Mejor sin met¨¢foras
La dichosa met¨¢fora de Josep Borrell ha entrado como un tornillo en la cabeza de muchos ciudadanos. Pues bien, es falsa
Las met¨¢foras en pol¨ªtica suelen ser herramientas desafortunadas. No ayudan a comprender la realidad, sino que suelen distorsionarla y producir efectos secundarios indeseados. Por ejemplo, la utilizada estos d¨ªas por el alto representante de la Uni¨®n para Asuntos Exteriores y Pol¨ªtica de Seguridad, Josep Borrell, en un discurso, por otra parte notable, en la Fundaci¨®n Carlos de Amberes sobre...
Las met¨¢foras en pol¨ªtica suelen ser herramientas desafortunadas. No ayudan a comprender la realidad, sino que suelen distorsionarla y producir efectos secundarios indeseados. Por ejemplo, la utilizada estos d¨ªas por el alto representante de la Uni¨®n para Asuntos Exteriores y Pol¨ªtica de Seguridad, Josep Borrell, en un discurso, por otra parte notable, en la Fundaci¨®n Carlos de Amberes sobre la situaci¨®n en la Uni¨®n Europea y la guerra de Ucrania: ¡°No podemos ser herb¨ªvoros en un mundo carn¨ªvoro¡±.
La dichosa met¨¢fora ha tenido ¨¦xito medi¨¢tico y ha entrado como un tornillo en la cabeza de muchos ciudadanos. Pues bien, es falsa. Para empezar, en la tierra, seg¨²n la Enciclopedia Brit¨¢nica, hay bastantes m¨¢s herb¨ªvoros que carn¨ªvoros. El problema con la frase es que, adem¨¢s, opaca el verdadero valor de la Uni¨®n Europea. ¡°No basta con la relaci¨®n comercial ni con la pr¨¦dica de los derechos humanos ni con la pr¨¦dica del orden basado en reglas¡±, prosigui¨® Borrell, ¡°aunque no haya que abandonarlas¡±. La verdad es que, unida a la met¨¢fora de marras, ¡°la pr¨¦dica¡± (que es una especie de serm¨®n insistente y pesado) son¨® secundaria y anticuada. Pero si algo es Europa y si hay algo por lo que merece la pena aumentar esas capacidades militares que ped¨ªa Borrell es precisamente porque la Uni¨®n es un extra?o grupo de pa¨ªses que decidi¨® comparecer ante la escena internacional con la convicci¨®n de que los intereses solo se pueden defender mediante el compromiso con unas reglas.
Poder es la capacidad de configurar la pol¨ªtica mundial de acuerdo con tus intereses. Algunos pretenden tenerlo mediante una poderosa econom¨ªa y un gran poder militar. Otros, como la Uni¨®n, lo pretenden mediante una poderosa econom¨ªa y la presentaci¨®n de unos valores o principios que ata?en a la sociedad civil, unos l¨ªmites con los que anuncia su total compromiso y con los que intenta convertirse en modelo alternativo. Algunos lo denominaron ¡°poder blando¡±. Ese compromiso y esa convicci¨®n incluyen, desde luego, la voluntad de defenderlos si son atacados. Eso es lo que ocurre ahora con la invasi¨®n de Ucrania. La Uni¨®n tiene que defenderse porque, acudiendo a la magn¨ªfica y dolida expresi¨®n de Manuel Aza?a, ¡°yo no hago la guerra, me la hacen¡±. Y constata que sus capacidades militares no son suficientes para esa tarea.
La Uni¨®n necesita aumentar su esfuerzo militar porque, si la voluntad de Putin se impone en Ucrania, estar¨¢n en peligro esos l¨ªmites y reglas que defiende, el fundamento de su propia existencia, en los que cree. Las capacidades militares est¨¢n a ese servicio, no de ret¨®ricas militaristas. Al servicio no ya de que Putin sea derrotado, sino de que acepte sin reservas que la pol¨ªtica internacional necesita reglas y l¨ªmites, y que ¨¦l est¨¢ dispuesto a someterse a ellas como los dem¨¢s pa¨ªses de su entorno.
No parece que ese reconocimiento est¨¦ cercano y, como anuncia el polit¨®logo Iv¨¢n Krastev, los pr¨®ximos seis meses ser¨¢n los m¨¢s peligrosos para Europa. Para seguir ayudando a Ucrania, la Uni¨®n tendr¨¢ que mejorar sus propias capacidades militares, destinando m¨¢s dinero a ese fin, pero tendr¨¢ que hacerlo sin olvidar que hay que seguir profundizando en las propias reglas y valores y avanzando en la unidad: mejor gobernanza, uni¨®n bancaria (con garant¨ªa com¨²n de dep¨®sito), Tesoro y armonizaci¨®n fiscal. El mayor peligro reside, probablemente, en que, agobiados por otras exigencias, se retrase o sepulte ese camino y la idea misma del poder europeo. Un poder que debe seguir siendo ¡°blando¡± pero compatible con una poderosa autodefensa. Europa no hace la guerra, pero se defiende con energ¨ªa cuando se la hacen.
El peligro del que hablaba Krastev no resid¨ªa tanto en un eventual y decisivo episodio b¨¦lico favorable a Putin como en si existe o no dentro de la Uni¨®n la suficiente capacidad de resistencia. Una debilidad que se une al miedo por el posible resultado de las elecciones legislativas estadounidenses, en noviembre, y el aparente caos en que est¨¢ cayendo el Reino Unido. El peligro est¨¢ m¨¢s en las tensiones internas dentro de cada pa¨ªs y en la propia capacidad de acomodo de las instituciones europeas, tan complejas con 27 pa¨ªses miembros. En verdad, basta con describir la realidad, no hacen falta met¨¢foras.
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