La vida congelada de Ang¨¦lica Rivera, la actriz que lo dej¨® todo por Pe?a Nieto
Abandon¨® su carrera como int¨¦rprete para ser la primera dama de M¨¦xico y ahora vive alejada del foco medi¨¢tico en California un a?o despu¨¦s de su divorcio
La gaviota no volvi¨® a alzar el vuelo. Un a?o despu¨¦s de su divorcio del expresidente mexicano, Enrique Pe?a Nieto, Ang¨¦lica Rivera (Ciudad de M¨¦xico, 1969), la primera dama que dej¨® una carrera de ¨¦xito en las telenovelas para acompa?ar el auge pol¨ªtico de su ahora exesposo ¨Cla mitad de su mandato como gobernador del Estado de M¨¦xico y seis a?os como presidente del pa¨ªs¨C no ha vuelto a la televisi¨®n a pesar de que todos los augurios indicaban lo contrario. Hoy, mientras el expresidente alcanza algunos titulares de revistas del coraz¨®n por su nuevo noviazgo, las apariciones de la actriz conocida como La gaviota por su estelar en la telenovela Destilando Amor se reducen a chismes que la vuelven a vincular con su primer marido, el productor Jos¨¦ Alberto Castro, y a las fotos que suben a Instagram sus tres hijas producto de ese matrimonio. Rivera pas¨® de ser una de las ni?as mimadas de la cadena Televisa por casi 20 a?os y de viajar con el Estado Mayor mexicano a Florida o Italia, a aparecer pocas veces, casi siempre desde casa, siempre con su familia.
Rivera y Pe?a Nieto, que forjaron una uni¨®n medi¨¢tica destinada al ¨¦xito en 2010, no esperaron ni medio a?o para anunciar su divorcio tras abandonar la residencia presidencial de M¨¦xico en 2018. Pero el desgaste de la pareja era evidente desde hace mucho antes: una trama millonaria de desv¨ªos de recursos del Estado, ¨ªndices de violencia hist¨®ricos, una vida familiar ostentosa que poco reflejaba la realidad del pa¨ªs que su esposo gobernaba y la compra de una mansi¨®n a nombre de la primera dama, entregada por una de las empresas contratistas favoritas del Gobierno de su marido.
La adaptaci¨®n de una casa propia para Rivera en el complejo presidencial, que trascendi¨® tras la salida de Pe?a Nieto del poder, y sus reiterados viajes, que la mantuvieron ausente de eventos oficiales durante los ¨²ltimos dos a?os de mandato, solidificaron los rumores de que ya estaban separados durante la parte final del mandato de su esposo. Ante el cambio de mando, en diciembre de 2018, Pe?a Nieto eligi¨® el silencio y se apag¨® entre cr¨ªticas. A Rivera, que hab¨ªa conquistado corazones en todo el continente desde los noventa, se le aconsej¨® aprovechar su nueva fama, como c¨®mplice de uno de los Gobiernos m¨¢s criticados de la historia reciente de Latinoam¨¦rica, para volver a la televisi¨®n e intentarlo como villana.
Y, al menos en las propuestas, fue as¨ª. En mayo del a?o pasado, al mismo tiempo que el divorcio se hac¨ªa p¨²blico, el nombre de Rivera son¨® para protagonizar la adaptaci¨®n de Televisa de Cuna de Lobos, una popular telenovela de los a?os ochenta. La Gaviota quer¨ªa convertirse en la villana de la historia, Catalina Creel, una matriarca ¡°cuya crueldad solo es sobrepasada por su belleza¡±, seg¨²n promocionaba la producci¨®n. El papel, finalmente, fue para la espa?ola Paz Vega. En enero de este a?o, algunos medios especializados publicaron que Rivera planeaba escribir un libro ¡ªy producir una serie¡ª sobre su experiencia. Tambi¨¦n trascendi¨® una supuesta proposici¨®n de Netflix para que reemplazar a Kate del Castillo en Ingobernable, la historia de una primera dama de M¨¦xico que se tiene que dar a la fuga tras ser acusada de asesinar a su esposo en mitad de su mandato.
Que un expresidente que dej¨® el cargo batiendo r¨¦cords de impopularidad se aleje del foco medi¨¢tico no es sorpresa. Que lo haga su exesposa, que siempre prefiri¨® ser reconocida como actriz, lo es un poco m¨¢s. Y pas¨® al rev¨¦s. Mientras Pe?a Nieto volv¨ªa a copar titulares ¡ªesta vez de revistas del coraz¨®n¡ª por pasearse por Europa y Estados Unidos con un nuevo amor, el nombre de Rivera apareci¨® poco, m¨¢s vinculado a las pol¨¦micas que dej¨® el Gobierno de su marido que a un regreso triunfal. La ¨²ltima, hace una semana, fue la transformaci¨®n de la residencia que ocup¨® en el complejo presidencial de Los Pinos en un alojamiento para el personal m¨¦dico de los hospitales destinados a la atenci¨®n del coronavirus.
Hoy, Rivera vive en California, donde una de sus hijas, Sof¨ªa Castro, de 24 a?os, intenta seguir sus pasos como actriz. Una de las ¨²ltimas fotos que trascendi¨® de la Gaviota, la muestra pasando Navidad en familia, frente al ¨¢rbol, con Castro y sus tres hijas. Se la ve sonre¨ªr. La formaci¨®n de una superpareja a la altura de las telenovelas nacionales habr¨¢ supuesto un par¨®n en su carrera, pero no deja ninguna moraleja en un pa¨ªs acostumbrado a la construcci¨®n medi¨¢tica de sus l¨ªderes. En los ¨²ltimos tres meses, la influencer Mariana Rodr¨ªguez anunci¨® su matrimonio con el senador por Nuevo Le¨®n, Samuel Garc¨ªa, y la actriz y cantante Anah¨ª Puente, conocida por la novela juvenil Rebelde, dio a luz a su segundo hijo con el senador y exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco. Los primeros, que se saltaron la cuarentena para pasar por el altar, han sido acusados de aprovechar la pandemia para revender insumos m¨¦dicos. Los segundos, hasta ahora, parece que la est¨¢n librando.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.