La crisis golpea el futuro de los j¨®venes: m¨¢s paro y peores sueldos
La mitad de la destrucci¨®n de empleo desde el inicio de la crisis del coronavirus corresponde a menores de 35 a?os
El virus ha confinado las expectativas y el futuro de cientos de miles de chicos. Ser joven ¡ªdefienden algunos¡ª es el mejor momento de la existencia. La prosperidad del trabajo, la formaci¨®n de un hogar, el amor y el desenga?o, los hijos (quien los elija), aprender, viajar, equivocarse, sufrir, arrepentirse; la vida. Unos 6,5 millones de j¨®venes espa?oles (aquellos que ten¨ªan entre 20 y 29 a?os en 2008 y de 32 a 41 a?os durante 2020) podr¨ªan recordar solo los verbos m¨¢s tristes de esa frase en las pr¨®ximas d¨¦cadas. Representan el 14,2% ¡ªseg¨²n el INE¡ª de toda la poblaci¨®n y afrontan su segunda crisis econ¨®mica mundial en solo 12 a?os. La Gran Recesi¨®n de 2008 y ahora la pandemia. Todo sin aviso. Ed ¨¨ s¨²bito sera. ¡°Y de repente, la noche¡±, escribi¨® el poeta y Nobel italiano SalvatorFe Quasimodo. Nadie puede negar esa carencia de luz. En abril, el paro entre quienes tienen de 25 a 29 a?os creci¨® un 13,1%. Fue el segmento que m¨¢s aument¨®. Fiel a una inercia contagiosa, el primer trimestre termin¨® con una tasa de desempleo para los menores de 25 a?os del 33%, dos puntos y medio m¨¢s que al cierre de 2019. Los n¨²meros que se han conocido en abril dejan una tierra bald¨ªa de esperanza. La mitad de la destrucci¨®n del empleo (unos 460.000 puestos de trabajo) desde el inicio de la crisis corresponde a menores de 35 a?os.
J¨®venes con menos riqueza que sus padres
Riqueza neta por tramos de edad. En 2002 y 2014
En euros de 2014
2014
2002
Generaci¨®n silenciosa
Baby boomers
Generaci¨®n X
Millennials
300.000
250.000
200.000
150.000
100.000
50.000
0
18-20
21-23
24-26
27-29
30-32
33-35
36-38
39-41
42-44
45-47
48-50
51-53
54-56
57-59
60-62
63-65
66-68
69-71
72-74
75-77
78-80
81-83
Edad (a?os)
Fuente: Mckinsey Global Institute Analysis,
CaixaBank a partir de datos de Eurostat, SEPE
EL PA?S
J¨®venes con menos riqueza que sus padres
Riqueza neta por tramos de edad. En 2002 y 2014
En euros de 2014
2014
2002
Generaci¨®n silenciosa
Baby boomers
Generaci¨®n X
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300.000
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Edad (a?os)
Fuente: Mckinsey Global Institute Analysis, CaixaBank
a partir de datos de Eurostat, SEPE
EL PA?S
J¨®venes con menos riqueza que sus padres
2014
2002
Riqueza neta por tramos de edad. En 2002 y 2014
En euros de 2014
Generaci¨®n silenciosa
Baby boomers
Generaci¨®n X
Millennials
300.000
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72-74
75-77
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Edad (a?os)
Fuente: Mckinsey Global Institute Analysis, CaixaBank a partir de datos de Eurostat, SEPE
EL PA?S
Sin duda, la fragilidad irrumpe en el peor instante. Los chicos que salieron al mercado laboral entre 2008 y 2013 (en plena depresi¨®n) viven este hundimiento cuando podr¨ªan empezar a estabilizarse en sus puestos de trabajo. Y solo parece caer la noche. ¡°El impacto ser¨¢ profundo porque los j¨®venes parten de entrada de una situaci¨®n ya muy vulnerable, marcada por la temporalidad y a¨²n no han terminado de pagar la factura de la crisis anterior¡±, observa Mar¨ªa ?ngeles Davia Rodr¨ªguez, profesora en la Universidad de Castilla-La Mancha. Y a?ade: ¡°El tama?o de esa cuenta tendr¨¢ tambi¨¦n mucho que ver con el nivel de seguridad del puesto de trabajo frente a la pandemia. Es decir, si han podido y pueden seguir teletrabajando o si se enfrentar¨ªan a un contacto social intenso cuando se retome la actividad¡±.
Pero tampoco de ah¨ª parece que lleguen ni luz ni esperanza. La consultora CEPR Policy calcula que actualmente solo el 25,4% de los trabajos en Espa?a se puede desempe?ar de forma segura desde casa. Un porcentaje que podr¨ªa llegar al 43% en el escenario de unas restricciones m¨ªnimas. Otra v¨ªa de agua para que anegue la injusticia. ¡°Hay una separaci¨®n entre aquellos j¨®venes que tienen el privilegio de tener empleos que pueden efectuarse de manera remota (por ejemplo, los financieros o inform¨¢ticos) y quienes desarrollan profesiones (restauradores, minoristas) basadas en el cara a cara¡±, alerta David Grusky, director del Centro de Pobreza y Desigualdad de la Universidad de Stanford. Y advierte: ¡°Son nuevas fuerzas de la injusticia¡±.
