Ram¨®n Est¨¦vez lamenta llamarse Martin Sheen
El int¨¦rprete de ¡®Apocalyse Now¡¯, ¡®Infiltrados¡¯ o ¡®El ala Oeste¡¯, hijo de un emigrante gallego, confiesa en una entrevista su arrepentimiento por no haber mantenido su aut¨¦ntico nombre en su carrera art¨ªstica
A inicios de los a?os sesenta, Ram¨®n Est¨¦vez se desesperaba. Sus primeros pasos como actor en televisi¨®n hab¨ªan ido bien, pero se hab¨ªa quedado encallado en ese medio. Quer¨ªa hacer teatro, cine, y en aquel momento su nombre le lastraba: no hab¨ªa muchos latinos triunfadores en Estados Unidos. ¡°Siempre que llamaba por tel¨¦fono para un puesto, ya fuera para trabajo o para un apartamento, al dar mi nombre me respond¨ªan con dudas y al llegar all¨ª, el puesto ya estaba ocupado¡±, cont¨® en 2003. Y decidi¨® crearse un nombre art¨ªstico fusionando el del director de reparto de la cadena CBS, Robert Dale Martin, que le hab¨ªa ayudado en esas incipientes apariciones en la peque?a pantalla, y el del obispo Fulton J. Sheen, quien, como recuerda la hermana peque?a de Est¨¦vez, Carmen, ¡°sal¨ªa entonces mucho por televisi¨®n¡±.
As¨ª naci¨® Martin Sheen, que fulgurantemente, gracias a su talento, triunf¨® primero en teatro y, posteriormente, en cine: Malas tierras, Apocalypse Now, Infiltrados o Wall Street. Sin embargo, Ram¨®n Antonio Gerardo Est¨¦vez no desapareci¨®: ese nombre permanece en todos los documentos oficiales de Sheen (pasaporte, carnet de conducir y licencia matrimonial)... y en el alma del int¨¦rprete. Esta semana, en una entrevista en la revista Closer, lo confesaba: uno de los grandes remordimientos de su vida fue aquel cambio nominal. Y habla con orgullo de la obstinaci¨®n de su hijo Emilio, que lo mantuvo a pesar de que ¡°su agente le aconsej¨® que lo cambiara¡±, en lo que considera que ha sido su ¨²nica influencia en su carrera. De su propia decisi¨®n, reflexiona: ¡°A veces te convencen, cuando no tienes suficiente perspicacia o incluso el valor suficiente para defender lo que crees, y m¨¢s tarde lo pagas¡±.
Con el tiempo, Sheen ha recuperado sus ra¨ªces gallegas, tierra en la que naci¨® su padre, Francisco Est¨¦vez Mart¨ªnez, un emigrante que parti¨® hacia Cuba con 18 a?os en 1916, desde Parderrubias, en Salceda de Caselas (Pontevedra), sin ni siquiera hablar castellano, idioma que aprendi¨® en la isla caribe?a. De all¨ª viaj¨® a Estados Unidos a inicios de los a?os treinta, a Dayton (Ohio), a un modesto barrio de irlandeses, donde se cas¨® con otra inmigrante, Mary-Ann Phelan.
La vida de Martin Sheen ha quedado poderosamente marcada por su infancia. Su padre trabaj¨® en la NCR Corporation, conglomerado industrial que empez¨® fabricando cajas registradoras. Reci¨¦n casado, la empresa le envi¨® a las islas Bermudas, y all¨ª nacieron sus hijos mayores. Sheen fue el s¨¦ptimo de sus diez hijos (nueve chicos y una chica), y el primero que naci¨® en Dayton, en 1940, tras el retorno de los Est¨¦vez al continente. En el parto, un f¨®rceps apret¨® mal su brazo izquierdo, que por ello es siete cent¨ªmetros m¨¢s corto que el derecho. Por eso, en la serie El ala Oeste de la Casa Blanca, el presidente Josiah Bartlet, su personaje, se pone las americanas con un extra?o giro del cuerpo. De ni?o sufri¨® la polio, lo que le postr¨® un a?o en la cama, y a los 11 a?os falleci¨® su madre. Gracias a la ayuda de la beneficencia cat¨®lica y al empe?o del padre, la familia permaneci¨® unida en contra del, entonces, habitual reparto de ni?os por orfanatos o casas de acogida.
