La gran revelaci¨®n de Tina Turner en sus memorias: ¡°Yo sab¨ªa que mi madre nunca me quiso¡±
La cantante publica ¡®La felicidad nace de ti¡¯, una biograf¨ªa en la que comparte los obst¨¢culos que ha tenido que superar, entre los que se encuentran ¡°una infancia infeliz, el abandono, un matrimonio violento, una carrera estancada, la ruina econ¨®mica y m¨²ltiples enfermedades¡±
¡°Mis padres me llamaron Anna Mae, el ¨²nico nombre por el que fui conocida hasta la edad adulta¡±. No sab¨ªa entonces lo mucho que le costar¨ªa sobrevivir. Tampoco que se convertir¨ªa en Tina Turner a?os despu¨¦s ¡ªcomo producto de su primer y turbulento matrimonio con Ike Turner¡ª, una leyenda en la industria musical que ha logrado vender m¨¢s de 200 millones de discos gracias a ¨¦xitos como The Best, River Deep - Mountain High o What¡¯s Love Got to Do with It. La historia de su vida es tan rica en experiencias que lanzar un solo volumen autobiogr¨¢fico no fue suficiente. Turner publica ahora sus segundas memorias tras el ¨¦xito en 2017 de My Love Story (Indicios), que fue un superventas internacional. En La felicidad nace de ti relata el duro trayecto que atraves¨® hasta convertirse en la mujer que es hoy, un t¨ªtulo que llegar¨¢ a Espa?a el pr¨®ximo 2 de febrero gracias a la editorial Luci¨¦rnaga.
A modo de gu¨ªa espiritual, la cantante desgrana recuerdos y desvela a sus 82 a?os detalles de una vida llena de grandes obst¨¢culos. ¡°La lista es larga: una infancia infeliz, el abandono, un matrimonio violento, una carrera estancada, la ruina econ¨®mica, la muerte prematura de miembros de mi familia y m¨²ltiples enfermedades¡±, enumera ella misma en su introducci¨®n. Para transformar su realidad, tom¨® todas esas vivencias y las convirti¨® en algo positivo, apoy¨¢ndose en la espiritualidad: asegura que el budismo ha hecho de ella una persona reflexiva y positiva, que la ha sacado del pozo en el que ha estado a?os estancada, y es precisamente esa idea la que quiere transmitir con este segundo libro que ¡°no es un libro de m¨²sica o de recuerdos, sino un libro muy personal¡±, como indican desde la propia editorial.
La artista comienza sus memorias dando las gracias al lector. Explica que usa el agradecimiento como arma contra esas situaciones que la llevaron en su momento a la depresi¨®n, e incluso a considerar el suicidio. Su historia ha dado varias vueltas de tuerca desde su nacimiento en Tennessee (EE UU). ¡°Me trajeron al mundo en un s¨®tano sin ventanas relegado a la maternidad de mujeres ¡®de color¡¯ en el hospital del condado¡±, cuenta. Una etapa en la que conoci¨® el abandono y la tragedia. ¡°Mi madre, Zelma, era cari?osa con mi hermana, pero conmigo era distinta. Yo sab¨ªa que nunca me hab¨ªa querido. Esa es una carga pesada para una ni?a peque?a¡±, confiesa, y narra c¨®mo su progenitora la abandon¨® para vivir en la ciudad, por lo que la artista acab¨® viviendo con su abuela. Este duro golpe se sum¨® al sufrimiento de la p¨¦rdida, cuando su prima Margaret, su mayor confidente dentro de la familia, falleci¨® en un accidente de coche.
Cuando su abuela tambi¨¦n falleci¨®, empez¨® ¡°una nueva vida¡± en San Luis, una gran ciudad ubicada junto al r¨ªo Misisipi. ¡°Cuando ten¨ªa 17 a?os, fui al Club Manhattan, un local de m¨²sica bullicioso y lleno de humo, donde conoc¨ª a dos hombres que tendr¨ªan un papel muy importante en mi vida¡±. Uno de ellos era un saxofonista con quien tuvo un romance fugaz. El otro, Ike Turner, m¨²sico y l¨ªder de una banda, famoso entonces por su tema Rocket 88, y futuro marido de Tina. En las p¨¢ginas cuenta c¨®mo se vio sumergida en esa ca¨®tica historia de amor t¨®xico, que termin¨® en violencia machista.
¡°Supuso una interminable sucesi¨®n de calvarios. Me cambi¨® el nombre de Anna Mae Bullock por el de Tina Turner al principio de nuestra relaci¨®n, a pesar de mis protestas¡±. Su marido la hac¨ªa sufrir tanto f¨ªsica como emocionalmente. ¡°Los labios rotos, los ojos morados, las articulaciones dislocadas y la tortura psicol¨®gica se convirtieron en parte de mi d¨ªa a d¨ªa¡±, desvela. Todo ello, sumado a la presi¨®n del ¨¦xito profesional que estaba comenzando a tener. ¡°Esa presi¨®n intensific¨® las inseguridades de Ike y aument¨® su consumo de drogas, con lo cual sus accesos violentos se hicieron m¨¢s frecuentes¡±, recuerda. Ah¨ª empez¨® a perder la esperanza. ¡°En 1968, estaba tan deprimida y abatida que no pod¨ªa pensar con claridad. Una noche, antes de prepararme para salir al escenario, intent¨¦ suicidarme tomando 50 pastillas para dormir¡±. Asegura que, al principio, sinti¨® ¡°decepci¨®n al despertar¡± y darse cuenta de que no hab¨ªa conseguido acabar con ese sufrimiento que se hab¨ªa convertido en una sofocante rutina.
Fue entonces, en su peor momento, cuando se encontr¨® a s¨ª misma en el budismo, y decidi¨® no rendirse. ¡°Si exist¨ªa justicia en el universo, la positividad largamente anhelada me llegar¨ªa alg¨²n d¨ªa¡±, cuenta esperanzada. En gran parte del libro, Turner comparte su aprendizaje con el lector, intercalando numerosas experiencias vitales. Fueron muchos los desaf¨ªos, pero asume que los enfrent¨® con una gran fuerza interior. ¡°Rug¨ª, rug¨ª y continu¨¦ rugiendo hasta que super¨¦ todos los retos¡±, resume en sus propias palabras en un libro que, adem¨¢s de contar con an¨¦cdotas y conceptos espirituales, incluye im¨¢genes y reflexiones que le han ayudado a sobreponerse de las ¨¦pocas m¨¢s oscuras de su vida. Hechos que comparte con el fin de que el lector supere tambi¨¦n las suyas.
¡°S¨¦ por experiencia que a veces tienes voces negativas en la cabeza que pueden ser peligrosas. Estas voces podr¨ªan decir que eres demasiado mayor, demasiado homosexual, demasiado delgado, demasiado gordo, demasiado esto, demasiado lo otro. Podr¨ªan decirte que nadie te querr¨¢ jam¨¢s. Tal vez has permitido que tus voces negativas debiliten tu autoestima. Si es as¨ª, es hora de decirles a esas voces que ya no vas a aceptarlas m¨¢s¡±, alienta, con la esperanza de que la vida vista desde sus ojos se convierta en un b¨¢lsamo para otros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.