Rosa y libre: el regreso de BUTT, la revista que revolucion¨® el erotismo masculino
Gert Jonkers y Jop Van Bennekom dirigieron durante diez a?os una publicaci¨®n que, salt¨¢ndose todas las normas del decoro y dando voz e imagen a la disidencia est¨¦tica masculina, logr¨® atraer a los mejores anunciantes, fot¨®grafos y firmas. En una semana y en un mundo diferente, estar¨¢ de vuelta
Entre 2001 y 2011, la revista BUTT provoc¨®, divirti¨® y excit¨® a la comunidad gay con una receta opuesta al canon: hombres gordos y bajitos, o altos y con barriga, peludos, o con muslos grandes, fotografiados en diversos estados de desnudez por Wolfgang Tillmans o Ryan Mcginley. Por sus p¨¢ginas pasaron Gore Vidal, John Waters, un basurero, un cocinero o un limpiador de letrinas sadomasoquista, todos sometidos a cues...
Entre 2001 y 2011, la revista BUTT provoc¨®, divirti¨® y excit¨® a la comunidad gay con una receta opuesta al canon: hombres gordos y bajitos, o altos y con barriga, peludos, o con muslos grandes, fotografiados en diversos estados de desnudez por Wolfgang Tillmans o Ryan Mcginley. Por sus p¨¢ginas pasaron Gore Vidal, John Waters, un basurero, un cocinero o un limpiador de letrinas sadomasoquista, todos sometidos a cuestionarios ligeros y desinhibidos sobre sexo. Los lectores tambi¨¦n aparec¨ªan, por supuesto desnudos, y todo el mundo se juntaba durante unas fiestas, las ButtXXXX, hechas, por supuesto, para ligar. Durante una d¨¦cada BUTT fue la publicaci¨®n m¨¢s incorrecta y festiva de la intersecci¨®n entre el porno, la vanguardia y el periodismo. En marzo vuelve. ?Qu¨¦ quedar¨¢ de aquel radical producto del principio del milenio?
Los ecos del BUTT primigenio todav¨ªa resuenan entre sus antiguos colaboradores. ¡°Gert Jonkers y Jop Van Bennekom, los editores, fueron realmente revolucionarios. Por aquel entonces no se ve¨ªan fotos de gays con barba, con vello corporal y con barriga. Era impensable. Siempre eran atl¨¦ticos, culturistas¡ Todos nos dimos cuenta de lo rupturista que era aquello¡±, recuerda Luis Venegas, editor y director creativo, y amigo de los creadores de BUTT . ¡°De hecho, t¨² ves estas barber¨ªas que hay ahora para hipsters, que parecen un poco de broma, y estoy convencido que se lo debemos a BUTT . Les doy todo el cr¨¦dito¡±, r¨ªe.
Bajo el socarr¨®n subt¨ªtulo ¡°una revista para homosexuales¡±, BUTT (culo en ingl¨¦s) destacaba en un contexto editorial en el que mandaban publicaciones como Out o Attitude, donde todo eran estereotipos envasados pr¨®ximos a las revistas femeninas. Las subculturas gais eran pr¨¢cticamente invisibles. El t¨¦rmino oso, palabra del argot gay que surgi¨® para describir a hombres velludos y fornidos que se sal¨ªan del canon de belleza oficial, era desconocido, al igual que la escena que representaba: aunque esta etiqueta ahora se haya domesticado e, ir¨®nicamente, haya generado su propio canon excluyente de masculinidad sobreactuada, durante mucho tiempo fue una subcultura que daba la bienvenida a todos aquellos con f¨ªsico no normativo. Una escena solo presente en revistas er¨®ticas underground o en primigenias p¨¢ginas web con tosco c¨®digo html, pero creciente en una comunidad gay necesitada de otro tipo de referentes y medios de comunicaci¨®n. Cuando, a mediados de 2001 se public¨® el primer n¨²mero de BUTT, con su inusual formato fanzine tama?o A5 e impreso en papel rosa, Gert Jonkers y Jop van Bennekom supieron aprovechar la coyuntura.
