Malos tiempos para los pensadores chinos
El control social y el nacionalismo de Xi Jinping suponen un nuevo reto para los intelectuales en China, cuya val¨ªa y diversidad de opiniones Occidente desconoce
Existe la creencia en Europa y en Estados Unidos de que, desde la fundaci¨®n de la China comunista en 1949, la producci¨®n intelectual en ese pa¨ªs siempre ha estado sometida ¡ª?en menor o mayor grado, seg¨²n los periodos, pero inexorablemente¡ª al Partido Comunista. La percepci¨®n es que el omnipresente control del partido-Estado (autoritario o totalitario, seg¨²n las opiniones) erosiona sobremanera la independencia intelectual y atrofia la generaci¨®n de ideas. En ese context...
Existe la creencia en Europa y en Estados Unidos de que, desde la fundaci¨®n de la China comunista en 1949, la producci¨®n intelectual en ese pa¨ªs siempre ha estado sometida ¡ª?en menor o mayor grado, seg¨²n los periodos, pero inexorablemente¡ª al Partido Comunista. La percepci¨®n es que el omnipresente control del partido-Estado (autoritario o totalitario, seg¨²n las opiniones) erosiona sobremanera la independencia intelectual y atrofia la generaci¨®n de ideas. En ese contexto, solo existen, a ojos de Occidente, dos tipos de pensador chino: los que son meros altavoces de la propaganda y los que se lanzan a la quijotesca tarea de criticar al r¨¦gimen.
La parafernalia y las aparentes purgas p¨²blicas del 20? Congreso del partido, que acaba de aprobar que Xi Jinping goce de plenos poderes de forma vitalicia, si as¨ª lo decide, inducen a pensar que los intelectuales chinos son parte de ese pensamiento monol¨ªtico. Pero es una visi¨®n sesgada: hay muchos matices ¡ªmuchas Chinas¡ª dentro de China, y soci¨®logos, economistas, historiadores y escritores s¨ª debaten, y con amplio margen de independencia, sobre los retos sociales, econ¨®micos y pol¨ªticos que el pa¨ªs enfrentar¨¢ durante las pr¨®ximas d¨¦cadas. La discusi¨®n, erudita y diversa, trasciende el ¨¢rea acad¨¦mica, pues los intelectuales ocupan en China un lugar que, con algunos matices, se asemeja al reconocimiento p¨²blico del que disfrutan fil¨®sofos y artistas en Francia.
¡°Hay algunas cosas de las que no pueden hablar, pero una vez respetados esos l¨ªmites, pueden abordar muchos temas¡±, explica por tel¨¦fono David Ownby, historiador de China en la Universidad de Montreal y coautor del libro Voces del siglo chino. Debate intelectual en la China contempor¨¢nea (Columbia University Press, 2019). Ownby lamenta que, en parte por las dificultades inherentes de dominar una lengua tan compleja como el mandar¨ªn y en parte por ¡°la prevalente l¨®gica de la Guerra Fr¨ªa¡±, a su juicio, todav¨ªa estructura la visi¨®n que Occidente tiene de China, el conocimiento en Europa y Estados Unidos de la producci¨®n intelectual china es superficial y maniqueo. Nada que ver con lo que sucede en los c¨ªrculos acad¨¦micos chinos, dice Ownby, donde se conocen las ideas que circulan en Occidente.
Para colmar ese vac¨ªo, Ownby cre¨® Reading the China Dream, un blog donde publica traducciones al ingl¨¦s y espa?ol de textos firmados por los llamados intelectuales p¨²blicos (pensadores leales al proyecto pol¨ªtico del partido, pero no por ello loros de la propaganda). Algunos de los temas tratados de forma cr¨ªtica son, por ejemplo, el control social por medio del uso de la inteligencia artificial y del reconocimiento facial, el creciente discurso b¨¦lico de la diplomacia china, sobre todo en lo referente a Taiw¨¢n, y la explotaci¨®n de los inmigrantes campesinos para seguir sosteniendo un sistema econ¨®mico que ha beneficiado sobre todo a la China urbana. La decadencia de las democracias liberales y la necesidad de que, en consecuencia, China desarrolle su propio modelo pol¨ªtico-econ¨®mico son otros asuntos que ocupan a la ¡°vibrante¡±, dice Ownby, clase intelectual.
Pese a la relativa libertad de creaci¨®n, la censura ¡ªo m¨¢s bien la autocensura¡ª es el dilema original con el que deben lidiar los pensadores chinos. Tras el proceso de apertura y reforma, iniciado en 1976 y, a pesar de numerosas idas y venidas, siempre mantenido, muchos temas tab¨²es ¡ª?como el nefasto legado del mao¨ªsmo o el control de las minor¨ªas ¨¦tnicas¡ª fueron progresivamente incorporados al debate acad¨¦mico. Pero ese proceso aperturista se ha truncado ahora con Xi Jinping. ¡°Antes hab¨ªa mucho pesimismo [sobre la libertad intelectual], pero se avanzaba. Ahora, con Xi, estamos en algo diferente, y una oleada sin precedentes de intelectuales est¨¢ abandonando China¡±, explica desde Par¨ªs Sebastian Veg, director de estudios de La Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales y autor de Minjian. El auge de los intelectuales de base en China (Columbia University Press, 2019), un libro sobre los pensadores que estudian, sobre el terreno, la realidad de grupos vulnerables.