Todas las generaciones se han definido por acontecimientos traum¨¢ticos. Sucesos escritos, generalmente, por el miedo y la incertidumbre. Sucesos que cambian la forma en la que las personas entienden el mundo, el pasado y el futuro y que afectan a c¨®mo toman decisiones y asumen riesgos. Y en este viaje vital, la relaci¨®n entre el espacio y la velocidad, o sea, el tiempo, condiciona la vida. ¡°Incorporarse en el mercado laboral en ¨¦pocas de recesi¨®n tiene consecuencias nefastas y persistentes en la trayectoria salarial de los j¨®venes espa?oles. Su repercusi¨®n permanece a lo largo de los a?os y puede durar hasta una d¨¦cada¡±, describe Nuria Rodr¨ªguez-Planas, catedr¨¢tica de la City University de Nueva York (Queens College).
Conoce bien ese problema. Junto a su colega, Daniel Fern¨¢ndez-Kranz, ha cartografiado (The Perfect Storm: Graduating during a Recession in Segmented Labor Market) el atlas de los n¨²meros. Si pensamos en los licenciados universitarios ¡ªcuenta la docente¡ª la reducci¨®n, en promedio, a lo largo de los primeros diez a?os es del 6,4% cuando la persona se incorpor¨® al mercado con un paro del 18% en vez del 10%. En otras ense?anzas el destrozo es mayor. Las p¨¦rdidas resultan superiores para quienes han cursado bachillerato (10%) y Formaci¨®n Profesional (12,5%). Estos porcentajes imponen el abandono o llevan al l¨ªmite proyectos vitales como la independencia, la vivienda o una familia. Y el barquero reclama su diezmo. La experiencia hist¨®rica revela que la inseguridad econ¨®mica retrasa la formaci¨®n de los hogares y reduce la fertilidad.
El regreso a casa podr¨ªa intensificarse
J¨®venes adultos* que viven en casa
de sus padres.
En %
(*) Entre 18 y 34 a?os
65
Portugal
60
55
Espa?a
50
Eurozona
45
40
2004
06
08
10
12
14
16
17
Fuente: Mckinsey Global Institute Analysis,
CaixaBank a partir de datos de Eurostat, SEPE
EL PA?S
El regreso a casa podr¨ªa intensificarse
J¨®venes adultos* que viven en casa de sus padres.
En %
(*) Entre 18 y 34 a?os
65
Portugal
60
55
Espa?a
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Eurozona
45
40
2004
06
08
10
12
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17
Fuente: Mckinsey Global Institute Analysis, CaixaBank
a partir de datos de Eurostat, SEPE
EL PA?S
El regreso a casa podr¨ªa intensificarse
J¨®venes adultos* que viven en casa de sus padres.
En %
(*) Entre 18 y 34 a?os
65
Portugal
60
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Espa?a
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Eurozona
45
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2004
06
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14
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Fuente: Mckinsey Global Institute Analysis, CaixaBank a partir de datos de Eurostat, SEPE
EL PA?S
Infinidad de trabajos atestiguan lo que les espera de prolongarse la recesi¨®n causada por el virus. Si eres joven y llegas al mercado laboral en plena depresi¨®n o en esta agoraf¨®bica econom¨ªa vas a sangrar. Los expertos de CaixaBank Research narran que entre 2008 y 2016 el salario medio para los trabajadores de 20 a 24 a?os cay¨® un 15% mientras quienes estaban entre los 25 y 29 a?os perd¨ªan el 9%.
Otros informes (Desempleo juvenil en Espa?a, publicado por Papeles de econom¨ªa espa?ola) hienden la herida. Sus p¨¢ginas analizan las vidas de los j¨®venes en la horquilla que enlaza los 36 y los 40 a?os. Un tiempo en el que, pese a haber atravesado la primera fase (2005-2012) de la Gran Recesi¨®n, deber¨ªan tener sus existencias encauzadas. El resultado es una especie de ¡°envidia demogr¨¢fica¡±. Un concepto que imagin¨® Douglas Coupland en su novela Generaci¨®n X. Aquel retrato atravesado de inequidad y McJobs de los j¨®venes estadounidenses durante los a?os noventa. M¨¢s cerca. El estudio espa?ol descubri¨® ¡ªresume Mar¨ªa ?ngeles Davia¡ª que la probabilidad de caer en el paro para esos adultos era significativamente mayor entre quienes hab¨ªan engrosado el desempleo antes de los 30 a?os. Y ese estigma resultaba m¨¢s intenso cuanto m¨¢s larga era la experiencia del paro en la juventud.
Sin embargo, es razonable intuir que la frustraci¨®n de los mileniales que hoy se encuentran en esos tramos de edad ser¨¢ a¨²n superior. Porque adem¨¢s cargan con la devaluaci¨®n de los salarios que sigui¨® a la reforma laboral de 2011. ¡°Lo que deben sentir es que nunca ver¨¢n un espacio de seguridad econ¨®mica en sus vidas¡±, comenta Markus Gangl, profesor de Sociolog¨ªa en la Universidad Goethe de Fr¨¢ncfort (Alemania). Porque son el v¨®rtice de una tormenta que arrastra sus existencias hacia la p¨¦rdida. ¡°Van a perder salarios, empleo y el ascenso en sus carreras y tendr¨¢n que aplazar la educaci¨®n mientras los trabajadores de mayor edad intentar¨¢n trabajar durante m¨¢s tiempo, lo que limita las futuras ofertas de empleo¡±, desgrana Jason Dorsey, presidente de la consultora The Center for Generational Kinetics. ¡°Y no solo eso. Deber¨¢n soportar buena parte de la carga de impuestos que estos d¨ªas pagan los beneficios que est¨¢n recibiendo las personas m¨¢s mayores¡±.
