Pilar Eyre: ¡°El rey em¨¦rito fue el primero en cobrar por ir a bolos¡±
La periodista, especialista en la Casa Real y finalista del premio Planeta, firm¨® la exclusiva de la infidelidad de Urdangarin. Confiesa que nunca se inclin¨® ante los Reyes y que sus mejores fuentes son sus ¡°amigos pijos¡±
El lunes pasado, cuando salt¨® el comunicado de ¡°interrupci¨®n del matrimonio¡± de la infanta Cristina e I?aki Urdangarin, Pilar Eyre estaba en un Corte Ingl¨¦s de Barcelona. Al leer la alerta del m¨®vil rompi¨® a llorar de alegr¨ªa y se lo cont¨® a la dependienta. ¡°Debi¨® de pensar que le hab¨ªa tocado la loca¡±, recuerda la periodista que, cinco d¨ªas antes, hab¨ªa firmado la exclusiva de la infidelidad de Urdangarin con Ainhoa Armentia en la revista Lecturas. Para compensar a la empleada, Eyre sali¨® con tres sartenes que no necesitaba, y lo public¨® en Twitter. Me lo cuenta, muerta de la risa, por videollamada para burlar la ¨®micron nuestra de cada d¨ªa. Lleva 10 d¨ªas de gira por teles, radios y prensa contando encantad¨ªsima su primicia. Est¨¢ que se sale.
?Llor¨® de alegr¨ªa? ?Qui¨¦n se alegra de una separaci¨®n ajena?
No soy mala persona, soy periodista, y ese comunicado supon¨ªa la culminaci¨®n del trabajo de un equipo. Yo sab¨ªa que ese matrimonio estaba roto, esas fotos, por fin, lo confirmaban. Realmente, esa exclusiva fue el fotomat¨®n de esa pareja. La remat¨®. Podr¨ªa vivir de mis libros y dejar el periodismo, pero no voy a ahorrarme jam¨¢s la adrenalina de una exclusiva: sientes que puedes levantar 500 kilos. Ha sido una cumbre de mi carrera, sin duda.
Su secci¨®n en Lecturas se titula ¡°No es por maldad¡±. ?Excusatio non petita, acusatio manifiesta?
Siempre me dicen que solo me fijo en lo malo de los dem¨¢s, pero no es as¨ª. Me interesa el lado oculto de la gente, lo que no quieren mostrar, porque esa es la verdad. El resto es fachada y postureo. Todos llevamos a un ni?o mocoso y muerto de miedo agazapado dentro.
En febrero de 2021 public¨® un tuit en el que aseguraba que Juan Carlos I estaba grave en Abu Dabi y se barajaba su repatriaci¨®n. No era cierto. ?Tuvo que envain¨¢rsela?
En una carrera tan larga como la m¨ªa, puedes cometer errores. El m¨ªo fue precipitarme en publicar una informaci¨®n que me lleg¨® de una fuente muy fiable y, a d¨ªa de hoy, no soy consciente de haberme equivocado. Puede que Juan Carlos estuviera enfermo por una mala reacci¨®n de la vacuna. La Casa Real sali¨® en tromba a las pocas horas a desmentirlo. El ¨²nico desmentido que ha hecho en d¨¦cadas. ?Casualidad?
Si no adrenalina, aparte de dinero, ?qu¨¦ le dan los libros?
La libertad de hablar de m¨ª. Estoy en todos. Vengo de una familia muy de derechas, he sido muy rebelde, lo he vivido todo: la ¨¦poca de las drogas, la de la militancia de izquierdas, los amores. Mi padre me confes¨® que le hab¨ªa hecho sufrir much¨ªsimo. Con cada uno de mis libros les pido perd¨®n a mis padres por haber sido tan hija de puta con ellos.
?Ahora estar¨ªan orgullosos?
Lo estaban, creo. Una vez mi padre fue a mi colegio y ley¨® mis poemas delante de toda la clase, porque los profesores cre¨ªan que yo copiaba las redacciones. Me hizo quedar en rid¨ªculo. Desde entonces fui la poeta, la literata, la redicha. Fui una ni?a marginada toda mi infancia. Creo que hoy mis padres pensar¨ªan que no les ha salido tan mal la ni?a.
