Thomas Chatterton Williams: ¡°La raza se aprende y debe ser desaprendida¡±
Hijo de padre negro y madre blanca, este ensayista estadounidense afincado en Par¨ªs considera que las categor¨ªas raciales tradicionales carecen de legitimidad
Thomas Chatterton Williams (Nueva Jersey, 1981) es hijo de un negro y una blanca, como Barack Obama. Est¨¢ casado con una francesa blanca. Y es padre de hijos¡ ?blancos?, ?negros? Aqu¨ª se complica todo para este ensayista estadounidense afincado en Par¨ªs, que ha dedicado su ¨²ltimo libro, Self-Portrait in Black and White. Unlearning Race (Autorretrato en blanco y negro. Desaprendiendo la raza; no publicado en castellano), a desentra?ar el misterio.
Pregunta. Cuando se mira al espejo, ?qu¨¦ ve?
Respuesta. Durante gran parte de mi vida, sin ninguna duda habr¨ªa vis...
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Thomas Chatterton Williams (Nueva Jersey, 1981) es hijo de un negro y una blanca, como Barack Obama. Est¨¢ casado con una francesa blanca. Y es padre de hijos¡ ?blancos?, ?negros? Aqu¨ª se complica todo para este ensayista estadounidense afincado en Par¨ªs, que ha dedicado su ¨²ltimo libro, Self-Portrait in Black and White. Unlearning Race (Autorretrato en blanco y negro. Desaprendiendo la raza; no publicado en castellano), a desentra?ar el misterio.
Pregunta. Cuando se mira al espejo, ?qu¨¦ ve?
Respuesta. Durante gran parte de mi vida, sin ninguna duda habr¨ªa visto a un negro. Crec¨ª en la cultura negra americana. Mi padre, que es negro, y mi madre, que es blanca, anglosajona y protestante, nos ense?aron a mi hermano y a m¨ª que ¨¦ramos negros. Mejor dicho, que ser¨ªamos percibidos como negros. Y que deb¨ªamos estar orgullosos de ello.
P. ?Y ahora?
R. Ahora no veo nada definitivo. Veo el rostro de mi madre, los rasgos de mi padre y de mis hijos tambi¨¦n. Ya no veo a alguien racializado. La raza la aprendemos y debe ser desaprendida.
P. ?C¨®mo cambi¨® usted?
R. Lo primero fue vivir en Europa. En Francia me ven como a un americano, aqu¨ª uno abandona el juego racial de Estados Unidos y tiene un sentimiento de libertad al caminar por la calle sin sentir que los dem¨¢s proyectan en ti aspectos de tu identidad. Al explicar a los franceses la regla seg¨²n la cual una gota de sangre negra le hace a uno negro ¡ªuna regla que proviene de la esclavitud y que en Am¨¦rica me hab¨ªa parecido natural¡ª, yo mismo me daba cuenta de que cada vez cre¨ªa menos en esta l¨®gica.
P. Y naci¨® su hija¡
R. Rubia, piel blanca, ojos azules. Su aspecto desmont¨® ante m¨ª la ficci¨®n de la raza. Tampoco es que me pareciese blanca: no tendr¨ªa sentido que su padre y su abuelo fuesen negros y ella de otra raza. Pero me parec¨ªa imposible justificar que fuese negra, sin m¨¢s. All¨ª empec¨¦ a entender que estas categor¨ªas no nos contienen y que son extremadamente porosas: si pueden cambiar en una generaci¨®n, es que muy s¨®lidas no son. Esto, para m¨ª, fue el principio del final.
P. Y dej¨® de ser negro¡
R. El racismo crea las razas: necesita de una ideolog¨ªa que justifique que unas personas est¨¦n esclavizadas y otras no en un pa¨ªs que, como Estados Unidos, se fund¨® en el ideal de que todas las personas eran iguales. Si se mantienen estas jerarqu¨ªas, se refuerzan las ideas de inferioridad y superioridad necesariamente contenidas en las distinciones de color. Mi protesta consiste en dejar de participar en el juego que hace que algunas personas sean negras y otras blancas. Me apeo.