Comparaci¨®n desigual
En el fondo, miles de j¨®venes sienten que otras generaciones se han llevado el mejor trozo de la tarta y han colocado alambre de espino alrededor de lo que quedaba. Muchos miran con envidia la situaci¨®n de sus padres, prejubilados a los 60 a?os. Sin embargo, esa existencia va quedando lejos y ese n¨²mero posee hoy un sentido distinto. Unos 60 millones de puestos de trabajo en Europa est¨¢n en riesgo. Es el porvenir que describe la consultora McKinsey. Su concepto de peligro mezcla reducci¨®n de horas de trabajo pagadas, una avalancha de expedientes temporales y despidos definitivos. Y son los j¨®venes, una vez m¨¢s, quienes salen azotados por los vientos. Enhebrado con hilo de seda oscilan los empleos de siete millones de chicos de entre 15 y 24 a?os. ?La imagen es dura? ¡°La imagen podr¨ªa ser peor si en los pr¨®ximos a?os los Gobiernos europeos introducen nuevas medidas de austeridad para hacer frente a la presi¨®n presupuestaria creada por la crisis. Porque ya sabemos lo que significa: condiciones m¨¢s d¨¦biles para los trabajadores y un recorte profundo en los gastos sociales¡±, reflexiona Michele Raitano, profesor de Econom¨ªa Pol¨ªtica de la Universidad de La Sapienza de Roma.
Pero urge proteger los empleos. Cada trabajo salvado retiene la productividad y el consumo, reduce la dependencia de los sistemas p¨²blicos y tiene un efecto positivo en la salud y el bienestar. Hay que derribar los n¨²meros. Esta curva no basta con aplanarla. En abril, el paro entre los menores de 25 a?os aument¨® en 31.262 chicos frente al mes anterior. Casi el 11%. Cenizas sobre las cenizas en un pa¨ªs que incluso en los a?os del milagro dorado ha tenido poblaciones, especialmente en el sur, con un desempleo juvenil del 40%. ¡°La situaci¨®n de los j¨®venes ya era dif¨ªcil antes de la crisis y ahora han empezado a formar parte del paro estructural; o sea, del desempleo cr¨®nico¡±, advierte Raquel Llorente Heras, profesora de Econom¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
Amenazas
Acorralados miles de ellos en contratos temporales, los d¨ªas se cuentan por amenazas. Sobre todo, cuando termine el estado de alarma. Tras el final del confinamiento resulta posible que ¡°se produzca una importante destrucci¨®n de empleo temporal¡±, prev¨¦ Llorente. ?Qu¨¦ hacer? ?Les daremos la espalda? ¡°Una opci¨®n ser¨ªa una renta m¨ªnima que act¨²e como trampol¨ªn para acceder al mercado de trabajo¡±, propone Rafael Dom¨¦nech, responsable de an¨¢lisis econ¨®mico de BBVA Research. Y matiza: ¡°Pero deber¨ªa estar dise?ada para que el joven no dependa de ella y ser temporal¡±. Da igual su geometr¨ªa. Casi todos coinciden en el adjetivo que emplea Raquel Llorente para calificarla: ¡°Necesaria¡±.
Restauraci¨®n, arte y entretenimiento
lideran el riesgo
Sectores potencialmente en riesgo en Europa.
En % sobre el empleo total del sector
Nº de
trabajos
(millones)
0
20
40
60
80
8,4
1,7
14,6
5,9
2,7
7,9
0,2
2,3
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1,7
2,5
3,0
0,3
3,5
0,2
1,6
0,6
0,0
0,4
Restauraci¨®n
Artes y entretenimiento
Ventas al por menor
Construcci¨®n
Otros servicios
Manufacturas
Electricidad
Transporte
Finanzas y seguros
Administraci¨®n
Admon. P¨²blica
Educaci¨®n
Inmobiliaria
Salud y trabajo social
Sum. Agua y residuales
Servicios profesionales
Inform. y comunicaci¨®n
Miner¨ªa
Agricultura
Fuente: Mckinsey Global Institute Analysis,
CaixaBank a partir de datos de Eurostat, SEPE
EL PA?S
Restauraci¨®n, arte y entretenimiento
lideran el riesgo
Sectores potencialmente en riesgo en Europa.
