La ¡°reina de la basura¡± que conquist¨® Miss Universo con un vestido de latas recicladas
La tailandesa Anna Sueangam-iam comparti¨® en el concurso la historia de su infancia, que transcurri¨® entre los vertederos de Bangkok, y quiso rendirle homenaje con un dise?o a base de anillas de chapa
De peque?a la llamaban ¡°reina de la basura¡±, pero a los 23 a?os la tailandesa Anna Sueangam-iam se ha coronado como reina de la belleza. No fue ella, sino la estadounidense R¡¯Bonney Gabriel quien consigui¨® alzarse con el t¨ªtulo de Miss Universo en el certamen celebrado este fin de semana. Pero la historia personal de Sueangam-iam, que s¨ª que lleg¨® a ser nombrada como la mujer m¨¢s bella de su pa¨ªs, fue la que llam¨® la atenci¨®n del p¨²blico, convirti¨¦ndola en la aut¨¦ntica protagonista de la jornada.
¡°Soy una persona que creci¨® en un basurero¡±, explic¨® la modelo en el marco del concurso. Su...
De peque?a la llamaban ¡°reina de la basura¡±, pero a los 23 a?os la tailandesa Anna Sueangam-iam se ha coronado como reina de la belleza. No fue ella, sino la estadounidense R¡¯Bonney Gabriel quien consigui¨® alzarse con el t¨ªtulo de Miss Universo en el certamen celebrado este fin de semana. Pero la historia personal de Sueangam-iam, que s¨ª que lleg¨® a ser nombrada como la mujer m¨¢s bella de su pa¨ªs, fue la que llam¨® la atenci¨®n del p¨²blico, convirti¨¦ndola en la aut¨¦ntica protagonista de la jornada.
¡°Soy una persona que creci¨® en un basurero¡±, explic¨® la modelo en el marco del concurso. Su padre era recolector de basura, su madre era barrendera y la familia viv¨ªa en una de las barriadas m¨¢s humildes de Bangkok. La propia ni?a ten¨ªa que buscar entre la basura botellas de pl¨¢stico para recolectar y ayudar con unos bats (moneda nacional de Tailandia) a la precaria econom¨ªa familiar. Sueangam-iam tambi¨¦n fregaba ba?os p¨²blicos, donaba sangre cada semestre y com¨ªa las sobras del comedor de unas monjas budistas. Ella siempre so?¨® con ser reina de la belleza pero, debido a su situaci¨®n, sus compa?eros se burlaban de ella, apod¨¢ndola ¡°la reina de la basura¡±.
Lejos de esconder estos or¨ªgenes humildes, Miss Tailandia los comparti¨® con el jurado y con sus compa?eras y los convirti¨® en parte del relato con el que presentarse en el concurso. En la competici¨®n preliminar, celebrada el pasado 11 de enero en Nueva Orleans, Estados Unidos, la modelo sali¨® al escenario con un vestido metalizado y brillante. El dise?o podr¨ªa recordar a aquellos que puso de moda el dise?ador Paco Rabanne en los sesenta, reivindicados a principios de los dosmil por figuras como Kate Moss o Paris Hilton.
Pero el traje encerraba otro mensaje: estaba fabricado con anillas de latas engarzadas con cristales de Swarovski. ¡°Este vestido se inspir¨® en el entorno familiar de mi infancia¡±, explic¨® Sueangam-iam en su cuenta de Instagram, que acaba de alcanzar el medio mill¨®n de seguidores. ¡°Al crecer con padres recolectores de basura, mi infancia transcurri¨® entre montones de desechos. Este vestido ¨²nico fue confeccionado a prop¨®sito con materiales desechados y reciclados, para mostrar al universo que lo que muchos consideran sin valor, en realidad posee su propio valor y belleza¡±. El vestido de anillas de latas pas¨® a convertirse en otra cosa. En un s¨ªmbolo y un potente gancho medi¨¢tico que le ha valido a la portadora el premio ImpactWayv por su impacto social del certamen, as¨ª como una gran visibilidad.
El concurso de belleza Miss Universo ha perdido relevancia en los ¨²ltimos a?os, acusado de cosificar a las mujeres y representar una serie de valores caducos y anticuados. Para paliar este cambio en su percepci¨®n social, despu¨¦s de 70 ediciones, el a?o pasado se le intent¨® dar un cambio de enfoque. En octubre de 2022 fue adquirido por la magnate y activista transg¨¦nero tailandesa Anne Jakapong Jakrajutatip, que lo ha comprado por 20 millones de d¨®lares (m¨¢s o menos la misma cantidad en euros, al cambio actual) con el objetivo de hacer la organizaci¨®n m¨¢s ¡°inclusiva y que celebre a las mujeres de todo perfil, cultura y tradici¨®n¡±. El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue propietario del evento desde 1996 hasta 2015.