Los pol¨ªticos asumen riesgos, los tribunales, no
Los magistrados del Constitucional no pueden invalidar una parte de la Constituci¨®n ni expresar opiniones pol¨ªticas
Tomar riesgos significa, seg¨²n el Diccionario de la Real Academia, tomar decisiones pr¨®ximas a un da?o. Los pol¨ªticos asumen riesgos. Los tribunales, no. El Tribunal Constitucional no es un ¨®rgano pol¨ªtico, sino jurisdiccional, y est¨¢ obligado a basar sus decisiones en la racionalidad jur¨ªdica, dentro de normas acotadas. Los magistrados del Constitucional no pueden invalidar una parte de la Constituci¨®n ni expresar opiniones pol¨ªticas. Pueden ser conservadores o progresistas, pero no aceptar instrucciones ni del PP ni del PSOE porque ello provocar¨ªa esc¨¢ndalo en el mundo jur¨ªdico al que pertenecen y porque ser motivo de esc¨¢ndalo atenta contra el derecho. Conviene recordar cosas tan simples estos d¨ªas a magistrados y pol¨ªticos porque son momentos dif¨ªciles, en los que hay que tener mucho cuidado.
Los pol¨ªticos s¨ª suelen tomar riesgos y bordear da?os. El presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, no es el primero que lo hace. Seg¨²n sus propias palabras, las decisiones que ha tomado respecto a la desaparici¨®n del delito de sedici¨®n y la reforma del delito de malversaci¨®n pertenecen a ese g¨¦nero, son ¡°arriesgadas¡± y, efectivamente, bordean da?os.
El problema est¨¢, adem¨¢s, en el caso de los implicados en el intento de secesi¨®n unilateral de Catalu?a, en las distintas interpretaciones de los protagonistas. El presidente del Gobierno afirma que se trata de ¡°devolver la confrontaci¨®n y el debate pol¨ªtico al territorio de la pol¨ªtica y sacarlo de los juzgados¡±. Para Oriol Junqueras, de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y uno de los protagonistas de aquellos hechos, se trata de dejar claro para el futuro que organizar consultas unilaterales con dinero p¨²blico no implica malversaci¨®n ni tampoco sedici¨®n. ¡°El refer¨¦ndum del 1-O [1 de octubre] no fue delito¡±, mantiene. Para Junqueras, que sigue defendiendo la v¨ªa unilateral, organizar una consulta no debe estar, ni est¨¢ ya, en el C¨®digo Penal.
?No suceder¨ªa nada, entonces, en caso de un nuevo refer¨¦ndum unilateral organizado desde la propia Generalitat? Bueno, si se producen des¨®rdenes p¨²blicos, acontecimientos violentos en la calle, seg¨²n la nueva ley se podr¨¢ aplicar un nuevo delito: des¨®rdenes p¨²blicos agravados. Y, por supuesto, al margen de lo que piense Oriol Junqueras y de los motivos que muevan a Pedro S¨¢nchez a tomar esos riesgos, est¨¢ claro que el gobierno de turno siempre dispondr¨¢ de una poderosa herramienta, el art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n, que permite dejar sin efecto los poderes de un gobierno auton¨®mico y asumir directamente todo tipo de decisiones que afecten a ese territorio.
Se trata de un texto un poco ambiguo, pero muy contundente. Se puede aplicar ¡°si una comunidad aut¨®noma no cumpliere las obligaciones que la Constituci¨®n u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al inter¨¦s general de Espa?a¡±. La cuesti¨®n es que, al no existir ya instrumentos intermedios, el 155 parece convertirse en un art¨ªculo de primera necesidad, de aplicaci¨®n mucho m¨¢s autom¨¢tica e inmediata que en la ocasi¨®n anterior, cuando no se emple¨®, por ejemplo, con motivo de la celebraci¨®n del refer¨¦ndum proclamado ilegal, pero s¨ª cuando se produjo la declaraci¨®n unilateral de independencia, el 27 de octubre, con su asombrosa y antidemocr¨¢tica ley de transitoriedad jur¨ªdica y fundacional de la rep¨²blica.
En plena celebraci¨®n del refer¨¦ndum del 1-O, Pedro S¨¢nchez, entonces en la oposici¨®n, dijo: ¡°Nosotros, que siempre hemos defendido el autogobierno de Catalu?a, pensamos que, si las fuerzas independentistas lo sit¨²an fuera de la legalidad, el Gobierno de Espa?a tiene la obligaci¨®n, la responsabilidad, de aplicar el 155, tal y como prev¨¦ la Constituci¨®n¡±. De hecho, S¨¢nchez reproch¨® al entonces presidente Mariano Rajoy que hubiera dudado tanto antes de aplicar la suspensi¨®n de la autonom¨ªa. Es verdad que el 155 sacar¨ªa el conflicto de los juzgados y lo meter¨ªa de lleno en la pol¨ªtica (es una iniciativa del Gobierno, refrendada por el Senado). Otra cosa es que el remedio sea mejor que la enfermedad.
No es f¨¢cil calcular los da?os cuando se toman decisiones arriesgadas. Est¨¢, por ejemplo, el caso del Brexit. Arriesgada fue la decisi¨®n del primer ministro David Cameron de convocar el refer¨¦ndum para la salida del Reino Unido de la Uni¨®n Europea, en 2016. Totalmente confiado en su buena estrella (y en los sondeos), borde¨® un da?o¡ y cay¨® de lleno en ¨¦l. Es un gran precedente de algo muy peligroso en pol¨ªtica: demasiada confianza y demasiado riesgo.
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