En % sobre el empleo total del sector
Nº de trabajos
(millones)
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0,3
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Restauraci¨®n
Artes y entretenimiento
Ventas al por menor
Construcci¨®n
Otros servicios
Manufacturas
Electricidad
Transporte
Finanzas y seguros
Administraci¨®n
Admon. P¨²blica
Educaci¨®n
Inmobiliaria
Salud y trabajo social
Sum. Agua y residuales
Servicios profesionales
Inform. y comunicaci¨®n
Miner¨ªa
Agricultura
Fuente: Mckinsey Global Institute Analysis, CaixaBank
a partir de datos de Eurostat, SEPE
EL PA?S
Restauraci¨®n, arte y entretenimiento lideran el riesgo
Sectores potencialmente en riesgo en Europa. En % sobre el empleo total del sector
Nº de trabajos
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Restauraci¨®n
Artes y entretenimiento
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Construcci¨®n
Otros servicios
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Electricidad
Transporte
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Administraci¨®n
Admon. P¨²blica
Educaci¨®n
Inmobiliaria
Salud y trabajo social
Suministro de agua y residuales
Servicios profesionales
Informaci¨®n y comunicaci¨®n
Miner¨ªa
Agricultura
8,4
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0,2
1,6
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0,0
0,4
Fuente: Mckinsey Global Institute Analysis, CaixaBank a partir de datos de Eurostat, SEPE
EL PA?S
Hay que proteger a las cohortes m¨¢s j¨®venes, especialmente en un mundo donde ser¨¢n m¨¢s frecuentes las crisis sanitarias y econ¨®micas. Entre 2007 y 2009 el paro juvenil, acorde con la Organizaci¨®n Mundial del Trabajo, aument¨® en 7,8 millones de personas. En comparaci¨®n, durante la d¨¦cada anterior a la Gran Recesi¨®n, el n¨²mero de desempleados j¨®venes creci¨® solo en 191.000 chicos de media al a?o. Es una instant¨¢nea en alta resoluci¨®n de las generaciones desfavorecidas. ¡°Son las menos afectadas por el virus, pero est¨¢n m¨¢s expuestas a las consecuencias econ¨®micas de la pandemia¡±, asume Stefano Scarpetta, director de empleo, trabajo y asuntos sociales de la OCDE. ¡°En una segunda fase de la crisis y m¨¢s adelante habr¨¢ que prestar atenci¨®n a c¨®mo enfrentamos esta desigualdad a trav¨¦s de pol¨ªticas que vayan al origen. Por ejemplo, las lagunas en los sistemas de protecci¨®n social o los j¨®venes poco cualificados¡±, a?ade. Pues los chicos, advierte Jordi Fabregat, profesor de Esade, entre 30 y 35 a?os que no tengan una buena formaci¨®n ¡°lo pasar¨¢n mal¡±.
De momento, la crisis de la covid-19 llega a Espa?a antes del fin del curso escolar y ha complicado el acceso a la b¨²squeda de trabajo de miles de j¨®venes que deber¨ªan licenciarse o acabar sus estudios este a?o. Nadie sabe con certeza qu¨¦ consecuencias tendr¨¢n en su futuro unas aulas vac¨ªas. Semeja esa l¨ªnea de Cien a?os de soledad: ¡°El mundo era tan reciente que muchas cosas carec¨ªan de nombre¡±. Otras, s¨ª lo tienen. No acuden por sorpresa. Carlos Mart¨ªn, director del gabinete econ¨®mico de CC OO, entiende que se puede evitar el deterioro de las expectativas de los chicos. ¡°Hay que elevar los impuestos hasta homologar la contribuci¨®n fiscal espa?ola con la media europea, suprimir la inmensa flexibilidad de la contrataci¨®n temporal, que provoca existencias inestables y garantizar el acceso a la vivienda para acabar con ¡®las vidas aplazadas¡¯ que padecen j¨®venes y no j¨®venes¡±, relata. Y propone respuestas frente a ese aislamiento. Establecer precios m¨¢ximos en el alquiler, gravar las casas vac¨ªas, restringir los apartamentos tur¨ªsticos y crear un parque p¨²blico de hogares en alquiler que no se pueda descalificar.
El desigual reparto del desempleo
POR SEXO
En %
43,1%
56,9%
HOMBRES
1.528.942
MUJERES
2.019.370
POR EDAD
En %
8,1%
91,9%
Menores de 25 a?os
287.560
Mayores de 25 a?os
3.260.752
Fuente: Mckinsey Global Institute Analysis,
CaixaBank a partir de datos de Eurostat, SEPE
EL PA?S
El desigual reparto del desempleo
POR SEXO
En %
43,1%
56,9%
HOMBRES
1.528.942
MUJERES
2.019.370
POR EDAD
En %
8,1%
91,9%
Menores de 25 a?os
287.560
Mayores de 25 a?os
3.260.752
Fuente: Mckinsey Global Institute Analysis, CaixaBank
a partir de datos de Eurostat, SEPE
EL PA?S
El desigual reparto del desempleo
POR SEXO
En %
43,1%
56,9%
HOMBRES
1.528.942
MUJERES
2.019.370
POR EDAD
En %
8,1%
91,9%
Menores de 25 a?os
287.560
Mayores de 25 a?os
3.260.752
Fuente: Mckinsey Global Institute Analysis, CaixaBank a partir de datos de Eurostat, SEPE
EL PA?S
Pero como todos los d¨ªas son un estado de ¨¢nimo, tambi¨¦n hay motivos para la esperanza. ¡°En estos momentos deber¨ªa ser casi delito el tremendismo¡±, dice el jurista Antonio Garrigues Walker. ¡°Soy optimista. El ser humano, especialmente los j¨®venes, es muy resiliente y siempre ha sabido adaptarse. Tendr¨¢ que hacer cambios, pero tampoco demasiados. La Humanidad ha atravesado otras pandemias y las ha superado¡±.
