Ingreso m¨ªnimo vital: un salvavidas ante la emergencia social
La ayuda aprobada el 10 de junio viene a rescatar a los m¨¢s pobres en un pa¨ªs en el que uno de cada cinco hogares est¨¢ en riesgo de exclusi¨®n. Se zanja as¨ª una anomal¨ªa hist¨®rica: la mayor¨ªa de pa¨ªses de la UE ya tienen alguna f¨®rmula similar. Pero solo se ha tramitado un tercio de las 900.000 solicitudes y hay voces que reclaman que se otorgue con menos requisitos previos. ?Estamos ante un primer paso hacia la renta b¨¢sica universal?
En apenas unos meses, la pandemia ha dejado tras de s¨ª un reguero de p¨¦simas noticias tanto en el plano humano y sanitario como en el econ¨®mico y social: un triste relato del que queda m¨¢s que una coda. No obstante, y aunque de una manera muy modesta, la crisis de la covid tambi¨¦n ha propiciado retazos para el optimismo: un ingreso m¨ªnimo vital a escala estatal, anhelo de muchos desde hace a?os ¡ªd¨¦cadas, incluso¡ª, ignorado por sucesivos Gobiernos y que el Ejecutivo de coalici¨®n ha tenido que activar a marchas forzadas.
La noticia lleg¨® el 10 de junio, con el estado de alarma todav¨ªa activo y a¨²n en los albores del desconfinamiento, cuando el Congreso sac¨® adelante sin ning¨²n voto en contra ¡ªlos que hablaban de ¡°paguita¡± renunciaron al coste pol¨ªtico de votar en contra¡ª el ingreso m¨ªnimo vital (IMV): un salvavidas de entre 462 y 1.015 euros mensuales, en funci¨®n del tama?o del hogar, con el que se buscaba rescatar a quienes peor lo est¨¢n pasando. No solo era un anhelo de sus beneficiarios: era, tambi¨¦n, una reclamaci¨®n de larga data de Bruselas, que ve¨ªa insuficientes los programas auton¨®micos.
Tres meses despu¨¦s, la del IMV es una historia de luces y algunas ¡ªevidentes¡ª sombras. Unos 86.000 hogares (o unas 260.000 personas; m¨¢s de la mitad de ellas, menores) lo han recibido ya, seg¨²n el Ministerio de Seguridad Social, y pocos dudan de que ha llegado para quedarse como clave de b¨®veda en la arquitectura de protecci¨®n social para los m¨¢s desfavorecidos. A¨²n quedan, sin embargo, muchas familias que, pese a tener derecho a ¨¦l, siguen sin recibir lo que les corresponde.
1. El punto de partida: una sociedad desigual
Espa?a lleg¨® a la pandemia sustancialmente peor que la media de la eurozona en dos indicadores clave de desarrollo y cohesi¨®n: pobreza relativa y desigualdad. Seg¨²n los datos de la Fundaci¨®n Foessa ¡ªvinculada a C¨¢ritas¡ª, la exclusi¨®n (tanto en su variante severa como en su variante moderada) afectaba en 2019 a casi uno de cada cinco hogares. La cifra era ligeramente inferior a la registrada seis a?os antes, en plena recesi¨®n (25%), pero todav¨ªa muy superior a 2007 (16%), cuando dorm¨ªamos en los laureles del ladrillo. Espa?a, en fin, a¨²n trataba de suturar del todo la herida de la ¨²ltima crisis cuando lleg¨® el mazazo del virus: el PIB per capita ya hab¨ªa regresado a los niveles precrisis, pero tanto la pobreza como la desigualdad segu¨ªan por encima.
Las brechas entre comunidades tambi¨¦n eran (son) enormes: en Ceuta, 4 de cada 10 personas est¨¢n en riesgo de pobreza, frente a menos de una de cada 10 en Navarra o Pa¨ªs Vasco. Las rentas m¨ªnimas auton¨®micas de estas ¨²ltimas, las m¨¢s desarrolladas, jugaban un papel esencial en esa din¨¢mica.
