¡°Estos problemas siguen, algunos m¨¢s graves¡±: vuelve el c¨®mic que hace 30 a?os retrat¨® a una generaci¨®n derrotada
Ediciones La C¨²pula publica la primera entrega de ¡®Odio¡¯, m¨ªtico tebeo que narra las desventuras de Buddy Bradley y sus amigos en el Seattle de los noventa
Eran principios de los a?os noventa, el grunge hab¨ªa saltado de lo alternativo al panorama musical masivo y un personaje de c¨®mic, Buddy Bradley hac¨ªa las maletas para dejar a su familia en su New Jersey natal e instalarse en Seattle, donde hab¨ªa encontrado un sopor¨ªfero empleo de mozo de almac¨¦n en una librer¨ªa. La culpa de todo esto la tuvo el dibujante Peter Bagge (Nueva York, 64 a?os), avanzadilla de la segunda ola del underground estadounid...
Eran principios de los a?os noventa, el grunge hab¨ªa saltado de lo alternativo al panorama musical masivo y un personaje de c¨®mic, Buddy Bradley hac¨ªa las maletas para dejar a su familia en su New Jersey natal e instalarse en Seattle, donde hab¨ªa encontrado un sopor¨ªfero empleo de mozo de almac¨¦n en una librer¨ªa. La culpa de todo esto la tuvo el dibujante Peter Bagge (Nueva York, 64 a?os), avanzadilla de la segunda ola del underground estadounidense, quien decidi¨® emancipar al personaje estrella de la revista Mundo Idiota para darle una vida independiente en una nueva serie: Odio, que Ediciones La C¨²pula public¨® por primera vez como ¨¢lbum en Espa?a en 1995. En la portada, el narizotas y siempre ofuscado hijo mayor de la tribu de los Bradley llevaba bajo el brazo un ¨¢lbum de Nirvana. En aquellos tiempos, no pod¨ªa ser de otra manera.
Emilio Bern¨¢rdez, director editorial de La C¨²pula, nombre indispensable en la publicaci¨®n de c¨®mics en Espa?a, recuerda que ¨¦l mismo ten¨ªa serias dudas a la hora de publicar las descacharrantes historietas de Bagge en castellano, pero se qued¨® solo. ¡°Hern¨¢n Migoya, por entonces redactor jefe de El V¨ªbora, fue quien propuso traducirlo, y tengo que reconocer que yo era de los menos convencidos de que eso pudiera funcionar, pero muchas veces me he equivocado y pens¨¦ que igual en aquella ocasi¨®n tambi¨¦n lo estaba haciendo¡±, explica en conversaci¨®n telef¨®nica con motivo de la reciente publicaci¨®n del primer tomo de la versi¨®n integral de la serie.
El consejo de redacci¨®n de la hist¨®rica revista de la llamada l¨ªnea chunga ¨Ctendencia de c¨®mic que propugnaba un tipo de humor directo, grotesco y algo bruto, donde instituciones como la Iglesia y el Ej¨¦rcito eran objeto de una burla irreverente y del que formaban parte, entre otros Jos¨¦ Mar¨ªa Berenguer, fundador de la publicaci¨®n, y los citados Migoya y Bern¨¢rdez¨C probaron las primeras entregas de Odio en El V¨ªbora. ¡°Lo publicamos dos o tres n¨²meros y en los salones de c¨®mics la gente nos iba comentando que les gustaba much¨ªsimo¡±, explica Bern¨¢rdez. La revista sol¨ªa incluir un par de veces al a?o una encuesta para descubrir la aceptaci¨®n de sus historietas entre sus lectores y la primera que sali¨® tras la irrupci¨®n de Buddy Bradley arras¨® con todas las dudas. ¡°A partir de entonces, todo lo de Bagge que se pudo publicar en la revista, se public¨®¡±, reconoce el editor, que a?ade con orgullo que, tras Estados Unidos, fue Espa?a quien primero apost¨® por este autor.
Las desgraciadas aventuras de Buddy y sus amigos (Leonard Brown, m¨¢s conocido como Apestoso, politoxic¨®mano y arrastrado, capaz de lo peor con tal de tener sexo, y George Hamilton III, un atribulado afroamericano que vive encerrado en su habitaci¨®n empap¨¢ndose de teor¨ªas de la conspiraci¨®n en la era preinternet) y sus amigas-novias-amantes-examantes (Lisa Leavenworth, una neur¨®tica con una perenne sombra negra sobre su cabeza y recurrentes ideas suicidas, y Valerie Russo, de familia adinerada, igualmente chiflada y amiga de la primera) relatan unos a?os en los que la vida tampoco era f¨¢cil para la gente joven. Todos ellos se buscan la vida como pueden y se gastan en drogas y alcohol el poco dinero que ganan en trabajos basura. El asunto es pensar lo menos posible.
