Nos jugamos la vida
La Agenda 2030 es la mejor hoja de ruta para la reconstrucci¨®n de los pa¨ªses
Si en el ¨²ltimo lustro se hubieran aplicado con m¨¢s rapidez y voluntad pol¨ªtica algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que componen la Agenda 2030, la humanidad habr¨ªa estado mucho mejor preparada para combatir la pandemia de la covid-19 y ahora habr¨ªa menos dificultades para corregir sus efectos econ¨®micos m¨¢s lacerantes. Por ejemplo, el tercer ODS (¡°Garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todos y todas en todas las edades¡±) implica fortalecer los sistemas p¨²bli...
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Si en el ¨²ltimo lustro se hubieran aplicado con m¨¢s rapidez y voluntad pol¨ªtica algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que componen la Agenda 2030, la humanidad habr¨ªa estado mucho mejor preparada para combatir la pandemia de la covid-19 y ahora habr¨ªa menos dificultades para corregir sus efectos econ¨®micos m¨¢s lacerantes. Por ejemplo, el tercer ODS (¡°Garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todos y todas en todas las edades¡±) implica fortalecer los sistemas p¨²blicos de salud y la pol¨ªtica de cuidados que forma parte del cuarto pilar del Estado de bienestar. No ha sido as¨ª.
Cuando se va a cumplir el quinto aniversario de la aprobaci¨®n de la Agenda 2030 en el seno de la ONU, est¨¢ latente un ambiente de apat¨ªa ante la posibilidad de cumplir sus fines siendo, como es, el mayor desaf¨ªo del mundo en la erradicaci¨®n de la pobreza. Apenas se habla de los ODS, considerados prescindibles o incluso un cierto lujo en tiempos excepcionales, y la Agenda se percibe como una suerte de par¨¦ntesis, como si fuese incompatible con la lucha inmediata contra el virus asesino y contra las consecuencias econ¨®micas depresivas que conlleva.
Es lo contrario. La Agenda 2030 (rel¨¦anse sus contenidos) es la ¨²nica hoja de ruta posible para encajar la coherencia entre la reconstrucci¨®n de los pa¨ªses y ese modelo de desarrollo inclusivo que incorpora la transici¨®n energ¨¦tica. Ione Belarra, la secretaria de Estado para la Agenda 2030 en Espa?a ¡ªun puesto ejecutivo de primera l¨ªnea en el Gobierno¡ª, entiende que confluyen dos circunstancias para que reconstrucci¨®n y ODS vayan de la mano: se est¨¢n elaborando unos Presupuestos Generales del Estado nuevos, y al tiempo se definen los proyectos a los que se aplicar¨¢n los pr¨¦stamos y transferencias por valor de 140.000 millones de euros (m¨¢s de un 12% del PIB espa?ol) que ha concedido la Uni¨®n Europea.
Del mismo modo que en otros asuntos se conocen las diferencias de opini¨®n entre los dos partidos miembros del Gobierno de coalici¨®n (por ejemplo, la reforma fiscal y el momento en el que ha de ser aplicada), la Agenda 2030 es el pegamento m¨¢s eficaz entre el PSOE y Unidas Podemos. Una idea fuerza muy significativa para ambas formaciones. En estos d¨ªas se publicar¨¢ una declaraci¨®n gubernamental en la que se insiste en la Agenda como el camino indispensable para la reconstrucci¨®n del pa¨ªs, reduciendo desequilibrios como la desigualdad social y el cambio clim¨¢tico. En ella se hace expl¨ªcito el compromiso con el fortalecimiento y protecci¨®n de los servicios p¨²blicos (educaci¨®n, sanidad¡). Todav¨ªa tres meses antes de la llegada de la covid 19, la ONU calificaba como ¡°d¨¦cada para la acci¨®n¡± de los ODS a la de los a?os veinte.
Hay al menos dos tipos de dificultades que generan dudas sobre esos objetivos. La primera, que durante el segundo y tercer trimestre del a?o en curso ha habido tal retroceso en el crecimiento econ¨®mico, y en el bienestar general, que se ha perdido buena parte del impulso en la erradicaci¨®n de la pobreza o el hambre. La segunda tiene que ver con el ODS n¨²mero 17 (¡°Fortalecer los medios de ejecuci¨®n y reavivar la alianza mundial para el desarrollo sostenible¡±). A pesar de la fragmentaci¨®n del planeta cuando se firm¨®, la Agenda 2030 se aprob¨® por unanimidad. Es discutible que en esta coyuntura, cuando cada pa¨ªs se centra prioritariamente en sus problemas relacionados con la pandemia, la unanimidad se vuelva a conseguir. M¨¢xime cuando a la luz de la experiencia de los ¨²ltimos seis meses hay que incorporar a la conversaci¨®n p¨²blica reflexiones sobre la infravaloraci¨®n de los riesgos que emanan de la interdependencia, y sobre las crisis que no s¨®lo son globales sino simult¨¢neas. En algunos lugares ya se est¨¢ teorizando si no ser¨ªa el momento de reducir los objetivos de los ODS y de ampliar sus plazos, para evitar la frustraci¨®n ciudadana. Algo dif¨ªcil de compartir dado que con la aplicaci¨®n o no de los ODS nos estamos jugando la vida. Como se demuestra estos d¨ªas.