La familia de Alessandro Lequio, entre reyes, riquezas y guerra de herencias
Los Torlonia, a la que pertenece la expareja de Ana Obreg¨®n, son una dinast¨ªa con dos siglos de historia y una de las m¨¢s poderosas de Roma
Los Torlonia, emparentados con los Borb¨®n y con Alessandro Lequio, son una dinast¨ªa con m¨¢s de dos siglos de historia a sus espaldas y una de las familias m¨¢s ricas y poderosas de Roma. El apellido en la ciudad eterna es sin¨®nimo de riqueza. De hecho, en la cultura popular el dicho ¡°ser un Torlonia¡± se emplea a menudo para hablar de una fortuna desorbitada. Entre sus integrantes hay fundamentalmente pr¨ªncipes y banqueros. Su ingente patrimonio se divide entre bancos y espectaculares colecciones de arte antiguo. En sus ...
Los Torlonia, emparentados con los Borb¨®n y con Alessandro Lequio, son una dinast¨ªa con m¨¢s de dos siglos de historia a sus espaldas y una de las familias m¨¢s ricas y poderosas de Roma. El apellido en la ciudad eterna es sin¨®nimo de riqueza. De hecho, en la cultura popular el dicho ¡°ser un Torlonia¡± se emplea a menudo para hablar de una fortuna desorbitada. Entre sus integrantes hay fundamentalmente pr¨ªncipes y banqueros. Su ingente patrimonio se divide entre bancos y espectaculares colecciones de arte antiguo. En sus or¨ªgenes fueron comerciantes de telas de lujo y sastres, gracias a lo que tejieron una amplia red de relaciones en la alta sociedad romana.
Poco se sabe de ellos y de sus negocios en general en la actualidad. La discreci¨®n ha sido una constante casi siempre invariable en las m¨²ltiples ramas de esta estirpe desde hace generaciones. De hecho, alguno de sus mayores exponentes, como Alessandro Torlonia, pr¨ªncipe del Fucino, murieron sin que apenas hubiera fotograf¨ªas p¨²blicas de ellos. En la actualidad, en su vasto ¨¢rbol geneal¨®gico se entrecruzan miembros de la realeza o arist¨®cratas con importantes empresarios, deportistas populares y artistas.
El conde Alessandro Lequio forma parte de la rama principal de los Torlonia, la de los pr¨ªncipes de Civitella Cesi. Sus abuelos, Alessandro Torlonia, V pr¨ªncipe de Civitella Cesi, y la infanta Beatriz de Borb¨®n y Battenberg vivieron desde 1935 en el espl¨¦ndido palacio Torlonia de Roma, uno de los s¨ªmbolos del renacimiento italiano y donde pas¨® tambi¨¦n parte de su infancia el rey em¨¦rito don Juan Carlos durante los a?os de exilio junto a sus padres, los condes de Barcelona. La hermana menor del pr¨ªncipe Alessandro, Marina Torlonia se cas¨® con el tenista estadounidense Frank Shields y fue la abuela de la actriz Brooke Shields.
Una de las t¨ªas de Lequio, Olimpia, la ¨²nica por parte de madre que sigue viva, contrajo matrimonio con el fil¨¢ntropo e industrial franc¨¦s Paul-Annik Weiller, con quien tuvo seis hijos. Una de ellas, Sibilla Sandra es la actual princesa de Luxemburgo, casada desde 1994 con el pr¨ªncipe Guillermo, hermano del gran duque Enrique.
