El vino, el champ¨¢n y el pan inspira a los grandes escritores
Libros de Joseh Roth, Amelie Nothomb y Haruki Murakami en los que se come la trama y se bebe el desenlace
Joseh Roth, uno de los grandes autores de finales siglo XX, austroh¨²ngaro, jud¨ªo y defensor de una patria e ideolog¨ªa que le llev¨® al exilio durante gran parte de su vida, gan¨® fama por libros c¨®mo La marcha de Radetzky, Fuga sin fin o La cripta de los capuchinos (todos ellos se encuentran en Acantilado). Pero el ¨²ltimo relato de su vida fue una novela corta de apenas unas sesenta p¨¢ginas, titulada La Leyenda del Santo Bebedor, que sali¨® por primera vez en 1939, pocos meses despu¨¦s de la muerte de Roth.
Muchos cr¨ªticos llegaron a decir que este cuento fue el retrato del autor en sus ¨²ltimos d¨ªas de vida: el escritor muri¨® en Par¨ªs alcoholizado y convertido al catolicismo. ?Qui¨¦n sabe? Lo cierto es que esta historia habla de Andreas Kartak, un minero austriaco, asesino y borracho que se refugia en las sombras del puente del Sena en Par¨ªs para dejar pasar su vida, hasta que un d¨ªa, un hombre convertido al cristianismo le da 200 francos y le cuenta la leyenda de Santa Teresita de Lisieux (considerada por P¨ªo X como ¡°la santa m¨¢s grande de los tiempos modernos¡±). Andreas le promete que la semana siguiente le devolver¨¢ el dinero y lo entregar¨¢ como ofrenda a la santa. Aqu¨ª comienza la trama, una narraci¨®n maravillosa que deambula por las callejuelas del pecado: los amores, los vicios y las malas compa?¨ªas. ?D¨®nde habita la suerte? ?Y c¨®mo se sortea la vida? Las promesas y la angustia por vivir, por querer y desear, por superarse; todo ello narrado a sorbos, al ritmo de una copa de vino, derrochando un humor ¨¢cido y descarado, sin tapujos, en esa l¨ªnea invisible entre la inverosimilitud y la dura realidad. Un Par¨ªs del a?o 34 donde las nubes y sus sombras juegan un papel protagonista en el sentir de sus personajes.
¡°En el cuento de Roth se trata del milagro del vino, en este caso del verde ajenjo, obra por su cuenta, con independencia del borracho; se trata de c¨®mo el vino transforma el mundo, cambia sus leyes, todas, incluso la virtud de los santos, para hacerlo habitable y grato a los que creen en ¨¦l¡±, escribe el poeta Carlos Barral en el pr¨®logo de la Editorial Anagrama. As¨ª es, el vino es el camino en el que lo humano y lo divino deambulan pecando y arrepinti¨¦ndose, afrontando el vivir como un golpe de suerte y un sue?o de futuro. El cuento ha sido en varias ocasiones adaptado al teatro, fue el leitmotiv para una serie de televisi¨®n en Alemania y en 1988, el director Enmanno Olmi la llev¨® a la gran pantalla bajo el mismo nombre.
Hablando de tragos y compa?eros de borrachera, en esta l¨ªnea navega la novela breve de la escritora Amelie Nothomb, P¨¦tronille. Es una historia cargada de humor y descaro que cuenta c¨®mo la propia autora (Nothomb) busca una compa?era de ¡®borracheras¡¯ a base de champ¨¢n. Todo comienza en una firma de libros, donde una joven andr¨®gina (P¨¦tronille Fanto) se acerca a ella para conseguir su firma. Entre las dos comenzar¨¢ una relaci¨®n de amistad, compa?¨ªa de barras y brindis de burbujas. En la novela, Nothomb trata temas como la dura vida econ¨®mica de un escritor, su soledad y su relaci¨®n con sus lectores. ¡°Ver aparecer ante m¨ª a una persona con la que mantengo correspondencia. El impacto siempre resulta violento. Pasar del papel a un encuentro en carne y hueso es como cambiar de dimensi¨®n (¡). A menudo, (¡) supone una regresi¨®n, volver a lo banal. Y lo malo es que irreversible¡±, dice en la obra. Nothomb encuentra en P¨¦tronille su compa?era de borracheras y de vida. Y ambas trazan la oda m¨¢s brutal que jam¨¢s se ha escrito sobre la pasi¨®n por el champ¨¢n: ¡°Francia es ese pa¨ªs m¨¢gico en el que en cualquier bar de mala muerte pueden servirte cuando quieras un gran champ¨¢n a la temperatura ideal¡±.
