Britney Spears, al final del laberinto
La estrella del pop logra, tras meses de lucha, que un tribunal revoque el control legal que su padre ejerc¨ªa sobre ella desde 2008, lo que marca el principio de una nueva batalla
Aunque cientos de paparazis la persiguieran las 24 horas del d¨ªa, la sobreexpuesta vida de Britney Spears fue un misterio durante a?os. Desde 2008, su padre, Jamie Spears, adopt¨® el papel de tutor de su hija. Al comienzo fue algo temporal, pero enseguida se transform¨® en una medida permanente que le permit¨ªa controlar las finanzas y la vida de una de las artistas del pop m¨¢s famosas del planeta. La custodia legal lleg¨® al punto en que no la dejaban embarazarse (la obligaron a ponerse un DIU) ni tener tarjeta de cr¨¦dito. Todas sus comunicaciones y encuentros estaban vigilados y en ocasiones la privaban de ver a sus dos hijos. En junio se resolvi¨® el misterio: la cantante alz¨® la voz ante un tribunal y reclam¨® que su padre merec¨ªa ir a la c¨¢rcel por los abusos f¨ªsicos y psicol¨®gicos a los que llevaba a?os someti¨¦ndola. Este mi¨¦rcoles, una jueza la liber¨®.
En Estados Unidos, un juez puede determinar que un adulto requiere de un tutor o guardi¨¢n en casos de vejez, limitaciones f¨ªsicas o mentales. A su vez, la figura legal puede tomar el control de las finanzas y/o de la vida de la persona en cuesti¨®n. Algunos lo llaman la muerte civil. En el caso de Birtney Spears, de 39 a?os, su padre ten¨ªa el control absoluto. Las decisiones de c¨®mo vestirse, qu¨¦ decir, con qui¨¦n hablar, cu¨¢ndo y d¨®nde actuar y hasta el manejo de una fortuna de 52 millones de euros reca¨ªan en Jamie Spears, quien siempre se escudaba en quererla proteger. Sin embargo, el solo hecho de que una persona que supuestamente estaba incapacitada para tomar decisiones por s¨ª misma lanzara ¨¢lbumes y realizara exigentes giras hac¨ªan ruido. Un chirrido que dur¨® 13 a?os.
En el primero de los varios documentales que se han realizado en torno a la situaci¨®n legal de Britney Spears, los productores de MTV organizaron a escondidas que la cantante pudiese conducir su propio coche. La felicidad de la superestrella no cab¨ªa en el Madison Square Garden. Era 2008 y llevaba apenas un a?o de tutela, pero ya describ¨ªa su situaci¨®n como ¡°peor que una sentencia de c¨¢rcel¡±. Tras lamentar el acecho de su familia, y de terapeutas y psiquiatr¨ªas, confesaba entre l¨¢grimas: ¡°Estoy triste¡±.
Britney Spears ten¨ªa 16 a?os cuando lanz¨® Baby One More Time, entonces, el ¨¢lbum m¨¢s vendido de una solista adolescente. Con ¨¦l, cambi¨® la historia del pop y su vida. Se produjo un frenes¨ª mundial en torno a la artista sometida a un escrutinio constante que le exig¨ªa ser tan inocente como sexy. Sus tormentosas relaciones sentimentales fueron carne de ca?¨®n para la prensa amarilla. Cuando rompi¨® con Justin Timberlake en 2002 la acusaron sin pruebas de haberle sido infiel. Recibi¨® amenazas de muerte por ello. La diva del pop estaba bajo un microscopio en el que se pagaba hasta 150.000 d¨®lares por una fotograf¨ªa que la perjudicara de alguna forma. Su primer matrimonio dur¨® 55 horas y en 2004 se cas¨® con uno de sus bailarines, Kevin Federline, con quien tuvo a sus dos hijos. Dos a?os despu¨¦s, se separaron. Vinieron las fiestas y los comportamientos err¨¢ticos. La imagen de su cabeza rapada o en la que golpeaba con un paraguas el coche de un fot¨®grafo dieron la vuelta al mundo.
La crisis por la que atravesaba deriv¨® en el ingreso en un psiqui¨¢trico para someterla a una evaluaci¨®n mental. Entonces se decidi¨® que la situaci¨®n legal para darla de alta ser¨ªa una tutela, que acab¨® en manos de su padre, un hombre que, seg¨²n los documentales sobre la cantante, nunca hab¨ªa estado muy presente en su carrera art¨ªstica. Ante cualquier atisbo de ¡°rebeld¨ªa¡±, Jamie Spears la amenazaba con que perder¨ªa la custodia compartida de sus hijos. La artista hizo varios intentos fallidos para contratar a su propio abogado ¡ªy no uno impuesto¡ª y as¨ª desprenderse del dominio de su padre.
Los esfuerzos por retomar el control de su vida se vieron frustrados hasta que Britney Spears se rindi¨®. En su cuenta de Instagram aparec¨ªa bailando y aseguraba a sus decenas de millones de seguidores que era feliz. Durante varios a?os realiz¨® un show en Las Vegas, pero en 2019 cancel¨® uno de ellos y desapareci¨® durante varios meses. Despu¨¦s se supo que hab¨ªa estado ingresada, contra su voluntad, en un hospital psiqui¨¢trico. El abuso fue el germen del movimiento Free Britney, en el que sus adeptos reclamaban que la dejaran tomar sus propias decisiones.
¡°No estoy contenta. No puedo dormir. Estoy enfadada y deprimida. Lloro todos los d¨ªas¡±, dijo en junio a trav¨¦s de Zoom en una audiencia ante un tribunal de California para solicitar el fin de la tutela. Fue el principio del fin. Argument¨® que no hab¨ªa hablado antes porque pensaba que no le creer¨ªan, que se burlar¨ªan de ella. ¡°Se?or¨ªa, mi padre y todos los involucrados en esta custodia, incluida mi manager, que tuvo un papel clave en mi castigo... deber¨ªan estar en prisi¨®n¡±, agreg¨®. En julio logr¨® contratar a su propio abogado, Mathew Rosengart, quien el mi¨¦rcoles declar¨® ante la jueza: ¡°Este hombre [Jamie Spears] no es parte de su vida¡±. ¡°Por favor, escuche la s¨²plica de mi cliente¡±.
Finalmente, la jueza Brenda Penny, de un tribunal de Los ?ngeles, dictamin¨® que la situaci¨®n actual es insostenible y suspendi¨® oficialmente al padre de la cantante como su tutor. En su reemplazo, nombr¨® a un contable transitorio como guardi¨¢n de las finanzas de la estrella y fij¨® para el 12 de noviembre la pr¨®xima audiencia. Ahora empieza el turno de enfrentar las responsabilidades. Tras conocer la decisi¨®n de la jueza, Rosengart advirti¨® que ¡°ahora hay quien tendr¨¢ que hacer frente a muy serias acusaciones¡±, en referencia a la familia y el entorno de la cantante, que se mantuvo aislada durante m¨¢s de una d¨¦cada.
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