El t¨ªo del conde Lequio y primo de don Juan Carlos, Marco Alfonso, fallecido en 2014, fue quien hered¨® el t¨ªtulo de pr¨ªncipe de Civitella Cesi, con car¨¢cter honor¨ªfico porque Italia no reconoce este tipo de t¨ªtulos nobiliarios ni les otorga ninguna relevancia desde 1948. Su primog¨¦nito, Giovanni Torlonia, VII pr¨ªncipe de Civitella Cesi, hijo de Orsetta Caracciolo, sobrina a su vez del aclamado director de cine Luchino Visconti, es un popular dise?ador de moda. Y est¨¢ adem¨¢s emparentado tambi¨¦n con los Agnelli, lo m¨¢s parecido a una familia real que tiene Italia. Est¨¢ casado con Carla DeStefanis y tiene dos hijos: Stanislao y Olimpia. En su p¨¢gina oficial se?ala que creci¨® en el castillo de Grazzano Visconti, cerca de Piacenza y en el palacio Torlonia de Roma, rodeado de elegancia, telas lujosas y buen gusto y apunta que de ah¨ª naci¨® su pasi¨®n por ¡°crear belleza¡±.
Siempre ha contado que las mujeres de su familia han sido su principal fuente de inspiraci¨®n. Entre ellas destaca su madre, que trabaj¨® tambi¨¦n con el dise?ador Valentino. O su bisabuela, la reina Victoria Eugenia de Espa?a, con sus joyas de Faberg¨¦, a la que ha definido como ¡°sobria, majestuosa, no excesiva¡±. O su t¨ªa Sandra, la desaparecida madre de Lequio, ¡°siempre impecable¡±. La modelo italiana Antonia dell¡¯ Atte, exesposa de Lequio, participa en una de sus ¨²ltimas campa?as publicitarias luciendo gafas de sol de la colecci¨®n vintage de Giovanni Torlonia.
El conde Lequio nunca ha olvidado su paso familiar y regresa siempre que puede a su hogar. En el palacio de los Torlonia ha celebrado importantes acontecimientos como el bautizo de su hija Ginevra, nacida de su matrimonio con Mar¨ªa Palacios. Con Ana Obreg¨®n y hijo de ambos, el fallecido ?lex Lequio tambi¨¦n frecuent¨® las visitas a los Torlonia.
Otra Torlonia, Victoria, esposa del pr¨ªncipe Giulio, es tambi¨¦n dise?adora y tiene su taller y boutique en Roma, cerca del Vaticano. El matrimonio participa habitualmente en eventos ben¨¦ficos en la capital italiana.
Actualmente la rama de la familia Torlonia, los del principado del Fucino, est¨¢ enfrascada en una guerra de herederos. La contienda estall¨® a la hora de repartir el legado de otro Alessandro Torlonia, ¨²ltimo pr¨ªncipe del Fucino, hace dos a?os, entre sus cuatro herederos. Los hermanos Torlonia: Carlo, Paola, Francesca y Giulio batallan en los juzgados y tambi¨¦n en las p¨¢ginas de los peri¨®dicos. Carlo, el primog¨¦nito, ha denunciado una especia de conspiraci¨®n orquestada, seg¨²n ¨¦l, por sus hermanos, que lo alejaron de su padre para repartirse la herencia. Mientras que el resto alega que el difunto hab¨ªa dejado clara su intenci¨®n de retirar privilegios a su hijo mayor.
En 2018, un juez de Roma decret¨® el embargo de todos los bienes de la familia. Se trata de un patrimonio valorado en unos 2.000 millones de euros que comprende, entre otras cosas, lujosas villas y palacios y una gran colecci¨®n de esculturas griegas ¨²nica en el mundo. El a?o pasado, un tribunal diferente revoc¨® la orden judicial anterior, sin a?adir otra disposici¨®n, por lo que el caso contin¨²a estancado.
La gesti¨®n del ingente patrimonio art¨ªstico de la familia es un asunto delicado desde el siglo XIX. El pr¨ªncipe Alessandro Torlonia decidi¨® en 1866 comprar una antigua mansi¨®n -ahora Villa Torlonia- para fundar en ella un museo de escultura antigua. Pero el proyecto nunca ha llegado a ver la luz y ahora las disputas de los herederos, que se suman al eterno tira y afloja entre el estado y la familia por la tutela de los bienes, contin¨²an torpede¨¢ndolo.