Esa misma fortaleza de los chicos actuales es la que elogia Santiago ??iguez de Onzo?o, presidente ejecutivo de IE University. ¡°Los j¨®venes son quienes est¨¢n sufriendo menores tasas de infecci¨®n y podr¨ªa ser el colectivo que antes vuelva al trabajo y ser parte de la soluci¨®n¡±, analiza Josep Mestres, economista de CaixaBank Research. ¡°Adem¨¢s es una generaci¨®n que se adapta muy bien a los cambios estructurales que llegan como el teletrabajo o las nuevas tecnolog¨ªas¡±. Dentro de esas trasformaciones, el mundo global vive su propia recesi¨®n. Los pa¨ªses van a recuperar f¨¢bricas, cadenas de suministros y ciertas actividades vitales ¡ªsobre todo las relacionadas con la salud¡ª volver¨¢n a casa. Nadie en Europa quiere que China siga fabricando el 80% de los antibi¨®ticos. ¡°Vamos a recuperar tejido productivo y esto dar¨¢ oportunidades profesionales a los j¨®venes¡±, lanza Roberto Scholtes, responsable de estrategia de UBS Espa?a. ¡°Tengo esperanza¡±.
Toda generaci¨®n se alza, toda generaci¨®n declina. Entre medias ha habido desde hace d¨¦cadas un pacto impl¨ªcito de prosperidad. Las plegarias ser¨¢n atendidas y cada salto generacional disfrutar¨¢ de una vida mejor. Incumplir este compromiso es regresar al oto?o de la Edad Media o al invierno del Antiguo R¨¦gimen. ¡°Pues si no se puede prometer a la gente que su vida ser¨¢ mejor, entonces porqu¨¦ deber¨ªan respaldar el sistema¡±. Esta reflexi¨®n es de Grace Blakeley, una joven economista inglesa de 26 a?os. Pero es compartida por millones de chicos, sobre todo del sur de Europa, menores de 35 a?os, que afrontan su segunda recesi¨®n mundial en solo 12 a?os.
Es tentar al abismo. La quiebra del pacto social conduce a la radicalizaci¨®n, los populismos y al enfrentamiento entre generaciones. La miseria econ¨®mica prende la miseria econ¨®mica. Bajos salarios ahora conducen a bajos salarios despu¨¦s y, finalmente, a pensiones ¨ªnfimas. Mientras, el aire est¨¢ inflamado con un desempleo que empieza a ser estructural en Espa?a. ?El inicio de la tensi¨®n?
Divisi¨®n
¡°En parte, ya existe ese enfrentamiento. Las estad¨ªsticas empiezan a mostrar que durante la crisis de 2008 las rentas que mejor evolucionaron fueron las de las personas de mayor edad mientras se debilitaban las de los j¨®venes. Esto ha generado una divisi¨®n¡±, advierte Rafael Dom¨¦nech, de BBVA Research. El pa¨ªs comienza a pisar una dudosa luz del d¨ªa. ¡°Una de las secuelas que deja la crisis es una creciente tensi¨®n social¡±, alerta Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales. ¡°Pero no veo una guerra entre generaciones. Lo que s¨ª habr¨¢ es una contestaci¨®n m¨¢s arraigada frente al sistema. Los j¨®venes no ser¨¢n antisistema. Sin embargo, van a defender con fuerza el espacio p¨²blico (sanidad, educaci¨®n)¡±.
Un 42% de los j¨®venes estadounidenses ¡ªacorde con el centro de estudios Pew Research Center¡ª tiene una valoraci¨®n positiva del concepto ¡°socialismo¡±. A trav¨¦s de su dial¨¦ctica se entiende parte de la realidad. ¡°No existe un conflicto generacional sino de clase. La ¨¦lite econ¨®mica tiene inter¨¦s en sustituir uno por otro para salvaguardar su statu quo. Con el fin de evitar medidas de reequilibrio fiscal, laboral o inmobiliario que recorten sus beneficios de manera estructural. Por eso su propaganda promociona ideas del tipo: los viejos les quitan los derechos a los j¨®venes y para evitarlo hay que recortar pensiones; o los indefinidos les roban los derechos a los temporales (muchos j¨®venes) y la soluci¨®n es rebajar la indemnizaci¨®n por despido de los fijos¡±, critica Carlos Mart¨ªn. Y a?ade. ¡°Que nadie lo dude. Los hijos y las hijas de la ¨¦lite no ver¨¢n mermadas sus expectativas, sino, como mucho, reorientadas¡±. No suceder¨¢ lo mismo con los chicos espa?oles m¨¢s desfavorecidos y que antes de que apareciese la Covid-19 ya soportaban un paro del 30%. ¡°Para resolver esa tensi¨®n generacional hace falta crear empleo. Nadie en una sociedad puede estar tranquilo sin trabajo, especialmente los j¨®venes¡±, avisa Gonzalo S¨¢nchez, presidente de PwC.
