por eso se acu?aban los t¨¦rminos en franc¨¦s. Ahora, lo que se lleva es mirar a Am¨¦rica, de ah¨ª que foodie sea uno de los t¨¦rminos m¨¢s utilizados para meter en el mismo saco a todos lo que son apasionados por la cocina. Pero no, no es lo mismo. Se podr¨ªa decir que un foodie puede ser cualquiera. Un gourmet, no. Me explico: ambos t¨¦rminos guardan una relaci¨®n estrecha con el estatus social del ser. Los foodies no tienen por qu¨¦ tener grandes cantidades de dinero para permitirse sus caprichos. Les gusta la gastronom¨ªa, hablan, opinan, se hacen selfis y comen cualquier cosa empujados por su pasi¨®n culinaria. Un gourmet es un estudioso, una persona con cierto poder adquisitivo, que gusta de los guisos de alta cocina. El ser un gourmet o gourmand es tambi¨¦n afiliarse a un estilo de vida, una manera de relacionarse con el mundo. Son los que viajan para comer en los estrellas Michelin, acuden a cursos de cocina y se compran los ¨²ltimos electrodom¨¦sticos de vanguardia culinaria. Aqu¨ª vamos.
La traducci¨®n del libro Butter, que en Espa?a ha llegado con el incomprensiblemente t¨ªtulo de La gula (Editorial Temas de Hoy) de Asako Yuzuki, narra la historia de una gourmand (Manako Kajii) acusada de haber matado a sus tres maridos; una periodista ¨¢vida de noticias (Rika) y Reiko, la amiga foodie de la periodista. As¨ª la describe Yuziki en el libro: ¡°Manako ten¨ªa un blog de cocina muy popular sobre la alta cocina, sobre un estilo de vida lujoso que llam¨® mucho la atenci¨®n antes de que la detuvieran. Sal¨ªa a menudo a comer fuera y ped¨ªa platos t¨ªpicos o ingredientes de distintas regiones de Jap¨®n. Y no solo eso, ella misma ten¨ªa muy buena mano para la cocina¡±.
La acusada, que desde su encarcelaci¨®n se hab¨ªa negado a ceder cualquier entrevista, concede la exclusiva a Rika -la periodista- solo por una raz¨®n: ¡°A usted le interesa la cocina. En tal caso accedo a verla (...) Estoy ansiosa por hablar sobre comida, y no me importa que venga a verme m¨¢s veces si es para eso (...) ?Por qu¨¦ no me dices primero qu¨¦ tienes en la nevera?¡±.
Entre ambas se establece un v¨ªnculo que solo fluye cuando se habla de productos gourmet exclusivos, recetas de corte afrancesado y sabores envueltos en eso que llaman umami (el quinto sabor). As¨ª comienza su relaci¨®n, los primeros ingredientes para un c¨®ctel molotov que explotar¨¢ tras varios giros inesperados.
El paralelismo de esta historia con el antiguo cuento Little Black Sambo, escrito por Helen Bannerman, ilustrado por Florence White Williams y publicado en Londres en 1899, donde se narra la historia de un ni?o perseguido por unos malvados tigres que acaban convirti¨¦ndose en mantequilla clarificada, no adquiere sentido hasta d¨ªas despu¨¦s, cuando ya te has terminado La gula, y no dejas de pensar en esta historia y comprendes por qu¨¦ muchos cr¨ªticos literarios han comparado esta novela con El silencio de los corderos (Thomas Harris).
As¨ª como en el thiller de Harris, Clarice Starlin y Hannibal Lecter emprenden una relaci¨®n extrema; en La gula, Namako, Rika y Reiko se convierten, en ocasiones, en un tr¨ªo ¡®clarificado¡¯. Un trampantojo narrativo que lleva al lector a pensar que podr¨ªan llegar a ser la misma persona.
La narraci¨®n es detallista, circular y un tanto reiterativa. Una reiteraci¨®n que recuerda a las maneras de contar de otros autores nipones y que, en este caso, es necesaria para comprender la denuncia que proclama la autora: las mujeres sumisas, los hombres sin personalidad, la gordura acusada en la sociedad japonesa y relacionada con la falta de cuidado, el rechazo a las mujeres sin hijos, la sociedad de Tokio alimentada de ultraprocesados, las cocinas peque?as, la ausencia de mesas para compartir, la soledad.
El mundo que refleja Asako es el de un Tokio de ne¨®n, gris, de comida r¨¢pida, hoteles del amor y restaurantes con las cocinas abiertas las 24 horas del d¨ªa. Nadie se salva de la soledad de los pisos min¨²sculos, nadie excepto ella, Minako, quien a trav¨¦s de la comida abre sus miras a otros mundos, pero sobre todo, al mundo del sentimiento, del placer, del amor a uno mismo. ?C¨®mo puedes amarte sin darle ese amor en exclusiva a un hombre?
La traducci¨®n de Yoko Ogihara y Fernando Cordob¨¦s es una maravilla, han sabido captar el tono de thriller psicol¨®gico, pero tambi¨¦n ese halo que tiene que tener una novela con fondo gastron¨®mico para atraparte no solo en la lectura sino en la agitaci¨®n del est¨®mago. Te entrar¨¢ hambre, seguro. Y acabar¨¢s cocinando en casa unos noodles con mantequilla y una gota de soja.
Esta es la primera obra traducida al castellano de la autora, Asako Yuzuki. En Jap¨®n, est¨¢ considerada como una de las nuevas voces de la narrativa contempor¨¢nea. Su primera novela le vali¨® para hacerse con uno de los galardones m¨¢s importantes del pa¨ªs, el All Yomimono Prize for New Writers 2008. Como curiosidad, antes de consagrarse como escritora, Asako estudi¨® pasteler¨ªa. Se nota su conocimiento en el buen uso de la terminolog¨ªa culinaria a lo largo de toda esta novela.
143.286 palabras y 634 gramos de peso, reza en la portada del libro. As¨ª que, este no es un libro para llev¨¢rtelo a la playa, pero s¨ª para una lectura tranquila en casa frente a una puesta de sol.