Jorge Suquet: ¡°Mejor mantenerse a lo largo de los a?os que ser un actor cl¨ªnex al que exprimen y dejan de llamar¡±
A punto de estrenar ¡®Sin huellas¡¯, el interprete de ¡®Todas las veces que nos enamoramos¡¯, ¡®?lite¡¯ o ¡®Libertad¡¯ alerta de los riesgos de tomarse las buenas rachas demasiado en serio
El actor Jorge Suquet est¨¢ atravesando un buen a?o: ha participado en el ¨¦xito de Netflix Todas las veces que nos enamoramos y el 17 de marzo se le ver¨¢ en la ...
El actor Jorge Suquet est¨¢ atravesando un buen a?o: ha participado en el ¨¦xito de Netflix Todas las veces que nos enamoramos y el 17 de marzo se le ver¨¢ en la serie la serie de Amazon Prime Video Sin huellas, y tambi¨¦n, ya en cine, en El cuco, de Mar Targarona. Ha podido volver al teatro, en unas lecturas dramatizadas de Fenomenolog¨ªa de la chismosa, en las Naves del Espa?ol (Madrid). Proyectos todos de una variedad envidiable. Y a la vez, el actor Jorge Suquet, que empez¨® a actuar hace casi dos d¨¦cadas, ya ha tenido otros un buen a?o en el pasado. Sabe que son eso, un a?o, y que luego viene otro que no trae nada garantizado. ¡°A veces se junta todo de manera muy extra?a. Haces ruido, porque el tema de cu¨¢ndo acaban saliendo las cosas que haces es caprichoso, pero luego lo cierto es que no sabes cu¨¢ndo va a venir lo siguiente¡±, reflexiona hoy tomando un t¨¦. ¡°Yo ahora llevo sin trabajar desde julio [de 2022]. Y ten en cuenta que he hecho mucho personaje secundario, lo cual no lleva un grueso de tiempo tan extenso como un protagonista. O sea, que menos mal que hay varios proyectos, porque si no, no se come¡±.
Las rachas son algo connatural al oficio de actor. Suquet (Madrid, 42 a?os) ha tenido algunas de impresi¨®n: cuando empalm¨® el ¨¦xito generalista ?ngel o demonio (2011) con el bombazo cr¨ªtico de Crematorio (2012) y de ah¨ª acab¨® en el rodaje de ?xodo (2014) con Ridley Scott. O cuando la peque?a pel¨ªcula que rod¨® con Isabel Coixet, La librer¨ªa (2017), arras¨® en los Goya el mismo a?o que ¨¦l estrenaba una nueva serie, llamada ?lite, de la que se esperaba entonces que encontrase cierto p¨²blico en Netflix. Entre una racha y otra, lo normal es la nada. Incluso para ese exiguo 8% de actores que, como se?al¨® Antonio de la Torre en su discurso de presentaci¨®n de los Goya, s¨ª pueden vivir de su profesi¨®n. Suquet, que a todas luces tiene la carrera y la vida de un int¨¦rprete de ¨¦xito, es tambi¨¦n todo un profesional en ese otro oficio del actor, el de gestionar estos lapsos de tiempo aleatorios.
Lo singular en su caso es que ¨¦l est¨¢ dispuesto a hablar de ello. ¡°Es saludable¡±, se encoge de hombros. ¡°He le¨ªdo entrevistas hasta de Judi Dench donde dec¨ªa que cre¨ªa que no la volver¨ªan a llamar. ?Y es Judi Dench, no me lo puedo creer! Juegas con algo tan personal y, a la vez, no te lo puedes tomar por lo personal. Son tantos los factores que entran en que t¨² puedas tener o no tener tal trabajo. El tema de la popularidad, por ejemplo, influye: hay temporadas que tienes m¨¢s y otras que tienes menos. Tambi¨¦n es darte cuenta que no puedes gustarle a todo el mundo. En fin. En estos Goya he hablado con mucha gente que me ha dicho: ¡®No, no, yo estoy sin trabajo en casa¡±.
Suquet suele emplear el cuerpo casi entero cuando responde. Son peque?os mon¨®logos, de cadencia casi musical, en los que arquea cejas, mueve manos, gui?a ojos, sonr¨ªe y punt¨²a con los hombros: si Jeff Goldblum, actor conocido por lo r¨ªtmica que hace cualquier frase de cualquier guion, fuera espa?ol, tendr¨ªa ese porte (por altura, 1,91 metros, el madrile?o tampoco anda lejos del de Pittsburgh, por cierto). Cuando deja de hablar, esa expresividad se vuelve concentraci¨®n pura y dura. Por esa capacidad de saltar de la seriedad y a la seducci¨®n y viceversa, Suquet se ha visto en varios papeles de villano o, como m¨ªnimo, alguien que oculta sus sentimientos. ¡°Tengo la oportunidad de hacer personajes que a priori pueden parecer el malo, por esta cosa m¨ªa¡±, se se?ala. ¡°A m¨ª siempre me ha interesado ver por qu¨¦ esta persona es as¨ª, no aceptar que es porque s¨ª. ?Qu¨¦ hay detr¨¢s de eso?¡±.