?LVARO, 34 A?OS: ¡°A EMPEZAR DE CERO OTRA VEZ, COMO HE HECHO DESDE QUE TEN?A 18 A?OS¡±
En 2010, cuando la crisis romp¨ªa la econom¨ªa espa?ola, ?lvaro Alcalde empezaba a cocinar en un restaurante japon¨¦s de Madrid despu¨¦s de terminar sus estudios en San Sebasti¨¢n. Con un grado superior de Hosteler¨ªa, experiencia en Londres y varios a?os entre fogones comenz¨® cobrando 1.200 euros por un trabajo de seis d¨ªas a la semana, 10 horas al d¨ªa. ¡°Viv¨ªa en un piso en mi barrio de toda la vida, Tetu¨¢n, pagando 650 euros m¨¢s gastos... m¨¢s de la mitad de mi n¨®mina¡±. La situaci¨®n pronto se hizo insostenible, y decidi¨®, en 2011, lanzarse a recorrer el mundo trabajando en el campo, en proyectos agr¨ªcolas en Centroam¨¦rica y Canad¨¢. ¡°Volv¨ª a Espa?a en 2013 y volv¨ª a trabajar en cocinas con horarios esclavos (m¨¢s de 60 horas a la semana y 1 d¨ªa de vacaciones)¡±, relata. Hasta que, en 2019, se atrevi¨® a montar un bar de vinos en Madrid. No hab¨ªa pasado ni un a?o y el negocio le iba razonablemente bien. Y estall¨® la crisis sanitaria. Su local lleva cerrado desde el inicio del confinamiento y calcula que no podr¨¢ reabrirlo. ¡°As¨ª que ahora a empezar de cero otra vez, como he hecho desde que tengo 18 a?os¡±. Por Mar¨ªa Fern¨¢ndez
ALEJANDRO, 34 A?OS: ¡°HAY QUE LUCHAR, NO QUEDA OTRA¡±
Alejandro S¨¢nchez (Pontevedra) se lanz¨® en 2016 a recorrer el Camino de Santiago con una libreta bajo el brazo. Apuntaba todo lo que le dec¨ªan sus futuros clientes: los peregrinos. Era su forma de salir de una vida como profesor particular que no le llenaba ni el alma ni los bolsillos. Si acaso de dinero en negro, y ese no era plan de futuro. Desde entonces, este licenciado en Ciencias del Mar se ha afanado por convertir la casa de su abuelo, donde pas¨® los veranos de su infancia, en un albergue. El momento de emanciparse ten¨ªa fecha: abril de 2020. Hasta que lleg¨® la pandemia. ¡°Hay que luchar, no queda otra¡±, dice. Por delante, un pr¨¦stamo y varias fases de desescalada. Por Marcos Lema
ANDR?S, 33 A?OS: ¡°AHORA ESTABA BIEN Y DE REPENTE...PUM¡±
Andr¨¦s Luc¨ªa (Plasencia, C¨¢ceres) estudi¨® Artes Gr¨¢ficas cuando las m¨¢quinas 'offset' estaban a punto de morir, se meti¨® en Sociolog¨ªa en pleno cambio de la licenciatura al grado y acumulaba trabajos precarios en Salamanca durante la Gran Recesi¨®n. Nada le sal¨ªa hasta que decidi¨® formarse como director de cocina. La recuperaci¨®n econ¨®mica hizo el resto. ¡°Ahora estaba bien y de repente¡ pum¡±, se lamenta. Crisis, ERTE y vuelta a empezar. Pero esta vez es diferente. Sabe que el restaurante bilba¨ªno en el que trabaja no podr¨¢ ofrecerle, si es que reabre, las condiciones que por fin hab¨ªa conseguido. Y no se rinde: ¡°Toca reinventarse¡±. Con lo que le den de paro montar¨¢ un servicio de cocina a domicilio. Por M.L.
MOHAMMAD, 29 A?OS: ¡°NADA DE COBRAR POR NO HACER NADA, TOCA ESPERGURAR¡±
Mohammad El Kabouri (Marruecos) lleg¨® a Espa?a en 2007 y hasta 2011 no fue capaz de conseguir su primer trabajo. ¡°Ven¨ªa en busca de una buena vida, pero no la encontr¨¦¡±, rememora. La Gran Recesi¨®n frustr¨® sus expectativas y, como tantos otros, se puso a estudiar. Encaden¨® varios cursos de cocina y por fin obtuvo un empleo. Ya no le faltar¨ªa nunca, pens¨®. Tras una d¨¦cada de experiencia, la crisis lo dej¨® en manos de un ERTE y recluido en casa. Demasiado para una persona activa. Estos d¨ªas ha cambiado Barakaldo (Bizkaia) por los vi?edos de La Rioja. Nada de cobrar por no hacer nada, toca espergurar, dice. En septiembre se le acaba el contrato en el restaurante, pero Mohammad es optimista: ¡°Si buscas trabajo, lo encuentras¡±. Por M. L.