Buddy est¨¢ tan perdido que cualquier idea absurda de Apestoso acaba pareci¨¦ndole un buen plan, lo que convierte el c¨®mic en una especie de antigu¨ªa de supervivencia cuya vigencia llega hasta nuestros d¨ªas. ¡°Hoy muchos de esos problemas siguen estando ah¨ª¡±, sostiene Bern¨¢rdez. ¡°Quiz¨¢s hoy estemos algo m¨¢s intercomunicados gracias a las redes sociales, y nuestra soledad sea menos soledad, pero los problemas de no tener curro, pol¨ªticos, no tener casa, compartir piso... Todo esto sigue siendo m¨¢s o menos lo mismo, y en algunos aspectos a¨²n se han agravado m¨¢s. Antes, el problema con el curro era que estabas a disgusto, pero ahora no puedes ni estar a disgusto, porque no lo hay¡±.
Precisamente para conectar con esta generaci¨®n ha salido este lujoso integral. ¡°Odio siempre se ha vendido muy bien, pero la gente joven, de 25 o 26 a?os, no sabe lo que es. As¨ª que nos planteamos c¨®mo relanzarlo y, justo cuando est¨¢bamos hablando sobre ello, sacaron en Estados Unidos el integral. As¨ª que aprovechamos el material nuevo que hab¨ªan recopilado. Nos hemos basado en su edici¨®n, ampli¨¢ndola un poco, con cosas que hemos cre¨ªdo que la mejoraban y lo hemos vuelto a poner en la palestra espl¨¦ndidamente. Aqu¨ª siempre hemos publicado con cari?o, pero antes no ten¨ªamos los medios para hacerlo con esta calidad de impresi¨®n y este tama?o¡±, se enorgullece el editor.
As¨ª que aqu¨ª est¨¢ de nuevo Buddy Bradley, en quien muchos han querido ver un trasunto de su autor (¡°Bagge ha contado alguna vez que tiene elementos de un mont¨®n de conocidos suyos, y s¨ª, tambi¨¦n alguno suyo¡±, indica Bern¨¢rdez), lidiando con un mundo que siempre se pone cuesta en su contra, a pesar de estar, se supone, en el momento y el sitio indicado, el Seattle que vivi¨® la explosi¨®n del grunge. El eco de estos riffs desesperados se cuelan a menudo en las vi?etas de Odio e incluso llegan a formar parte del argumento. En este primer tomo vemos c¨®mo Apestoso arrastra a Buddy a convertirse en manager de una emergente y desafinada banda llamada en un principio Las Bombas Retardas Andantes. Mientras las cosas se complican, el nombre evoluciona a Hamburguarra (sic), luego a Cuentos del Mundo Habichuela y acaba rebautizada como Leonard y los Dioses del Amor cuando Apestoso se convierte en l¨ªder del grupo tras el abandono de su l¨ªder, Kurt (el resto de los miembros se llaman Kurt, Greg y Kurt, as¨ª estaba el tema por entonces). La experiencia, claro, no termina bien.
?Ayud¨® el grunge a popularizar Odio o el c¨®mic sirvi¨® de lanzadera al g¨¦nero? Emilio Bern¨¢rdez tiene su propia teor¨ªa: ¡°Creo que es una cosa rec¨ªproca. El grunge y Bagge se retroalimentaron. Incluso puede que el grunge hubiera durado menos si no hubiera estado soportado por Odio y algunos c¨®mics m¨¢s¡±.
Hoy Peter Bagge es un t¨ªo casero de 64 a?os que vive tranquilamente con su mujer de toda la vida y tiene una hija ya mayor, pero es imposible no preguntarse c¨®mo ser¨ªa ahora su personaje. ¡°Buddy no ser¨ªa muy diferente¡±, apunta Bern¨¢rdez. ¡°Si lees los ¨²ltimos n¨²meros [la serie termin¨® oficialmente en 1998, aunque el autor ha seguido haciendo especiales para su revista Hate Annual] te das cuenta de que por muy calavera que haya sido en su juventud al final llega un momento en el que, igual que mucha gente, fundas una familia, tienes hijos, y esto es tambi¨¦n lo que le pasa a Buddy. Pero como es un majareta de la hostia, sigue meti¨¦ndose en unos embolados del cop¨®n¡±.
Imposible no querer a Buddy, aunque no se pueda decir que es un ejemplo a seguir. ¡°No, no es un personaje positivo. Pero es que en la comedia hay un mont¨®n de personajes que tampoco lo han sido. Realmente, te gusta lo que cuentan porque hace barbaridades que t¨² probablemente no har¨ªas. Y evidentemente retrata una sociedad, el ego¨ªsmo, las drogas... pero tambi¨¦n las cosas buenas de la ¨¦poca, como la m¨²sica. Retrata unos a?os noventa aportando un sentido del humor muy ¨¢cido a trav¨¦s de historias que realmente llegan. Odio no ha funcionado porque s¨ª, sino porque es una muy buena historia¡±, remata Emilio Bern¨¢rdez.
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