Enrique Iglesias, 25 a?os de ¨¦xtasis y control en la m¨²sica
Cuando se cumple un cuarto de siglo de su primera canci¨®n, su ¨¦xito mundial y discreta vida personal le han convertido en un personaje tan singular como entra?able
No pasan en un suspiro 25 a?os; dan para mucho, y en el caso de Enrique Iglesias (Madrid, 1975) ese lapso de tiempo, que comprende, hasta hoy, su carrera profesional en la m¨²sica, ha dado para dos n¨²meros uno en la lista de ventas de Estados Unidos, un constante af¨¢n por disociar su nombre del de su ilustre padre, ocasionales mofas sobre sus aptitudes vocales, alg¨²n accidente gore en el escenario (las h¨¦lices de un dron le destrozaron una mano) e, inevitablemente, un voraz inter¨¦s por su vida privada, en la que ocupa lugar preferente su duradera relaci¨®n con la extenista rusa Anna Kournikova, madre de sus tres hijos.
Un cuarto de siglo ha transcurrido desde que public¨® su primer sencillo, Si t¨² te vas, arropado por el hist¨®rico compositor (aqu¨ª en labores de producci¨®n) Rafael P¨¦rez-Botija, el orfebre de La gata bajo la lluvia de Roc¨ªo D¨²rcal y Gavil¨¢n o paloma de Pablo Abraira. En 1995 Enrique Iglesias fue presentado con honores de gluc¨¦mico baladista latino por Fonovisa, discogr¨¢fica entonces perteneciente a Televisa, famosa por colocar canciones en las emisoras de radio a golpe de talonario (como dirimi¨® un juez de Los ?ngeles en 1999). Posiblemente era la clase de m¨²sica que habr¨ªa grabado Julio Iglesias si hubiese debutado en los noventa. Con esos mimbres de gal¨¢n bronceado, Enrique encaden¨® varios ¨¦xitos en castellano, incluido el ser¨¢fico Experiencia religiosa. Hacia el final de esa d¨¦cada era un ¨ªdolo indiscutible en la mayor¨ªa de pa¨ªses de habla hispana.
Pero entonces ocurri¨® algo que lo cambi¨® todo. Ricky Martin y Jennifer L¨®pez pusieron de moda la m¨²sica latina en Estados Unidos y todas las multinacionales echaron el anzuelo en tan ex¨®ticas aguas para pescar a su propia estrella de tez morena. Se dijo que Interscope Records, filial de Universal centrada en rap y rock, extendi¨® un tal¨®n por valor de 44 millones de d¨®lares para hacerse con los servicios de Enrique (Warner y Sony le ofrec¨ªan 10 millones m¨¢s). Le despojaron de todo lo rancio que pod¨ªa arrastrar de su primera etapa; lo reinventaron, poni¨¦ndole a cantar en ingl¨¦s y rode¨¢ndole de productores de post¨ªn hasta convertirlo en una figura de calado mundial. Bailamos (1999) ¡ªcon sonrojante acento en la "o"¡ª, y Be with you (2000) llegaron al n¨²mero uno de Billboard. Grab¨® con Whitney Houston y actu¨® en la Super Bowl.
Sobrado de confianza, tom¨® las riendas. Rompi¨® con Interscope por discrepancias con un single que a la discogr¨¢fica no le gustaba (I like it; result¨® otro ¨¦xito: n¨²mero cuatro de ventas en Estados Unidos) y m¨¢s adelante se dio cuenta de que esta apoteosis de la m¨²sica latina no era pasajera al estilo del fugaz fulgor de La lambada: hab¨ªa venido para quedarse. En 2019, Madonna ha colaborado con Maluma, Black Eyed Peas con J Balvin y Ozuna en 2020¡, pero podr¨ªa adjudic¨¢rsele a Enrique el papel de precursor: desde 2010 viene festoneando sus discos con apariciones de Pitbull, Daddy Yankee, Nicky Jam¡ Grab¨® con Gente de Zona antes de La gozadera, y en El ba?o (2018) se junt¨® con quien hoy es posiblemente el reguetonero m¨¢s medi¨¢tico: Bad Bunny.
Este renombre internacional ha tenido un beneficioso efecto colateral: ya casi nadie se acuerda de Julio Iglesias cuando se habla de Enrique. Para este ha sido en cierto modo como poner las cosas en su sitio. ¡°Durante diez a?os no tuve absolutamente ning¨²n contacto con mi padre¡±, declar¨® a ICON en 2019. ¡°Sufr¨ª mucho. Pero lo que sent¨ªa por mi m¨²sica me daba fuerza. Y, sobre todo, persegu¨ªa el objetivo de hacerlo a mi manera¡±. Similar recorrido ha tenido su romance con Kournikova; la naturalidad y discreci¨®n con la que ambos lo han llevado desde 2001 (con sus tres hijos se han ganado el carn¨¦ de familia numerosa) y los 100 millones de discos vendidos han atenuado el previsible morbo informativo que el idilio despert¨®. ¡°Es la chica m¨¢s genial del mundo. Y ella entiende qui¨¦n soy¡±, declar¨® al Daily Express en 2014. Los esc¨¢ndalos, cuando se han producido, han venido del lado de su faceta musical, como cuando en 2017 fue abucheado en Santander tras un concierto flojo y breve.
Pese a todo, cunde la sensaci¨®n de que ¨²ltimamente se le escucha poco. Es porque, adelant¨¢ndose a las tendencias de la industria del disco, lleva a?os lanzando solo singles. Su ¨²ltimo ¨¢lbum, Sex and love, data de 2014. Sorprendentemente, le basta con entregar cada verano una canci¨®n bailable para sostener giras cicl¨®peas, como la que iniciar¨¢ en mayo de 2021 en Mosc¨² y le pasear¨¢ a partir de septiembre por Estados Unidos y Canad¨¢.
La suma de estos factores dan como resultado un personaje dif¨ªcil de catalogar. Es famoso, pero apenas se escribe de ¨¦l. Por lo general su reguet¨®n es de guante blanco. Y curiosamente tambi¨¦n: mientras la mayor¨ªa de reguetoneros son rematadamente feos, Enrique luce con desenfado su atractivo. Espa?ol, vive en Estados Unidos y triunfa m¨¢s all¨ª que en su propio pa¨ªs. Paradojas que lo han establecido como una celebrity tan singular como entra?able.
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