?l fue el estrafalario de la familia: decidi¨® actuar. Contra la obstinaci¨®n de su padre, el hijo m¨¢s callado solo disfrutaba en el teatro y quiso estudiar Interpretaci¨®n. ¡°?No sabe ni cantar ni bailar!¡±, le dec¨ªa, a lo que su hijo le respond¨ªa: ¡°A ti te encantan los w¨¦sterns en la tele y all¨ª nadie ni canta ni baila¡±. ¡°?Pero es que t¨² tampoco montas a caballo!¡±, recib¨ªa como r¨¦plica. A pesar de ello, se mud¨® a Nueva York, siguiendo la estela de su ¨ªdolo, James Dean. En el m¨ªtico episodio Dos catedrales, de El ala Oeste, se explica c¨®mo el car¨¢cter del presidente Bartlet refleja sus vivencias infantiles y adolescentes. Lo mismo ocurre con Est¨¦vez / Sheen: cat¨®lico practicante y luchador infatigable en contra del calentamiento global y a favor de los derechos civiles y de los inmigrantes, ha sido varias veces arrestado en manifestaciones a la puerta de la Casa Blanca. Ese activismo lo inici¨® con 14 a?os, cuando lider¨® una huelga de caddies en el club de golf en el que trabajaba, en protesta por las numerosas palabrotas que los socios profer¨ªan delante de los ni?os.
Y luego est¨¢ Espa?a. Francisco Est¨¦vez no ense?¨® espa?ol a sus hijos, pero los Est¨¦vez s¨ª han ahondado en sus ra¨ªces. El patriarca pudo volver a Galicia en 1967 (justo cuando Sheen obtuvo su primer gran papel en Una historia de tres extra?os), y empez¨® a ir y venir de su pueblo a Dayton, mientras constru¨ªa en su aldea natal una casa que no llegar¨ªa a ver acabada. Falleci¨® en la localidad estadounidense en 1974, y le enterraron junto a su esposa y su hijo Manuel, muerto en 1968. La ¨²nica de sus hijas, Carmen, acab¨® como profesora de Ingl¨¦s en un colegio en Madrid, donde se cas¨®. Por eso, durante a?os muchos madrile?os se han tropezado con Sheen en la ciudad, de visita a su hermana. Carmen ha sido quien acab¨® la casa de su padre, inaugur¨® un paseo fluvial dedicado a su memoria y quien ha mantenido viva la huella de los Est¨¦vez en Salceda de Caselas.
El Camino de Santiago, un sue?o cumplido
A mediados de los a?os 2000, Sheen, su hijo Emilio Est¨¦vez y el hijo de este, Taylor, recorrieron el Camino de Santiago. En Burgos, el nieto conoci¨® a una chica, y al acabar el recorrido decidi¨® no volver a Los ?ngeles y quedarse en la ciudad castellana, donde se cas¨®. Influidos por aquel viaje, Sheen y Est¨¦vez realizaron la pel¨ªcula El camino (2010), que ambos coprotagonizaron y el segundo dirigi¨®. Hace pocos meses, Sheen hablaba con orgullo de El camino, un gran ¨¦xito en el boca a oreja, y un fiel retrato de su espiritualidad. Durante aquel rodaje, en un almuerzo bajo unas inmensas p¨¦rgolas en la parte trasera de la catedral de Burgos, Sheen explicaba: ¡°Soy cat¨®lico, y mucha de esa espiritualidad est¨¢ en este filme. He tenido una vida extremadamente feliz, con los normales altibajos en mi carrera. Pero he sobrevivido a las enfermedades, mi familia es maravillosa [sus cuatro hijos, entre ellos Charlie Sheen, son actores]... Creo en una Iglesia que hace labores incre¨ªbles en el Tercer Mundo. Otras cosas, como algunos mensajes del Papa [en aquel momento, Benedicto XVI], se me hacen dif¨ªciles. Yo vivo mi fe, y es entre Dios y yo¡±. A pocos metros de Sheen y del periodista, en las mesas corridas, com¨ªa un extra?o grupo que no parec¨ªan actores: ¡°Aquella es mi mujer, esa es mi hermana y su marido, aquel mi mejor amigo de la infancia... Les he hecho venir para que disfruten con Emilio, Taylor [que trabajaba como asistente] y conmigo¡±. Actualmente, Taylor Est¨¦vez se ha convertido en coordinador de especialistas en California.
Carmen Est¨¦vez cuenta que durante d¨¦cadas no entendieron el sentido del humor de su padre, profundamente gallego, hasta que descubrieron que muchas veces no les hablaba en serio. Y que esa socarroner¨ªa la hab¨ªa heredado su hijo Ram¨®n / Martin. En Burgos, hac¨ªa gala de ella. Despu¨¦s de una pregunta sobre su carrera, respondi¨®: ¡°Con mi curr¨ªculo repleto de malos t¨ªtulos no puedo abrir la boca. Soy actor y as¨ª he mantenido a mi familia. Pero habr¨¦ estado en unos 10 filmes de los que puedo sentirme orgulloso...¡±. En aquel momento se le cay¨® el caf¨¦ y solt¨®: ¡°?Ves? Por regodearme en mi carrera. Castigo divino¡±.
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