El compositor que se hizo de oro con los musicales

Una in¨¦dita versi¨®n rockera del Nuevo Testamento en Jesucristo Superstar, el relato de la vida de Evita Per¨®n en clave de opereta o la adaptaci¨®n al g¨¦nero musical de la historia decimon¨®nica de El fantasma de la ?pera son s¨®lo algunos de los puntales de la carrera de Andrew Lloyd Webber a lo largo de casi cinco d¨¦cadas. El nombre del compositor brit¨¢nico, que junto a Paul McCartney lidera este a?o la n¨®mina de los m¨²sicos m¨¢s ricos del Reino Unido, quiz¨¢ no diga mucho a los m¨¢s j¨®venes fans de Rihanna (tercera del mismo ranking), pero en la industria musical equivale a genio y poder¨ªo.

El famoso listado que el dominical Sunday Times publica anualmente ha parangonado en la presente edici¨®n las respectivas fortunas del ex Beatle y de Lloyd Webber, a raz¨®n de 800 millones de libras para cada uno de ellos. Un patrimonio que en el caso de este ¨²ltimo, corresponde a los r¨¦ditos de sus famosos musicales ¨Crepresentados en escenarios de todo el mundo¨C, junto a los de la faceta paralela de productor y empresario teatral. Las entradas para asistir a este tipo de espect¨¢culos suelen cotizar muy alto en el West End londinense o en su hermano neoyorquino de Broadway. Pero en las ¨²ltimas semanas, con la ca¨ªda del tel¨®n a causa del coronavirus, el compositor, de 72 a?os, viene difundiendo de forma gratuita la grabaci¨®n de algunas funciones legendarias de sus t¨ªtulos, v¨ªa streaming.

Una versi¨®n filmada en 1999 del musical Cats, que en su momento bati¨® el r¨¦cord de estar programado 21 a?os ininterrumpidos en la cartelera de Londres, ha sido la ¨²ltima entrega de esta iniciativa que lleva recaudado ya medio mill¨®n de libras en donaciones destinadas a un fondo de ayuda a los trabajadores del sector teatral. Lloyd Webber ha acompa?ado esas sesiones de comparecencias online sentado junto a su piano y se ha abierto a charlas sobre su obra, merecedora de una importante colecci¨®n de premios a ambos lados del Atl¨¢ntico, entre ellos el Tony, el Olivier, el Grammy, el Oscar o el Globo de Oro. Del ramillete de sus musicales que han sido adaptados al cine, como Evita, protagonizado por Madonna, y el citado Cats, cuya traslaci¨®n a la gran pantalla el a?o pasado fue uno de los escasos fiascos de su singladura. O de su ductilidad como creador, que abarca desde una misa de r¨¦quiem hasta bandas sonoras de cine, pasando por la composici¨®n de una pieza para los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona (1992), Amigos para siempre, interpretada por Josep Carreras y Sarah Brightman. Pero, como es habitual en ¨¦l, se ha resistido a hablar de su vida privada que ha sabido proteger de la avidez de los tabloides brit¨¢nicos.

De este m¨²sico que empez¨® a despuntar en los a?os 70 del pasado siglo en su t¨¢ndem con el letrista Tim Rice, apenas ha trascendido en el plano personal que suma tres matrimonios y que tiene cinco hijos, con edades comprendidas entre los 43 y los 24 a?os. Nacido en 1948 en Londres, hijo de un compositor y una maestra de m¨²sica, adem¨¢s de hermano del reputado int¨¦rprete de chelo Julian Lloyd Webber, suma a esa pasi¨®n musical que le viene de familia la del coleccionismo de arte (con predilecci¨®n por la pintura victoriana). Anta?o identificado con el Partido Conservador brit¨¢nico, para cuyos m¨ªtines lleg¨® a componer alg¨²n tema musical, hoy se especula con su distanciamiento de los tories liderados por Boris Johnson, aunque ¨¦l no se ha pronunciado ni a favor ni en contra del pol¨¦mico jefe de Gobierno.

Este gigante de la m¨²sica al que la corona brit¨¢nica ha premiado con el t¨ªtulo de lord y con una baron¨ªa (es el bar¨®n Lloyd-Webber de Sydmonton) solo quiere ser identificado por su dilatada trayectoria profesional, hoy en cuarentena a causa de los estragos del Covid-19. Sus teatros del West End permanecen cerrados y a la espera de que la progresiva desescalada permita quiz¨¢ en oto?o el estreno de los musicales Frozen, que el Lloyd Webber empresario produce, y Cenicienta, de cuya m¨²sica es autor. ¡°Espero que entend¨¢is que el teatro siempre estar¨¢ ah¨ª. No pens¨¦ que acabar¨ªamos encerrados durante tanto tiempo pero, tarde lo que tarde, al final el teatro va a volver¡±, subrayaba d¨ªas atr¨¢s durante una de sus alocuciones con los internautas que concluy¨® con una mensaje claro: ¡°?No pens¨¦is que podr¨¦is libraros de m¨ª!¡±.