Marta Luisa de Noruega, la princesa esoterista que lucha contra el racismo, cumple 50 a?os
La primog¨¦nita de Harold y Sonia ha vivido una existencia libre donde ha elegido su destino, sus parejas y sus reivindicaciones, en una actitud que hoy transmite a sus tres hijas
Marta Luisa de Noruega nunca quiso ser reina, pero lo fue. O lo m¨¢s parecido a una reina que se puede ser. Ocurri¨® durante unas pocas semanas, en enero de 2004, por una curiosa conjunci¨®n astral. Su padre, el verdadero rey, Harald, se recuperaba de una infecci¨®n hospitalaria tras ser intervenido, en diciembre anterior, de un c¨¢ncer. Su hermano Haakon, quien deb¨ªa ser regente, estaba de baja de paternidad tras el nacimiento de su primog¨¦nita, Ingrid Alexandra. Y, durante apenas un mes, Marta Luisa fue regente, casi reina, de su pa¨ªs. Hasta ah¨ª su experiencia. No le interesaba profundizar m¨¢s. Nunca quiso ser soberana, pese a que tuvo la oportunidad. Porque ella siempre ha sido diferente.
Este 22 de septiembre, Marta Luisa, la primog¨¦nita de los reyes Harald y Sonia de Noruega, cumple 50 a?os. Con la firme convicci¨®n de seguir su camino sin cortapisas y de mantenerse firme en su prop¨®sito de libertad personal, algo que le inculca tambi¨¦n a sus tres hijas peque?as, Maud Ang¨¦lica, de 18 a?os, Leah, de 16, y Emma, de 12, que, a¨²n m¨¢s libres de ataduras todav¨ªa que su propia madre, est¨¢n definiendo por s¨ª mismas sus a¨²n cortas vidas.
Podr¨ªa haber sido Marta Luisa una princesa con trono, al ser la primog¨¦nita. Aunque ten¨ªa un hermano peque?o al que le correspond¨ªa por ley reinar (una norma que cambi¨® sin retroactividad en 1990), ella fue consciente en su adolescencia de que se quedaba atr¨¢s solo por ser mujer. Sus padres le preguntaron si quer¨ªa abrir esa puerta, discutir la posibilidad de un cambio legal en la Constituci¨®n para poder ser soberana. Pero ella prefiri¨® renunciar en su hermano menor, Haakon. Y ya sin trono tambi¨¦n pod¨ªa ser una arist¨®crata sin pretensiones ni ocupaciones, viviendo una vida de feliz mujer casada a las afueras de Oslo, o haciendo a sus hijas crecer biling¨¹es en una gran capital europea de su elecci¨®n. Y tambi¨¦n lo fue. Tras casarse con Ari Behn en mayo de 2002, pas¨® una temporada en la zona de Baerum; despu¨¦s vivieron en Londres. Pero entre tanto tuvo sus propios negocios, escribi¨® libros infantiles y, afirmaba ella, desarroll¨® unas supuestas dotes curativas e incluso hablaba con los ¨¢ngeles.
Porque la cuesti¨®n es que en la existencia de la princesa hay muchas vidas, y ninguna convencional. Si no lo fue en su juventud, menos ahora que alcanza el medio siglo de vida. Estudi¨® Fisioterapia en Oslo y Maastricht (Pa¨ªses Bajos) ¡ªjam¨¢s ejerci¨®¡ª y se cas¨® con 30 a?os con un escritor nada ortodoxo con el que llevaba saliendo dos a?os y cuya relaci¨®n nadie pensaba que fuera a prosperar. Un matrimonio donde su madrina fue una amiga y en el que nunca quiso adoptar el apellido de su esposo. Y al que, por cierto, lleg¨® embarazada de cuatro meses.
Si las familias reales escandinavas se caracterizan por su discreci¨®n, tan alejadas del ruido medi¨¢tico de otras casas como la brit¨¢nica, la primog¨¦nita noruega nunca dud¨® en salirse del tiesto marcado por tiaras y protocolos. Ha sido una de las pocas integrantes de la realeza europea ¡ªcon permiso de la infanta Elena¡ª en romper su uni¨®n matrimonial, tanto civil como religiosa, algo que hizo en agosto de 2016. Un divorcio que se oficializ¨® en 2017 y que dej¨® a su exesposo sumido en una grave depresi¨®n de la que, aunque ¨¦l pens¨® que la hab¨ªa superado, nunca pudo salir.
Dos a?os despu¨¦s, Marta Luisa termin¨® de romper con todos los c¨¢nones. Con redes sociales propias y muy personales, y viviendo largas temporadas en Los ?ngeles (California), hizo p¨²blico su amor por un cham¨¢n llamado Derek Verrett que afirmaba haber sido rey en otra vida y tambi¨¦n haber vivido en el Antiguo Egipto, y con quien dio una gira de conferencias. Las cr¨ªticas no tardaron en llegar, incluidos los rumores de renuncia a sus derechos din¨¢sticos (tambi¨¦n cuestionados por su hermano y heredero) e incluso el abandono de su t¨ªtulo a la hora de realizar sus actividades comerciales juntos. Ella siempre se ha plantado ante las opiniones externas: ¡°No elijo a mi hombre para satisfacer a ninguno de vosotros, ni tampoco a las normas¡±, declar¨®.
