Pieles con mucho esfuerzo
Pantoja domina la prensa del coraz¨®n desde 1977. Ha sido, pues, contempor¨¢nea de Juan Carlos en el dominio de su carrera, con la diferencia de que ella pas¨® por la c¨¢rcel

Se acercan las navidades y pensamos m¨¢s en la familia. Y en las f¨®rmulas de gesti¨®n familiar. A la vista disponemos de tres distintas. Una es la de los Borb¨®n, se trata de una gesti¨®n fijada por la figura del padre, Juan Carlos, ahora em¨¦rito y, seg¨²n unas fotos de reciente publicaci¨®n, amante de los abrigos de pieles. La segunda f¨®rmula ser¨ªa la de los Pantoja, un destino que pivota sobre la figura de la madre. Y la tercera, la m¨¢s calvinista, la de los Beckham, se tratar¨ªa de una gesti¨®n mixta y global.
La gesti¨®n de Juan Carlos I ha pasado de ser la de una jefatura de Estado a un despampanante culebr¨®n narcisista. Esta semana nos sorprendi¨® una glamurosa imagen suya con un abrigo de piel de leopardo de las nieves, obsequio del presidente de Kazajist¨¢n, una antigua rep¨²blica sovi¨¦tica de dudosa gesti¨®n democr¨¢tica. Algunos se han disgustado con esta imagen peletera del monarca. Sobre todo porque el animal es una maravilla, un ser vivo realmente bello. Para m¨ª, en cambio, es como siempre me imaginaba a un rey: armi?o, terciopelo y peluca, lo que haga falta para verme poderoso. Con ese abrigo peludo, el em¨¦rito podr¨ªa aparecer en Mask Singer, cantando el gran hit de Lina Morgan ¡°Agradecida y emocionada¡±. Confirmar¨ªa as¨ª que el antiguo jefe del Estado ha pasado a ser una estrella m¨¢s de nuestra querida iconograf¨ªa pop.
Quiz¨¢s lo equivocado sea creer que un rey puede ser gobernable, ejemplar, gestor, padre, esposo recto. Pero eso no es real. En cualquier caso, esa foto con pieles rejuvenece la hist¨®rica relaci¨®n de la alta peleter¨ªa con la aristocracia y las artes esc¨¦nicas. Cuando veo la manera en que el em¨¦rito ¡°siente¡± el abrigo y lo cierra para que le acaricie su rostro, entiendo que est¨¢ imitando el gesto de amigas a las que habr¨¢ obsequiado abrigos as¨ª. O quiz¨¢s, a su manera campechana y desprejuiciada, quiera hacer un gui?o de reconocimiento a B¨¢rbara Rey, que fue vedette y domadora de circo y ha tratado a animales tanto vivos y enjaulados, como en forma de abrigo o manta. Esa imagen transgresora hace otro gui?o a la joven est¨¦tica gangsta. La de C. Tangana o Missy Elliot, por ejemplo, la maravillosa rapera norteamericana a la que le encanta envolverse en pieles y bisuter¨ªa. Aunque ellos son, por juventud, sinceramente m¨¢s ecol¨®gicos que el em¨¦rito.
En Cantora, la zarzuela de Isabel Pantoja contin¨²a. Seg¨²n su amenazante comunicado publicado en ?Hola!, lleva d¨ªas sin poder dormir. Yo tambi¨¦n pero por lo de Biden y Trump. Pantoja domina la prensa del coraz¨®n desde 1977. Ha sido, pues, contempor¨¢nea de Juan Carlos en el dominio de su carrera, con la diferencia de que ella pas¨® por la c¨¢rcel. Quiz¨¢s ahora, ese empe?o por encerrarse en Cantora sea una forma de exilio. Aunque Pantoja asegure en su comunicado que tomar¨¢ acciones legales contra su hijo Kiko, y todo aquel que le secunde en sus hirientes revelaciones, en realidad los hilos de este culebr¨®n se tensan hacia otra parte. A se?alar que es en su entorno m¨¢s pr¨®ximo, posiblemente un miembro de los Pantoja, donde se encuentra la semilla de esta dolorosa pero rentable crisis familiar. Desde Telecinco y su entorno editorial est¨¢n interesados en apuntar hacia ese verdadero responsable de que Pantoja no pueda conciliar el sue?o y de que su hijo Kiko se sienta enga?ado. Un magn¨ªfico presunto culpable que garantizar¨ªa finalmente una exitosa y salvadora reconciliaci¨®n entre madre e hijo.
Poco puede unir m¨¢s que observar en televisi¨®n a una familia desintegrarse y reintegrarse otra vez. Los Beckham han manejado ese vaiv¨¦n impecablemente desde que se inici¨® su proyecto empresarial. Ahora se convertir¨¢n en una serie documental para Netflix, ?ojo!, algo similar intent¨® Mar¨ªa Teresa Campos con sus hijas. Aunque los Beckham son la imagen del dispendio y el lujo esterlino, la pandemia ha puesto todo patas arriba: necesitan cashmere y cash. Ese alimento sin el que se convertir¨ªan, como el leopardo de las nieves, en animales bellos pero en extinci¨®n. Que les salga bien y no terminen cantando Sobrevivir¨¦ en nuestro Mask Singer.
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