2. Esta vez es diferente: la pandemia no solo empobrece, tambi¨¦n desiguala
La misma crisis sanitaria que ha acelerado la aprobaci¨®n del IMV est¨¢ haciendo saltar las costuras de la sociedad espa?ola y, en general, de todas las sociedades occidentales. A diferencia de otras pandemias en el pasado ¡ªla de la peste negra del siglo XIV o la de gripe de 1918¡ª, que pasaron a los libros de historia como periodos redistributivos, esta vez las din¨¢micas del coronavirus (confinamiento, teletrabajo solo factible en profesiones de cuello blanco¡) reman en sentido contrario: golpean mucho m¨¢s a los pobres que a los ricos.
La novedad de los expedientes de regulaci¨®n temporal de empleo (ERTE) a gran escala ha permitido mantener rentas y empleo, evitando un aumento abrupto del paro y conteniendo el primer zarpazo para muchos. Pero a¨²n quedan curvas por delante: Oxfam cree que la crisis dejar¨¢ m¨¢s de 700.000 nuevos pobres en Espa?a. Y el IMV ni mucho menos podr¨¢ resolver todo: solo ayudar a salir del paso a quienes peor est¨¢n.
¡°Entre que se acaba el paro y se obtiene el IMV hay a?os luz, y eso es un problema¡±, esboza el economista Jos¨¦ Mois¨¦s Mart¨ªn Carretero. En ese ¨ªnterin se encuentran, calcula, f¨¢cilmente dos millones de personas. ¡°Tenemos que repensar el modelo de protecci¨®n para evitar que haya personas que pierdan el derecho a un subsidio sin que haya un paso claro a otro¡±, subraya Ana Arriba, profesora de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares. Tanto en ese flanco como en el de la pobreza laboral ¡ªaquellas personas que, pese a trabajar, no ingresan lo suficiente para subsistir¡ª, las respuestas siguen siendo escasas.
3. El IMV: un suelo com¨²n independientemente de d¨®nde vivas
El reci¨¦n alumbrado ingreso m¨ªnimo vital se enmarca dentro de lo que los expertos llaman ¡°sistemas de ¨²ltima red¡±: programas que tienen como objetivo ¨²ltimo cubrir lo necesario para que quienes se han quedado sin ingresos puedan subsistir hasta lograr una nueva oportunidad. Establece un piso com¨²n a todas las autonom¨ªas, de tal forma que cualquier hogar de bajos recursos, est¨¦ donde est¨¦, tenga una ¨²nica garant¨ªa de ingresos que puede ser complementada (o no) por cada Gobierno aut¨®nomo. ¡°El IMV tiene todav¨ªa recorrido¡±, explica Marcos Muro, ex n¨²mero dos de Empleo y Juventud en Euskadi y uno de los mejores conocedores del programa vasco de garant¨ªa de ingresos, informa Pedro Gorospe.
Cuando el Congreso lo aprob¨®, el Ejecutivo calculaba en 850.000 los hogares que se beneficiar¨ªan: 2,3 millones de personas a raz¨®n de 3.000 millones anuales de coste total. Tres meses despu¨¦s solo se ha tramitado un tercio de las 900.000 solicitudes familiares: centenares de miles de personas siguen atrapadas en el laberinto burocr¨¢tico. Es el caso del dominicano Joaqu¨ªn S¨¢nchez: 20 a?os en Espa?a, dos hijos a cargo, 700 euros al mes de alquiler. Trabaja a media jornada como portero en un edificio: 550 euros. Su mujer limpiaba casas y cuidaba ni?os, pero con la pandemia se ha quedado sin nada: cero euros. Fue la gota que colm¨® el vaso y que los llev¨® a pedir la ayuda, informa Gorka R. P¨¦rez. Tres meses despu¨¦s su caso sigue en estudio. ¡°Nunca antes hab¨ªa estado as¨ª. Ni haciendo magia consigo que no se me acumulen los recibos¡±. La rapidez explica, en parte, la premiosa aplicaci¨®n del IMV. Pero para quienes no saben si podr¨¢n pagar la comida y los suministros ma?ana, cualquier argumento se queda cojo.