?Se considera una ni?a bien de Barcelona?
No quiero quedar como clasista, porque creo m¨¢s bien que soy una desclasada. He buscado mi independencia y he trabajado desde joven, pero es cierto que nacer donde nac¨ª me ha favorecido en el aspecto period¨ªstico. Tengo una red extens¨ªsima de contactos. Mis mejores fuentes son mis primas y mis amigos pijos. El dato de que Urdangarin estaba en Baqueira solo con sus hijos cuando se supon¨ªa que estaba con Cristina me lo dio una prima que estaba a su lado en el telesilla, por ejemplo.
?Se puede cambiar de clase? ?Hay un visado para eso?
Para ciertas cosas el ascensor social no funciona y ciertas castas son aqu¨ª tan r¨ªgidas como en Inglaterra o la India. Hay fronteras invisibles. Hay barceloneses que presumen de no haber bajado jam¨¢s de la Diagonal, y que m¨¢s all¨¢ solo hay monstruos. Por mucho dinero que tengas, no pasas.
Dice el paleont¨®logo Juan Luis Arsuaga que somos la ¨²nica especie cotilla. ?Est¨¢ de acuerdo?
Bueno, si no fu¨¦semos cotillas nos hubi¨¦semos extinguido, cierto. Pero yo, que como sabes soy animalista, puedo decirte que los perros tambi¨¦n son cotillas. Se huelen y orinan en determinados sitios por afinidades y antipat¨ªas de unos con otros. Nos interesa la vida de los otros. Me interesa el ser humano. Por eso me fascina Antonio David, o Bel¨¦n Esteban. Gente capaz de caer y levantarse y volver a caer. Atormentada, con sombras, complejos. No queremos superhombres, sino personas d¨¦biles e imperfectas, como nosotros.
?Por eso eligi¨® dedicarse a la cr¨®nica social como periodista?
Bueno, un d¨ªa un redactor jefe me mand¨® a un acto con los reyes Juan Carlos y Sof¨ªa en el palacete Alb¨¦niz porque era la mejor vestida de la redacci¨®n. Me instruyeron para no saludarles, no hablarles, hacerles la reverencia. Hab¨ªa todos esos c¨®digos. Pero nunca me he inclinado ante ellos, jam¨¢s, ni que me maten. Ese d¨ªa cont¨¦ que Juan Carlos se tom¨® un whisky y no me volvieron a acreditar para ning¨²n acto.
?Cu¨¢ndo empez¨® a joderse el reinado de Juan Carlos I, como dir¨ªa Vargas LLosa sobre el Per¨²?
Muy pronto, lo que pasa es que tardamos en enterarnos y m¨¢s en contarlo. Lo primero que cobr¨® Juan Carlos fue en 1973, por inaugurar el club Las Lomas, en Madrid. Recibi¨® una donaci¨®n sin determinar a trav¨¦s de su amigo Manuel Prado. Lo cuento en mi libro Yo, el Rey. Nunca me desmintieron. El em¨¦rito fue el primero en cobrar por asistir a un bolo.
?Qu¨¦ responsabilidad tenemos los medios por haber callado?
Bastante. Quienes hemos intentado levantar una punta del velo, lo hemos pagado. Yo tengo una inspecci¨®n fiscal cada a?o, no habi¨¦ndome encontrado nunca nada. La soledad de la reina, mi libro de hace 10 a?os, donde desmontaba a esa pareja perfecta que nos hab¨ªan vendido, no sent¨® bien en La Zarzuela. Se me hizo saber.
?A los Reyes les hace m¨¢s da?o la cr¨ªtica o la lisonja?
Los peores enemigos del em¨¦rito son sus amigos. No quiero descalificar a nadie. Todos los partidos del Parlamento son respetables. Pero que est¨¦n todos esos cazadores, toreros... Don Felipe y do?a Letizia se han rodeado de otro tipo de gente y han huido de tanto amigo carca y rancio que ten¨ªa y tiene don Juan Carlos que, al final, son los que le han llevado al precipicio. Ellos mismos dicen que quiere volver para estar con sus amigotes. Creo que todo eso le est¨¢ haciendo mucho da?o y que no vamos a ver su regreso de una forma inmediata.
