James Blunt, el rey de las baladas ?o?as es un salvaje en sus giras
El cineasta Chris Atkins ha acompa?ado al cantante durante un a?o para grabar un documental sobre su vida. Doce meses en los que bromas, alcohol, interminables viajes y actuaciones y la tensi¨®n emocional han sido los protagonistas: ¡°La vida en la carretera con ¨¦l es casi tan aterradora como la prisi¨®n¡±
Para Noel Gallagher, exmiembro de la banda brit¨¢nica Oasis, no hay en el mundo nada m¨¢s sopor¨ªfero que el cantante James Blunt (Tidworth, Reino Unido, 49 a?os). ¡°Si escribiera canciones sobre mi propia vida, ser¨ªan m¨¢s aburridas que James Blunt. En caso de que eso fuera posible, porque todos sabemos, por supuesto, que es imposible¡±, declar¨® en febrero de 2015 a la BBC. Blunt no tard¨® en responderle a trav¨¦s de X (entonces Twitter): ¡°Por una vez, estoy de acuerdo con ¨¦l¡±. Los ir¨®nicos zascas del autor de You¡¯re Beautiful a sus detractores son tan famosos que hace a?os que existen listados en internet que los recogen. Como cuando un usuario coment¨® que le dar¨ªa un pu?etazo cada vez que abre la boca y ¨¦l respondi¨® que se alegraba de que no fuera su dentista o cuando alguien insinu¨® que ni siquiera James Blunt ir¨ªa a su propio concierto y ¨¦l admiti¨® que solo si le pagasen. Los m¨¢s alabados son precisamente los mensajes en los que se autocritica. ¡°Debo ser una de las dos personas a quien le gustan todas las canciones de James Blunt. La otra es ¨¦l¡±, public¨® un usuario. ¡°No, t¨² eres la ¨²nica¡±, le respondi¨® el cantante. Tambi¨¦n brome¨® cuando alguien mencion¨® a una emisora para que, por favor, dejara de poner su m¨²sica: ¡°Pap¨¢, ?eres t¨²?¡±.
Lo que quiz¨¢s no es tan conocido como su mordaz actividad en redes es la salvaje experiencia en la que se convierten las giras de quien durante d¨¦cadas ha sido diana de chistes sobre lo soso que es, a juzgar por las l¨¢nguidas baladas pop ¨Db¨¢sicamente la balada¨D que lo han hecho famoso. Seg¨²n Chris Atkins, el cineasta brit¨¢nico que ha dirigido el documental sobre la vida del cantante despu¨¦s de acompa?arlo durante un a?o, Blunt, de soso, tiene poco. ¡°Habiendo estado previamente encarcelado por fraude fiscal, encontr¨¦ numerosas similitudes entre la prisi¨®n y las giras con James. Todos los d¨ªas son iguales, es imposible salir y est¨¢s atrapado en un espacio peque?o con un mont¨®n de tipos que se tiran pedos¡±, escribi¨® Atkins para The Times el pasado 30 de noviembre, seis d¨ªas antes de que se estrenara el documental James Blunt: One Brit Wonder (una maravilla brit¨¢nica, en castellano) en los cines ingleses e irlandeses. ¡°La vida en la carretera con James Blunt es casi tan aterradora como aterrizar en la prisi¨®n de Wandsworth¡±, reconoci¨® en otro escrito publicado en el Daily Mail el d¨ªa del estreno ¨²nico, este mi¨¦rcoles 6 de diciembre.
Atkins describe el a?o de gira de Blunt como una ¡°fiesta masiva¡± despu¨¦s de cada espect¨¢culo. ¡°Las bromas, el alcohol, los interminables viajes y actuaciones, y la tensi¨®n emocional, son agotadores. Al final estaba destrozado, rogando por escapar. Le dije a su manager de gira, Robert Hayden: ¡®Por favor, d¨¦jame en cualquier ciudad con aeropuerto¡±, confiesa el documentalista. El autob¨²s en el que viajaban, seg¨²n detalla, era similar a una pocilga sobre ruedas. ¡°James explic¨® alegremente que ten¨ªa un ba?o solo para l¨ªquidos. ¡®No te cagues en el autob¨²s o te echaremos en el arc¨¦n¡¯. El siguiente estadio siempre parec¨ªa id¨¦ntico al que acab¨¢bamos de dejar, y yo tropezaba entre bastidores agarrando una toalla, buscando desesperadamente una ducha y un inodoro que funcionara¡±, asegura en The Times. En su escrito para el Daily Mail tambi¨¦n recuerda cuando la arist¨®crata Sofia Wellesley ¨Dnieta del octavo duque de Wellington¨D, casada con Blunt desde 2014 y madre de sus dos hijos, se uni¨® a ellos durante una etapa. ¡°Su ¨²nico lujo era un par de chanclas de pl¨¢stico para proteger sus pies de la suciedad en la ducha¡±, relata.
Pero m¨¢s all¨¢ de su s¨®rdida experiencia como parte del equipo del m¨²sico, Atkins deja claro que sus travesuras en las giras ahora son un p¨¢lido eco de su libertinaje a principios de los 2000. Su gran amigo y padrino de su hijo mayor, el cantante Ed Sheeran, da fe de ello. Adem¨¢s de aparecer en el documental para confirmar lo mucho que le quiere y lo mucho que le ha inspirado, Sheeran tambi¨¦n revela que la banda de Blunt ide¨® una especie de ¡°supositorios¡± para introducir drogas en su sistema m¨¢s r¨¢pido que fum¨¢ndolas, oli¨¦ndolas o trag¨¢ndolas. ¡°Ha tenido un m¨¦dico viniendo despu¨¦s de una noche pesada para ponerle un goteo intravenoso¡±, le confiesa a Atkins.