Ante la emergencia social, son varias las voces que apuestan por darle la vuelta al proceso: que la prestaci¨®n se conceda antes incluso de que se entregue la documentaci¨®n para evitar as¨ª el retraso en el cobro en personas que est¨¢n en una situaci¨®n cr¨ªtica. A quienes no pudiesen acreditar que re¨²nen todos los requisitos, la ayuda se les retirar¨ªa a posteriori. ¡°El IMV es una medida positiva, pero la demostraci¨®n de algunos requisitos se podr¨ªa limitar a una declaraci¨®n jurada y luego comprobarlos, ex post¡±, recomienda Manuel Aguilar Hendrickson, profesor de la Universitat de Barcelona. El ministerio, entretanto, ha anunciado una primera bater¨ªa de cambios para llegar a 150.000 hogares m¨¢s, cifras que suenan optimistas a la mayor¨ªa de especialistas consultados.
Incluso cuando se solucione el cuello de botella burocr¨¢tico provocado por la urgencia con la que se ha desplegado el IMV y la avalancha de solicitudes, parte del problema seguir¨¢ ah¨ª. En otros pa¨ªses europeos se calcula en un tercio el porcentaje de personas que no recibe las rentas m¨ªnimas por la complejidad de los tr¨¢mites, seg¨²n las cifras del catedr¨¢tico de la UNED Luis Ayala: ¡°Cosas que nos pueden parecer sencillas, como abrir una cuenta bancaria, para muchas familias no lo son¡±.
4. Una anomal¨ªa europea
Bruselas llevaba a?os poniendo el dedo en la llaga: ¡°Los reg¨ªmenes auton¨®micos de renta m¨ªnima solo llegan al 20% de sus beneficiarios potenciales en [todo] el pa¨ªs, con grandes disparidades [regionales]¡±, dec¨ªa la Comisi¨®n Europea en mayo. El IMV era un imperativo para que Espa?a dejase de ser una rara avis en un continente en el que estos mecanismos ya eran moneda com¨²n: 15 Estados miembros tienen una renta m¨ªnima de 200 euros mensuales o m¨¢s, con Dinamarca y Holanda como pa¨ªses m¨¢s generosos (con 1.515 o 992 euros en el caso de una persona sin hijos), seg¨²n la soci¨®loga belga Bea Cantillon. Pero ni mucho menos est¨¢ todo hecho: la brecha en gasto social entre Espa?a y los m¨¢s garantistas sigue siendo grande: como subraya Luc¨ªa Mart¨ªnez, de la Universidad P¨²blica de Navarra, ¡°ser¨ªa un error enorme pensar que con esta prestaci¨®n se soluciona todo. Tenemos los mismos retos¡±. Y son muchos.
¡°La mayor parte del gasto social se va a pensiones: eso cubre muy bien a quienes han tenido v¨ªnculos estables con el mundo laboral, pero no al resto¡±, dice Mart¨ªnez. Son precisamente quienes m¨¢s sufren en periodos como este: personas que entran y salen del mercado de trabajo y que cuando llegan las vacas flacas pasan de estar justo por encima del umbral de la pobreza relativa a estar por debajo. Y que llevan, adem¨¢s, dos crisis a sus espaldas en una d¨¦cada. Una cifra lo dice todo: 1,1 millones de hogares tienen a todos sus miembros en paro.
