Ronnie O¡¯Sullivan, el h¨¦roe del billar que pas¨® de crecer entre delincuentes a ser el mejor deportista brit¨¢nico de 2020
El campe¨®n mundial de snooker, variante brit¨¢nica del billar, creci¨® en un ambiente propio de Oliver Twist y acab¨® viviendo en uno m¨¢s parecido a ¡®Dinast¨ªa¡¯. Pero el camino estuvo plagado de excentricidades, adicciones, exabruptos y animales de granja (s¨ª, es literal)
Este 1 de enero Ronnie O¡¯Sullivan (Wordsley, 1975) se hizo con el premio al Deportista Brit¨¢nico del A?o del canal Eurosport por delante del futbolista del Manchester United Marcus Rashford y el siete veces campe¨®n del mundo de F¨®rmula 1 Lewis Hamilton. El nombre de los rivales superados da la medida de la...
Este 1 de enero Ronnie O¡¯Sullivan (Wordsley, 1975) se hizo con el premio al Deportista Brit¨¢nico del A?o del canal Eurosport por delante del futbolista del Manchester United Marcus Rashford y el siete veces campe¨®n del mundo de F¨®rmula 1 Lewis Hamilton. El nombre de los rivales superados da la medida de la relevancia de un jugador que en 2020 se hizo con su sexto mundial. Sin embargo, lo que llev¨® a los informativos espa?oles a hablar de ¨¦l a finales del a?o pasado fue una ventosidad que la ausencia de p¨²blico por las restricciones del Covid-19 hizo audible durante el Open de Irlanda del Norte. El indiscreto sonido hizo que muchos escucharan por primera vez el nombre de uno de los mejores deportistas de la historia. Un tipo carism¨¢tico y con una vida excesiva que incluye drogas, agresiones, depresi¨®n, cerdos y un padre condenado a cadena perpetua.
El brit¨¢nico ha ganado treinta y siete t¨ªtulos, entre ellos seis campeonatos del mundo. Sus ganancias alcanzan los 11 millones de libras y ha recibido la Orden del Imperio Brit¨¢nico. Por su palmar¨¦s y la longevidad de su carrera, le han comparado con deportistas como Federer, Schumacher o Messi, pero su principal referente es el golfista Tiger Woods, con el que adem¨¢s de una trayectoria envidiable comparte una biograf¨ªa salpicada de esc¨¢ndalos y altibajos emocionales.
Ronnie O¡¯Sullivan se cri¨® en un ambiente propio de una pel¨ªcula de Guy Ritchie, entre delincuentes, pel¨ªculas porno y casas de apuestas. Su padre, regente de una cadena de sex shops en el Soho, lo llevaba a los salones de snooker desde que abultaba menos que un taco y contaba a todo el que quisiera escuchar que alg¨²n d¨ªa su hijo ser¨ªa campe¨®n del mundo. Con seis a?os lo sub¨ªa a cajas de naranjas para que pudiese alcanzar la mesa y con siete le construy¨® su primera sala de juego en un cobertizo en el jard¨ªn de la casa familiar en Essex. Fue una inversi¨®n acertada: a los doce, el peque?o O¡¯Sullivan ganaba 25.000 d¨®lares al a?o y a los diecisiete se convirti¨® en el jugador m¨¢s joven en ganar un t¨ªtulo clasificatorio. Pero su padre tuvo que escuchar la partida en la radio de la celda en la que cumpl¨ªa cadena perpetua por asesinato.
Los or¨ªgenes del caos
¡°Mi padre y un amigo estaban en un club nocturno discutiendo sobre qui¨¦n deber¨ªa pagar la cuenta. Luego, dos muchachos negros, dos hermanos a los que Charlie Kray (hermano de los gemelos Kray, los mafiosos m¨¢s temidos de Londres) hab¨ªa contratado esa noche, se equivocaron y pensaron que pap¨¢ y su amigo no iban a pagar y comenz¨® el foll¨®n. Uno de ellos cogi¨® un cenicero y fue a golpear a mi padre en la cabeza. Pap¨¢ levant¨® la mano, el cenicero se rompi¨® y se cort¨® dos dedos. El otro t¨ªo cogi¨® una botella de champ¨¢n y golpe¨® a pap¨¢ en la cabeza con ella. Entonces mi padre tom¨® un cuchillo de la barra y eso fue todo¡±. El agravante de odio racial, que padre e hijo siguen negando, hizo que la condena fuese de cadena perpetua. Cumpli¨® dieciocho a?os. Ese suceso que O¡¯Sullivan narra en su autobiograf¨ªa Ronnie: The Autobiography of Ronnie O¡¯Sullivan, ha marcado su vida.
