Hacer las cuentas al rev¨¦s
Primero, determinar qu¨¦ Estado de bienestar se quiere, y luego con qu¨¦ ingresos financiarlo
?Qu¨¦ Estado de bienestar quieren los ciudadanos?, ?hasta d¨®nde debe llegar?, ?c¨®mo lo financiaremos? Como reacci¨®n al par¨®n econ¨®mico relacionado con la pandemia del coronavirus, en los ¨²ltimos meses se expande en todas partes la acci¨®n del Estado a una velocidad y a una escala sin precedentes en tiempos modernos, incluso en aquellos a?os en que el paradigma dominante era el keynesianismo. El ejemplo m¨¢s cercano ser¨ª...
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?Qu¨¦ Estado de bienestar quieren los ciudadanos?, ?hasta d¨®nde debe llegar?, ?c¨®mo lo financiaremos? Como reacci¨®n al par¨®n econ¨®mico relacionado con la pandemia del coronavirus, en los ¨²ltimos meses se expande en todas partes la acci¨®n del Estado a una velocidad y a una escala sin precedentes en tiempos modernos, incluso en aquellos a?os en que el paradigma dominante era el keynesianismo. El ejemplo m¨¢s cercano ser¨ªa el New Deal del presidente Roosevelt en EE?UU en los a?os treinta del siglo pasado. Una de las discusiones principales abiertas con fuerza es la de la elasticidad del gasto p¨²blico que se est¨¢ utilizando como principal pol¨ªtica econ¨®mica. Cuando se consiga que los pa¨ªses vuelvan a crecer a velocidad de crucero y entren en una coyuntura de normalidad, ?el gasto p¨²blico retroceder¨¢ a los niveles previos a la covid-19, o m¨¢s bien tender¨¢ a hacerse permanente?
Los ciudadanos ya se han dado cuenta en este tiempo que incluso en los pa¨ªses m¨¢s avanzados los sistemas de protecci¨®n social (sobre todo el sanitario) eran d¨¦biles e ineficaces cuando m¨¢s se necesitaron. Esos mismos ciudadanos demandan, con m¨¢s naturalidad que antes, que las redes de protecci¨®n social est¨¦n en forma para combatir ¨¦sta y otras desgracias que puedan llegar, y que no dejen a nadie atr¨¢s en la parte baja del ciclo econ¨®mico, como sucedi¨® durante la Gran Recesi¨®n. La cuesti¨®n principal es el Estado de bienestar que se necesita a partir del poscovid y c¨®mo se puede financiar.
Esta es la gran discusi¨®n y todas las dem¨¢s giran alrededor de ella. Las ideas centrales del tan citado nuevo contrato social, y los consensos a que se llegue en la comisi¨®n parlamentaria de reconstrucci¨®n, deben contestar a estas preguntas, y no desviar la atenci¨®n con aspectos instrumentales de segundo orden (los c¨¦lebres Macguffin). Con qu¨¦ ingresos p¨²blicos, cl¨¢sicos o nuevos, directos o indirectos, se va a contar, y qu¨¦ parte del coste del welfare se va a dejar para el futuro, en forma de deuda p¨²blica que habr¨¢ de ser pagada por nuestros hijos o nuestros nietos, sin que ellos hayan sido consultados. Esta es la forma de hacer las cuentas, y no al rev¨¦s.
La respuesta no pueden ser las pol¨ªticas de talla ¨²nica. No es lo mismo Espa?a que Suecia. En un pa¨ªs como el nuestro la pol¨¦mica tiene a¨²n m¨¢s significaci¨®n cuando las previsiones de crecimiento de los organismos internacionales son a cada cu¨¢l m¨¢s alarmante (lo que genera m¨¢s expectativas de necesidades) y la recaudaci¨®n de ingresos p¨²blicos cae mucho y amenaza con ser mayor en el futuro inmediato. En este contexto, el relator especial de la ONU para Espa?a ha hecho p¨²blica la situaci¨®n que vio en nuestro pa¨ªs hace escasos meses y algunas de sus conclusiones. Ese relato no es palabra de Dios, pero acierta en las principales tendencias: impuestos insuficientes para financiar la protecci¨®n social, cuyo sistema ¡°est¨¢ roto, no se financia suficientemente, es imposible no perderse en ¨¦l y no llega a las personas que m¨¢s lo necesitan¡±.
La descripci¨®n del hombre de la ONU golpea como un pu?o: despu¨¦s de la Gran Recesi¨®n de 2008 sigue habiendo una situaci¨®n de gran pobreza, una alta tasa de desempleo, una situaci¨®n de paro juvenil cr¨®nica, una crisis de la vivienda de enormes proporciones, un sistema educativo segregado y cada vez m¨¢s anacr¨®nico, pol¨ªticas tributarias y de gasto que favorecen mucho m¨¢s a las clases m¨¢s acomodadas que a los pobres, ¡°y una mentalidad burocr¨¢tica que permite a las autoridades eludir su responsabilidad y valorar m¨¢s el formalismo que el bienestar de las personas¡±.
Esta situaci¨®n excepcional requiere un nuevo modo de pensar, que pasa por hacer los n¨²meros al rev¨¦s de como se est¨¢n haciendo. Primero qu¨¦ y luego c¨®mo. En su Teor¨ªa General, Keynes avis¨® que la dificultad no radicaba en las nuevas ideas sino en escapar de las viejas que, para quienes han recibido la formaci¨®n m¨¢s convencional, se ramifican hasta alcanzar una esquina de sus mentes.