PABLO, 39 A?OS: ¡°NO ES UNA MALDICI?N IRSE DE ESPA?A Y NO DESCARTO VOLVER A HACERLO¡±
La vida de Pablo Rosado Sainz-Rosas (Bilbao) ha estado marcada por las turbulencias econ¨®micas y pol¨ªticas de dos pa¨ªses: Espa?a y M¨¦xico. Tras estudiar Comunicaci¨®n Audiovisual, vio que esa preparaci¨®n no le dar¨ªa ventajas laborales en medio de la crisis. Trabaj¨® en productoras peque?as que no pudieron sobrevivir. En 2011, estudi¨® un m¨¢ster en Administraci¨®n de empresas para ampliar sus opciones y unos meses despu¨¦s una empresa lo fich¨® para que trabajara en M¨¦xico. ¡°Fue un cambio total, para hacer ventas, algo que yo nunca hab¨ªa hecho, en un sector tecnol¨®gico y de educaci¨®n. Fui uno de los que salieron en 2013¡±, cuenta. Durante m¨¢s de seis a?os trabaj¨® en lograr un acuerdo con la Secretar¨ªa de Educaci¨®n P¨²blica de ese pa¨ªs, pero el cambio de Gobierno, en 2018, termin¨® con esa posibilidad y se vio obligado a volver a Espa?a en noviembre pasado. ¡°En retrospectiva, irme a M¨¦xico fue algo que ayud¨® much¨ªsimo. No es una maldici¨®n irse y no descarto que eso pueda volver a ocurrir ahora¡±. Por Erika Rosete
INMA, 30 A?OS: ¡°MI GENERACI?N JAM?S VIVIR? COMO VIVIERON NUESTROS PADRES¡±
Primero como reci¨¦n graduada y ahora como emprendedora, Inma Arteaga (C¨¢diz) ha vivido dos de las situaciones m¨¢s complejas de la historia de Espa?a. En 2012, cuando termin¨® la carrera de periodismo y comunicaci¨®n, una peque?a empresa de 'marketing' la contrat¨®, mientras ve¨ªa c¨®mo sus compa?eros hac¨ªan pr¨¢cticas no pagadas y tardaban uno o dos a?os en encontrar un trabajo ¡°decente¡±. Decidi¨® hacer un m¨¢ster de direcci¨®n de empresas y en mayo de 2019 se uni¨® con un socio para crear Pixitour, una 'start-up' que ofrec¨ªa sesiones fotogr¨¢ficas a turistas, principalmente asi¨¢ticos, en sus viajes por Europa. ¡°Con lo que estoy viviendo ahora que quiero ser empresaria, pienso que aquello de 2008 tuvo que ser horrible¡±, reflexiona. Arteaga piensa que esto es el ¡°coletazo¡± de aquella crisis de la que no hubo una recuperaci¨®n total. ¡°Mi generaci¨®n jam¨¢s vivir¨¢ como vivieron las generaciones de nuestros padres¡±, dice. Desde hace seis semanas Pixitour pas¨® a ser Batchor, un 'software' de edici¨®n de fotograf¨ªa profesional para otras empresas, ahora que, asegura, las ventas en l¨ªnea cobrar¨¢n m¨¢s importancia. Por E. R.
FRANCISCO, 32 A?OS: ¡°CUANDO POR FIN EMPIEZAS A VIVIR POR TI MISMO LLEGA ESTA HECATOMBE Y TE BARRE¡±
Francisco Guillermo G¨®mez (C¨¢ceres, 1987) dice que es optimista, pero reconoce que la crisis del coronavirus ha roto todas sus expectativas. ¡°Es la ¨¦poca que nos ha tocado vivir. Aunque ya cansa. Es muy duro ver c¨®mo cuando terminas la carrera, durante la recesi¨®n anterior, te cuesta horrores salir a flote con trabajos mal pagados y, cuando por fin empiezas a vivir por ti mismo, llega esta hecatombe que se lleva por delante todo el esfuerzo de los ¨²ltimos tres a?os¡±. Francisco se licenci¨® en Derecho y en 2017 mont¨® una empresa de gesti¨®n de alojamientos y servicios para estudiantes y turistas extranjeros en Salamanca, donde tambi¨¦n abri¨® su propio despacho de abogados. ¡°La pandemia me ha barrido cuando la empresa iba a comenzar a dar un beneficio rese?able y voy a tener que liquidarla. Si no tuviera que pagar tantos impuestos no tendr¨ªa que hacerlo¡±, afirma. Con los juzgados cerrados, tampoco su bufete le da de comer y s¨ª le produce gastos. ¡°Llevo tapando agujeros desde enero y ya no puedo m¨¢s¡± [el 70% de sus clientes son asi¨¢ticos]. Ahora est¨¢ viviendo en la finca familiar de C¨¢ceres y no sabe si podr¨¢ mantener su casa salmantina. Lo que s¨ª tiene claro es que va a salir adelante, ¡°no me voy a quedar parado esperando la ruina. Tendr¨¦ que sudar, pero un billetillo no me va a faltar¡±, sostiene mientras valora varios proyectos. Por Carmen S¨¢nchez-Silva.
ALBA Y JUAN ANTONIO, 27 Y 28 A?OS RESPECTIVAMENTE : ¡°LA OPCI?N M?S VIABLE ES SER TEMPORERA EN FRANCIA¡±
Alba Mart¨ªn (Madrid, 1992) y Juan Antonio Esca?uela (V¨¦lez de Belaudalla, Granada, 1991) comparten piso en Granada. Ninguno de los dos cree que la Gran Recesi¨®n les afectase demasiado, s¨ª a sus familias, y, con esta, ella, titulada en Ciencias Ambientales en 2018 y con un C-1 de ingl¨¦s, dice que se ha llevado una decepci¨®n bastante grande. Pensaba que su carrera iba a tener m¨¢s salidas, como le prometieron. Pero lleva muchos meses buscando trabajo sin suerte en su profesi¨®n y ahora se plantea hacerse temporera en Francia para ganar algo de dinero. Juan Antonio trabaja como celador en el Hospital Virgen de las Nieves desde hace tres a?os y uno como interino; una suerte, dice, porque sus amigos se han quedado en la calle o sufren un ERTE. ?l se ha podido independizar despu¨¦s de trabajar desde los 18 a?os en el campo, la hosteler¨ªa, en seguridad o como repartidor y, de momento, sostiene, la pandemia no ha afectado a su proyecto de vida. Alba s¨ª cree que va a tener que esperar m¨¢s todav¨ªa para hallar un trabajo que le permita viajar y formar una familia, aunque no renuncia. Por C. S-S.
