Helipuertos, piscinas infinitas y bodegas a 120 metros del suelo: la nueva fiebre de construir mansiones en las alturas
El multimillonario indio Vijay Mallya ha llevado al paroxismo una tendencia que ha ido afianz¨¢ndose en lo ¨²ltimos a?os entre millonarios de todo el mundo: la de esconder residencias particulares cada vez m¨¢s ambiciosas en azoteas y voladizos, con frecuencia coronando rascacielos de nuevo cu?o
Ya lo dec¨ªa Chet Baker en Everything Happens to Me: ¡°He hipotecado todos mis castillos en el aire¡±. El multimillonario indio Vijay Mallya tiene motivos para identificarse con la letra del viejo est¨¢ndar del jazz. ?l mismo es un hombre acostumbrado a materializar sus sue?os, por extravagantes y disparatados que resulten, y pagar un alto precio por ello.
El m¨¢s llamativo de sus castillos en el aire est¨¢ en la ciudad de Bangalore, capital del estado Karnataka, en el suroeste de la Uni¨®n India. Se trata de una convincente r¨¦plica de la Casa Blanca construida en la azotea de un rascacielos de 33 plantas (Kingfisher Tower), a una altura de 120 metros, un alarde de opulencia y poder¨ªo que le ha costado cerca de 20 millones de euros. El proyecto fue revelado por vez primera en septiembre de 2023 y al parecer llevaba en construcci¨®n desde 2010.
Hoy est¨¢ casi concluido, pero no es probable que su propietario vaya a poder disfrutarlo a medio plazo: Mallya, hijo y heredero del fundador del grupo empresarial United Breweries, abandon¨® la India en marzo de 2016, tras verse involucrado en una serie de esc¨¢ndalos financieros, y se refugi¨® en el Reino Unido. En la actualidad es un fugitivo internacional pendiente de una orden de extradici¨®n que podr¨ªa ejecutarse en cualquier momento, aunque ni siquiera se tiene la certeza de que siga residiendo en Londres. Si vuelve a India, ser¨¢ para encontrar acomodo en una celda penitenciaria, no en su mansi¨®n de columnas j¨®nicas en la cima de la Kingfisher Tower.
Escala fara¨®nica
Bangalore es una gran urbe en la meseta de Dec¨¢n que supera los 8 millones de habitantes (m¨¢s de 15 en el conjunto de su ¨¢rea metropolitana) y en la que templos hinduistas milenarios como el de Nageshvara conviven con fastuosas construcciones de vanguardia como la pir¨¢mide de Infosys, el parque tecnol¨®gico de Bagmane o las torres Pashmina. Pero el castillo en el aire de Mallya llama la atenci¨®n por sus dimensiones y su alto grado de osad¨ªa est¨¦tica y t¨¦cnica incluso en un contexto tan exuberante como el de la metr¨®polis india.
Irfan Razack, portavoz de la compa?¨ªa promotora del proyecto, ha explicado que construir una mansi¨®n sobre una azotea a semejante altura ha supuesto ¡°un formidable reto¡±, pero la r¨¦plica de la residencia de los presidentes de los Estados Unidos ha acabado ejecut¨¢ndose ¡°tal y como hab¨ªa sido concebida¡±. El edificio de doble planta ocupa una superficie de algo m¨¢s de 40.000 metros cuadrados y cuenta, seg¨²n puede apreciarse en este v¨ªdeo, con un helipuerto privado, un inmenso jard¨ªn, una infinity pool, un gimnasio, una terraza con vista panor¨¢mica y una bodega. Seg¨²n un art¨ªculo en Daily Mail, m¨¢s all¨¢ de su ubicaci¨®n en las alturas, la principal diferencia entre la Casa Blanca de Bangalore y el original en que se inspira es de escala: la de Washington es un poco m¨¢s grande.
Lujo en M¨®naco y Chicago, obras clandestina en Pek¨ªn
Mallya ha llevado al paroxismo una tendencia que estaba empezando a afianzarse en lo ¨²ltimos a?os entre millonarios de todo el mundo: la de esconder residencias particulares cada vez m¨¢s ambiciosas en azoteas y voladizos, con frecuencia coronando rascacielos de nuevo cu?o. Es el caso del Sky Penthouse situado en la cima de la Tour Od¨¦on de Monte Carlo, obra del arquitecto Alexandre Giraldi y el interiorista Alberto Pinto. Considerada por Property Journal una de las residencias privadas m¨¢s caras del mundo (se le atribuye un precio cercano a los 400 millones de d¨®lares, m¨¢s de 350 millones de euros), la Sky podr¨ªa describirse como un del todo infrecuente y extremadamente lujoso ¨¢tico de cinco plantas. Pero tanto sus dimensiones como su relativa independencia con respecto al edificio que le sirve de nave nodriza hacen que parezca una villa mediterr¨¢nea incrustada en la c¨²spide de un edificio de 160 metros de altura. Un canto a la opulencia desacomplejada que puede exhibir, adem¨¢s, bazas como un impecable sentido del gusto y un concepto revolucionario.
