Qu¨¦ ¡®demasiao¡¯
Esa letra de Joaqu¨ªn Sabina permite comprobar que muchas palabras jergales corren y se van, rara vez se quedan
Escuchaba hace d¨ªas Qu¨¦ demasiao, canci¨®n con letra de Joaqu¨ªn Sabina y m¨²sica del tambi¨¦n poeta Jos¨¦ Ram¨®n Ripoll, compuesta en 1980 y popularizada en primer lugar por un cantante llamado Pulgarcito (Antonio Rodr¨ªguez), a quien Sabina se la cedi¨® (no hagan caso de los bulos que atribuyen la autor¨ªa a Pulgarcito). Analizar sus versos y su jerga ...
Escuchaba hace d¨ªas Qu¨¦ demasiao, canci¨®n con letra de Joaqu¨ªn Sabina y m¨²sica del tambi¨¦n poeta Jos¨¦ Ram¨®n Ripoll, compuesta en 1980 y popularizada en primer lugar por un cantante llamado Pulgarcito (Antonio Rodr¨ªguez), a quien Sabina se la cedi¨® (no hagan caso de los bulos que atribuyen la autor¨ªa a Pulgarcito). Analizar sus versos y su jerga invita a reflexionar sobre el paso del tiempo.
La canci¨®n fue dedicada a Jos¨¦ Joaqu¨ªn S¨¢nchez Frutos, El Jaro, famoso delincuente callejero que muri¨® el 24 de febrero de 1979 a los 16 a?os por los disparos de un vecino de la calle de Toribio Poll¨¢n (hoy Veracruz), en Madrid. El homicida, de 32 a?os, hab¨ªa bajado de su casa con una escopeta al ver que un amigo suyo estaba siendo atracado a punta de navaja por el muchacho y sus compinches. Nunca hubo juicio.
Contaron las cr¨®nicas que en cierta ocasi¨®n El Jaro iba manejando un auto (robado, claro); que se detuvo junto a un coche patrulla y que ret¨® a su conductor: ¡°Soy El Jaro, os echo una carrera¡±. Eso enamor¨® a Sabina. Tambi¨¦n se public¨® que al morir llevaba consigo recortes de prensa que hablaban de sus correr¨ªas. Por ello cab¨ªa imaginar una cierta satisfacci¨®n del delincuente cuando cay¨® abatido y llegaron las luces azules y los periodistas. Sabina escribi¨® as¨ª la ¨²ltima estrofa: ¡°Te pegaron seis tiros descarao / y luego desangrao / te ingresaron en el Piramid¨®n. / Pero antes de palmarla se te oy¨® / decir ¡®?Qu¨¦ demasiao!¡¯. / De esta me sacan en televisi¨®n¡±.
La expresi¨®n coloquial ¡°qu¨¦ demasiao¡± circulaba entonces en las mismas ocasiones en que ahora se oye ¡°?qu¨¦ fuerte!¡±. Y descarao ven¨ªa a ser ¡°de frente¡±, ¡°a las claras¡±. Pero ¡°palmarla¡± (morir) a¨²n sigue en vigor; y permite sonre¨ªr cada vez que alguien recuerda que en la isla canaria del volc¨¢n reci¨¦n dormido se ubica el tanatorio La Palma.
La palabra ¡°Piramid¨®n¡± designaba en aquel tiempo al hospital Ram¨®n y Cajal. El sobrenombre popular surgi¨® porque se consideraba una obra fara¨®nica, construida adem¨¢s por el dictador Franco para que dejara de darle dolores de cabeza la insistencia de su yerno, el cardi¨®logo Crist¨®bal Mart¨ªnez Bordi¨², por dirigir un nuevo gran centro m¨¦dico. Adem¨¢s, el f¨¢rmaco llamado Piramidon (sin tilde), despu¨¦s prohibido por sus efectos perversos, triunfaba en todo el mundo como medicamento contra la jaqueca, con lo cual el doble sentido ten¨ªa su gracia. El Jaro muri¨® realmente en el hospital La Paz, pero la canci¨®n era un homenaje, no una biograf¨ªa.
M¨¢s adelante aparece la palabra ¡°canuto¡± (¡°y de darle al canuto cantidad¡±), ahora desplazada por ¡°porro¡±. Y ¡°cantidad¡± equival¨ªa a ¡°much¨ªsimo¡± (¡°me gusta cantidad¡±). Tambi¨¦n se oye ¡°un Bugatti te come la moral¡± (¡°un cochazo te obsesiona¡±). Bugatti era una marca de autos deportivos, de la que saldr¨ªa el acortamiento ¡°buga¡± como sin¨®nimo de coche mol¨®n.
La letra dice luego: ¡°Tu vieja apura el vino que has mercao¡±. Y ¡°mercar¡± era conseguir algo, no siempre con dinero. Despu¨¦s se oye ¡°el coche vacil¨®n¡±, adjetivo que ya apenas se usa con aquel sentido: el de algo ¡°guay¡±. La canci¨®n precisa que la madre del protagonista nunca le pregunta ¡°de d¨®nde sale todo este parn¨¦¡±. Esta palabra ya aparec¨ªa en La bien pag¨¢, canci¨®n de los a?os cincuenta interpretada por Miguel de Molina (¡°por un pu?ao de parn¨¦¡±). Procede del cal¨® y significa ¡°dinero¡±. Circul¨® hace a?os por el l¨¦xico general, pero tambi¨¦n se ha desvanecido su uso.
Toda la letra de esa canci¨®n permite un grato ejercicio de nostalgia; y anima a comprobar que muchas palabras jergales corren y se van, rara vez se quedan. Igual que les pasaba a los muchachos como El Jaro.
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