Sus conversaciones sobre la escritura y la vida de los escritores duran lo mismo que las burbujas de una copa: ¡°Tengo tendencia a beber deprisa, incluso cuando la bebida es excelente (¡) El champ¨¢n nunca me ha reprochado mi entusiasmo (¡) Beber deprisa no significa beber con ansia. Nunca tomo m¨¢s de un sorbo a la vez, pero no conservo el maravilloso l¨ªquido en la boca durante mucho tiempo; insisto en trag¨¢rmelo cuando su fr¨ªa temperatura a¨²n me resulta casi dolorosa¡±. As¨ª, y sin acompa?amiento comestible. ¡°Mientras el vino realza la comida, lo contrario nunca ocurre¡±, ambas protagonistas descorchan con alegr¨ªa botellas de Perrier-Jou?t, Jean Josselin, Laurent-Perrier cosecha Grand Si¨¦cle o Veuve de Clicquot. ¡°El champ¨¢n es uno de los ¨²nicos (alcoholes) que no suscitan met¨¢foras groseras. Hace que te vuelvas gracioso, ligero y profundo a la vez, desinteresado, exalta el amor y, cuando te abandona, confiere elegancia a la p¨¦rdida¡±.
Hay un momento en la lectura que sientes las ganas de ser una compa?era m¨¢s de estas impulsivas y ¡®locas¡¯ protagonistas, viajar con ellas con el bolso lleno de botellas de champ¨¢n, copas y enfriadores port¨¢tiles. Este es un libro que ensalza la amistad femenina y donde se busca la libertad de expresi¨®n, aunque sea pol¨ªticamente incorrecta. Cuando apenas quedan pocas p¨¢ginas para el desenlace, te das cuenta de que no sabes qui¨¦n es qui¨¦n: P¨¦tronille es el lado canalla de Nothomb; Nothomb es la mojigata y exitosa escritora; P¨¦tronille es la brillante e ignorada literata y el alter ego que no deja respiro, que te obliga y manipula para que no la abandones en ning¨²n momento, al menos hasta que se acabe el champ¨¢n o las 40 p¨¢ginas que esta inquietante historia. Como a?adido decir que esa pasi¨®n por el champ¨¢n, al que Nothomb ya lo ha idolatrado en alguna otra de sus obras, le ha valido para que Francia la nombrara Embajadora Internacional del champ¨¢n. P¨¦tronille en espa?ol (editada por Anagrama) est¨¢ descatalogada, solo se puede encontrar en versi¨®n digital.
Este a?o Murakami recibir¨¢ el Premio Princesa de Asturias de las Letras por ¡°una obra singular y de alcance universal que concilia la tradici¨®n de su pa¨ªs y el legado de la cultura occidental¡±. Sin duda, los seguidores de Murakami guardar¨¢n con mimo y respeto en sus estanter¨ªas obras como 1q84, Cr¨®nica del P¨¢jaro que da cuerda al mundo, Tokio Blues o Kafka en la orilla, entre muchas otras. Pero posiblemente no conozcan los dos brev¨ªsimos relatos que con tanto arte ha publicado la editorial Zorro Rojo: Asalto a las Panader¨ªas. La edici¨®n recoge dos cuentos de Murakami: Asalto a la Panader¨ªa, donde dos j¨®venes hambrientos deciden atracar una tienda con el fin de comerse todos los panes que all¨ª hubiera. Y el segundo cuento, Asaltar de nuevo la panader¨ªa, cuenta la historia de uno de esos anteriores atracadores (ya convertido en un hombre bueno, aunque hambriento) y de su mujer, quien le incitar¨¢ a quitarse la maldici¨®n del hambre eterno, terminando el trabajo que nunca concluy¨® ¡°atracar un establecimiento y comer hasta saciar su hambruna¡±.
Ambos cuentos son concisos y ligeros, donde parece que no ocurre nada, pero todo se desencadena entre lo absurdo y lo mundano. En esa aparente simplicidad se sumerge la cr¨ªtica a las creencias absurdas y las curaciones irracionales. ¡°Asalto a la panader¨ªa es un cuento que escrib¨ª muy al principio de mi carrera ¡ª afirma el propio Murakami en el ep¨ªlogo de la edici¨®n ilustrada de Zorro Rojo ¡ª. Fue publicado por primera vez en la revista literaria Waseda Bungaku, en el n¨²mero de octubre de 1981. Yo no recuerdo c¨®mo se me ocurri¨® una historia tan extra?a¡±. Segundo asalto a la panader¨ªa apareci¨® en el n¨²mero de agosto de 1985 de la revista femenina Marie Claire y el propio autor lleg¨® a confesar que la segunda historia, la del matrimonio que sale a robar comida, fue el inicio de lo que a?os despu¨¦s ser¨ªa Cr¨®nica del p¨¢jaro que da cuerda al mundo.
Hay un momento, que, en el primer cuento, Asalto a la Panader¨ªa, aparece la frase ¡°Dios, Marx, John Lennon: todos han muerto¡±. Murakami afirm¨®: ¡°Escrib¨ª este relato justo despu¨¦s del asesinato de John Lennon. Es aquel momento, en efecto, la atm¨®sfera estaba cargada de rudeza y gravedad. Tanto (quiz¨¢) como para que le entraran a uno ganas de asaltar una panader¨ªa¡±. El libro del Zorro Rojo cuenta con las fant¨¢sticas e inquietantes ilustraciones de Kat Menschik. Sin duda, esta bell¨ªsima edici¨®n es para coleccionistas.