El Ingreso M¨ªnimo Vital y la renta b¨¢sica: nada que ver

Es bueno saber con precisi¨®n de qu¨¦ estamos tratando aunque solamente sea para entendernos mejor. Y con el ingreso m¨ªnimo vital (IMV) y la renta b¨¢sica (RB), una asignaci¨®n monetaria p¨²blica incondicional y universal, ha habido tanta confusi¨®n que algunos medios han llegado a decir que son iguales. Ni mucho menos. El IMV es un subsidio muy focalizado dirigido a los muy pobres, a una fracci¨®n en realidad de los muy pobres; la RB, a toda la ciudadan¨ªa. El IMV es un subsidio con muchas condiciones, la RB es incondicional. La RB la recibe toda la poblaci¨®n, pero no todos ganan. Con una financiaci¨®...

Es bueno saber con precisi¨®n de qu¨¦ estamos tratando aunque solamente sea para entendernos mejor. Y con el ingreso m¨ªnimo vital (IMV) y la renta b¨¢sica (RB), una asignaci¨®n monetaria p¨²blica incondicional y universal, ha habido tanta confusi¨®n que algunos medios han llegado a decir que son iguales. Ni mucho menos. El IMV es un subsidio muy focalizado dirigido a los muy pobres, a una fracci¨®n en realidad de los muy pobres; la RB, a toda la ciudadan¨ªa. El IMV es un subsidio con muchas condiciones, la RB es incondicional. La RB la recibe toda la poblaci¨®n, pero no todos ganan. Con una financiaci¨®n mediante reforma fiscal, el 20% m¨¢s rico de la poblaci¨®n la recibe, pero pierde. El otro 80% gana.

Mas la diferencia fundamental entre la concepci¨®n de la renta b¨¢sica y la del ingreso m¨ªnimo vital se expresa en t¨¦rminos de libertad. La l¨®gica del IMV no es otra que la ayuda ex post a quienes han ca¨ªdo, a quienes son extremadamente pobres y adem¨¢s cumplen muchos requisitos. Se trata de ayudar a los que han fracasado. En claro contraste, la incondicionalidad de la renta b¨¢sica es el lenguaje de los derechos humanos y de ciudadan¨ªa.

Una vida libre no debe ser suplicada. Quien suplica pide algo con docilidad. La s¨²plica, pues, supone sumisi¨®n. Es inmensa la presencia de ingentes legiones de personas que suplican: que suplican un empleo; que suplican que el empleo obtenido, si es que se obtiene, vaya acompa?ado de unas condiciones m¨ªnimamente dignas; que suplican que, en caso de que se interrumpa la relaci¨®n laboral, las instituciones p¨²blicas tengan a bien designarlas como destinatarias de las pol¨ªticas dise?adas para asistir a quienes cayeron en el abismo de la pobreza y de la exclusi¨®n; y, finalmente, que suplican que estas prestaciones condicionadas lleguen sin demasiados rigores y mecanismos coercitivos. El IMV es para suplicantes.

El IMV tambi¨¦n tiene problemas de dise?o, por supuesto. Los dise?adores del IMV han intentado ahorrar el m¨¢ximo del coste y decidieron definir ¡°pobre¡± en funci¨®n del (escaso) dinero que quer¨ªan gastarse en los pobres (los pobres no merecen la urgencia de la banca) y dise?aron un sistema rebuscado de solicitudes que, combinado con la escasez de medios, es hasta ahora un absoluto fracaso. Todo lo que se les ocurre ante ello es pedir tiempo. Y asegurar que se cobrar¨¢ retroactivamente. Alguien ha dicho de forma cruda que el hambre no es retroactiva.

Adem¨¢s de tener todos los defectos de los subsidios condicionados, el IMV est¨¢ dise?ado m¨¢s pensando en penalizar a los ¡°aprovechados¡± (aqu¨ª el ¨¦xito seguro ser¨¢ del 100%) que de llegar a toda la poblaci¨®n pobre.

?El IMV es un primer paso hacia la RB? Por lo que he hablado, escuchado y le¨ªdo de miembros del Gobierno y asesores, ellos mismos dan la respuesta: no, para nada. Y en este punto, expreso mi acuerdo con su conclusi¨®n. El IMV va por un lado, la RB por otro. Como un mon¨¢rquico y un republicano.

Daniel Ravent¨®s es presidente de la Red Renta B¨¢sica y profesor de la Facultad de Econom¨ªa y Empresa de la Universidad de Barcelona.