Un nuevo documental sobre Britney Spears en Netflix corrobora que la cantante reclama su libertad desde 2009
¡®Britney vs Spears¡¯, reci¨¦n estrenado en Netflix, revela una serie de documentos donde la cantante explica que lleva a?os sin ser feliz
La lucha de Britney Spears para recuperar su propia tutela en los tribunales se juega en paralelo a la carrera por tratar de contar su calvario personal. Este martes, un d¨ªa antes de que se celebre la pr¨®xima vista de su caso, se ha estrenado en Netflix el documental Britney vs. Spears.
Bajo la direcci¨®n de Erin Lee Carr, apoyada en la periodista Jenny Eliscu, que entrevist¨® a la cantante en dos ocasiones para la revista Rolling Stone, Britney vs. Spears disecciona las vicisitudes de la estrella del pop durante los ¨²ltimos trece a?os, desde el inicio de la tutela por parte de su padre, Jamie, hasta la actualidad. Adem¨¢s, aporta nuevas pruebas de las posibles irregularidades de la misma.
En agosto de 2020, una fuente an¨®nima se puso en contacto con Carr y Eliscu para entregarles unos documentos legales hasta ahora in¨¦ditos, y que el documental afirma que han sido contrastados. Todos ellos vienen a corroborar lo que hoy se sabe: que vive en una c¨¢rcel de oro de la que ha estado intentando librarse desde 2009, un r¨¦gimen de semiesclavitud bajo el cual se la obligaba a trabajar a la vez que se le anulaban sus libertades personales.
En el informe m¨¢s antiguo al que ha tenido acceso el equipo del documental, que data de su primer ingreso psiqui¨¢trico en 2008 y que sirvi¨® para reclamar su tutela, se declara que padec¨ªa demencia, un diagn¨®stico muy cuestionable ¡ªcomo explica uno de los expertos que participa en el film¡ª para alguien que, como la cantante, a las dos semanas estaba trabajando. Tambi¨¦n se explica que durante el proceso para perder la tutela de uno mismo, la persona a la que le va a afectar esta decisi¨®n tiene cinco d¨ªas para contraargumentar, per¨ªodo que a la cantante se le neg¨® alegando que Sam Lutfi, su exmanager y amigo, ejerc¨ªa una influencia negativa sobre ella ¡ªse dijo que la drogaba y manejaba sus finanzas¡ª y que hab¨ªa que alejarla de ¨¦l cuanto antes. Lufti rebate esta afirmaci¨®n en el documental: ¡°Le hicieron cientos de an¨¢lisis de sangre y de drogas y los pas¨® todos. Por eso nadie vino a mi casa. Nadie me acus¨® de nada¡±. La familia de Britney, sin embargo, consigui¨® que en 2019 se le impusiera una orden de alejamiento de la cantante.
Entre los documentos que ense?a Britney vs Spears se encuentran varios informes m¨¦dicos presentados por su abogado ante los tribunales para seguir certificando la necesidad de su tutela. Ninguno de los encargados de realizarlos se han relacionado con el caso p¨²blicamente ni quieren hacerlo salvo el doctor J. Edward Spar, que aparece citado en documentos judiciales del caso, y que en el documental se niega a afirmar su implicaci¨®n en ¨¦l: ¡°Si me ense?as un documento firmado por m¨ª, verificar¨¦ mi firma. De lo contrario, no voy a contar si alguien me contrat¨® para evaluar a nadie¡±. En uno de esos informes se puede leer: ¡°Britney Spears carece de la capacidad para mantener y dirigir a un abogado¡±, lo que le ha llevado a verse obligada a mantener como letrado durante los ¨²ltimos trece a?os a Sam Ingham, elegido por su familia.
Otros testimonios inciden en que la estrella lleva intentando librarse de su restrictiva situaci¨®n. Andrew Gallery, director de For the record, un documental que la MTV realiz¨® sobre la cantante en 2008, cuenta que Spears le entreg¨® en secreto una carta para que ¨¦l la leyera en televisi¨®n y as¨ª amplificar su situaci¨®n, pero despu¨¦s de recibir una llamada de los abogados de ella, decidi¨® callar. Tambi¨¦n la propia Jenny Eliscu narra que en 2009 se uni¨® a uno de los exnovios de la cantante, Adnan Ghalib, y a Sam Lutfi para tratar de conseguir que firmara un documento que presentar ante los tribunales para pedir libertad para cambiar de abogado. La peripecia, que inclu¨ªa que Eliscu burlase a todo el equipo alrededor de la cantante en el hotel Montage, se consum¨®. Sin embargo, el juzgado deneg¨® su petici¨®n, alegando que debido a su condici¨®n de tutelada no ten¨ªa permiso para escoger a su propio abogado.
La situaci¨®n, que planteaba un conflicto de intereses constante bajo el cual quien representa a la cantante en los tribunales est¨¢ trabajando al servicio de quienes ejercen el tutelaje solo se ha roto despu¨¦s de la demoledora declaraci¨®n de la int¨¦rprete de Toxic ante la juez Brenda Penny el pasado 23 de junio. Entonces la cantante relat¨® desolada el r¨¦gimen en el que viv¨ªa, que la ha obligado, entre otras exigencias, a tomar litio y a tener implantado un DIU para frenar sus deseos de ser madre junto a su prometido, el actor Sam Asghari, con quien por supuesto no puede casarse sin permiso: ¡°No soy feliz. Pens¨¦ que si lo repet¨ªa lo suficiente, lo ser¨ªa, porque estaba negando las cosas, estaba en shock. Estoy traumatizada. No soy feliz, no puedo dormir. Estoy enfadada y deprimida, lloro todos los d¨ªas. Y se lo digo porque no entiendo c¨®mo el estado de California puede tener todo esto por escrito de mi anterior comparecencia y no hacer nada. Mi padre y todos los involucrados en esto deber¨ªan ir a la c¨¢rcel¡±.
Tras el testimonio de la cantante y su eco p¨²blico, varios de los miembros que formaban parte del equipo de su tutelaje han renunciado a sus trabajos. El primero fue su manager Larry Rudolph, y dos d¨ªas m¨¢s tarde, el propio Ingham. Entonces la juez por fin le permiti¨® contratar a un abogado por s¨ª misma. El elegido fue Matthew Rosengart, que ha trabajado para estrellas como Sean Penn, Julia Louis Dreyfuss y Steven Spielberg, Rosengart ha conseguido que el padre de la cantante acceda a retirarse de su tutela econ¨®mica, la ¨²nica que manten¨ªa en la actualidad. Y adem¨¢s, como se?ala el documental, da carta de conformidad a todo lo que relata Britney vs Spears. La lucha de Britney Spears en los tribunales se juega en paralelo a la carrera por tratar de contar su calvario personal, s¨ª, pero como en todos los juicios medi¨¢ticos, una se sirve de la otra. El mi¨¦rcoles 29 se sabr¨¢ si la estrategia de Rosengart trae los frutos que su cliente lleva 13 a?os pidiendo desesperadamente.
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