En plena confusi¨®n con el cambio de milenio, estos dos holandeses propon¨ªan un nuevo enfoque sobre en qu¨¦ consist¨ªa ser gay. ¡°Apareci¨® en un momento muy necesario, con una gran apertura hac¨ªa una mayor inclusividad en t¨¦rminos de edad, de cuerpos, de maneras diferentes de entender la belleza. Y pon¨ªa al mismo nivel a escritores, dise?adores, m¨²sicos, barrenderos, concineros y alba?iles. Cada uno estaba destacado por su manera propia de entender la sexualidad¡±, explica el fot¨®grafo Daniel Riera, uno de los primeros en colaborar con BUTT. Conoci¨® a Van Bennekom en unos talleres de creatividad y dise?o, y desde entonces han trabajado juntos en todos los proyectos editoriales del holand¨¦s: BUTT, Fantastic Man, The Gentlewoman.
El ya m¨ªtico primer n¨²mero de BUTT (con su portada protagonizada por Bernhard Willhelm, el dise?ador de moda alem¨¢n, desnudo) avisaba de ese acercamiento espont¨¢neo, inteligente, divertido y sexi hacia la figura del homosexual que iban a cultivar en los siguientes n¨²meros. Lo er¨®tico rozaba lo pornogr¨¢fico, el tono de las im¨¢genes era crudo y a la vez tierno, las entrevistas parec¨ªan una charla en el metro. Los colaboradores usaban un lenguaje natural. La revista ten¨ªa una frescura heredera de Interview, la revista de Andy Warhol.
¡°Recuerdo estar en Par¨ªs¡±, rememora Venegas. ¡°Fui a Colette [desaparecida tienda de culto]. Entonces hab¨ªa una mesa grande en la planta baja y vi una revista que destacaba del resto. Era descarada, sin prejuicios, como dir¨ªa Madonna, unapologetically gay [desacomplejadamente gay]. Creo que era el n¨²mero dos o tres. Lo compr¨¦. La revista ven¨ªa con un e-mail de contacto y les escrib¨ª dici¨¦ndoles lo mucho que me gustaba. Nos hicimos amigos y empec¨¦ a colaborar.¡± BUTT tambi¨¦n fue innovadora al funcionar como punto de encuentro para sus lectores a trav¨¦s de una web, actualizando la tradici¨®n de los anuncio de contactos. Buttheads era el nombre que designaba a los miembros registrados en el site que cre¨® la revista para ampliar su comunidad. ¡°Me enviaron un correo diciendo que si me quer¨ªa registrar. Fui el n¨²mero tres. Incluso aparec¨ª desnudo. Todav¨ªa guardo el pantallazo¡±, bromea Venegas. ¡°A¨²n tengo mi perfil abierto¡± explica Daniel Riera. ¡°A la pregunta: ¡®?Cual es tu parte favorita de tu cuerpo y por qu¨¦?¡¯ que te hac¨ªan al registrarte, respond¨ª: ¡®Mi cerebro, est¨¢ lleno de misterios¡±. A d¨ªa de hoy, Buttheads tiene 18.685 registrados, pero hace a?os que se cerr¨® la admisi¨®n. Quiz¨¢s consecuencia del ¨¦xito de aplicaciones de ligar tipo Grindr y el inicio de una ¨¦poca en el que los algoritmos comenzaron a mediar con el deseo sexual. Pero es algo que igual puede cambiar con su anunciada y esperada vuelta al papel el pr¨®ximo 3 de marzo.