No fue el ¨²nico golpe que sufri¨® siendo todav¨ªa un adolescente. Cuatro a?os despu¨¦s, fue su madre la que acab¨® entre rejas por evasi¨®n de impuestos. Demasiado para cualquier joven y mucho m¨¢s para uno que estaba sometido a la presi¨®n insoportable de convertirse en el mejor del mundo en un deporte profesional.
Era imposible que esos sucesos no le afectaran mentalmente. ¡°Pens¨¦ que lo hab¨ªa logrado. Hab¨ªa ganado un poco de dinero, ten¨ªa una casa bonita, un buen coche, estaba soltero. Pod¨ªa hacer lo que quisiera cuando quisiera. Probablemente eleg¨ª la compa?¨ªa equivocada, pero lo cierto es que me perd¨ª yo mismo. Apart¨¦ el ojo de la bola. No estaba concentrado en el snooker y probablemente desperdici¨¦ cinco a?os de mi carrera¡±, declar¨® en el podcast de Euronews. ¡°A primera hora de la ma?ana me levantaba, tomaba una copa y me fumaba un porro solo para funcionar durante el d¨ªa. Hasta que pens¨¦: ¡®No quiero tener que depender de este tipo de cosas¡¯. Pero me enganch¨® demasiado y fue entonces cuando decid¨ª buscar ayuda¡±. La encontr¨® en The Priory, el prestigioso centro de rehabilitaci¨®n londinense por el que han pasado estrellas como Kate Moss, Sinead O¡¯Connor o Amy Winehouse. Su lucha contra las adicciones y la depresi¨®n ha sido una constante en su vida y ha hablado de ello en muchas ocasiones. Ha recurrido a psicoterapeutas, psiquiatras e incluso un hipnotizador.
Sus subidas y bajadas durante las m¨¢s de dos d¨¦cadas que lleva en primera l¨ªnea han sido seguidas en directo por los medios. ¡°Yo era el rey del sabotaje¡±, declar¨® a The Guardian en 2020. En 1996 agredi¨® a un miembro de la organizaci¨®n del Campeonato Mundial y recibi¨® una suspensi¨®n de dos a?os y una multa de 20.000 libras esterlinas. Dos a?os despu¨¦s, un positivo por marihuana provoc¨® que le retirasen el Irish Master. Y en 2005 lleg¨® el colapso definitivo. Tal como har¨ªa Britney Spears un par de a?os despu¨¦s, se afeit¨® la cabeza en medio de un torneo ¨Cseg¨²n afirm¨®, lo hizo para ¡°verse m¨¢s rudo¡±¨C despu¨¦s de varios d¨ªas de comportamiento err¨¢tico. Durante la final, su rival Peter Ebdon le desquici¨® simplemente tom¨¢ndose tiempo entre golpe y golpe. Los espectadores pudieron ver c¨®mo O¡¯Sullivan se tapaba la cabeza nervioso, re¨ªa enajenado, trataba de molestar a su rival y perd¨ªa punto tras punto jugando como un amateur.
¡°Pocos deportistas se han desintegrado tan p¨²blicamente siendo el n¨²mero uno del mundo y el campe¨®n mundial reinante, teniendo mucho m¨¢s talento que todos sus rivales y utilizando el terreno de juego como silla de psiquiatra para desahogar su confusi¨®n¡±, escribi¨® el columnista Nick Harris en The Independent. Se tom¨® un descanso, que afirm¨® pod¨ªa ser definitivo, y pidi¨® ayuda.
Una hu¨ªda (literal) hacia adelante
Tras el nacimiento de su ¨²ltimo hijo (tiene tres de tres relaciones) abandon¨® la medicaci¨®n porque le afectaba a su vida personal y le hac¨ªa perder la paciencia con facilidad. ¡°No voy a dejar que la medicaci¨®n me convierta en un anciano irritable¡±, declar¨® a The Guardian. Opt¨® por aumentar su serotonina de manera natural: corriendo. Correr se volvi¨® m¨¢s importante que el billar. ¡°Preferir¨ªa correr en Woodford en octubre sobre barro que estar en la final del Abierto de Irlanda del Norte en Belfast¡±, argument¨®.
Cuando las carreras de media distancia no fueron suficiente para mantener su estabilidad mental, busc¨® una alternativa inaudita: se hizo voluntario en una granja de cerdos, como cuenta en el recientemente estrenado documental de Eurosport The joy of six. Tras una temporada sin horarios fijos y sin rutinas, se oblig¨® a buscar el equilibrio y pas¨® seis semanas como voluntario en una granja al sur de Londres. ¡°Lo he estado haciendo unos tres d¨ªas a la semana y realmente lo disfruto. Ha sido todo lo contrario a lo que estaba pasando en los ¨²ltimos a?os en el snooker. La granja tiene ovejas, cerdos, vacas, cabras, gallinas, caballos ... y yo he llevado viejas botas de agua. He limpiado establos y porquerizas, quitado vallas, metido basura en barriles y camiones y limpiado barro¡±.