Puestos a buscarle un precursor lejano a esta tendencia, un eslab¨®n perdido en la exclusiva estirpe de los castillos en el aire, habr¨ªa que mencionar el ¨¢tico de 900 metros cuadrados valorado en 15 millones de euros que el agente inmobiliario Mark Icuss ¡°descubri¨®¡± hace dos a?os en North Lake Shore Drive, una c¨¦ntrica avenida de Chicago. Aunque la escala es muy inferior a la obra maestra de Giraldo y al delirio narcisista de Mallya, el concepto es muy similar, ya que fue construido sobre una cornisa, en lo alto de un edificio de 23 plantas.
Obra del arquitecto de origen siciliano Rosario Candela, esta mansi¨®n con p¨®rtico, fuente ornamental, jard¨ªn y glorieta empez¨® a erigirse en 1928 y se inaugur¨® en 1930. Ha tenido tres propietarios desde entonces, empezando por el ilustre financiero George Woodruff, y ahora mismo es una de las residencias privadas m¨¢s cotizadas de Chicago. Para Icuss, esta rutilante madriguera poco menos que invisible desde el exterior y a la que se accede mediante un ascensor privado resulta excepcional por varios motivos: se trata del ¨²nico edificio que dise?¨® Candela fuera del estado de Nueva York y de ¡°uno de los espacios externos m¨¢s peculiares que encontraremos no solo en Chicago, sino en todos los Estado Unidos¡±.
Sin embargo, pocas mansiones a¨¦reas pueden competir en excentricidad con el proyecto clandestino de un tal Zhang Lin, profesor universitario y arquitecto amateur que dedic¨® seis a?os de su vida a construirse, por su cuenta y riesgo, una ¡°mansi¨®n en las monta?as¡±. El problema, tal y como se explica en un jocoso art¨ªculo de la reportera brit¨¢nica Helen Collis, es que su ¡°monta?a¡± era un complejo residencial de las afueras de Pek¨ªn y la obra se realiz¨® en secreto, sin contar con el benepl¨¢cito de las autoridades ni de sus perplejos vecinos. Lin acumul¨®, en palabras de Collis, ¡°varias toneladas de piedras y escombros¡± que acabaron convertidos en un ¨¢tico independiente con jard¨ªn de aspecto m¨¢s bien agreste. Una desquiciada y solitaria haza?a, cercana a lo delictivo, de la que ya no queda ning¨²n rastro: las autoridades optaron por destruirla porque, entre otras cosas, pon¨ªa en riesgo la estabilidad del edificio.
Escala humana, arquitectura par¨¢sita
Otros ejemplos de arquitectura residencial en las alturas resultan bastante m¨¢s modestos. Miren si no la discreta y funcional casa de dos plantas con tejado triangular construida sobre una antigua f¨¢brica de carromatos y autom¨®viles en la ciudad universitaria de Syracuse, estado de Nueva York. Mallya la utilizar¨ªa como trastero o como caseta para sus animales dom¨¦sticos, pero a sus actuales inquilinos les encanta residir en un edificio de ubicaci¨®n tan pr¨¢ctica y peculiar. De concepto similar, aunque ejecuci¨®n bastante m¨¢s cuestionable, es este edificio corona de la ciudad de Zimmermann, en Minesota, que pretende ser tanto una curiosidad arquitect¨®nica como una protesta simb¨®lica contra la mucho que se est¨¢ encareciendo ¨²ltimamente el suelo edificable en Estado Unidos.
M¨¢s a¨²n. Publicaciones como Love Property se est¨¢n haciendo eco en los ¨²ltimos a?os de la proliferaci¨®n de viviendas agazapadas sobre tejados. Algunas responden a ocurrencias poco menos que aberrantes o de un gusto francamente dudoso. Pero qu¨¦ decir de La Casa Par¨¢sito, construida en Quito, Ecuador, por el equipo del Sindicato de Arquitectura. Este colectivo de activistas de la construcci¨®n responsable y sostenible ha ofrecido una condensaci¨®n depurada y reducida a la esencia de las ideas de los Mallya, Giraldi, Candela o Lin de este mundo y la propone como soluci¨®n habitacional digna para los habitantes de ciudades tan masificadas como la capital ecuatoriana. Una residencia diminuta, apenas 12 metros cuadrados, pero de una belleza y pulcritud encomiables. Contra los castillos en el aire y los descomunales ¨¢ticos con p¨¦rgola y jard¨ªn, llega ahora la arquitectura par¨¢sita con sus casas en el tejado al alcance de cualquier bolsillo.