¡°El ingreso m¨ªnimo es un instrumento muy importante, s¨ª, pero solo uno m¨¢s¡±, desliza Ana Revenga, ex economista jefa adjunta del Banco Mundial. Con su entrada en vigor, el IMV liberar¨¢ unos 1.000 millones de los algo m¨¢s de 1.500 que las autonom¨ªas destinaban a ese fin, seg¨²n los n¨²meros de Miguel Laparra, hasta hace poco vicepresidente del Gobierno navarro. ¡°Es un deber ¨¦tico que ese dinero se dedique a inclusi¨®n activa o a complementar el ingreso m¨ªnimo, no a otras cosas¡±, enfatiza. ¡°Viene a llenar un vac¨ªo¡±, concuerda Demetrio Casado, presidente honor¨ªfico de Foessa, ¡°pero cuidado con las tentaciones de ahorro de algunas comunidades aut¨®nomas¡±. Borja Barragu¨¦, investigador sobre desigualdad y garant¨ªa de ingresos m¨ªnimos, pone nombre y apellidos: ¡°Siendo la comunidad m¨¢s rica, Madrid ya destinaba una cantidad rid¨ªcula a luchar contra la pobreza. ?Ad¨®nde va a ir ese dinero? La verdad, no espero mucho de quien antes no hab¨ªa hecho pr¨¢cticamente nada¡±.
5. ?Hacia una renta b¨¢sica universal?
Cuando se dio a conocer el IMV, un pu?ado de medios brit¨¢nicos se tir¨® a la piscina con titulares sobre una supuesta renta b¨¢sica universal. Nada m¨¢s lejos de la realidad: el instrumento se centra en quienes peor lo est¨¢n pasando, pero no tiene ni el m¨²scu?lo financiero suficiente ni una aut¨¦ntica vocaci¨®n de universalidad. Una renta m¨ªnima y una renta b¨¢sica universal van, por tanto, por dos carriles distintos: mientras la primera fija un piso m¨ªnimo de ingresos, la segunda asegura un dinero fijo a los ciudadanos simplemente por serlo.
La pandemia ha hecho crecer como la espuma tanto el n¨²mero de defensores como el propio debate en torno al ingreso b¨¢sico. En el Reino Unido, una petici¨®n firmada por m¨¢s de 100.000 personas ha conseguido llevarlo hasta el Parlamento ¡ªcon ¨¦xito modesto: el Gobierno de Boris Johnson ya ha dicho que no¡ª. Y en Brasil una prestaci¨®n para 60 millones de trabajadores del sector no reglado ha elevado las expectativas de quienes aspiran a su universalizaci¨®n. En Espa?a sus adalides tienen menos repercusi¨®n. ¡°Son cosas distintas, s¨ª, pero no excluyentes: ir cubriendo huecos en la protecci¨®n social nos puede llevar a pensar en sistemas cada vez menos condicionados y, quiz¨¢, universales¡±, remarca Ayala. ¡°Hemos subido un primer pelda?o y es posible que ese horizonte se pueda plantear en un futuro. Mientras, tiene que estar, al menos, en el debate p¨²blico¡±.
En el caso del IMV y otras rentas m¨ªnimas an¨¢logas, todos los especialistas consultados descartan cualquier efecto desincentivador sobre el trabajo. Tanto por su propia naturaleza como por su cuant¨ªa: muy pocos renuncian, en fin, a trabajar por recibir 400 euros al mes. Esas invectivas, dicen, tienen hoy por hoy mucho m¨¢s de ideolog¨ªa que de datos duros y an¨¢lisis serio. M¨¢s dudas despierta su pariente lejana, la renta b¨¢sica universal: aunque los proyectos piloto con cuant¨ªas bajas parecen desmentir las ideas preconcebidas sobre su interacci¨®n con el mercado de trabajo ¡ªen todas direcciones: en Finlandia descubrieron que esta mejora la salud y el bienestar de los parados que la recibieron, pero no mejora su empleabilidad¡ª, todav¨ªa son legi¨®n quienes creen que har¨¢n mella en la oferta laboral y obligar¨¢ a subir salarios, da?ando la competitividad de los pa¨ªses que se atrevan a dar el paso.
