La vida de espect¨¢culo de Elon Musk

El mes de mayo de 2020 podr¨ªa pasar a la historia de Elon Musk como los d¨ªas en que Elon Musk fue m¨¢s Elon Musk que nunca en su vida. Al menos, en las dos facetas p¨²blicas: la de empresario y la de celebrity. El empresario ha hecho historia esta semana al poner en la plataforma de lanzamiento el primer cohete espacial privado tripulado. Su sue?o de popularizar el coche el¨¦ctrico de lujo bate r¨¦cords en la Bolsa. El personaje del coraz¨®n ha tenido un hijo y ha hecho que Internet juegue a intentar pronunciar su nombre. Todo, en medio de una pandemia en la que se ha convertido en profeta anticuarentena y pr¨¢cticamente el ¨²nico personaje p¨²blico fuera de Fox News con el que coincide Donald Trump.

Musk cultiva desde hace al menos una d¨¦cada una imagen de genio loco. Es la mente detr¨¢s de Tesla, SpaceX o Hyperloop, proyectos a lo grande que hacen so?ar con un futuro tecnol¨®gico. Sus siguientes proyectos son mandar naves tripuladas a Marte e implantes en el cerebro para mover objetos con la mente. Esa dedicaci¨®n la combina con una imagen de hombre que dice lo que piensa caiga quien caiga, en todo momento y ante cualquier audiencia. En principio, es una forma de ser incompatible con el cargo de CEO. Musk se las ha apa?ado para llevar las dos cosas de una manera no siempre equilibrada. Es dif¨ªcil adivinar hasta qu¨¦ punto es intencionada su espontaneidad y sus salidas de tono. En los ¨²ltimos a?os, ha encontrado una audiencia mundial a trav¨¦s de su cuenta de Twitter.

El a?o 2020 no pod¨ªa haber empezado mejor para el Musk empresario. Despu¨¦s de a?os de sufrimiento, Tesla alcanz¨® un valor en Bolsa en febrero de 900 d¨®lares por acci¨®n. Musk est¨¢ saboreando un gran triunfo sobre los agoreros. Esta semana, ha cumplido el gran proyecto m¨¢s ambicioso de su vida, poner en la plataforma de lanzamiento un cohete espacial privado. La c¨¢psula Dragon Crew, impulsada por el cohete Falcon9 de SpaceX, ten¨ªa previsto despegar hacia la Estaci¨®n Espacial Internacional el pasado mi¨¦rcoles finalmente lo hizo el s¨¢bado a causa del mal tiempo. Musk estaba all¨ª, en el Kennedy Center de cabo Ca?averal, haciendo de maestro de ceremonias y recibiendo al presidente Trump.

Justo cuando el lado empresario estaba en la cima de su ¨¦xito, el lado celebrity ha vuelto con la m¨¢xima fuerza. El viernes 1 de mayo tuite¨®: ¡°Voy a vender todas mis posesiones f¨ªsicas. No tendr¨¦ casa¡±. A continuaci¨®n: ¡°Mi novia Grimes est¨¢ cabreada conmigo¡±. Musk vive en una mansi¨®n de 30 millones de d¨®lares en Bel-Air, Los ?ngeles, con 7 dormitorios y 11 ba?os. Ha comparado cuatro casas m¨¢s alrededor y est¨¢n todas conectadas. Aparte, tiene una mansi¨®n en el barrio de Hillsborough, cerca de San Francisco, del mismo precio que la de Bel-Air. Unos d¨ªas despu¨¦s de su anuncio las puso todas juntas en un portal inmobiliario por un precio conjunto de 100 millones de d¨®lares. ¡°Solo una condici¨®n sobre la venta¡±, dijo. Una de las propiedades es la antigua casa de Gene Wilder. ¡°No se puede demoler ni puede perder su alma¡±.

Una aproximaci¨®n al pensamiento de Musk en esta decisi¨®n lleg¨® en una entrevista en el programa de radio de Joe Rogan. ¡°?Qu¨¦ es m¨¢s importante? ?Marte o una casa?¡±, explic¨®. ¡°Dedicar tiempo a construir una casa, incluso si es una casa verdaderamente genial, no es un buen uso del tiempo en comparaci¨®n con desarrollar los cohetes para ir a Marte y ayudar a solventar la energ¨ªa sostenible¡±. En un nivel m¨¢s pedestre, a?adi¨® que ten¨ªa muchas casas y en realidad no pasa tanto tiempo en ellas.

El 4 de mayo, una admiradora le pregunt¨® por Twitter c¨®mo iba el embarazo de su novia, la cantante Grimes, de 32 a?os, con la que sale desde hace dos. En cuesti¨®n de horas, Musk confirmaba que hab¨ªa sido padre de un ni?o y el mundo ten¨ªa una foto suya. Es el sexto hijo de Musk, de 48 a?os, que tiene cinco de un matrimonio anterior, y el primero de Grimes. El beb¨¦ naci¨® el 4 de mayo, fecha en que el Internet pop celebra el d¨ªa de Star Wars con el lema maythe4th (en ingl¨¦s, suena igual que ¡®que la fuerza¡­¡¯, la frase m¨¢s recordada de la pel¨ªcula). La confluencia de referencias pop gal¨¢cticas ya era jugosa por s¨ª sola. Pero lo m¨¢s jugoso estaba por llegar.

El ni?o se llamar¨ªa X ? A-12. No es una errata. En la entrevista con Joe Rogan, Musk trata de explicar sin re¨ªrse c¨®mo se pronuncia el nombre (equis e a doce). Despu¨¦s, le han tenido que cambiar el nombre en el registro. Las leyes de California no permiten utilizar n¨²meros. Ahora se llama X ? A-XII. La propia madre cometi¨® un error al tratar de explicar en Twitter todas las referencias que hay detr¨¢s de esa combinaci¨®n.

La oposici¨®n a las medidas de confinamiento parec¨ªan una especie de broma al principio. Las cosas de Musk. Con los d¨ªas y las semanas ha dejado claro que no es solo una ocurrencia. Musk cree de verdad que el mundo est¨¢ exagerando ante la pandemia y cree de verdad que la econom¨ªa deber¨ªa reabrir y dejar libertad a las personas para que vivan como quieran y asuman sus riesgos. El fin de semana del 12 de mayo, frustrado porque el condado de Alameda (bah¨ªa de San Francisco) no le dejaba abrir la f¨¢brica de Tesla en Fremont por las medidas contra el coronavirus, amenaz¨® con abrir por su cuenta y dejarse detener si era necesario. Finalmente, lleg¨® a un acuerdo con las autoridades.

En este tiempo, ha tuiteado contra las autoridades por la libertad de movimientos, el himno norteamericano verso por verso y un cr¨ªptico mensaje diciendo que las acciones de su propia compa?¨ªa est¨¢n demasiado caras. La cuenta de Twitter de Elon Musk se ha convertido en un show gratuito por s¨ª misma. Cu¨¢nto tardar¨¢ en interferir en sus ¨¦xitos, no se sabe. Atentos a su tel¨¦fono.