El antrop¨®logo del planeta Tierra
?C¨®mo vamos a hacer para que el mundo contin¨²e?, fue una de sus grandes preguntas
Hay pensadores que reflexionan oteando el cielo, pero a Bruno Latour le gustaba m¨¢s mirar el suelo. Empez¨® pronto a observarlo entre los vi?edos centenarios de su familia, propietarios vin¨ªcolas en Borgo?a. All¨ª cartografi¨® la invisible red que une las cepas, la tierra y el tiempo de los trabajadores, un espacio donde las humanidades y la ciencia se proyectan unidos hacia el futuro.
A los 12 a?os empez¨® a escribir y ya no lo dej¨® nunca. De adolescente fue a estudiar a Par¨ªs y qued¨® horrorizado ...
Hay pensadores que reflexionan oteando el cielo, pero a Bruno Latour le gustaba m¨¢s mirar el suelo. Empez¨® pronto a observarlo entre los vi?edos centenarios de su familia, propietarios vin¨ªcolas en Borgo?a. All¨ª cartografi¨® la invisible red que une las cepas, la tierra y el tiempo de los trabajadores, un espacio donde las humanidades y la ciencia se proyectan unidos hacia el futuro.
A los 12 a?os empez¨® a escribir y ya no lo dej¨® nunca. De adolescente fue a estudiar a Par¨ªs y qued¨® horrorizado por el grado de esnobismo de la ciudad. Opt¨® por matricularse en una universidad de Dijon, donde se interes¨® por los intrincados caminos en la construcci¨®n del conocimiento.
Para librarse del servicio militar se fue hasta Costa de Marfil a colaborar en un proyecto social. En 1975 se fue a California a visitar a un amigo que trabajaba en el Salk Institute de San Diego. En aquel laboratorio, sus ojos de antrop¨®logo observaron la labor de los cient¨ªficos como si de una tribu extra?a se tratara. All¨ª vio ¡°la manufactura de la objetividad¡±, y el resultado de aquel estudio fue La vida en el laboratorio, publicado en 1979 (edici¨®n espa?ola: Alianza, 2022).
¡°Latour era muy bueno haciendo preguntas, y una importante es: ?c¨®mo es el conocimiento en acci¨®n? Le gustaba abrir, advertir y estimular el saber¡±, reflexiona al tel¨¦fono Juan Jos¨¦ Ib¨¢?ez, doctor en Ciencias Biol¨®gicas del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) y buen conocedor de su obra.
Su m¨¦todo fueron las asociaciones, y lo aplicaba a todo. A principios del a?o 2000, de vuelta por tierras borgo?esas, oy¨® a un agr¨®nomo decir que la desaparici¨®n de la corriente del Golfo ¡ªprocedente del golfo de M¨¦xico y reguladora del clima, tambi¨¦n en la Europa continental, y en fase de debilitamiento, seg¨²n los expertos¡ª podr¨ªa ser un problema para las vi?as. Entendi¨® que el cambio clim¨¢tico era una cuesti¨®n urgente y elabor¨® otra pregunta: ?c¨®mo vamos a hacer para que el mundo contin¨²e?
En las ¨²ltimas d¨¦cadas, Latour se convirti¨® en el gran pensador de la ecolog¨ªa y de las teor¨ªas de transformaci¨®n pol¨ªtica y social. Afirmaba que el progreso era una construcci¨®n cultural que nos pod¨ªa llevar al abismo y que el modernismo se hab¨ªa convertido en una forma de escapismo criminal. Pero no hablaba de volver atr¨¢s, sino de cambiar nuestras vidas. Podemos hacerlo, dec¨ªa. Como antrop¨®logo, sab¨ªa que los humanos construyen distintos modos de vivir en diferentes lugares del planeta.
Pensador e intelectual interdisciplinar, public¨® una treintena de libros. La esperanza de Pandora, Pol¨ªticas de la naturaleza, Las leyes sociales, Nunca fuimos modernos y D¨®nde aterrizar son algunos de ellos. Tambi¨¦n fue director cient¨ªfico de Sciences Po. Risue?o y delgado, vestido con chaquetas de tweed coloridas, Latour ten¨ªa un aire de personaje de una pel¨ªcula de Wes Anderson, escribi¨® la periodista Ava Kofman. En 2013 obtuvo el Premio Holberg por ¡°la reinterpretaci¨®n de la modernidad¡±, y en 2021, el Premio Kioto. El dinero recibido lo don¨® para contratar estudiantes de doctorado de Ecolog¨ªa Pol¨ªtica en Sciences Po. Naci¨® el 22 de junio de 1947 en Beaune y falleci¨® en Par¨ªs el 9 de octubre de este a?o.
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