El presidente Biden reconoce p¨²blicamente a su s¨¦ptima nieta, fruto de una antigua relaci¨®n de su hijo Hunter
Hasta ahora, el dem¨®crata solo se refer¨ªa a sus otros seis nietos, pero las cr¨ªticas por su silencio, y el acuerdo de su primog¨¦nito con la madre de la ni?a, de cuatro a?os, le han empujado a aceptar su existencia
El presidente Joe Biden siempre ha defendido p¨²blicamente a Hunter, su pol¨¦mico hijo mayor. Aunque esta semana declin¨® pronunciarse sobre su rev¨¦s judicial ¨Del fracaso de un acuerdo con la fiscal¨ªa para evitar la c¨¢rcel por posesi¨®n de armas a cambio de asumir delitos menores¨D, de alguna manera lo hizo, oblicuamente, el viernes, al reconocer mediante un comunicado a su s¨¦ptima nieta, nacida en 2019 y a la que Hunter se ha resistido tambi¨¦n a aceptar.
Para algunos se trata de una maniobra de distracci¨®n del mandatario de los problemas judiciales de Hunter, un abogado de 54 a?os, pero seg¨²n el comunicado las intenciones del presidente son serias y ha dicho a su hijo que quiere conocer a la ni?a. Hunter no lo ha hecho a¨²n y se ha negado a darle el apellido paterno, a lo que la madre ha acabado cediendo. La toxicidad pol¨ªtica ha rodeado el caso, con los medios m¨¢s conservadores, como Fox News o Breitbart, haciendo sangre de sus protagonistas.
Lunden Roberts y Hunter llegaron hace un mes a un acuerdo sobre la manutenci¨®n de la peque?a, Navy Joan Roberts, de cuatro a?os, en un tribunal de Arkansas. Un amplio reportaje de The New York Times el pasado 1 de julio y una tribuna del diario inusualmente dura con el dem¨®crata (con un t¨ªtulo como recordatorio: Son siete los nietos, se?or presidente) han podido empujarle a dar un paso al frente para frenar el aluvi¨®n de cr¨ªticas por no mencionar nunca a la ni?a, y s¨ª a menudo a sus otros seis nietos. Biden, seg¨²n fuentes de la Casa Blanca, aguardaba a que se solventase la disputa para no interferir en el proceso.
Hunter Biden neg¨® ser el padre hasta que tuvo que rendirse a la evidencia de una prueba de ADN, tras lo cual el mes pasado lleg¨® a un acuerdo con la madre para reducir el pago inicial de 20.000 d¨®lares (18.000 euros) al mes en concepto de manutenci¨®n y a cambio regalar alguno de sus cuadros a su hija. Sus pinturas, un intento de enderezar su vida despu¨¦s de una d¨¦cada larga dando tumbos, se cotizan muy bien, a una media de 500.000 d¨®lares, lo que tambi¨¦n ha suscitado dudas sobre la calidad art¨ªstica de un debutante.
Al romper su largo silencio sobre el asunto, el presidente calific¨® la situaci¨®n de ¡°asunto familiar¡±, en un intento de neutralizar la instrumentalizaci¨®n pol¨ªtica, bajo la que tambi¨¦n han ca¨ªdo los problemas legales de Biden j¨²nior. ¡°Nuestro hijo Hunter y la madre de Navy, Lunden, est¨¢n trabajando juntos para fomentar la mejor relaci¨®n posible para su hija, preservando su privacidad tanto como sea posible en el futuro¡±, ha dicho Biden en el comunicado, emitido poco antes de emprender sus vacaciones en Delaware. ¡°Este no es un problema pol¨ªtico, es un asunto familiar (¡) Jill y yo solo queremos lo mejor para todos nuestros nietos, incluida Navy¡±.
La disputa de paternidad y el pacto con la fiscal¨ªa mediante el que Hunter se declaraba culpable de evadir impuestos a cambio de evitar la c¨¢rcel por el otro cargo, m¨¢s grave, se han vuelto como un bumer¨¢n contra el presidente. Un asunto pol¨ªticamente delicado, en v¨ªsperas de una campa?a presidencial en la que el dem¨®crata se juega el todo por el todo entre dudas sobre su edad (80 a?os) y su capacidad para desempe?ar la presidencia.
Lunden Roberts, hija de un armero de Arkansas, dio a luz a una ni?a en 2019 y afirm¨® que Hunter era el padre. La prueba de ADN le puso contra las cuerdas y en 2020 acord¨® pagar la citada cantidad mensual, ahora rebajada. Los cuadros que dar¨¢ a su hija podr¨¢n ser vendidos o conservados como patrimonio, dada su creciente reputaci¨®n como artista. A cambio, Roberts renuncia a su intento de ponerle el apellido del padre a su hija. Hasta el pasado abril, al menos, Hunter Biden ¡°nunca hab¨ªa visto ni contactado¡± con la ni?a, como tampoco el presidente y la primera dama.
¡°Miles de familias se han enfrentado a circunstancias similares, resolviendo las cosas en privado, lejos de los focos. En el centro est¨¢ una ni?a de cuatro a?os y todos quieren lo mejor para ella, incluidos los cuatro abuelos¡±, declararon fuentes cercanas a la familia Biden a medios locales.
Hunter Biden es la oveja negra de la familia, protagonista de varias causas judiciales y otros tantos embrollos empresariales ¨Dsu papel como consejero en la gasista ucraniana Burisma, entre otros¨D, as¨ª como de esc¨¢ndalos como la posesi¨®n de im¨¢genes de contenido sexual, que aparecieron en el disco duro de un ordenador que olvid¨® en una tienda de reparaciones de Delaware (una copia del disco lleg¨® a manos de la campa?a de Donald Trump un mes antes de las elecciones de 2020). Tambi¨¦n ha tenido l¨ªos sentimentales de alto voltaje. Tras la muerte en 2015 de su hermano Beau, el primog¨¦nito y favorito del presidente, por un tumor cerebral ¨Del drama que seg¨²n cont¨® en sus memorias le precipit¨® a las drogas y el alcohol¨D, dej¨® a su esposa y empez¨® a salir con su cu?ada, pero la relaci¨®n no resisti¨® el escrutinio p¨²blico ni familiar.
Aunque el presidente ha guardado silencio sobre el rev¨¦s judicial de su hijo, sali¨® en apoyo de Hunter Biden la semana pasada desde Par¨ªs, donde se hallaba en visita oficial, Jill Biden, que los crio a ¨¦l y a Beau. La madre de ambos, y primera esposa de Joe Biden, muri¨® en un accidente de tr¨¢fico con otra hija del matrimonio, mientras Hunter lograba sobrevivir.
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