BEL?N, 34 A?OS: "LA REMONTADA SER? DURA"
La trayectoria de Bel¨¦n Amoraga, psic¨®loga, 34 a?os, es un viaje hacia el compromiso con los otros. Ha trabajado en Valencia con adictos, migrantes, enfermos de VIH. Personas que la sociedad expulsa hacia los arrabales de la vida. Ha tenido contratos precarios, retrasos de meses en los pagos y ha ido vadeando la existencia. Pas¨®, en 2018, por la Fundaci¨®n NovaTerra, que promueve la inclusi¨®n social, y da clases en la Universidad de Valencia. ¡°Ocho horas a la semana por 326 euros¡±. Un a?o m¨¢s tarde abri¨® su gabinete sicol¨®gico. Pero irrumpi¨® el virus y descubri¨® que a la gente le resulta dif¨ªcil abrirse a trav¨¦s del ordenador. ¡°La remontada ser¨¢ dura¡±, zanja. Por Miguel ?ngel Garc¨ªa Vega.
ADAM, 25 A?OS: "A VECES IMPORTA M?S A QUI?N CONOZCAS"
A trav¨¦s del tel¨¦fono, la voz de Adam Choukrallah desborda tanta ilusi¨®n como una piscina de agua infinita. ¡°Est¨¢ muy dif¨ªcil. Sobre todo para las personas que no tengan estudios o que trabajen en la hosteler¨ªa. Pero hay que intentarlo insistentemente, y no coger el primer trabajo que te ofrezcan, siempre existe otra opci¨®n y hay que luchar por ella¡±. Adam es muy joven. Tiene 25 a?os y sus palabras llegan cargadas de toda la resistencia que se le presupone a esa fase de la vida. Vive en Alcobendas, a las afueras de Madrid. ¡°Somos gente de barrio, de clase obrera¡±, sostiene orgulloso. Al igual que muchos chavales de su tiempo se siente muy preparado. Tiene un doble grado superior en Producci¨®n Audiovisual (CIFP Jos¨¦ Luis Garc¨ªa) y Marketing (IES Eslava), ha vivido un a?o de pr¨¢cticas en una productora y fue becario durante dos meses. Tiempo suficiente, tambi¨¦n, para conocer ciertas injusticias. ¡°Muchas veces resulta m¨¢s importante estar en el lugar adecuado y conocer a la persona correcta que el curr¨ªculo¡±, sostiene. Algunos vicios no los cambia ni una pandemia. Por M. A. G. V. FOTO: V?CTOR SAINZ
ALICIA, 35 A?OS: "CUANDO ERES MADRE LA INCERTIDUMBRE ES MAYOR"
Quien escoge el camino del coraz¨®n, cuenta el Bhagavad-g¨©t¨¡, el libro sagrado hind¨², no se equivoca nunca. Alicia Garc¨ªa mantiene muy presentes esas ense?anzas. Adora la ciencia. Se licenci¨® en Biolog¨ªa en 2009 por la Universidad Aut¨®noma de Madrid (UAM), ha defendido una tesis sobre el ictus y tiene un contrato temporal en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC). Tambi¨¦n tiene un hijo, Ar¨¢n, de dos a?os. Y bastante incertidumbre. ¡°Tengo 35 a?os y mi curr¨ªculo a¨²n no resulta suficiente para presentarme a una plaza como profesora universitaria. La gente que se examina ahora supera los 40 a?os, con m¨¢s experiencia y publicaciones¡±, comenta. ¡°No s¨¦ qu¨¦ suceder¨¢ dentro de cinco a?os. Si no me renuevan o consigo financiaci¨®n para mis investigaciones quiz¨¢ tenga que cambiar de profesi¨®n¡±. Un camino de piedras. El de una generaci¨®n que investiga con becas de 1.000 euros y empieza a cotizar en la treintena. Por M. A. G. V. FOTO: SANTI BURGOS
NEREA, 26 A?OS: "ME SIENTO OLVIDADA"
El curr¨ªculo que presenta Nerea G¨®mez es una sucesi¨®n de puntos que trazan una l¨ªnea recta perfecta. Entre otros t¨ªtulos, en su nutrido expediente acad¨¦mico figura que es licenciada en Econom¨ªa por la Universidad de Valencia, m¨¢ster por la Universidad de Alicante. Solo tiene 26 a?os y anda en su tercer a?o de doctorado en la Polit¨¦cnica de Valencia investigando c¨®mo afecta al rendimiento acad¨¦mico el uso de las TIC (tecnolog¨ªas de la informaci¨®n) en las aulas y hogares. Sin embargo, habita en el descontento. ¡°Como generaci¨®n, tengo el sentimiento de que siempre hemos tenido la palabra crisis en la boca¡±, reflexiona. Palabras que esparcen un justificado sentido de desafecto. Temporalidad, imposibilidad de acceder a una vivienda, precariedad. Una ansiedad que el virus ha replicado. ¡°Me siento olvidada como joven, las prioridades suelen ser otros sectores de la poblaci¨®n. Nadie est¨¢ hablando de nuestro futuro y qu¨¦ har¨¢n con nosotros ahora que entramos en el mercado laboral¡±, critica. / M. ?. G. V.