Fue otra de sus muchas huidas, lejos del estr¨¦s que le genera el tapete. Estas espantadas, sumadas a las m¨²ltiples ocasiones en las que ha amenazado con su retirada definitiva, han provocado que algunos le acusen de no respetar el deporte del que es un s¨ªmbolo. Hay compa?eros que tambi¨¦n lo piensan. Cuando en 1996 sorprendi¨® a todos jugando contra Alain Robidoux con la mano izquierda, el canadiense lo acus¨® de falta de respeto y se neg¨® a saludarlo despu¨¦s del partido. ?l dijo que simplemente pod¨ªa jugar mejor con la izquierda que su rival con la derecha.
No fue la ¨²nica vez que result¨® insolente. A Ronnie le llaman ¡°The Rocket¡± (El Cohete) por la velocidad de su juego ¨Cha conseguido m¨¢s veces que nadie la m¨¢xima puntuaci¨®n en menos tiempo¨C, pero el v¨¦rtigo con el que despacha puntos con el taco rivaliza con su capacidad para buscarse problemas dentro y fuera del tapete. Cuando se le pregunt¨® por qu¨¦ los jugadores mayores como ¨¦l segu¨ªan ganando, dijo que se deb¨ªa al bajo nivel de los j¨®venes. ¡°La mayor¨ªa de ellos lo har¨ªan bien como aficionados medio decentes, ni siquiera como aficionados. Son tan malos ... Tendr¨ªa que perder un brazo y una pierna para caer del top 50¡°.
Tampoco se corta a la hora de calibrar los ¨¦xitos de otros deportistas, por ejemplo los del tambi¨¦n brit¨¢nico Lewis Hamilton, a quien recientemente dej¨® fuera del grupo de los m¨¢s grandes: ¡°Es fant¨¢stico para Lewis ganar siete t¨ªtulos mundiales, pero si tu coche va m¨¢s r¨¢pido, puedes permitirte cometer algunos errores y salirte con la tuya. ?Es un poco como conducir fumando un puro con un dedo en el volante! No me hubiera sentido tan bien con mi carrera en el billar si hubiera estado jugando en una mesa con troneras m¨¢s grandes que las de mi oponente. Al menos en el billar todo el mundo tiene el mismo material¡±, se despach¨® en el diario Daily Star.
Lenguas largas, u?as rosas
O¡¯Sullivan no teme atacar a uno de sus compatriotas m¨¢s admirados porque su relevancia social es tambi¨¦n descomunal y el p¨²blico se lo perdona todo. Aunque fuera del Reino Unido sea casi un desconocido para los que no siguen el snooker, all¨ª es una celebridad absoluta y cualquiera de sus actos tiene trascendencia, como cuando el a?o pasado jug¨® el English Open con las u?as rosas para concienciar sobre el c¨¢ncer de mama. Como escribe Simon Hattenstone en The Guardian, ¡°en un deporte donde no abundan los jugadores carism¨¢ticos, ha sido la personalidad del snooker durante un cuarto de siglo.¡±
Eso ha provocado que desde 2014 sea el embajador del snooker para Eurosport, con quien grab¨® The Ronnie O¡¯Sullivan Show, que inclu¨ªa sus conocimientos sobre el juego y entrevistas con otros jugadores profesionales. Tambi¨¦n es el protagonista de la miniserie de Sky History Ronnie O¡¯Sullivan¡¯s American Hustle, en la que viaja por Estados Unidos mostrando la diferencia entre el snooker y el billar americano. Su popularidad tambi¨¦n le sirve para vender libros. Ha escrito dos autobiograf¨ªas, libros sobre cocina saludable y tres novelas policiacas inspiradas en sus recuerdos familiares en colaboraci¨®n con el escritor Emlyn Rees.
Pero cuando piensa en esa retirada que parece a punto de llegar siempre ¨Cy no llega nunca¨C no menciona la escritura o el show business entre sus ocupaciones, sino los cuidados, como los que a ¨¦l le salvaron la vida durante su rehabilitaci¨®n. ¡°Fue duro, pero era lo que necesitaba. Sin los 12 pasos, sin salir de la sociedad, sin ir a un centro de tratamiento, tal vez no hubiera llegado a donde estoy hoy¡±, declar¨®. Y remata: ¡°Cuando termine de jugar al billar, quiero aprender a ser consejero. Quiero entender el sector de la salud mental. Cuando veo a tanta gente en busca de asilo, que solo quiere un techo sobre su cabeza, tres comidas al d¨ªa, un trabajo que hacer y cuidados, solo quiero estar en un negocio en el que se cuide a la gente¡±. The Rocket nunca deja de resultar sorprendente.
Puedes seguir ICON en Facebook, Twitter, Instagram, o suscribirte aqu¨ª a la Newsletter.