?Ha creado la pandemia una nueva era para los superricos?
Las grandes fortunas no paran de crecer y, a bordo de yates o naves espaciales, sus duen?os tocan la Tierra menos que nunca.
Est¨¢ resultando un buen an?o para Juan Andrade, un gallego que vive en Niza y se dedica a vender barcos. Preferiblemente grandes. Desde diciembre, las ventas en su empresa, Super Yachts Monaco, van como un tiro. Calculan que los beneficios han aumentado en un 40% respecto a 2019. ¡°La gente quiere pasar un verano tranquilo, y no hay na...
Est¨¢ resultando un buen an?o para Juan Andrade, un gallego que vive en Niza y se dedica a vender barcos. Preferiblemente grandes. Desde diciembre, las ventas en su empresa, Super Yachts Monaco, van como un tiro. Calculan que los beneficios han aumentado en un 40% respecto a 2019. ¡°La gente quiere pasar un verano tranquilo, y no hay nada ma?s tranquilo que un barco privado. Ahi? tienes un entorno fa?cilmente controlable¡±, explica Andrade. ¡°Los clientes se han lanzado. La industria esta? batiendo re?cords de venta en todos los taman?os de barcos y dentro del segmento del superlujo tambie?n¡±.
Cualquiera que trabaje vendiendo cosas a los superricos puede reportar experiencias similares. Trayor Lesnock, fundador de Platinum Luxury Auctions, una casa de subastas que ofrece megapropiedades al mejor postor, contaba recientemente en Financial Times que le quitan las islas privadas de las manos. ¡°Tener una isla siempre se ha considerado deseable y cool, pero a menudo se vei?a como un suen?o fantasioso. Con la covid, ha empezado a contemplarse de una manera mucho ma?s pra?ctica, ya que todo el mundo busca espacios privados en los que pueda mantener la distancia con los dema?s¡±, declaraba. Aunque hay islotes escandinavos que se venden por el precio de un apartamento en segunda li?nea de playa en Espan?a, donde se esta? produciendo el verdadero movimiento es a partir de los 25 millones de do?lares, cifra que da acceso, por ejemplo, a un trozo de tierra cerca de la gran barrera de coral australiana.
Los superricos, parece, se han vuelto especialmente manirrotos. Se calcula que durante la pandemia, unas 500 nuevas personas se convirtieron en milmillonarios. Es Forbes quien se ocupa de actualizar la lista cada an?o. Segu?n sus ca?lculos, la mayori?a de esos nuevos megarricos son chinos, unos 290. Por ejemplo, Chen Zhiping, de 45 an?os, fundador de una empresa de complementos para vapear. Entre los estadounidenses que se incorporan a la lista hay nombres conocidos como los de Kim Kardashian, el director y productor Tyler Perry y el consejero delegado de Apple Tim Cook. No solo hay nuevos milmillonarios; los que ya lo eran tambie?n han ganado cantidades desproporcionadas de dinero. El caso ma?s sonado es el de Jeff Bezos. En abril de 2021, el fundador de Amazon era 72.000 millones de do?lares ma?s rico que en enero de 2020. Bezos podri?a haber entregado un cheque de 88.000 euros a cada uno de sus 876.000 empleados en todo el mundo y aun asi? hubiera seguido siendo igual de rico que antes de la pandemia.
No mando? esos cheques, pero lo que si? hizo a principios de julio es dejar su puesto en la empresa que fundo? hace 27 an?os, cuya gestio?n deja en manos de su brazo derecho Andy Jassy. Con todo ese tiempo libre, Bezos se centrara?, entre otras cosas, en su propia carrera espacial. El 20 de julio, el fundador de Amazon paso? 11 minutos en el espacio a bordo de una de las naves de su empresa Blue Origin, acompan?ado de otros tres tripulantes, entre ellos su hermano Mark. Bezos lanzo? Blue Origin en 2000, apenas seis an?os despue?s de lanzar Amazon (cuando esta era aun principalmente una gran libreri?a online y no una omnipotente superpotencia global), y sus planes pasan por enviar terri?colas a vivir y trabajar en colonias espaciales orbitales que entrari?an en funcionamiento cuando nuestro planeta alcance la fase final de la crisis energe?tica que han provocado en gran parte empresas como Amazon. Eso es lo que distingue, al fin y al cabo, a los milmillonarios de los millonarios esta?ndar: ellos te ofrecen el problema y la solucio?n.
En la carrera espacial anda tambie?n enzarzado Richard Branson, que decidio? adelantar su propio paseo espacial para que Bezos quedara segundo. El 11 de julio testo? uno de los aviones de su compan?i?a Virgin Intergalactic, paso? un momento de ingravidez fuera de la Tierra y regreso?. A su vuelta declaro? que habi?a cumplido un suen?o y an?adio? a su excursio?n un barniz democratizador. ¡°Mi misio?n era convertir el suen?o de los viajes espaciales en una realidad para mis nietos, para sus nietos, para muchas personas que viven hoy, para todos¡±, dijo.
Tanto Bezos, que le felicito? por Twitter, como el tercer milmillonario espacial en discordia, Elon Musk, que incluso acudio? a Nuevo Me?xico para apoyar a Branson, trataron de trasladar que se lo tomaron con deportividad. La empresa de Musk, SpaceX, ya ha llevado astronautas a la estacio?n espacial y ahora trabaja en construir una nave que lleve humanos a la luna y a Marte. Que los terri?colas estemos pasando el segundo verano pande?mico, marcado por una depresio?n econo?mica vertiginosa, contemplando co?mo los superricos compiten entre si? para ocultarse en sus remotas islas privadas o directamente para salir huyendo del planeta que han contribuido a empeorar dice mucho del momento que vivimos.
