Dolor por lo que fueron capaces de hacer
Israel puede infligir derrota tras derrota a los palestinos, pero no vencer¨¢, como no venci¨® la Sud¨¢frica del ¡®apartaheid¡¯
Hay bastantes lugares en el mundo donde la guerra o la injusticia producen hoy d¨ªa gran dolor, pero pocos donde ese tormento dure desde hace casi 60 a?os, donde la comunidad internacional se haga tan la distra¨ªda y donde no se vislumbre alivio a ese sufrimiento, sino todo lo contrario, un incremento muy probable de aflicci¨®n para los pr¨®ximos meses o a?os: Palestina.
El resultado de las ¨²ltimas elecciones en Israel ha puesto en marcha un Gobierno de coalici¨®n presidido por un viejo conocido, acusado de corrupci¨®n, ...
Hay bastantes lugares en el mundo donde la guerra o la injusticia producen hoy d¨ªa gran dolor, pero pocos donde ese tormento dure desde hace casi 60 a?os, donde la comunidad internacional se haga tan la distra¨ªda y donde no se vislumbre alivio a ese sufrimiento, sino todo lo contrario, un incremento muy probable de aflicci¨®n para los pr¨®ximos meses o a?os: Palestina.
El resultado de las ¨²ltimas elecciones en Israel ha puesto en marcha un Gobierno de coalici¨®n presidido por un viejo conocido, acusado de corrupci¨®n, Benjamin Netanyahu, pero aliado esta vez con dos grupos racistas y ultraderechistas, denominados Partido Sionista Religioso y Poder Jud¨ªo, dirigidos por dos fan¨¢ticos: Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir. El acuerdo incluye nombrar a Ben Gvir ministro de Seguridad Nacional y transferir bajo el control de los dos partidos nada menos que el organismo que gobierna Cisjordania y otorga los permisos de construcci¨®n de vivienda, y la polic¨ªa que patrulla los territorios ocupados. Hasta el exministro de Defensa saliente, Benny Gantz, considera que se va a dejar una especie de ej¨¦rcito privado en manos de un l¨ªder agresivo y defensor de los colonos que se apropian, una y otra vez, de suelo palestino. The New York Times, pr¨®ximo a la comunidad jud¨ªa norteamericana, calific¨® al nuevo Gobierno de ¡°amenaza para la democracia del pa¨ªs¡±.
Lo que sucede en Palestina desde hace mucho tiempo es dif¨ªcilmente explicable: el sufrimiento de toda una poblaci¨®n a la que un Gobierno elegido democr¨¢ticamente niega sus derechos m¨¢s elementales no encuentra eco en la comunidad internacional, desde luego no en la Uni¨®n Europea, escondida tras un despreciable silencio. Hace meses, Israel declar¨® ilegales organizaciones pro defensa de los derechos de los palestinos, acus¨¢ndolas sin pruebas, seg¨²n organismos internacionales solventes, de contactos con grupos violentos. Hace pocos d¨ªas, Israel ha deportado a Francia a un abogado residente en Jerusal¨¦n, especialista en denunciar abusos contra su comunidad palestina, aprovechando su doble nacionalidad. El Gobierno franc¨¦s ha denunciado el caso y recordado que 340.000 palestinos de Jerusal¨¦n tienen, seg¨²n Israel, ese mismo estatus de ¡°residentes¡±. ?Pueden ser deportados si se les califica de desleales con un Estado que les discrimina y les reconoce menos derechos que a los jud¨ªos de Jerusal¨¦n?
El nuevo Gobierno de coalici¨®n israel¨ª incluye personalidades de tan reconocido racismo que no es dif¨ªcil aventurar nuevos y graves incidentes. El responsable de Identidad Jud¨ªa (existe ese departamento administrativo), Avi Maoz, es un famoso machista que asimila gais a ped¨®filos. El diputado Zvika Fogel pidi¨® en una entrevista en la televisi¨®n brit¨¢nica (Channel 4) que se acabe con la proporcionalidad a la hora de responder a ataques palestinos: ¡°Por cada uno, mil madres palestinas tendr¨ªan que estar llorando¡±.
Un reciente editorial del diario Haaretz, cuya continua defensa de los derechos de los palestinos es un ejemplo de dignidad, denunciaba la reciente persecuci¨®n a la que se somete a cualquier persona que ondee la bandera palestina. ¡°Tienen raz¨®n en desobedecer a la polic¨ªa y mostrar la ense?a¡±, escrib¨ªa Haaretz, ¡°porque no es ning¨²n delito y porque esa bandera es la de la Autoridad Palestina, con la que Israel ha firmado acuerdos diplom¨¢ticos¡±.
Ese es el n¨²cleo del dilema que afrontan los palestinos. ?C¨®mo resistir la ocupaci¨®n, algo a lo que tienen derecho, si todos los actos en que muestren su desacuerdo, por muy pac¨ªficos que sean, son calificados por el Gobierno israel¨ª de delitos de deslealtad o de puro terrorismo? ?C¨®mo aguantar que un muchacho, Ahmad Manasra, detenido en 2015 cuando ten¨ªa 13 a?os, permanezca desde 2021 en aislamiento forzoso, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional, cuando ya ha sido diagnosticado con psicosis y depresi¨®n severa?
El Gobierno de coalici¨®n que tanto dolor augura es consecuencia del giro a la derecha de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n israel¨ª (un 62%). El partido de Ben Gvir, que qued¨® tercero en las elecciones, es el m¨¢s popular entre los j¨®venes de 18 a 25 a?os. ?Por qu¨¦ se aferran esos j¨®venes al odio que predica? Como afirmaba un corresponsal de la BBC en la zona, Israel puede infligir derrota tras derrota a los palestinos, pero nunca alcanzar¨¢ la victoria, como no la alcanz¨® el r¨¦gimen sudafricano del apartheid. Y entonces, cuando desaparezca el odio, tendr¨¢ que lidiar con el dolor y la verg¨¹enza por lo que fueron capaces de hacer.
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