El dise?ador de moda Carlos D¨ªez, gran admirador de BUTT, nunca form¨® parte de los Buttheads pero s¨ª del mundo offline que ofrec¨ªa la revista con las famosas fiestas que organizaba por todo el mundo para reunir a sus lectores: ¡°Estaba por Barcelona y alguien me invit¨® a ir a la fiesta/presentaci¨®n de la revista. Fue un poco aburrida, as¨ª que nos fuimos enseguida decepcionados. Acabamos en un after y result¨® que estaban los directores. Al verlos les ped¨ª que me regalaran sus calzoncillos. Respondieron que no. Pens¨¦ que eran unos sosos. Pero al rato volvi¨® uno de ellos con su calzoncillo en la mano y me lo regal¨®. En otra ocasi¨®n, estando en Nueva York, me encontr¨¦ por la calle con el fot¨®grafo Miguel Villalobos, colaborador habitual de la revista y me invit¨® a otra de sus fiestas¡±, recuerda Diez. ¡°Era en un antro muy guay y durante la fiesta Miguel iba pidiendo a la gente que le dejara fotografiar su culo. Nadie se prestaba, a pesar de que era solo el culo con el pantal¨®n bajado, sin cara ni nada. Al final me ofrec¨ª y al cabo de unos d¨ªas me encontr¨¦ con la foto de mi culo en una de esas revistas gratuitas que regalaban entonces por todo Nueva York¡±.
Todav¨ªa hay que ver qu¨¦ vigencia tendr¨¢ el nuevo BUTT en un contexto como el actual, en el que todas las revistas son conscientes de la diversidad y en el que predominan los centennials, un relevo generacional obsesionado con muchos de los c¨®digos est¨¦ticos que propon¨ªa BUTT. Publicaciones como la reciente Dirty Magazine, por ejemplo, o el fen¨®meno del Indie Sleaze est¨¢n recuperando la est¨¦tica de las fotos anal¨®gicas hechas con una c¨¢mara compacta, el esp¨ªritu de los primeros n¨²meros de la pol¨¦mica Vice y el sexo descarado y frontal de fotogr¨¢fos como Terry Richardson, mezclado con el desali?o festivalero de it girls como Cory Kennedy o el fot¨®grafo Cobrasnake.
Lo que est¨¢ claro es que BUTT sigue siendo una de las publicaciones m¨¢s influyentes dentro y fuera del mundo queer. ¡°La prueba est¨¢ en que enseguida Tom Ford, que por entonces era el director creativo de firma Gucci, o Hedi Slimane, que estaba revolucionando la moda masculina en el 2001, se ofrecieron para meter publicidad en los primeros n¨²meros. La intelligenstia de la moda de entonces vieron que hab¨ªa que estar all¨ª¡±, afirma Luis Venegas. En 2022, Gert Jonkers y Jop van Bennekom parece que siguen seduciendo a la ¨®rbita fashionista de ahora y para su vuelta ha sido la firma Bottega Venetta, bajo su nuevo director creativo Matthieu Blazy, quien se ha ofrecido con la publicidad de todo el nuevo n¨²mero, patrocinando tambi¨¦n la fiesta de presentaci¨®n en marzo, acompa?ada por una instalaci¨®n que tendr¨¦ lugar en Par¨ªs el pr¨®ximo 3 de marzo.
¡°Estoy expectante, con muchas ganas de ver qu¨¦ vuelta le habr¨¢n dado¡±, explica Daniel Riera. ¡°Estoy seguro que habr¨¢n encontrado la manera de seguir siendo relevantes intelectualmente y que siga siendo un espacio de libertad que celebre la diferencia en un momento tan ca¨®tico como el que vivimos.¡± De momento, ya se ha desvelado la portada: Sonny y David, una pareja afroamericana tumbada en la cama con la palabras: Joy, Fetish, Cissy, Hung, Positive, Femme. O sea: ¡°Alegr¨ªa, fetiche, maricas, dotados, positivos, femeninos¡±. T¨¦rminos que hoy definen una forma propia de vivir la diferencia, pero que ya estaban presentes hace m¨¢s de veinte a?os en una peque?a revista de color rosa.
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