Durante los mandatos de l¨ªderes anteriores, los temas intocables estaban bien definidos: T¨ªbet, la independencia de Taiw¨¢n, la masacre de la plaza de Tiananm¨¦n y la hegemon¨ªa pol¨ªtica del partido. Con Xi, apodado ir¨®nicamente El Presidente de Todo por el sin¨®logo australiano Geremie Barm¨¦, hay que medir muy bien lo que se dice, pues las l¨ªneas rojas han proliferado y ahora abarcan incluso la estrategia covid cero, cada vez m¨¢s cuestionada. Cruzarlas implica grandes riesgos, como demuestra el caso del profesor de Derecho y escritor Xu Zhangrun. En 2019 fue expulsado de la prestigiosa Universidad Tsinghua de Pek¨ªn por sus cr¨ªticas al partido, cuya ¡°obstinada persecuci¨®n de poder e insaciable apetito por la autoaprobaci¨®n¡±, escribi¨® Xu, ¡°han creado un sistema que, en su esencia, es paranoico y fr¨¢gil¡±. En julio de 2020, tras publicar textos criticando a Xi Jinping y su administraci¨®n de la pandemia, fue arrestado y luego puesto en libertad, aunque ha sido despose¨ªdo de sus derechos de viajar o publicar. Vive bajo control permanente de la polic¨ªa y, en sus propias palabras, como un paria.
Peor suerte corri¨® el cr¨ªtico literario y pensador Liu Xiaobo, premio Nobel de la Paz en 2010. Falleci¨® en 2017 tras tortuosos y recurrentes periodos de c¨¢rcel que se remontan a la revuelta de Tiananm¨¦n, de la que fue un l¨ªder estudiantil. Tras ganar el Nobel, la represi¨®n tambi¨¦n se ceb¨® con su pareja, la artista y poeta Liu Xia. El r¨¦gimen le impuso ¡ªde forma discrecional e ilegal, pues nunca fue siquiera imputada¡ª ocho a?os de arresto domiciliario. En 2018 logr¨® exiliarse a Alemania.
Represaliar a la familia del intelectual rebelde es ¡°tradicional¡± en China, recuerda por tel¨¦fono Taciana Fisac, directora del Centro de Estudios de Asia Oriental de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Con todo, esa pr¨¢ctica tuvo su auge durante el mao¨ªsmo, especialmente durante el movimiento de Las Cien Flores (1957) y la Revoluci¨®n Cultural (1966-1976), periodos de supeditaci¨®n absoluta al partido que convirtieron la producci¨®n intelectual china en un erial. Intelectuales acusados de burgueses fueron entonces purgados y enviados a campos de trabajos forzados, o destinados a tareas miserables como limpiar letrinas de ba?os p¨²blicos, mientras sus familias tambi¨¦n padec¨ªan humillaciones. Fisac, compiladora del libro Los intelectuales y el poder en China (Trotta, 1997), se?ala que testimonios de aquella ¨¦poca evocan ¡°suicidios masivos de intelectuales¡± como consecuencia de la represi¨®n, aunque no conocemos cifras al respecto.
Uno de los que fueron purgados fue el padre del artista Ai Weiwei, a su vez exiliado en Alemania desde 2015 y azote del trato que el partido dispensa a los pensadores. ¡°Las mentes chinas nunca han sido realmente libres¡±, ha escrito Weiwei en The New York Times tras el 20? Congreso del Partido Comunista, que concluy¨® la semana pasada. La obra de escritores como Yan Lianke (Los cuatro libros, Galaxia Gutenberg, 2016; La muerte del sol, Autom¨¤tica, 2020) o Mo Yan (El clan del sorgo rojo, Kailas, 2016; Una carretera en obras, Kailas, 2019), galardonado con el Nobel en 2012 por su dominio del llamado realismo alucin¨®geno, del que se sirve para criticar, con grandes dosis de iron¨ªa y s¨¢tira, la realidad social, cuestiona la visi¨®n de que el control pol¨ªtico anestesia a los intelectuales, incluso si desarrollan sus carreras en China. ¡°Ahora no les publicar¨¢n all¨ª, pero pasar¨¢n este periodo del modo m¨¢s tranquilo posible, como hicieron en ¨¦pocas anteriores, tomar¨¢n nota y escribir¨¢n en el futuro sobre lo que el pa¨ªs est¨¢ viviendo¡±, opina Fisac.
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