¡°George Floyd muri¨® porque era negro, pero tambi¨¦n muri¨® porque era pobre¡±
P. En el libro plantea si dejar de ser negro es un acto de rebeli¨®n o una capitulaci¨®n. ?Qu¨¦ responde?
R. En un tiempo como el actual, cuando la gente se est¨¢ uniendo para oponerse al racismo, y lo hace respondiendo a unos agravios reales, cabe preguntarse qu¨¦ significa dar un paso al lado. ?Es una v¨ªa para integrarte en el statu quo? Sin embargo, resistir y mantener los t¨¦rminos en los cuales la opresi¨®n existe supone, a fin de cuentas, una especie de capitulaci¨®n. La ¨²nica resistencia real y genuina es negar la legitimidad a las categor¨ªas raciales, que se basan en la creencia de que la gente de verdad es diferente. Porque, aunque lo somos cultural y f¨ªsicamente, y tenemos distintas experiencias, fundamentalmente somos lo mismo.
P. Somos lo mismo, pero usted no sufre el racismo como lo sufri¨® George Floyd al morir bajo la rodilla de un polic¨ªa blanco en Minneapolis.
R. Con frecuencia usamos un lenguaje racial cuando estamos hablando de clase. Decimos que George ?Floyd muri¨® porque era negro, y creo que hubo racismo en su muerte, pero tambi¨¦n muri¨® porque era pobre. El incidente que llev¨® a la interacci¨®n con la polic¨ªa sucedi¨® porque llevaba un billete falso de 20 d¨®lares. Si hablamos de la brutalidad policial, hay que hacerlo de la manera m¨¢s desapasionada posible. La polic¨ªa mata en Estados Unidos a unas 1.000 personas al a?o, es una locura. De estos, unos 500 son blancos y unos 250 negros, lo que supone una mayor proporci¨®n de la comunidad negra, que representa un 13% de la poblaci¨®n. Pero es enorme la cantidad de blancos a los que la polic¨ªa mata. La opresi¨®n real en Am¨¦rica ocurre en la intersecci¨®n de la pobreza y la negritud.
P. Los negros son m¨¢s pobres.
R. S¨ª, y esto viene de una historia de opresi¨®n. Pero hay incontables ejemplos de negros que prosperan. Y no es algo inamovible: el grupo en el que se observa una movilidad social hacia abajo y en el que decrece la esperanza de vida son los hombres blancos.
P. Usted puede decidir superar las categor¨ªas raciales. George ?Floyd o las mujeres y hombres negros de Baltimore que, como explica en el libro, usted conoci¨® haciendo campa?a para Barack Obama en 2008 no pueden.
R. En el caso de Baltimore, lo que me choc¨® fue su extrema pobreza. Yo iba con dos tipos blancos: uno jud¨ªo y otro alem¨¢n. Seguramente ve¨ªan que yo era algo negro, pero no creo que pensasen: ¡°Nosotros estamos del lado de este negro y los dos blancos son distintos¡±. M¨¢s bien pensar¨ªan: ¡°Aqu¨ª hay tres tipos educados en la universidad que viven en otro mundo del nuestro, porque a nosotros lo que nos preocupa es poder comer¡±. La diferencia no creo que tuviese que ver con la sangre ni la piel. Era una diferencia de clase.
P. Dejar de ser negro, ?para ser qu¨¦?
R. Blanco, no. Para ser yo mismo. El velo del color se interpone entre t¨² y quien eres de verdad. Salir de la negritud es salirse de la raza: retirar el velo del color. Pero esto no funciona si solo lo hacen los negros. Los blancos deben dejar de ser blancos y dejar de asumir que participan de un privilegio blanco monol¨ªtico.
P. ?No existe un privilegio blanco?
R. Aunque sea bienintencionado, cuando una persona blanca me mira y piensa que tiene un privilegio respecto a m¨ª, me parece problem¨¢tico. Es una visi¨®n de la raza seg¨²n la cual lo negro est¨¢ oprimido y victimizado y lo blanco es un privilegio. Tambi¨¦n ocurre en Francia. La escritora francesa Virginie Despentes hablaba en un art¨ªculo reciente sobre su propio privilegio blanco. Por lo que entiendo, se trata de una mujer que fue violada, fue prostituida. Ha sufrido cosas que para m¨ª son inimaginables. Pienso que mi vida ha sido m¨¢s f¨¢cil y m¨¢s segura que la suya.