En Todas las veces que nos enamoramos se pone en la piel de Romano, un cineasta con el poder ¨Ccuando quiere usarlo¨C de elevar a quien trabaje con ¨¦l. ¡°Lo he llevado por otro lado, para que cause cierta simpat¨ªa. Ver que debajo de toda esa aparente frivolidad hay mucho trabajo, mucho dinero en juego. Romano es un t¨ªo al que le importa su curro. Me parece interesante que, dentro de esta serie luminosa, se cuente este lado m¨¢s oscuro de la industria audiovisual. En todas las profesiones con un toque art¨ªstico o vocacional, siempre est¨¢s mirando de reojo a como le va a los dem¨¢s¡±.
Entre las trampas que ha aprendido a sortear est¨¢ esa, el medirse en funci¨®n del ¨¦xito de otros: ¡°Te puedes hacer la teor¨ªa en la cabeza, que lo emocional luego... Si te tiene que pegar un pelotazo en la patata, te lo pega¡±. O el miedo de que la inseguridad engendre m¨¢s inseguridad. ¡°Es que es dos m¨¢s dos. Cuanto m¨¢s relajado est¨¢s, mejor te sale el trabajo y mejor te salen los castings. Cuando m¨¢s est¨¢s apostando todo a una carta porque est¨¢s desesperado o porque te est¨¢s gastando los ahorros, m¨¢s tenso vas a ir¡±.
O la gran pregunta de los periodos de barbecho: un actor que no act¨²a, ?qu¨¦ hace? ¡°Yo intento escribir, hacer ejercicios, yoga, ver exposiciones¡ Enriquecer mi corazoncito y mi creatividad de alguna manera. Si puedo, hago cursos de actuaci¨®n, o seminarios [destaca, con ternura, los de su maestro, Juan Carlos Corazza, a los que vuelve con frecuencia]¡ Claro que al final todo esto es gastar dinero constantemente y los ahorros bajan. Tambi¨¦n me voy a Asturias, mi sitio favorito en el mundo, a respirar un poco de aire y de mierda de vaca, comer bien y decir: ¡®Mira qu¨¦ a gusto estoy sin hacer nada¡±. ?Y lo que no se debe hacer? ¡°Emborracharte en exceso¡±, alerta, y subraya: ¡°En exceso. Sumergirte en redes sociales en exceso. Compadecerse de uno mismo. Este tiempo tambi¨¦n es tiempo de estar, de mantener tu maquinaria engrasada. Esto suena muy bonito y no siempre es f¨¢cil. Todos caemos un poco en la autodestrucci¨®n: tambi¨¦n es l¨ªcito¡±.
Tanta sinceridad no es, por si hay que decirlo, sin¨®nimo de hartazgo con el oficio. Suele darse cuando uno llega a los 40 un poco mejor que a los 30 y con una saludable dosis de deconstrucci¨®n (¡°un toquesito de horno¡±, lo llama ¨¦l). La vertiente art¨ªstica de la profesi¨®n sigue ah¨ª y, de hecho, Suquet recuerda que los trabajos que m¨¢s le han satisfecho son bastante recientes. Rodar La librer¨ªa con Coixet, por ejemplo, donde ¨¦l, formado en Nueva York, aprendi¨® a poner un acento brit¨¢nico impecable que a¨²n defiende hoy: ¡°Me parec¨ªa una cosa como de hablar suajili, pero ahora, mira, la gente se piensa que tengo un padre o una madre brit¨¢nica¡±, cuenta. Ese acento le condujo, en parte, a Libertad (2021), la pel¨ªcula/serie de televisi¨®n de Enrique Urbizu, otra de sus experiencias favoritas: ¡°El primer d¨ªa llam¨¦ a mi agente llorando de la emoci¨®n¡±, cuenta.
Aqu¨ª, Suquet se reclina y resume su filosof¨ªa: ¡°Yo no s¨¦ si es casi mejor... Bueno, s¨ª, s¨ª lo s¨¦: Es mejor estar manteni¨¦ndote a lo largo del tiempo e ir accediendo a personajes m¨¢s y m¨¢s interesantes. Mejor eso a lo que ves tanto, lo del actor o actriz cl¨ªnex, que de pronto se les exprime a saco en tres o cuatro a?os y luego no los llama nadie. Se genera esta cosa que parece que lo tienes que petar y si no... Se lo he explicado a mi familia muchas veces. La ¨²ltima fue que por qu¨¦ no me hab¨ªan sacado en los Goya. ¡®Mam¨¢, pero si no estoy ni nominado, ?c¨®mo me van a sacar?¡±.
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