Desaparece el Museo Torlonia, convertido en apartamentos

En Roma ha desaparecido un museo que conservaba la colecci¨®n privada m¨¢s importante del mundo de estatuas griegas y romanas, no por arte de magia, sino a causa del c¨¢ncer que corroe Italia: la burocracia.El museo, que contaba con 77 salas, estaba enclavado en la Via Lungara, en la castiza zona del Trastevere, y pertenec¨ªa a la familia noble de los Torlonia. Un museo conocid¨ªsimo, recomendado en todas las gu¨ªas tur¨ªsticas.

Ahora, cuando los turistas se acercan al precioso Palacio para comprar la entrada se encuentran con la sorpresa de que all¨ª no se encuentran ya las famosas obras de ilustres cinceles griegos y romanos que hab¨ªan inmortalizado a Giustimani, Mir¨®n, Policleto, Adriano, Alejandro Severo, etc¨¦tera, sino una serie de se?ores particulares que han comprado a precio de oro los 93 miniapartamentos en los que han sido convertidos las 77 salas del precioso museo.

De las 620 estatuas nada se sabe, s¨®lo que estuvieron durante un tiempo amontonadas en los s¨®tanos del palacio mientras se llevaban a cabo las obras.

Cuando la autoridad judicial se enter¨® de lo que estaba pasando dentro del Museo Torlonia, el juez Alba Monte emiti¨® una orden de secuestro del palacio y de las estatuas, calificando la operaci¨®n de "aut¨¦ntica especulaci¨®n edilicia". Pero Italia es un pa¨ªs en el que mandan s¨®lo los partidos. Y las nobles familias han tenido siempre grandes amistades con los democristianos. Y as¨ª, gracias al arma de la lentitud burocr¨¢tica, se logr¨® que llegara primero la prescripci¨®n del delito edilicio y despu¨¦s la amnist¨ªa del delito contra el patrimonio art¨ªstico.

Se intent¨® salvar las estatuas y recogerlas, junto con las de otra colecci¨®n privada abandonada, la de en un palacio del renacimiento en el centro de Roma. Se cre¨® tambi¨¦n una comisi¨®n ministerial para estudiar el precio que se pod¨ªa ofrecer a los Torlonia para recuperar las 620 estatuas grecorromanas. Pero tambi¨¦n aquella comisi¨®n desapareci¨® y el Parlamento nunca respondi¨® a las peticiones del ministro de Bienes Culturales de que el Estado se adue?ase del precioso museo.