Y sin embargo, con un previsible futuro marcado por la desigualdad y la automatizaci¨®n masiva ¡ªproblemas que, en no muchos a?os, opacar¨¢n al incentivo o desincentivo de trabajar por recibir un ingreso mensual del Estado¡ª, la renta b¨¢sica universal no deja de subir puestos en la lista de alternativas posibles. ¡°Un elemento primordial de una alternativa radical tanto al viejo socialismo como al neoliberalismo y de una utop¨ªa realista¡±, escriben dos de sus m¨¢s fervientes defensores, Phillipe Van Parijs y Yannick Vanderbroght, en la monumental Una propuesta radical para una sociedad libre y una econom¨ªa sensata (Grano de sal, 2017). El sue?o del dinero gratis a¨²n tendr¨¢ que esperar, pero su sombra en el horizonte es cada vez m¨¢s alargada.
Conclusiones
1
El IMV zanja una anomal¨ªa hist¨®rica en el ¨¢mbito europeo: aunque algunas autonom¨ªas llevan d¨¦cadas con programas similares hasta ahora no hab¨ªa una red ¨²nica a escala estatal.
2
Los cuellos de botella burocr¨¢ticos est¨¢n marcando los primeros meses de la medida. Aumentar el m¨²sculo de la Administraci¨®n en la gesti¨®n es un imperativo para evitar que los que peor est¨¢n sigan sin cobertura.
3
Persisten las dudas sobre si estas ayudas van a llegar a todas las personas m¨¢s vulnerables. Y desde que se agota el subsidio por desempleo hasta que se es elegible para el IMV hay un largo trecho sin cubrir.
4
No se puede caer en la complacencia: es un avance importante, pero un ingreso m¨ªnimo a escala nacional solo alivia la pobreza en sus versiones m¨¢s severas.
5
Solo un primer paso. El gasto social espa?ol sigue lejos de la media europea y muy lejos de los pa¨ªses m¨¢s garantistas.
Recomendaciones
1 Acercar el IMV a los m¨¢s vulnerables
Crear unidades especializadas en los servicios sociales para dotar de informaci¨®n a las familias m¨¢s vulnerables. Muchos saben que existe la ayuda, pero no los requisitos para acceder a ella.
2 Reducir la condicionalidad
¡°Deber¨ªa haber alguna, pero la experiencia de otros pa¨ªses nos dice que las rentas m¨ªnimas muy condicionadas acaban siendo bastante in¨²tiles y generan muchas tensiones¡±, remarca Aguilar Hendrickson.
3 Reconfigurar el esquema de ayudas y subsidios
Aplicable a paro, pensiones, ayudas por hijo a cargo y rentas m¨ªnimas. Es una oportunidad ¨²nica para repensar todo el modelo de protecci¨®n que no se debe desaprovechar, ¡°eliminando todas las fricciones posibles¡±, reclama Laparra.
4 Mejorar la coordinaci¨®n entre Estado y autonom¨ªas
Tanto en la propia gesti¨®n de la prestaci¨®n como en qu¨¦ hacer con los fondos que las comunidades gastan en rentas m¨ªnimas que ahora quedan parcialmente liberados. Evitar que ese dinero se destine a fines no sociales.
5 Construir un registro ¨²nico para todas las Administraciones
Ayuntamientos, comunidades aut¨®nomas y Estado deben compartir informaci¨®n. ¡°Hay que aunar todas las bases de datos. Ser¨ªa un gran paso para construir una estrategia coherente para todo el sistema de protecci¨®n¡±, dice Revenga.
La opini¨®n de los expertos
Luis Ayala
Sara de la Rica
Daniel Ravent¨®s
Octavio Granado
Toda la serie
- Cr¨¦ditos
- Coordinaci¨®n y formato: Guiomar del Ser y Brenda Valverde
- Direcci¨®n de arte y dise?o: Fernando Hern¨¢ndez
- Infograf¨ªa: Yolanda Clemente
- Maquetaci¨®n: Nelly Natal¨ª
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