Que sus relaciones hayan sido elegidas de forma consciente y reafirmadas en p¨²blico no ha eliminado dificultades ni sufrimiento para la princesa, pero s¨ª ha hecho que se alce en altavoz de causas que han afectado a sus dos parejas m¨¢s conocidas. En el caso del cham¨¢n Durek ¡ªcomo se hace llamar ¨¦l a s¨ª mismo¡ª ha sido por el racismo. ?l mismo afirm¨® que resultaba ¡°muy duro para alguien negro entrar en la familia real¡±, m¨¢s a¨²n ¡°cuando es la mujer la que se enamora del hombre¡±. ¡°La gente se siente inc¨®moda cuando una mujer blanca escoge a un hombre de piel negra, que es cham¨¢n, que es su alma gemela sexual. Agita las conciencias. [...] No podemos enfadarnos por ello. Es un momento de evoluci¨®n. La gente est¨¢ en una constante caza de brujas, no tiene nada que ver conmigo o con Marta Luisa. Tiene que ver con ellos mismos¡±, dijo Verrett en julio de 2019.
Las palabras del cham¨¢n parecieron materializarse y el l¨ªmite se sobrepas¨®. Tanto, que en verano de 2020 la princesa denunci¨® acoso medi¨¢tico y amenazas de muerte racistas contra su pareja y contra ella. ¡°El racismo no es solo lo obvio (que era lo que yo pensaba): la abierta discriminaci¨®n, el maltrato y el asesinato de personas negras. Lo obvio y lo f¨¢cil es ir en contra de todo ello. Pero el racismo est¨¢ tambi¨¦n en los detalles (cosa que no ten¨ªa idea de que a¨²n exist¨ªa). Est¨¢ en la forma en que la gente reh¨²ye a Durek. Por ejemplo, en c¨®mo los amigos dan por hecho que miente sobre todo. Que es malo por ser amable. Las palabras que murmuran por lo bajo, dej¨¢ndole perfectamente claro que no tiene un lugar natural en la mesa. Gente en cargos importantes diciendo: ¡®?C¨®mo te atreves a pensar que voy a tocarte la mano?¡¯, cuando la extiende para desear buenas noches¡±, escrib¨ªa en un largo post de Instagram.
Pero si en algo ha ayudado a visibilizar la princesa es en la cuesti¨®n de la salud mental. Su exmarido, Ari Behn, se suicid¨® el d¨ªa de Navidad de 2019. Y tanto ella como sus hijas han afrontado la cuesti¨®n de forma transparente, una actitud poco habitual en las casas reales, menos a¨²n cuando se trata de un tema tan doloroso y personal. En el funeral de Behn en la catedral de Oslo su primog¨¦nita, Maud, afirm¨® ante los asistentes que la muerte de su padre no era ¡°culpa de nadie¡± y alz¨® un ruego con ¡°coraz¨®n y alma¡± para que quienes sufrieran problemas ps¨ªquicos pidieran ayuda, rompiendo tab¨²es. Maud acaba de escribir un libro sobre su experiencia, que lanzar¨¢ el 20 de octubre.
Cuando se cumpli¨® el primer aniversario de la muerte del escritor, Marta Luisa escribi¨® en sus redes sociales. ¡°Escribo para todos los que est¨¢is luchando durante estas fiestas. Deb¨¦is saber que sois amados, que sois necesarios. Sabed que toda la ayuda que pod¨¢is obtener valdr¨¢ la pena. Por favor, pedid ayuda. Por favor, expresad c¨®mo est¨¢is. Sois amados¡±. Tambi¨¦n su hija mediana, Leah, escrib¨ªa entonces: ¡°Quer¨ªa decir que hoy hace un a?o que mi padre se suicid¨® y realmente ha sido uno de los a?os m¨¢s dif¨ªciles de mi vida. Pero si est¨¢s solo y/o as¨ª te sientes, quiero que sepas que no lo est¨¢s. [...] En estos tiempos dif¨ªciles, la salud f¨ªsica y mental son muy importantes Y si est¨¢s pasando por dificultades; si est¨¢s solo, si te sientes agotado, deprimido, roto, pasas por una p¨¦rdida o incluso simplemente est¨¢s intentando aguantar, quiero decirte que todo ir¨¢ bien¡±, indicaba, junto a una lista de tel¨¦fonos contra el suicidio en varios pa¨ªses. Leah, de entonces solo 15 a?os, se ha convertido en una microinfluencer de Instagram con sus 56.000 seguidores, que parece saber usar tan bien como ha usado su madre el altavoz p¨²blico a lo largo de este medio siglo de vida. Y sin ninguna intenci¨®n de ponerse una corona en la cabeza.
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