?No le da pena la princesa Leonor, la ¨²nica espa?ola con el futuro escrito en la Constituci¨®n?
Pero por favor: si Felipe y Letizia no hacen las cosas mal, y no las est¨¢n haciendo, lo que es evidente seas o no mon¨¢rquico, es que Leonor ser¨¢ reina. O no, pero mientras lo es o no lo es disfrutar¨¢ de enormes privilegios que el resto de los ni?os no tendr¨¢n en toda su vida. Habl¨¢bamos antes del ascensor social. La suerte no existe. Realmente es muy dif¨ªcil salirse del papel que te marcan seg¨²n donde naces.
Ya, pero imagine, no s¨¦, que quiere casarse con otra mujer.
Los espa?oles hemos evolucionado tanto que nada nos parecer¨ªa raro. La Zarzuela est¨¢ preparada para una reina lesbiana y para un divorcio real. De hecho, Felipe y Letizia firmaron capitulaciones. Y t¨² y yo sabemos que Letizia no aguantar¨ªa lo que ha aguantado Sof¨ªa. Se divorciar¨ªa y vivir¨ªa en Samoa, tranquilamente. Los avances de la sociedad son imparables, no hay marcha atr¨¢s.
Hablando de eso. ?Por qu¨¦ lleva tan mal la edad, seg¨²n dice usted misma?
La llevo fatal porque es injusto. Me considero bien conservada con 70 a?os, gracias a unos amigos m¨ªos m¨¦dicos que me hacen cosas. La gran putada de la vida es que por dentro eres una chica de 15 a?os. Te gustan las mismas cosas, el mismo tipo de hombre. Solo sirve para ponerte arrugas, hacerte mayor y que en la calle te digan: ¡°Pase, pase¡±. Durante un tiempo, hace mil a?os, ligaba en redes sociales. Me quitaba a?os, confieso. Me llamaba Carlota y ten¨ªa fila de pretendientes, que dec¨ªan que era divertid¨ªsima. Pero, claro, luego me ve¨ªan y, aunque considero que estoy bien, por 23 a?os no pasaba.
?La pasi¨®n no se debilita?
Mira, a m¨ª, con 12 a?os, ya me dec¨ªa mi madre que me gustaban mucho los pantalones. Si no hubiera sido tan enamoradiza y hubiera sufrido tanto por amor y hubiera gastado tanta energ¨ªa en ello, ahora ser¨ªa, no s¨¦, presidenta de PRISA. Soy viuda, he tenido tres maridos, y ahora tengo pareja desde hace siete a?os, aunque vivimos cada uno en su casa. Cuando dicen que la pasi¨®n dura siete a?os, yo digo que dura siete d¨ªas por semana.
Qu¨¦ felicidad.
Digamos que me divierto mucho y que vivo muy bien, pero la palabra felicidad no la conozco. Conozco la alegr¨ªa, el optimismo, pero nunca estoy del todo satisfecha. Acabo un libro y pienso que es una tonter¨ªa. Todav¨ªa necesito que me digan que lo hago bien. Ojal¨¢ creyera m¨¢s en m¨ª misma.
ARRIBA Y ABAJO
- Pilar Eyre, de 70 años, nació en la parte alta de Barcelona, hija de un matrimonio acomodado afecto al régimen franquista y, sin dejar nunca del todo esa atalaya, lleva casi medio siglo retratando a la alta y la no tan alta sociedad en sus crónicas. Especializada en información sobre celebridades de todo pelaje y sobre la Casa Real, sobre la que ha escrito varios libros ¨DLa soledad de la reina; Yo, el Rey¨D, en 2013 fue finalista del Premio Planeta con su novela Mi color favorito es verte. Desde su cuenta de Twitter, red social a la que se confiesa "adicta", cuenta su día a día y mantiene conversaciones con sus seguidores, a los que califica de "amigos". "Muchas veces me divierten más que los míos de verdad, digamos que a mi edad es más difícil renovarlos", confiesa.
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