La escritora y activista canadiense Linda McQuaig coescribio? junto al economista Niel Brooks hace casi una de?cada un libro titulado El problema de los supermillonarios. Co?mo se han apropiado del mundo los superricos y co?mo podemos recuperarlo (Capita?n Swing). Todo lo que describi?an y diagnosticaban alli?, el peligro creciente de esa nueva oligarqui?a, no ha hecho ma?s que pronunciarse desde su publicacio?n. ¡°Los milmillonarios no solo han expandido su poder sobre los recursos del mundo, sino que dominan la economi?a global y la poli?tica cada vez ma?s. En muchos sentidos se puede decir que son la amenaza ma?s grave a la que nos enfrentamos, ya que bloquean la posibilidad de lidiar con el peligro existencial que supone el cambio clima?tico y la destruccio?n medioambiental. Podri?amos enfrentarnos a estos peligros si no fuera por su activa interferencia¡±, denuncia.
Para paliar el creciente poder de los superricos, Brooks y McQuaig proponen una combinacio?n de mecanismos regulatorios que les impidan influir en la legislacio?n y muchos, pero que muchos impuestos. No olvidemos que, segu?n una filtracio?n de ProPublica el pasado junio, Bezos no pago? un solo centavo de impuestos federales entre 2007 y 2011, y otras decenas de milmillonarios, entre ellos Elon Musk, Warren Buffet y Michael Bloomerg, aportaron cantidades irrisorias a las arcas pu?blicas estadounidenses.
Sam Pizzigati, investigador del Intitute for Policy Studies y editor de Inequality.org, dedicado al ana?lisis y la denuncia de la desigualdad, escribio? Los ricos no siempre ganan (Capita?n Swing), para defender que todavi?a es posible hacer algo para menguar el poder de los ma?s acaudalados del mundo, y que de hecho ya se hizo hace un siglo, cuando se acabo? con la plutocracia de la llamada edad dorada. En 1963, los superricos pagaban un 91% de impuestos en Estados Unidos. ?Cree que Biden puede hacer a Bezos y compan?i?a lo que Franklin Roosevelt les hizo a los Rockefeller y a otros pluto?cratas de la e?poca? ¡°En 1932, Roosevelt no menciono? esa propuesta contra la concentracio?n de riqueza en su campan?a, como tampoco lo hizo Biden en 2020. Pero ambos se dieron cuenta ra?pido de que, o causaban incomodidad a las grandes fortunas o veri?an sus administraciones caer como las primeras vi?ctimas. Biden ha anunciado un plan impositivo que nos pondri?a en ese camino. Y, si hace caso a los progresistas y lo convierte en un foco de su campan?a de 2022, el pro?ximo Congreso podi?a tener una mayori?a lo suficientemente grande como para imponer esas medidas¡±, vaticina para ICON.
Si ma?s o menos todo el que no sea un milmillonario o un liberal a ultranza esta? de acuerdo en que, como mi?nimo, esta? feo acumular tanta riqueza y compartirla tan poco, ?por que? seguimos leyendo a diario las u?ltimas ocurrencias de Mark Zuckerberg, Elon Musk o Amancio Ortega? Los medios tratan a los superricos famosos de hoy casi como al elenco de Los Vengadores, cada uno con sus atributos y sus superpoderes. El de Zuckerberg, por ejemplo, no esta? nada mal: la capacidad de conseguir informacio?n sobre casi todo el planeta y usarla para ganar dinero y modificar las elecciones.
¡°Casi todos sabemos por nuestra experiencia personal que los ricos no son ma?s listos que el resto¡±, reflexiona Pizzigati. ¡°La mera suerte te puede hacer rico. Explotar a los dema?s te hace rico. Recibir una gran herencia te hace rico. La mayor parte de los medios, sin embargo, sigue tratando la riqueza como una prueba de que alguien es brillante y valiente. Este tipo de medios cubren sin descanso las idas y venidas de los superricos y tratan cada paso que dan como un acto fundamental. La actual fijacio?n con la carrera espacial entre Branson, Bezos y Musk ilustra este feno?meno a la perfeccio?n. Cuando en realidad no tenemos a tres innovadores sino a tres nin?os absurdamente ricos con juguetes absurdamente caros¡±.
David Vidal, creador del Ma?ster en Periodismo Literario de la Universidad Auto?noma de Barcelona, ve en la construccio?n de este relato la huella de una larga tradicio?n literaria. ¡°Tenemos por un lado a la gente de alta dignidad que protagoniza el ca?non desde la literatura grecolatina hasta que aparece el realismo en siglo XIX, y por otro al rico como villano, presente en el co?mic y en el cine popular. En Zuckerberg encuentro a partes iguales estos dos arquetipos¡±. Tampoco cree que el periodismo, ocupado en cubrir las vidas de los superricos y sus locos cacharros, este? cumpliendo con su supuesta funcio?n de cuestionar el poder. ¡°La tendencia del periodismo generalista es a construir un relato positivo de estos personajes. Son los he?roes del sistema. Los que han alcanzado la excelencia¡±. Lo cierto es que la carrera espacial de Branson, Bezos y Musk, por ejemplo, tambie?n se ha recibido con una mezcla de exasperacio?n y risas. Porque eso si? nos queda al 99,9%: los memes sobre sen?ores compra?ndose cohetes.
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