El bajista de Blunt, John Garrison, tambi¨¦n reconoce que a los excesos qu¨ªmicos se le sumaba el cuestionable h¨¢bito de regalar ¡°entradas doradas¡±, que consist¨ªan en pases para el backstage ¡°sin fotos, sin aut¨®grafos, solo diversi¨®n¡±. ¡°Sol¨ªamos ir por ah¨ª eligiendo a las personas que parec¨ªan interesantes, y el 99% de las veces eran chicas bonitas. La gente se sub¨ªa al autob¨²s borracha y se bajaba a la ma?ana siguiente diciendo: ¡®?D¨®nde diablos estoy? ?C¨®mo vuelvo?¡¯. Y lo hicimos durante dos a?os¡±, explica. Sus compa?eros de banda consideran que, en su momento m¨¢s salvaje, Blunt se acostaba con hasta cinco o seis mujeres por noche. ¡°Como era de esperar, no es algo que est¨¦ ansioso por conseguir ahora¡±, aclara Atkins.
Aun as¨ª, lo que m¨¢s ha impactado al cineasta de la vida del cantante no son sus alocadas veladas de sexo, drogas y rock and roll, sino su desconocido pasado militar. Los billetes de vuelta para esas seguidoras que bajaban confusas del autob¨²s se les cobraban a los miembros de la banda por parte de su director financiero, el padre de Blunt, el exoficial de caballer¨ªa y coronel del Cuerpo A¨¦reo del Ej¨¦rcito Charles Blount (James cambi¨® su apellido para que fuera m¨¢s f¨¢cil de pronunciar). ¡°Su padre nunca habla de tonter¨ªas como sentimientos¡±, dice Jane, la madre del artista, en el documental: ¡°Charlie es un tipo recto. James tambi¨¦n lo es, pero tiene un lado suave¡±, a?ade. Y eso que ha visto cosas horribles. Nacido en un hospital militar en Hampshire, James Blunt se form¨® en la academia militar de Sandhurst y a los 22 a?os se alist¨® como voluntario en las fuerzas de paz de la OTAN, que intentaban detener el genocidio en la guerra de Kosovo. ¡°Meti¨® de contrabando una c¨¢mara de v¨ªdeo en su tanque y me dio acceso completo a estas incre¨ªbles im¨¢genes¡±, cuenta Atkins. ¡°Film¨® hileras de tumbas temporales y tuvo que lidiar con los cad¨¢veres en bolsas que despu¨¦s fueron exhumados para identificarlos¡±, describe el documentalista, para quien esta experiencia sustenta los chistes negros de Blunt. Seg¨²n le confes¨® el propio m¨²sico: ¡°Hay un sentido del humor negro que parte de la angustia, de intentar no acabar profundamente afectado por lo que has presenciado¡±.
La primera vez que James Blunt se present¨® en Sony Music lo hizo vestido con el uniforme militar a lomos de un caballo. Fue rechazado por la compa?¨ªa discogr¨¢fica EMI porque ¡°su voz era demasiado elegante¡±, desvela Atkins, pero fue descubierto por el sello estadounidense Custard Records: ¡°Afortunadamente, a los estadounidenses les encanta un acento elegante¡±. En 2005 lanz¨® el incre¨ªblemente pegadizo You¡¯re Beautiful, que lleg¨® al n¨²mero uno en todo el mundo. La canci¨®n era tan omnipresente que Blunt la interpret¨® en vivo en la ceremonia de uni¨®n civil de Elton John con su ahora esposo, David Furnish.
Scaring kids worldwide. https://t.co/7GquFVYTAW pic.twitter.com/tRhQVlUHQ2
— James Blunt (@JamesBlunt) December 1, 2023
Casi 20 a?os despu¨¦s, la balada, que ¨¦l mismo confes¨® que cuenta la historia de un drogadicto que acosa a la pareja de otro hombre y que de rom¨¢ntica tiene poco, sigue formando parte del imaginario colectivo y Blunt la sigue cantando en las giras a las que todav¨ªa acuden miles de fans para corearla. El cantante, que cumple medio siglo el mes que viene, se ha hecho casi tan famoso por sus autoburlas como por vender 20 millones de ¨¢lbumes. ¡°Sus burdos gags autocr¨ªticos casi le dan un ataque al coraz¨®n a su manager, pero le trajeron legiones de seguidores y cambiaron por completo su personalidad p¨²blica. Los fans m¨¢s j¨®venes ahora vienen a sus conciertos debido a su cuenta de Twitter, y sus shows incluyen una larga rutina de stand up¡±, reconoce Atkins, que lo ha vivido en primera persona y admite que, a pesar de que nunca ha sido amante de su m¨²sica, ahora no puede sac¨¢rsela de la cabeza. El d¨ªa del estreno del documental, The Guardian public¨® una rese?a en la que le otorgaba cuatro estrellas sobre cinco. Inmediatamente, Blunt se hizo eco en su cuenta de X, haciendo alarde, una vez m¨¢s, de ese humor: ¡°Una rese?a de cuatro estrellas de The Guardian. Es la primera vez para m¨ª¡±.
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